lunes, 30 de enero de 2017

Días de blogger XXXVI (Tiempo fuera)

Nada como un día libre para ir en busca de nuevos sabores.

Blogger en modo Thai
Página de gastronomía que se respete debe tener mínimo una reseña sobre comida thai. La verdad yo no me dejo llevar por la algazara alrededor del pad thai o la som tam, sin embargo algún día tenía que hacer mis pininos.

Llego a Bangkok, restaurante tailándes por los buenos comentarios leídos en páginas especializadas. El ambiente no me impresiona, se ve como cualquier chifa del medio. La diferencia es que el mozo me recibe cortésmente y se ofrece sin remilgos a guiarme por la carta. Yo me inclino por la opción de menú para degustar varios platos,  no requiere mucha inversión y como las porciones son pequeñas difícil que me llene rápidamente.

Som tam. Pad Thai.
Chicken cashew. Pad king sod.
Empiezo con la famosa ensalada de papaya verde, es increíble encontrar tantos matices: la frescura de la papaya, la acidez del limón, el crocante del maní y un picante que se siente al final de la garganta. La versión original lleva langostinos pero a mí no me hicieron falta. La sopa tom yam queda para el olvido, un caldo desabrido (¿dónde quedaron las hierbas?) con algunos trozos de pollo recocidos. Para los platos de fondo empiezo con unos Pad Thai, un plato harto conocido. La textura de la pasta lo es todo aunque el punto de sazón me provoca esa sensación de "no-pararé-hasta-dejar-el-plato-vacío" Prescindo de los acompañamientos (azúcar, maní, limón, etc.) aunque mi yo interior exige probarlo con un toque de ají. Listo, he creado un pad thai infernal. El segundo plato es el Chicken cashew, pollo saltado con chile tostado, verduras y pasta de chile dulce. No hay mucha ciencia, si bien nuevamente me encuentro con una deliciosa mezcla de sabores, una mayor consistencia del salteado hubiera dejado mejor impresión El punto más bajo fue el Pad king sod. No me molesta la excesiva presencia del kión, más si encontrarme nuevamente con esos odiosos trozos de pollo reseco. Una versión vegetariana me hubiera caído de perillas.

Sería mezquino dar una impresión de este restaurante habiendo probado nada más la opción de menú económico. Está claro que para ofrecer ese precio escatiman algunos ingredientes o disminuyen el tamaño de la porción, así que sólo me queda volver cuanto antes y seguir adentrándome en los terrenos de la comida tailandesa. Eso sí, prescindiré de cualquier plato que lleve pollo.

Bangkok, restaurante tailándes queda en Bernardo Alcedo 460, Lince
Ticket promedio: Ensaladas y entradas: S/.30.00 - S/.35.00. Fondos S/.30.00 - S/.40.00
Estacionamiento: Ni pensarlo. Es una lotería encontrar un sitio libre.
Volvería: Por el menú no lo creo. Merece investigarse a la carta.

Carnívoros al ataque
Tiempos dorados para los aficionados a las hamburguesas. Luego de años soportando el monopolio de las franquicias norteamericanas ahora tenemos infinidad de opciones donde no escatiman esfuerzos en brindar el mejor producto.

Número 1. Papas fritas.
Número 2. Camotes fritos.
Tres Cuartos aparece en el mercado con una nueva propuesta de hamburguesas artesanales. El local, ubicado en una tranquila calle de Miraflores, es pequeño y acogedor. Mesas grupales con sillas altas y una pequeña barra para los que prefieren almorzar con su smartphone, conforman todo el mobiliario. No hay carta sino una pizarra con las diferentes combinaciones de hamburguesas, cada cual más recargada que la anterior. 

Pido la Número 1 (S/.35.00): carne, queso cajamarquino, tomate, pickles y aros de cebolla, lo más cercano a una clásica. Cojo ilusionado la hamburguesa, pero un detalle me hace pisar tierra, el pan está hecho una sopa y no ha resistido los jugos de la carne. Segundo detalle, y esto no estaba en la pizarra, le habían puesto tanta mayonesa, que no permitió apreciar el sabor de los otros ingredientes. Pruebo suerte con la Número 2 (S/.38.00): carne queso de Huaraz, compota de tocino, costilla rostizada y salsa BBQ. La situación mejora aunque confieso que yo hubiera prescindido de la costilla rostizada. El tocino le cae bien pero agregar más proteína es recargar la hamburguesa innecesariamente. Punto aparte para los acompañamientos: papas y camotes fritos, crujientes hasta decir basta, y salsas hechas en casa, incluso el kétchup. Ojo, tal vez les cueste trabajo olvidar el sabor dulcete aprendido durante décadas.

