miércoles, 29 de febrero de 2012

No me gusta

Si escribí un post sobre lo que me gusta era lógico que escribiera esta segunda parte...

No me gusta la arverjita verde (entera o partida), los pallares ni los garbanzos. No me gusta el riñón, el seso ni los chinchulines. No me gustan los choritos a la chalaca, el cebiche de conchas negras ni la huevera frita. No me gusta el shambar, la sopa de rachi ni el chupe de camarones. No me gusta la fusión que no tiene lógica (¿a quién se le ocurre convertir un arroz con pato en risotto?) Por la misma razón no me gustan los postres que tengan ingredientes como maca, coca o aguaymanto.
No me gusta la comida rápida. No me gustan los food-courts. No me gusta hacer cola para pagar. No me gusta llevar mi comida en bandeja. No me gustan los vasos de gaseosa llenos de hielo. No me gustan esos diminutos sachets de kétchup, mayonesa y mostaza (claro que en Ginebra los extrañé porque no los daban gratis sino los cobraban). No me gusta que alguien que atiende se siente en mi mesa como si fuera mi amigo (me pasó en Buenos Aires en una franquicia que odio) No me gustan los deliverys.

No me gusta el Tobleronne (mi dentista sabe por qué). No me gustan los bombones cuyo nombre tenga más de seis palabras (ejemplo: ganache de chocolate 49% de leche en infusión de tequila Patrón Silver y una mezcla estimulante de ajíes guajillo y chipotle con pepita tostada, miel silvestre, paprika española ahumada, canela, lima y sal marina cubiertos de chocolate de leche) No me gustan esas golosinas peruanas que en la etiqueta dicen "sabor a chocolate" (es más, las odio). No me gusta el Sublime, ni el Cuá-Cuá ni la Doña Pepa desde que dejé de ser niño. No me gustan los helados D'onofrio desde que los compró Nestlé (tómense cinco minutos para leer la etiqueta y entenderán mis razones). No me gustan las galletas Coronita desde que desapareció la marca Field. No me gusta que haya desaparecido el Pipo's, el Tico-tico y el Cerelac.
No me gusta la mala atención. No me gusta rogar para que traigan la cuenta. No me gusta cuando una anfitriona se hace la especial y te mira de pies a cabeza pero luego tiembla cuando se entera que conoces al maitre. No me gusta que los mozos adopten poses de vigilante de discoteca "exclusiva" (exclusiva para gente que discrimina). No me gustan los mozos que interrumpen la conversación. No me gustan los administradores, jefes de salón, maitres o propietarios que no saben reconocer sus errores y adoptan una actitud soberbia cuando presentas un reclamo (culpa de algunos "conocedores" a los que les encanta inventar premios por gusto)

No me gusta esta lista pero no tenía más remedio que escribirla.

domingo, 26 de febrero de 2012

Me gusta

En estas épocas en la que nos hemos mal acostumbrado a publicar alegremente nuestra vida en las pantallas creo que no será desconocida para ustedes la expresión "me gusta". Inspirándome en la columna de un periódico que leí hace mucho tiempo les presento una lista de todo lo que me gusta relacionado a la comida. (Obvio que es solo un intento, en realidad me gustan muchas más cosas)

Me gusta comer carne. Me gusta el asado de tira americano, la picaña brasileña y el bife uruguayo. Me gusta el verdadero lomo saltado con gusto "ahumadito". Me gusta el seco de carne con frijoles. Me gusta el estofado de carne sin pasas ni alverjitas. Me gusta el asado de pejerrey preparado en casa con puré y arroz. Me gusta gusta la salsa bolognesa. Me gusta freír un cuadril y en la misma sartén prepararme un tacu-tacu de lentejas. Me gusta que no existan vegetarianos en mi familia.

Me gusta el chocolate suizo Lindt. Me gusta el chocolate belga Guylian. Me gusta el chocolate alemán Rittersport. Me gusta el chocolate venezolano El Rey (Gracias Rocío). Me gusta el chocolate francés Fauchon (Gracias Claudia). Me gusta la presentación exquisita y el sabor de los chocolates japoneses Morinaga (Gracias C.). Me gusta encontrar nuevas marcas extranjeras de chocolates en los supermercados (Godiva, Callier, Ghirardelli, Valor y no paro de contar) Me gusta el chocolate peruano La Orquídea. Me gustan los bombones de coco de La Ibérica (Una razón más para querer a la ciudad de Arequipa). Me gusta demasiado el chocolate cuzqueño para taza La Continental (Con panetón italiano, aunque es un lujo que sólo me permito dos veces al año).

