El día de la madre empezó invariablemente como todos los años en el San Antonio pues es uno de los pocos locales que comienza a atender desde las siete de la mañana. Ya le he dedicado cuatro posts en el blog a esta famosa cafetería y escribir uno más sería redundante. Sólo mencionaré que hace tiempo no veía un local tan concurrido en servicio a la mesa y para llevar.
Este año en mi familia nos arriesgamos a la hora de escoger el restaurante para almorzar y decidimos ir sin haber hecho reserva al Segundo Muelle. Hace poco lo había elegido como el lugar número uno para comer mariscos pero después de esta ocasión fácil entraría en mi ranking de restaurante favoritos en general. La anfitriona felicitó a mi mamá y le obsequió una copa de champagne y una caja de trufas. ¿Qué tan difícil es replicar este gesto en otros restaurantes y así demostrar que el cliente es su razón de existir?
Ante la amable sugerencia del mozo mi mamá pidió un tiradito tricolor. Pescado fresco, sabores muy suaves y una buena presentación, detalles clásicos del Segundo Muelle para un plato superior al de cualquier otra cebichería. Yo pedí el Papardelle lomo Mar Adentro y confirmé que en cuestión de pastas este plato supera a mis favoritos de El Grifo y el Donatello. El sabor de la carne combinado con el de los langostinos no tiene punto de comparación con ningún otro restaurante. Si me pongo exquisito sólo criticaría que el filete de lomo ha disminuido su tamaño. Mi hermano se pidió una corvina a lo macho quer estuvo muy buena. La combinación de mariscos, un toque muy ligero de azafrán y el sabor fresco del pescado me obligan a recomendar este plato.
No es necesario escribir más. Ya lo había dicho antes y lo reafirmo, en cuestión de mariscos Segundo Muelle es el primero.
Este año en mi familia nos arriesgamos a la hora de escoger el restaurante para almorzar y decidimos ir sin haber hecho reserva al Segundo Muelle. Hace poco lo había elegido como el lugar número uno para comer mariscos pero después de esta ocasión fácil entraría en mi ranking de restaurante favoritos en general. La anfitriona felicitó a mi mamá y le obsequió una copa de champagne y una caja de trufas. ¿Qué tan difícil es replicar este gesto en otros restaurantes y así demostrar que el cliente es su razón de existir?
Ante la amable sugerencia del mozo mi mamá pidió un tiradito tricolor. Pescado fresco, sabores muy suaves y una buena presentación, detalles clásicos del Segundo Muelle para un plato superior al de cualquier otra cebichería. Yo pedí el Papardelle lomo Mar Adentro y confirmé que en cuestión de pastas este plato supera a mis favoritos de El Grifo y el Donatello. El sabor de la carne combinado con el de los langostinos no tiene punto de comparación con ningún otro restaurante. Si me pongo exquisito sólo criticaría que el filete de lomo ha disminuido su tamaño. Mi hermano se pidió una corvina a lo macho quer estuvo muy buena. La combinación de mariscos, un toque muy ligero de azafrán y el sabor fresco del pescado me obligan a recomendar este plato.
No es necesario escribir más. Ya lo había dicho antes y lo reafirmo, en cuestión de mariscos Segundo Muelle es el primero.