Es cierto que una visita no basta para una reseña completa pero sí para afirmar que no me sentí impresionado. Sí son de las personas que disfrutan las hamburguesas recargadas fácil que se convierte en su local favorito. Yo tengo en la mira su sándwich de crispy chicken y la número . Eso sí, ambas sin mayonesa.

3/4 Burger Bar queda en Enrique Palacios 1072, Miraflores.
Ticket promedio: Hamburguesas: S/.35.00-S/.38.00
Estacionamiento: En la calle, sin vigilancia.
Volvería: Sí, justifica una segunda visita. 

miércoles, 25 de enero de 2017

Dondoh (El costo de la vida)

Black Burger
Dondoh, nueva presencia en el ambiente gastronómico, promete en su web una experiencia de parrillas inolvidable. Siguiendo el concepto de "Robata Grill" los insumos se cocinan lentamente sobre carbón ardiendo lo que le da un ahumado especial y un sellado en el exterior manteniendo todos los sabores. Hasta allí la idea suena interesante pero, siempre hay uno, cuando me enteré que detrás estaba el grupo Osaka y Renzo Garibaldi (Osso) mi sexto sentido se activó inmediatamente. Al final del post entenderán por qué.

Llego temprano al local ubicado en Conquistadores, avenida de marras que nunca será la mejor amiga de los automovilistas cuando de encontrar estacionamiento se trata. Felizmente no hay problema con mi reserva y apenas me ubico solicito una carta para revisar de qué se trata la propuesta. Nada del otro jueves y muy sencilla de entender: entradas, variedad de cortes de res, ave y mariscos y, para los comensales más verdes, vegetales a la parrilla. 

Crispy Wings. Panes de cortesía. Gyoza Layu.
Empieza la jornada con las Crispy Wings (S/.28), las alitas más crujientes y jugosas que he probado en mucho tiempo. Sazonadas con toques de sriracha y canela china se dejan comer tal cual llegan a la mesa, aunque tienen la opción de remojarlas en la salsa tonkatsu de acompañamiento.  Sigo con unas Gyoza Layu (S/.36) de cerdo, correctamente ejecutadas, aunque no hay mucha diferencia a lo que podría encontrar en cualquier otro restaurante nikkei, por ejemplo Tzuru. La black burger (S/36.00) fue devuelta a la cocina porque doblaron el punto de sal. Eso sí, atentos que la sirven a la inglesa y aunque podría ser la manera indicada para disfrutar el sabor de carne en toda su extensión está claro que no es del gusto de todos y tal vez sea mejor indicarlo al mozo antes que la traiga. Es relevante indicar que ante mi reclamo no fue incluida en la cuenta final. 

Solomillo. Panceta.
Yakimeshi. Coliflor steak.
Llega el momento más esperado: los cortes a la parrilla. Como prólogo el mozo me dice: Señor prepárese porque acá todo es para compartir. Genial, pero cuando veo que llega mi orden es inevitable odiarlo un poco. 140 gramos de solomillo (S/.44.00) se pierden en el plato inmenso y cuando lo pruebo veo que toda esa fanfarria de salsa hoisin, chipotle y chimichurri oriental queda en nada. Mea culpa, el peso está claramente indicado en la carta aunque igual pediría una balanza para cerciorarme. 

La situación no mejora con el hombro de cerdo (S/.44.00) Si alguien sazonó este corte lo debe haber hecho pensando en una dieta de hospital. La panceta (S/.43.00) sí cumple con las expectativas pero siendo un corte tan sabroso hubiera sido difícil que lo malogren. La situación mejora con las guarniciones que el mozo trae en una sartén grande para ir repartiendo entre los comensales. Primero un yakimeshi amazónico con toques de panceta y cecina, meloso y recargado de sazón, tan bueno que hubiera preferido verlo como plato principal. Siguen dos ensaladas: una fresca de lechuga y piña, otra más contundente de papa. Según le entendí al mozo, los acompañamientos van saliendo según el chef los cocina y no se pueden ordenar individualmente (?) Que tal frescura, ¿Y si no me gusta uno?