Me gusta el pan francés con Nutella. Me gusta el pan de yema con mermelada de frutos del bosque. Me gusta el pan ciabatta con salchichas fritas. Me gusta el baguette dulce de Belgravia con mantequilla Plusa. Me gusta el croissant de mantequilla con pollo deshilachado y mayonesa. Me gusta el pan roseta con chicharrón. Me gusta el pan carioco con paté casero de hígado de pollo. Me gusta el pan campesino alemán original. (Vollkornbrot). Me gusta el Knäckebrot (lo venden en Wong). Me gusta el chancay de La Baguette.

Me gustan los postres. Me gusta la torta mármol de Gaby. Me gustan las tortas en porciones del Gourmet Deli. Me gusta su Selva Negra (no tiene competencia en Lima), su generoso cheesecake de saúco (no con tres bolitas como hacen otras pastelerías) y su torta rubia (una oda a lo dulce) Me gustan los postres con crema pastelera del San Antonio. Me gustan los postres sin crema pastelera del San Antonio. Me gustan los alfajores de miel de La Casa del alfajor. Me gusta el turrón de Panadería San Martín. Me gusta la leche asada del Palermo de Balconcillo. Me gusta el arroz con leche del puesto que está en el Parque Kennedy. Me gustan tanto los postres que todo el post debió tratar de eso.

Me gusta comer. Me gusta escribir. Me gusta escribir sobre comida y llevo tantos años en esto. ¡Definitivamente me gusta ser blogger!

jueves, 23 de febrero de 2012

Los 4 fantásticos años...

¡El blog cumple cuatro años! ¿Pueden creerlo? Ya son más de 48 meses desde que hice mi debut en la blogósfera escribiendo sobre el tema que más me gusta: comer bien. Y el ánimo sigue intacto como desde la primera vez que me senté frente a la computadora. Y el apetito ni que decir. No soy el mismo blogger que comenzó escribiendo sólo un diario de sus almuerzos. Ahora intento que la información del blog sea más objetiva y relevante para que ustedes puedan elaborar sus propias aventuras gastronómicas.

Me siento satisfecho con todo lo que se ha escrito hasta el momento. El blog me ha permitido conocer gente muy valiosa en el Perú y en el extranjero: amigos, bloggers, chefs y administradores que con su experiencia y conocimiento me han ayudado a mejorar este blog. He compartido momentos muy especiales en los restaurantes: desayunos pantagruélicos, almuerzos épicos, cenas llenas de magia. He realizado incontables rutas gastronómicas en el Perú y el extranjero. He aprendido a ser más tolerante con los errores más no con el mal servicio. Ser más paciente no significa que sea un timorato al que pueden verle la cara con el cuento ese del "mal día"

Gracias a todos por acompañarme estos años. Gracias por sus comentarios, por sus recomendaciones, por sus críticas (incluso las destructivas). Gracias por leerme. Las cifras no mienten y yo estoy muy feliz de continuar con el blog y de compartir con ustedes todas mis aventuras gastronómicas. Todavía hay muchos restaurantes por visitar y mucho que contar. Nuevamente: ¡Gracias totales!

El blog en números
-Más de 800 fans en Facebook y más de 100 followers en Twitter.
-Un promedio de 15,000 visitas mensuales.
-1,460 días en la blogósfera.
-285 posts escritos.

martes, 21 de febrero de 2012

El diablo está en los detalles

Actualización 21.02.2012
Otra vez someto a revisión un post que no me dejó satisfecho cuando lo escribí. Para el nivel que tiene ahora el blog se espera leer algo mejor o al menos que contenga información relevante. Así que esta es la nueva versión corregida.

Mi jefe dice que "el diablo está en los detalles" y yo le creo. Algunos restaurantes creen que todo se limita a servir un plato de comida. Vana idea porque existe un blogger que siempre se fija hasta en el último detalle y no tiene reparos en contar lo que ve.

