Entro a la panadería Belgravia, cierro los ojos e imagino que el reloj ha retrocedido 25 años y puedo escuchar las siguientes frases: “Para mí baguette dulce", "A mí pídanme un relámpago o un borracho", "Yo quiero un pionono", "Yo, un enrollado de hot-dog” He perdido la noción de cuantas veces escuche el mismo dialogo cada vez que visitábamos esta panadería. Abro los ojos y veo las mismas vitrinas llenas de panes, pasteles dulces y empanadas. Detrás los hornos de pan y al fondo las cajeras protegidas por un vidrio. Como si el tiempo se hubiera detenido en la década del 80. A mí los años sí me cambiaron y los pasteles de Belgravia fueron superados por las exquisiteces del Gourmet Deli. El enrollado de hot-dog fue olvidado impunemente gracias a las empanadas del San Antonio. Pero todavía existe algo que me devuelve a esos años felices de infancia y que no he encontrado en ningún otro sitio: El baguette dulce.
¿Cuántas veces devoré un baguette dulce con mantequilla, mermelada o sin nada encima? ¿Cuántas veces le quité la corteza de encima porque odiaba los granitos de ajonjolí? ¿Cuántas veces traté de llevar la dichosa bolsa de papel que siempre terminaba doblándose? Hace un par de semanas volví por el local de Belgravia para comprobar que siguen siendo los expertos en preparar este pan dulce. (Ojo lo venden recien salido del horno a partir de las 3:00) Le debo una disculpa a esta panadería por haberla olvidado durante tanto tiempo. Le debo un agradecimiento por preparar el mejor baguette dulce de todo Lima.
¿Cuántas veces devoré un baguette dulce con mantequilla, mermelada o sin nada encima? ¿Cuántas veces le quité la corteza de encima porque odiaba los granitos de ajonjolí? ¿Cuántas veces traté de llevar la dichosa bolsa de papel que siempre terminaba doblándose? Hace un par de semanas volví por el local de Belgravia para comprobar que siguen siendo los expertos en preparar este pan dulce. (Ojo lo venden recien salido del horno a partir de las 3:00) Le debo una disculpa a esta panadería por haberla olvidado durante tanto tiempo. Le debo un agradecimiento por preparar el mejor baguette dulce de todo Lima.
Belgravia aún sobrevive por lo que no pediré un minuto de silencio. Será suficiente con disfrutar un trozo de su extraordinario baguette dulce con una taza de humeante chocolate del Cuzco. O si no tiene chocolate, café o solo. Para mí es suficiente para recordar los mejores momentos de mi vida.
Belgravia queda en Av. Arenales 2304, Lince.