Matzuri Desato
Al final se aparece el jefe de salón quien para resarcirse de la patinada con la hamburguesa nos invita dos postres para compartir. El inesperado Sriracha Sundae (S/.22.00) con toffee de maní y aire de mandarina. Acepto que el helado picante no es (ni será nunca) uno de mis favoritos pero igual la combinación de sabores es novedosa y divertida. El Matzuri Dezato (S/.22.00) es un bizcochuelo de camote con espuma de queso mascarpone, un postre refrescante, ligero y cumplidor. Suficiente para cambiar el sabor de boca.

Viniendo del grupo Osaka no me extraña lo que encontré en Dondoh. Un ambiente con una decoración sofisticada, servicio de mesa muy correcto y una carta bien trabajada pero... con precios muy altos. Luego de haber probado varios platos no encontré algo que justifique la cuenta final o al menos que me deje un recuerdo intenso que deba repetir en el corto plazo. Según dicen es un concepto único y novedoso pero considero que sin mucho esfuerzo podría encontrar un buen sucedáneo.

Dondoh queda en Av. Conquistadores 999, San Isidro.
Ticket promedio: Entradas S/.24.00-S/42.00. Fondos: S/.79-S/.160.00  (Res), S/.24.00-28.00 (Vegetales), S/.44.00-S/.78.00 (Mariscos). Postres S/.24.00-S/.29.00
Teléfono: 421-29296
Estacionamiento: Sólo si tienen suerte.
Volvería: No. Fui para sacarme el clavo y nada más.

lunes, 23 de enero de 2017

Lo que dejó el 2016 (II)

Continuamos con los favoritos del año.

El restaurante nikkei: Sushicage
Lo voy a poner más claro que el agua: mis restaurantes favoritos son aquellos donde siempre me sorprenden. Y eso nunca ha sido un problema en el Sushicage.

La propuesta de Norio Takeda está centrada en la comida japonesa con algunos guiños de fusión. Obvio el fan del sashimi y los nigiris estaría feliz de encontrar cortes impecablemente trabajados e insumos de alta calidad. Más yo recomendaría no perder de vista los makis "new style" y los tiraditos donde el itamae se maneja con gran estilo. Para mí lo mejor es que siempre tienen un ingrediente nuevo para que yo siga aprendiendo un poquito de comida japonesa. A ver ¿cuándo fue la última vez que probaron un plato con yamaimo?

A ustedes les recomiendo la experiencia omakase, donde el itamae irá enviando los platos a la mesa de acuerdo a su inspiración y con los mejores ingredientes que tenga a la mano. Podrá ser costosa pero cuando Norio se inspira nadie lo detiene.

Sushicage del Swissôtel queda en Av. Santo Toribio 173, San Isidro.
Teléfono: 421-4400
Mi recomendación: La experiencia omakase.


El restaurante saludable: Seitan Urban Bistro
En un local pequeño pero acogedor Seitán abre sus puertas para sorprendernos con su propuesta de comida saludable. Aunque ellos se definan como "plant-based" yo prefiero dejar los rótulos a un lado. Total, se trata de alimentarse bien y nada más. 

En su carta pueden encontrar unos rigatoni en salsa de hongos y setas salteadas donde la proteína no se hace extrañar en absoluto. El pepián se reinventa procesando el choclo hasta obtener una textura cremosa que se acompaña de maravillas con los begetales saltados. Y el salteado oriental de arroz integral con tofú crocante me plantea la duda de convertirme en vegetariano en el corto plazo. Es increíble que en un restaurante vegano pueda encontrar un yakimeshi perfecto, con esa textura grumosa que el comensal peruano aún no termina de entender. El sahofan tranquilamente estaría entre mis favoritos del año pero extraño demasiado el gusto a wok. Detalles de forma más que de fondo. 

Hay razones de sobra para volverme habitual de Seitan Urban Bistro. Alguna vez  tenía que encontrar una propuesta que no se limite a cumplir normas de cocina vegana sino que me deje satisfecho y con una sonrisa en la boca. 
Seitán Urban Bistro queda en Alfonso Ugarte 150, Miraflores.
Teléfono: 340-507
Mi recomendación: Los platos con productos de temporada. 