Oztia (¡Hostias!)
Este restaurante ya no existe hace varios años. Creo que su propuesta de comida gourmet no tuvo acogida en una zona de Miraflores que es dominio absoluto de los restaurantes de menú o de comida rápida. Nunca lo visité pero siempre quedó en mi memoria el hecho que no se hayan preocupado durante meses en arreglar el letrero de la entrada. Vamos, es la primera impresión que se llevan los clientes y si no se preocuparon por eso no quiero imaginar que hubiera encontrado en la carta. ¿Qué habrá sido de ellos?

Mavery (Peor que un mal día)
¿Que pasó Mavery de Chacarilla? La calidad de la comida fue olvidable, el mozo tenía el uniforme roto y los baños (el de varones y el de damas) se encontraban en un estado lamentable, como si no los hubieran limpiado desde el día anterior. Creo que fue uno de los comentarios más polémicos en el Facebook del blog pero un restaurante con tanta historia no puede cometer errores tan grandes. Ese día no hubo ningún responsable que pueda responder ante mi queja (Según la cajera: "es que llega más tarde"). Peor aún, envié un correo que hasta la fecha no tiene respuesta. Pésimo, Mavery.

Hervé (La carta no encanta)
Uno de los restaurantes más caros que he reseñado y por eso me sorprendió ver un par de manchas en su carta. Sé que algunos clientes descuidados pueden ensuciarlas pero igual considero que es un deber de los mozos revisar las cartas antes de abrir el local. Una carta manchada es una falta de respeto para el consumidor y en un restaurante de ese nivel, peor aún. ¿Qué vendrá luego? ¿Un servilletero de plástico? ¿Cubiertos de canje? ¿Un mantelito de papel? Ya pues Hervé. Si yo trabajara en Michelin te quitaría la estrella. Pero como no es el caso lo cuento en mi blog.

domingo, 19 de febrero de 2012

La Casa de Don Cucho (Casa tomada)

Actualización 31.07.14
Y volví por la Casa de Don Cucho para celebrar Fiestas Patrias en familia. Esta vez el mérito le corresponde a mi hermano y a su tenaz insistencia en convencerme de que no había problema en llegar manejando. Salvo algunos cráteres a la entrada de Pachacamac el camino no presentan mayores dificultades. A ver si ahora que vienen las elecciones, los responsables hacen algo más productivo que colocar paneles publicitarios.


Piqueo de papas y cremas
El almuerzo empezó con un piqueo para compartir: Papas de variedades amarilla, huamantanga y huayro con cremas huancaína, ocopa y rocoto. No hay ciencia en este piqueo, si las papas son celosamente vigiladas durante la cocción mantendrán esa deliciosa textura arenosa. Quizá me hubieran convencido si las salsas se hubieran preparado al batán de acuerdo a la receta tradicional. (Con tanto batán que hay en la entrada no creo que haya sido por falta de equipo) Si me dicen que el local estaba lleno tampoco es un  argumento válido porque en Huancahuasi lo hacen a diario. Puede sonar a exageración pero las mayonesas de colores nunca será mis favoritas. 

Lechón al cilindro
Para comenzar ordenamos un cebiche de pato pachacamino. Es la primera vez que como esta receta fuera de una casa y me faltaría referencia para saber que tan bien la han preparado. Pero no hay que ser un erudito para identificar que el pobre pato está pasado de cocción. Tuve que bregar duramente con el cuchillo para cortar una porción. Mejor me fue con el lechón al cilindro con camote, ensalada y salsa "chi-cho-chú". Técnicamente es mondiola al cilindro y la verdad no me quejaría. Funciona en todo aspecto y se puede disfrutar sin acompañarla de ninguna salsa. Es un corte que no tiene pierde pues mantiene todo su sabor.  En ambos casos la porción es más que suficiente para compartir y por allí va mi recomendación. No pidan un plato para cada uno porque al final va a sobrar la comida. (Aunque ya me imagino que bien quedaría esta bondiola con las lentejitas de lunes)

Picarones
Si en mi visita anterior acerté con el postre pero fallé con la cámara, esta vez fue todo lo contrario. Los picarones salieron bonitos para la foto pero por dentro les faltaba un rato más en el perol. En fin, tampoco es que después de tremenda comilona haya muchas ganas de comer postre pero tampoco esperaba algo tan deslucido. Antes que me olvide, después de muchas lunas pruebo chicha morada hecha en casa con su toquecito de limón. Francamente adictiva.

