martes, 19 de mayo de 2009

Segundo Muelle II (Feliz día para todos)

El día de la madre empezó invariablemente como todos los años en el San Antonio pues es uno de los pocos locales que comienza a atender desde las siete de la mañana. Ya le he dedicado cuatro posts en el blog a esta famosa cafetería y escribir uno más sería redundante. Sólo mencionaré que hace tiempo no veía un local tan concurrido en servicio a la mesa y para llevar.

Este año en mi familia nos arriesgamos a la hora de escoger el restaurante para almorzar y decidimos ir sin haber hecho reserva al Segundo Muelle. Hace poco lo había elegido como el lugar número uno para comer mariscos pero después de esta ocasión fácil entraría en mi ranking de restaurante favoritos en general. La anfitriona felicitó a mi mamá y le obsequió una copa de champagne y una caja de trufas. ¿Qué tan difícil es replicar este gesto en otros restaurantes y así demostrar que el cliente es su razón de existir?

Ante la amable sugerencia del mozo mi mamá pidió un tiradito tricolor. Pescado fresco, sabores muy suaves y una buena presentación, detalles clásicos del Segundo Muelle para un plato superior al de cualquier otra cebichería. Yo pedí el Papardelle lomo Mar Adentro y confirmé que en cuestión de pastas este plato supera a mis favoritos de El Grifo y el Donatello. El sabor de la carne combinado con el de los langostinos no tiene punto de comparación con ningún otro restaurante. Si me pongo exquisito sólo criticaría que el filete de lomo ha disminuido su tamaño. Mi hermano se pidió una corvina a lo macho quer estuvo muy buena. La combinación de mariscos, un toque muy ligero de azafrán y el sabor fresco del pescado me obligan a recomendar este plato.

No es necesario escribir más. Ya lo había dicho antes y lo reafirmo, en cuestión de mariscos Segundo Muelle es el primero.

lunes, 4 de mayo de 2009

Punto Azul (Punto final)

Cuantas veces habré pasado por este restaurante pero la descomunal afluencia de gente en la puerta era motivo suficiente para no entrar. Como ya lo he mencionado antes la cantidad de clientes no es un indicador confiable para decidir si justifica visitar un restaurante. Al contrario, almorzar en un local lleno es un riesgo que no me gusta correr. Sin embargo, la confiable recomendación de una amiga me animó a darle una oportunidad a esta cebichería. Escogiendo una hora prudente decidí almorzar en el local de Punto Azul más cercano a mi casa en San Borja.
Primer y único consejo: Si no quieren estar esperando media hora o más en la calle tienen que estar presentes a las doce en punto. El local es una casa adaptada para restaurante y cuando llegué a las doce y cuarto ya estaba repleto. Felizmente éramos dos personas y no hubo problema para encontrar un sitio. Primer, pero no único, punto en contra: Hay demasiadas mesas y es realmente incómodo almorzar en ese ambiente reducido pues a cada instante alguien empuja la silla y pide permiso para pasar. El servicio es muy regular porque los mozos sólo están preocupados en ver cuánta gente más pueden atender. No los culpo.
La carta estaba bien presentada y aparte de los infaltables cebiches, arroces y chicharrones, ofrecen platos de su creación. Como me sentía incómodo y sin ánimos de hacer experimentos pedí el clásico chaufa de mariscos y un pescado saltado. Lamentablemente en el chaufa había más arroz y sillao que mariscos, recurso manido de las cebicherías que se concentran en la cantidad antes que en la calidad. De sabor estuvo satisfactorio pero no era nada que no se pudiera encontrar en cualquier restaurante de menú. El saltado de pescado estuvo mucho mejor aunque de sabor ligeramente salado. Es probable que hayan exagerado con el sillao. Fue un buen complemento al deslucido arroz chaufa que me sirvieron.

En resumen considero que no hay mucho que recomendar de este restaurante. Un servicio regular, un ambiente nada cómodo por la cantidad de gente que acude y unos platos que sólo están en la mesa para cumplir. La verdad lo recomiendo sólo para esos domingos en los que uno se levanta sin ganas de cocinar y no tiene muchas expectativas. Una recomendación para este restaurante: No ofrezcan postres. La dependiente pasaba de mesa en mesa con una bandeja de postres tan deslucidos que ni gratis los hubiera aceptado.

Punto Azul queda en calle Joaquín Madrid 253, San Borja.
Teléfono 224-8755.
Volvería: Por la incomodidad a este local no.