La pizzería: Spizza
Que lejos están aquellos tiempos cuando pensaba que la pizza era topping, extra queso y harto ají panca en polvo. 

Para mi la pizza en Lima tiene un sólo nombre: Spizza. Es mi favorita incondicional porque cumple las condiciones de la pizza napolitana tradicional: masa fresca (harina, agua, levadura y sal), estirada a mano y cocción a 400° C en horno a leña. Nada más que fidelidad a la receta tradicional y el uso de insumos frescos y de buena calidad. 

Sólo aquí me he deleitado con Margherita, la tradicional por excelencia hecha nada más con queso, tomate y albahaca. Pero como no sólo de vegetales vive el blogger también tengo entre mis favoritas a la spagnola (chorizo español, cebolla, romero y papa), la vorace (chorizo, jamón, tocino y salame italiano) y la funghi (champiñones, portobello y grana padano). Con 24 variedades de pizzas hay para todos los gustos pero también ofrece una correcta selección de platos de comida italiana.

Spizza queda en Av. Dos de Mayo 455, San Isidro y en Arias Schreiber 147, Miraflores.
Recomendación: Cualquier pizza es buena pero lo mejor viene al final: comer los bordes con aceite de oliva picante. 


Casual food: Naruto Japanese Food
Hay días en los que no quiero complicarme mi existencia con la servilleta de tela, el servicio de vino o la procedencia de la carne. Cuando amanezco en ese modo Naruto Japanese Food siempre es mi primera opción.

Está claro que el ramen tradicional es su producto estrella más no entraré en discusiones bizantinas para definir si es mejor que otros. Aparte que yo, como buen peruano, caigo en la tentación de hacer uso y abuso del togarashi cuando lo mejor es disfrutar el caldo tal cual llega a la mesa. Pero como no sólo de ramen se vive también he investigado la carta encontrando otras opciones sencilla de entender como sus gyozas de cerdo, el contundente Naruto Chicken y un yakimeshi que si están en sus días buenos puede alegrarles la existencia. Ojo que ya han expandido su carta con más platos tradicionales.

Naruto Japanese Food queda en Av. Aviación 2982, San Borja.
Recomendación: Tonkotsu ramen, Naruto chicken, Yakimeshi.


Comida peruana: Panchita
Confieso que huyo de los restaurantes de peruana (peor sin son turísticos) como el diablo del agua bendita. No tiene que ver mucho con la calidad de la propuesta sino que muchas veces transcurren senderos confusos (¿makis es comida peruana?) por satisfacer a grupos de turistas ingenuos. Y si hablamos de los precios... 

Por eso le he cogido tanto cariño a la última versión de Panchita. Recuperan la esencia de la comida peruana, generosa en cantidad pero sin descuidar el sabor tradicional ni entrar en fusiones inexplicables.

Ya una vez quedé rendido ante su anticuchada bailable, una invencible selección de anticuchos para degustar en familia. Punto para la selección de tamales hechos en casa con cinco variedades donde no podía faltar el criollo. Me alegra encontrar un escabeche de bonito preparado a la receta antigua. Los trozos de bonito son inmensos y están completamente embebidos en el jugo del escabeche, a leguas se nota que es una preparación del día anterior. Pero la última palabra se la dejo a las sartenes, en especial a la que viene "con todo lo del chanchito", un arroz con cerdo que los transportará a aquellos domingos de infancia cuando la única preocupación era saber si valía repetir.

Panchita queda Dos de mayo 298, Miraflores y Primavera 557, San Borja.
Recomendaciones: Las fuentes para compartir.

El otro chifa: Pun Kay
Cuando entren a este chifa verán que no es muy concurrido, la decoración es austera y en la carta no hay mención alguna a banquetes familiares o menú con sopa. Como el salón tiene vista a la cocina notarán un pequeño detalle. Sólo hay un cocinero: Fausto Li, dueño de este chifa tradicional que se entiende de maravilla con los fogones más no con sus clientes. ¿Qué le vamos a hacer? No hay nada perfecto en este mundo.