Si tuviera que criticar algo sería que los juegos para infantiles se encuentran algo descuidados. Intuyo que los niños de ahora son hiperactivos y tampoco ayudan a su conservación pero no estaría demás hacer un esfuerzo. Total, si ellos están entrenidos los padres podrán comer tranquilos. Como, por el momento, no tengo hijos (aunque sí una adorable sobrina) lo dejaré pasar.


A ver. ¿Cuándo fue la última vez que visitaron un restaurante y encontraron al chef-propietario cocinando delante de todos y tomándose un tiempo para saludar y conversar con los clientes? Después de muchas lunas por fin logré visitar La Casa de Don Cucho, una hacienda que ha sido transformada en restaurante y campestre donde pueden encontrar gran variedad de platos criollos. Después de todo lo que comí sólo puedo decir tres palabras: ¡Salve Don Cucho!

Sopa seca
Dando una rápida mirada a la carta me decidí por un plato que hace mucho estaba buscando: la sopa seca. Desde que la probé en Mistura 2009 contaba las horas para volver a probar esta combinación de carapulcra con fideos. Perdóname Mama Iné por no haber llegado hasta tu restaurante pero acá tienes un competidor de cuidado. Este plato me hizo llorar de lo bueno que estuvo. La carapulcra deliciosa con un gusto ahumadito que no he encontrado en ningún restaurante de Lima, los fideos al dente y con la sazón ideal para combinar a la perfección. Dejo a los expertos opinar pero yo me quedo con este plato como uno de los mejores que voy probando en el año.

Arroz con pato
El arroz con pato es uno de esos clásicos con los que yo siempre ando peleado. O me sirven una versión gourmet remojada como un risotto, o me sirven un arroz verde sin nada de sabor. Pero estamos hablando de Don Cucho así que no esperaba menos de él. Tremendo arroz con pato en versión familiar, lleno de sabor pero no recargado de aderezo (nada que ver con esos platos que son un lastre para el estómago). La pechuga de pato vino cortada en tajadas, no tengo ninguna objeción ante ellos porque es más fácil de consumir y tenía una textura suave. Aunque la próxima vez pediré que la ensalada de cebolla la sirvan aparte para que no se recaliente.

Pachamanca Don Cucho
Para terminar pedí la pachamanca de Don Cucho, 800 gramos de carne de ternera, camote, papa, choclo, habas y queso. Son contadas las veces que he comido este plato y considero que me faltaría más experiencia para calificarlo. Tranquilamente podía prescindir del ají y la crema de huacatay que había en la mesa porque las carne estaban adecuadamente sazonadas. De acompañamiento venían un choclito dulce, una deliciosa papa arenosa y una porción de queso fresco envuelto en panca de choclo. Quizá me hubiera gustado ver humitas dulces como la sirven en Huancahuasi pero creo que es un tema de gustos.

Don Cucho en plena labor
Les recomiendo que aprovechen el verano y visiten este restaurante campestre cuanto antes. Es un ambiente abierto al público, acogedor y con diversas opciones para disfrutar un día en familia. Las porciones son familiares así que es muy recomendable ir en grupos grandes. Punto a favor para la calidad servicio pues, teniendo en cuenta la cantidad de comensales y el tamaño del local, resultó más que cumplidor. Todo el personal está bien organizado, tiene una actitud muy cortés y están atentos a los pedidos de los clientes. Vale la pena tremendo viajecito para encontrar un restaurante donde no sólo se puede comer bien sino relajarse con el ambiente campestre. Recomendable para almuerzos familiares de celebración.

La Casa de Don Cucho queda en Hacienda Casa Blanca - Pachacamac.
Horario: Martes a domingo desde las 11:00 a.m.
Ticket promedio: S/.70.00 por persona.
Teléfono: 999206219 - 2311415
Volvería: De hecho. Buena comida, buen servicio, buenos precios. Imposible pedir algo más.

domingo, 12 de febrero de 2012

Hou Wha (Los bloggers también lloran)

Siu Mai
En mi lista de chifas de lujo sólo me quedaba uno por visitar: el Hou Wha, un local que siempre despertó en mi la mayor de las curiosidades cada vez que pasaba por la Vía Expresa y lo veía. Un chef amigo me recomendó visitarlo pero mi error fue no preguntarle qué platos debía ordenar. ¿Qué podemos hacer? A veces también los bloggers se equivocan. He aquí la historia.