La clave para visitar el Pun Kay y salir incólume es muy sencilla: olvídense de todo lo que tiene que ver con chifa tradicional. Estos son los dominios de Fausto Li, el dueño y cocinero, quien sólo con un ayudante al lado se encarga de preparar todos los platos de la carta. En su propuesta de comida cantonesa pueden encontrar algunas sorpresas como la pesca del día al vapor, el lomo de cerdo a la sal y el pollo saltado con cashew. Y no puedo olvidar la sopa siu kao con ese caldillo limpio pero concentrado de sabor. Los platos de este chifa son sencillos de entender, no hay exceso de condimentos ni salsas y la porción es suficiente para quedar satisfecho.

Pun Kay no un chifa donde uno pide aeropuerto y gordita de Inca Kola. Tampoco es de aquellos donde "van los chinos que sí saben" pues en todas mis visitas sólo había comensales peruanos. Es el último reducto de un cocinero que no está dispuesto a hacer concesiones ante el mercado, cueste lo que cueste. Para los que deseen conocer otros matices de la comida china sin "aperuanamientos" es el sitio ideal. Quizás se lleven una sorpresa y descubran que han vivido engañados todos estos años. Eso sí, vayan con harta paciencia. 

Pun Kay queda en Av. Benavides 1949, Miraflores.
Teléfono: 448-7298
Recomendación: La sopa siu kao personal, la pesca del día al vapor y el cerdo al ajo.


La última: Experiencia EVDC

No podía cerrar este post sin hablar de las cenas con los seguidores del blog. Una ambiciosa idea que hace tiempo me perseguía pues no hay nada mejor que compartir las experiencias que vivo en mis restaurantes favoritos junto a personas que también disfrutan del buen comer.

Pero más fácil es pensarlo que hacerlo y lo aprendí sobre la marcha. Escoger el restaurante, hablar con el administrador para definir el menú y, lo más difícil, elegir un día y una hora satisfactoria para todo el grupo fueron tareas complicadas. Pero lo bueno cuesta trabajo y logré organizar diez versiones de estos encuentros donde compartimos buenos momentos y datos. Lo mejor de todo, ya tenemos un grupo fijo con el cual ir a visitar restaurantes mensualmente. Veremos que nos depara el 2017.

¡Gracias a todos los que participaron!

domingo, 8 de enero de 2017

Lo que dejó el 2016 (I)

Aunque no lo crean publico este post con una leve sensación de angustia. Resulta que falta poco más de un mes para que el blog cumpla 9 años. ¿En serio? ¿Tanto tiempo llevo escribiendo? Lo que empezó como un hobby hace mucho que se ha convertido en un asunto muy serio: la responsabilidad de publicar toda la información relevante para que ustedes tomen la mejor decisión cuando elijan un restaurante. Me pregunto si la mitad de blogs que han aparecido este año lograrán llegar a la mitad de años que tengo yo escribiendo. En fin...

Pero antes de comenzar con mis aventuras veraniegas hagamos un breve resumen de lo que nos dejó este año de marras. Estarán mis restaurantes favoritos, las sorpresas del año y no podían faltar las decepciones. ¿Comenzamos?

Los favoritos de siempre (Y uno más)
Este año, aunque cueste creerlo, tenemos un nuevo integrante en la categoría de favoritos. la eterna trilogía se rompe al fin.

Chifa Titi
Cualquiera pensaría que siendo cliente habitual ya conozco toda la carta del chifa Titi. Error, hay platos especiales que deben reservarse con días de anticipación y son dignos de un banquete de celebración. Además hay otros que pueden disfrutarse una y otra vez sin que uno llegue a hastiarse. ¿Cómo no repetir las costillas de cerdo en salsa Thai? Coger una costilla con los dedos y disfrutar hasta la última brizna de carne es un lujo que no se debe reservar para ocasiones especiales. ¿Y los siu-mai hechos al momento? ¿Y el tallarín con el auténtico gusto a saltado? Imposible olvidar al chaufa vegetariano, mi acompañamiento invariable y un reto para los que viven prendados del chaufa con todas las carnes. Obvio, cuando el salteado es óptimo la proteína es innecesaria. ¿No me creen? Hagan la prueba y me cuentan.

La consistencia que el chifa Titi demuestra en la calidad de su propuesta es su mejor activo pero cuando en su web leo artículos que, desde la década del 80, ya hablaban de sus virtudes, queda más que claro que no tiene punto de comparación.

Chifa Titi queda en Av. Javier Prado Este 1212, San Isidro.
Teléfono 224-8189 Es obligatorio hacer reserva.
Mi recomendación: Pichón al horno, costillas en salsa Thai, chita entera al vapor.