Como entrada pedí unos siu-mai, entrada que prefiero a los wantanes porque los veo más saludables y porque al menos puedo ver con que lo han rellenado antes de comerlo. Pero este siu-mai tenía una característica que no me gustó, al partirlo por la mitad noté que el relleno estaba demasiado compacto. Ahora entiendo por qué en un restaurante me dijeron "aquí picamos la carne, no la molemos". Si no me hubieran dicho que era cerdo y langostinos no hubiera sabido que escribir en la reseña. Prescindibles.

Chaufa de pato
Luego pedí un arroz chaufa de pato. En cuanto a los chaufas he llegado a una conclusión, o evalúo el sabor o la cantidad de carne que le ponen. El chaufa ideal existe de acuerdo a la expectativa de cada uno. El de Hou Wha no me convenció para nada. Tenía sus trozos de pato pero se olvidaron del sabor y cuando me serví hubo algo que llamó mi atención. Luego de sacar una porción de arroz vi que en el fondo del tazón se había acumulado una cantidad de grasa tal que me dejó sin ganas de seguir comiendo. Aparte pedí un chi jau kay del cual no tengo nada que decir. Ni bueno ni malo. Olvidable quizá.

Kru Yoc Imperial
Pensé que con el plato principal todo cambiaría. Total era una de las especialidades de la casa: el Kru Yoc imperial, un plato muy conocido en todos los chifas que consiste en cerdo crocante servido con salsa de tamarindo. Mi error fue no haber preguntado antes al mozo a qué se referían con "imperial". Lo que llegó a la mesa era supuestamente trozos de cerdos empanizados y servidos con una salsa de mayonesa y leche condensada. Si yo estoy equivocado, por favor corríjanme, pero se me antojó una de las peores combinaciones que he visto en todos estos años. Lo peor es que cuando lo probé sentí que estaba comiendo un trozo de masa frita. ¿Y dónde quedó el cerdo?

Chi Jau Kay
Llamé al mozo para interrogarlo respecto a la preparación del plato y me contó que, efectivamente, era panceta de cerdo cortada al hilo (literalmente) sumergidas en una masa para luego freírlas. De paso agregó que esa receta es su especialidad hace varios años y que al final de cuentas la culpa era mía porque yo lo había pedido (Hablando de buena atención ¿De dónde habrán sacado a este tipo?). No haré más comentarios al respecto pero servir un plato tan pobre por S/.50.00 me pareció una reverenda estafa.

Me fui de Hou Wha con hambre. Esperaba disfrutar un banquete con lo mejor de la comida china pero es obvio que ese día nada funcionó bien. Imagino tendrán sus platos especiales escondidos en alguna carta con nombres en clave o bajo algún código secreto que yo desconozco. En cuanto a los platos conocidos no era lo que yo esperaba de un restaurante de ese nivel. Sólo podría recomendarlo si van con alguien que es cliente habitual para así no llevarse malas experiencias. Yo ya tengo mis favoritos y no pienso cambiarlos.

Hou Wha queda en Carlos Tenaud 490, Miraflores.
Horario: Lunes a domingo de 12.15 a 3:30 p.m y 7:15 p.m a 11:00 p.m.
Ticket Promedio: S/.80.00 por persona.
Teléfono: 440-0442
Volvería: Sólo si fuera con un cliente habitual para que me recomiende las verdaderas especialidades.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Días felices

A veces siento que el tiempo está en contra mía porque los días se pasan volando y no logro contar todas mis aventuras gastronómicas. El fin de semana pasado disfruté de tres memorables almuerzos y antes que nuevamente me gane el tiempo prefiero escribir tres mini-reseñas contándoles sobre lo bien que me fue.

Titi: Feliz día para el blogger
Cortesía de Patricia Chang, administradora del Titi, pude disfrutar de un opíparo almuerzo en uno de mis restaurantes favoritos. La condición era no escribir una reseña completa. Estoy de acuerdo con ello pero no puedo dejar de agradecer por el gesto que tuvieron conmigo. Además tampoco puedo dejar que ustedes no lean siquiera acerca de uno de los platos que probé. El pato al sillao, servido con una salsa de sillao, miel y especias puede convertirse tranquilamente en su favorito. La carne suave y la piel crocante demuestran que en el Titi la pasión por la comida china bien preparada está más vigente que nunca luego de 50 años de presencia en el mercado.

Titi queda en Av. Javier Prado Este 1212, San Isidro.
Horario: Martes a domingo de 1:00 a 3:30 p.m y de 7:00 a 11:00 p.m.

Ticket promedio: S/.70.00 por persona.
Teléfono 224-8189

La Locanda: Feliz día mamá
La mamá del blogger cumplió años el sábado y como era de esperar tenía que llevarla a celebrar a un lugar muy especial. ¿Qué restaurante se caracteriza por un servicio excelente, un ambiente formal y una carta muy variada? Nada mejor que La Locanda del Swissôtel: cinco estrellas muy bien puestas y representadas al mejor estilo en un restaurante gourmet.. Las palabras de agradecimiento sobran por lograr que mi madre se sienta como una reina ese día. El detalle de la torta de chocolate la emocionó muchísimo, y esto sin mencionar las copas de cava para brindar y la atención personalizada. Cada vez que voy a La Locanda siento que superan a sí mismos. Por algo es mi restaurante favorito, el que ocupa firmemente el número uno en mi ranking personal y el que yo siempre les recomendaré si quieren vivir una experiencia soberbia en todo sentido.

La Locanda queda en Vía Central 150, San Isidro.
Horario: Lunes a domingo de 12:30 a 3:30 p.m y de 7:00 a 11:00 p.m.
Ticket promedio: S/.100 por persona.
Teléfono: 421-4400

El 550: Feliz día papá
Actualización 15.12.13
A la fecha este restaurante ya cerró. Que pena, su propuesta era muy interesante.

El domingole tocó al papá del blogger celebró su onomástico. Mi padre no cree en convencionalismos ni en la comida gourmet, él sólo cree en platos que también pueda cocinar en casa. Y hay un plato que él siempre preparaba celosamente y no compartía con nadie: el tallarín saltado. Hasta ahora no sé porque nunca lo cocinó para nosotros pero él era feliz sancochando sus fideos y luego friéndolos con carne, cebolla y tomate siguiendo su receta secreta. En El 550 mi padre probó un tallarín saltado especial: fideos saltados con lomo fino, alga nori, shiitake y verduras chinas. No dudo que le encantó porque no dejó ni una migaja. El 550 me dejó con buen sabor de boca y con ganas de seguir explorando el resto de su carta al mejor estilo "kriollo-gurmet".

El 550 queda en Av. 2 de Mayo 385, Miraflores.

Teléfono 446-3669

domingo, 5 de febrero de 2012

De como quejarse (y no morir en el intento)


Hace mucho tiempo en una empresa, cuyo nombre ya no recuerdo, tuve un problema en el concesionario a la hora de almorzar. Obviaré los detalles, suficiente decir que encontré en mi plato algo que no era comestible. La experiencia fue tan desagradable que presenté un iracundo reclamo ante la encargada de Bienestar Social. A pesar que lo sucedido representaba un error gravísimo, mi queja casi fue desestimada porque no se presentó de la manera "adecuada" (seguro esperaron que vaya con una sonrisa de oreja a oreja). Después de algunos dimes y diretes, y un poco de mano izquierda de parte de mi gerente, el tema se solucionó dejando un mal sabor de boca para todos. Vale agregar que al final fui declarado como persona non grata de la compañía porque gracias a mi queja cambiaron de concesionario luego de algunas semanas.

Viviendo un actual boom gastronómico en el que existen restaurantes consagrados y guías gastronómicas llenas de publireportajes, los reclamos son ahora más importantes que nunca. Es el único indicio que tiene un restaurante de saber qué está haciendo mal y de qué manera corregirlo. Por eso ahora quiero compartir con ustedes algunas normas que deben seguir para que su reclamo sea tomado en cuenta y no caiga en saco roto.