Don Fernando
Le tengo mucho cariño al restaurante Don Fernando porque fue el lugar donde me deshice de varios temores infantiles. Ejemplo hay de sobra: las almejas vivas que reaccionan ante la infernal acometida infernal del limón con ají, el estofado de lengua casero, manjar proscrito durante años en casa y el cebiche de pato, casi una leyenda urbana para mi familia. No puedo omitir en esta reseña sus cebiches de caballa y bonito, pescados a los que alguna vez miré de reojo sin saber lo que me estaba perdiendo.

Un local sencillo y acogedor, un servicio muy correcto y una carta que brinda un recorrido por lo mejor de la gastronomía norteña es lo que encontrarán si visitan Don Fernando. Más de 25 años de historia tiene el local de los hermanos Vera-Horna y siempre que llego al restaurante los encuentro recibiendo a sus comensales. No hay secretos, sólo verdadera pasión por el cliente. Un dato final: Arturo Vera Horna es sommelier y no se anda por las ramas cuando se trata de ofrecer el maridaje. ¡Y no se olviden de pedir postre!

Don Fernando queda en General Garzón 1788, Jesús María.
Teléfono: 261-0361
Mi recomendación: Pescado entero frito. Arroz con pato. Sashimi acriollado.

La Locanda
Que importante es la primera impresión para un cliente. Nunca olvidaré aquella vez cuando el maitre de turno me recibió en La Locanda y me atendió como si fuera el único cliente del restaurante. Aquella vez se ganó mis preferencias de por vida. Por algo es el restaurante principal del Swissôtel.

Pero no todo queda en la atención personalizada. La propuesta de carta es una fusión de platos mediterráneos con insumos locales, sin descuidar la presencia de ingredientes de lujo. Cuando me preguntan por un restaurante donde celebrar una ocasión especial siempre menciono a La Locanda. Llevo seis años confiando en ellos para mis celebraciones personales y nunca han fallado.

Debo agregar que su chef principal, Augusto Salazar, ha emprendido otros rumbos y el nuevo equipo tiene la responsabilidad de mantener la calidad y también la oportunidad de presentar nuevas experiencias. Mientras no descuiden el servicio personalizado cuentan con mi próxima visita.

La Locanda del Swissôtel queda en Av. Santo Toribio 173, San Isidro.
Teléfono: 421-400
Mi recomendación: Las pastas y las carnes de larga cocción. Aprovechen antes que cambie la carta.

Tzuru, restaurante nikkei.
Lejos están aquellos tiempos cuando mencionaban comida nikkei y yo pensaba en rolls (más su salsa de anguila encima). Le debo mi eterno agradecimiento a Norio Takeda, el itamae del Sushicage, quien pacientemente me hizo descubrir nuevos sabores e ingredientes.

Por eso, cuando visité Tzuru no me costó mucho trabajo investigar su carta a fondo. Desde las entradas (sí, hay makis, no se enojen), pasando por los fondos (tradicionales y fusión) hasta llegar a los postres con la exquisita presentación que sólo un restaurante japonés puede tener. ¿El resultado? Optimo. Los nigiris son una muestra de la creatividad del itamae, sumado a la correcta técnica para manejar el shari. Hay rolls, está el acevichado, y no caen en el recurso de "mientras más ingrediente tenga encima mejor". En los platos de fondo se puede encontrar un esquivo okonomiyaki, un tradicional donburi y un ramen perfectamente ejecutado. Hay platos fusión que me dejaron excelente sabor de boca. Basta mencionar su versión de arroz con pato. Los postres siguen manteniendo un lugar de supremacía tanto en sabor como en su presentación de lujo.

No puedo finalizar esta reseña sin mencionar al equipo de salón. El servicio es muy correcto, los mozos saben responder cualquier consulta que uno haga sobre los ingredientes del plato y están atentos a cualquier detalle que necesite el cliente. Está más que claro por qué los visité sin falta todos los meses del 2016.

Tzuru, restaurante nikkei queda en calle 21 707, San Isidro.
Teléfono: 225-5195
Mi recomendación: Déjense llevar por el equipo de salón. Ellos sabrán recomendarles algo de acuerdo a su gusto.