1. Deseche de inmediato el componente emocional.
Por experiencia propia les digo, aún cuando su reclamo sea muy válido, si se dejan llevar por las emociones perderán la partida. Olvídense de la ira, mejor respiren profundo o cuenten hasta 10 antes de quejarse. Olvídense de caer simpáticos pues si ven que lo toman a la broma no les harán caso. Actúen de la manera más indiferente posible pues eso despertará la inquietud de la persona que los está atendiendo. No digan "tengo una queja" sino "quiero hablar con el administrador o el jefe de salón".

2. Sea oportuno.
Decir la carne estaba cruda cuando ya se comió la mitad del plato no es válido. A mi me pasó en el Crepes & Waffles de Dasso con un café que llegó frío. La moza se demoró en venir a la mesa y con una frescura admirable me dijo que la culpa era mía por tardarme tanto en avisarle. Peor aún, me dijeron que no sabía pedir café. (Sí lo sé, gente insolente existe en todos lados) A veces los mozos notan cuando uno está descontento y se muestran apurados para salir del paso. Hay que estar alerta para no dejar pasar mucho tiempo hasta presentar nuestro reclamo.

3. Hable con el dueño de circo.
Si usted se queja con el mozo lo más probable es que él vaya a la cocina, se ría con sus compañeros del cliente cargoso que le ha tocado y regrese diciendo "ya hablamos con el administrador y va a tomar medidas correctivas" Por más que les digan "todavía no llega", "está ocupado" tiene que haber un responsable (dueño, administrador, jefe de salón) que pueda solucionar el problema. ¿Han escuchado el refrán "al ojo del amo engorda el caballo"? Si en un restaurante no está presente alguien capaz de dar la cara para atender a un cliente descontento entonces no vale la pena volver.

4. Sea objetivo.
El reclamo tiene que ser directo, no se vayan por las ramas ni utilicen comentarios sarcásticos. Al final es un tema de respeto mutuo. Utilicen como sustento lo que dice en la carta (¿se acuerdan de La Folie y su famosa "vainilla francesa"?), lo que prometió el mozo, o lo que leyeron en alguna publicidad. No es suficiente tampoco decir "no me gusta este plato". Por ejemplo mencionen un error en el término de cocción o en la medida utilizada de un ingrediente. Es válido también presentar un reclamo por alguna incomodidad no necesariamente relacionada con la comida (servicios higiénicos en mal estado, platos quiñados, mantel sucio)

5. Pida una solución.
Decir "tomaremos en cuenta sus sugerencias" no es una respuesta válida. Pedir disculpas una y otra vez tampoco. Si uno está pagando por un servicio tiene que salir completamente satisfecho del restaurante. No se trata de salir sin pagar la cuenta, se trata de que el responsable los haga olvidar el mal momento. Administrador que no logra convencer a su cliente de volver es un incapaz (Puesto33, que ya no existe). Administrador que toma un reclamo de manera insolente (¿Se acuerdan del post sobre El Grifo?) queda automáticamente descartado de por vida.

Regla adicional N° 1: Ustedes tienen el poder.
Si sienten que su reclamo no fue escuchado pues cuéntenlo a sus conocidos, publíquenlo en su Facebook, Twitter o cualquier otra plataforma tecnológica. Estamos en una era de información y tenemos todo el derecho de contar a los cuatro vientos si es que vivimos una mala experiencia en un restaurante y no hicieron nada para corregirla. Además también con la tecnología podemos registrar esos malos momentos en una foto o video. Finalmente siempre tienen la opción de nunca más volver por ese sitio. (Y tambien contarlo)

Regla adicional N° 2: Nunca, nunca le grite a un mozo.
Si alguna vez han pensado en descargar su ira con un mozo antes que llegue su comida a la mesa mejor será que después no prueben ni un bocado. No es broma, en algunos restaurantes su plato podría sufrir ciertas alteraciones o incluir algunos ingredientes no deseados. Descarten el "¡Puede apurarse con nuestros platos!" o "¡Yo no pedí espinaca en esta ensalada!". Acepten que mientras no veamos nuestra orden en la mesa el cocinero o el mozo tiene todo el poder. Es en serio.

Colofón
Si están en una franquicia olviden todas las reglas anteriores. A ese tipo de locales no les importa un bledo lo que pase con sus clientes.