La sorpresa: Yume
En un mercado asediado por barras libres de costo fijo y sobrevaluadas propuestas de "lounge", abrir un restaurante nikkei es un tiro de largo alcance. El público peruano aún es presa fácil de una zona de comodidad donde lo único que importa es cuántos rolls se pueden comer por un precio ínfimo.

Por eso valoro muchísimo la iniciativa de Yume, un sushi bar libre donde los responsables han dado rienda suelta a su creatividad sin miedo a la fusión utilizando los insumos más frescos. Basta no más ver los tiraditos donde juegan con sabores y texturas inesperadas. Obviamente hay rolls, en variedad suficiente para que cada quien escoja su favorito. No pierdan de vista los piqueos, descubrirán opciones como el taco katsuo y las yume wings, excelentes como abreboca. Y en cuanto a los fondos están los clásicos tempura, yakimeshis y donburi. Está claro que hay mucho por ver de Yume. ¡Muchos éxitos chicos!

Yume queda en Benavides 4893, Surco.
Teléfono: 621-3348
Mi recomendación: El taco katsuo y los tiraditos.

El restaurante fusión: Matria
Cuando visito este restaurante me siento como niño con juguete nuevo. Arlette Eulert presenta cada plato con esmero y cariño pero también como un resumen de toda su experiencia en el Perú y el extranjero. 

Su propuesta está enfocada en la creatividad y el respeto por los insumos de temporada. No es difícil que luego de una primera visita uno descubra favoritos de toda la vida. Basta mencionar los spaghettini nero con langostinos y salsa de curry, o la cazuela de lechón confitado o la tarta de pecanas. Y si les contara la propuesta de brunch que armaron terminando el año...

Matria es un lugar para investigar cada línea de la carta, para deleitarse con nuevos sabores y para sorprenderse en cada visita. Le debo una disculpa a Arlette Eulert por no visitarla más seguido pero el 2017 prometo que será diferente.

Matria queda en Mendiburú 823 , Miraflores.
Teléfono: 422-2784
Mi recomendación: Abran la carta e inspírense. Es difícil para mí elegir un sólo plato.

La pastelería gourmet: Yogashi Patisserie
Una amalgama de pastelería francesa con técnicas japonesas, las cuales son aplicadas durante un largo proceso de elaboración. Con cerca de 30 variedades de pasteles en vitrina, y habiendo probado más de la mitad, es difícil elegir un favorito pero si tuviera que elegir mencionaría el Chocodomme, mousse de chocolate belga al 64%, el Frambo Macaron, un macarrón XL relleno de frambuesa y crema y la Fruit Tart, donde siete trocitos de fruta están colocados sobre la crema y una masa de harina de almendras. Confieso que aún me falta evaluar aquellos con té verde, ingrediente al cual siempre he mirado de reojo.

Yogashi Patisserie brinda una experiencia diferenciada, aunque costosa, pero justificada por la elección de insumos de calidad y el tiempo involucrado en su elaboración. Además, siguiendo los cánones de la pastelería francesa, las porciones están hechas para que uno disfrute el sabor de cada ingrediente, no para empalagar. 

Yogashi Patisserie queda en Av. San Borja Norte 598, San Borja.
Teléfono: 433-6348
Mi recomendación: Cualquier postre de vitrina.

La cafetería: Tony Regalado Patisserie
Tony Regalado estrena nuevo local en el distrito de Surco y una nueva marca que refleja su esencia: elaboración artesanal de todos sus productos desde las masas pasando por las cremas y llegando a los helados ¿Mencioné que ahora también ofrece sándwiches hechos con pan de la casa?

Siempre me refiero a sus postres como una excelente opción para endulzar el día más esta vez quiero aprovechar para mencionar sus bocadillos salados. Esta su famosa empanada con masa de elaboración artesanal y un relleno generoso de pura carne molida, pero también novedades como el Centenario, pan de centeno con pollo y pecanas, caprese gratinado y el intrigante bunker, con doble queso y jamón caliente.El mejor acompañamiento para un café americano o sí desean té alemán Gschwendner con frutos del bosque. Sea para desayunar o para darse un antojo o para un té vespertino, para comer allí o para llevar, ahora pueden visitar el nuevo local de Tony Regalado a cualquier hora del día.

Tony Regalado Patisserie queda en Francisco Bolognesi 656, San Miguel.
Mi recomendación: Los eclairs, los helados artesanales y los sándwiches con pan de la casa.

(continuará...)