Para salir de vacaciones siempre hay que ahorrar y establecer prioridades en los gastos. Cuando estuve en Iguazú mi meta era conocer las cataratas y tomar la mayor cantidad posible de fotos. Consecuentemente tuve que resignarme a comer pan de molde y jamonada para poder cubrir los gastos del hotel. Pero en mi último viaje a Tarapoto mi única prioridad era comer bien. Ese fue el motivo que me guió hacia el hotel Río Shilcayo, un hotel muy cómodo y que ofrecía un flamante desayuno buffett.
Es redundante mencionar cuanto me gusta comer en un buffet. La palabra sobriedad no existe en mi vocabulario gastronómico así que apenas entré al comedor cogí el plato más grande y me serví la mayor cantidad posible de bocadillos. La fruta estaba deliciosa y muy fresca. La papaya y el melón tenían un sabor diferente a lo que uno come en Lima. Los bocaditos salados si me desilusionaron porque ni siquiera estaban tibios. ¿Que gusto tiene un mini tamal si está frío? Habían también algunos quesos y fiambres para acompañar los pancitos pero nada más que valga la pena mencionar. Esperaba más de este buffet pero se vio compensado con todo lo que bueno que brinda el hotel.
Les recomiendo este hotel si quieren un lugar alejado del bullicio de la ciudad y donde pueden descansar en paz. El personal es muy atento y está atento a cualquier necesidad que uno pueda tener. Las amplias habitaciones son muy cómodas y cuentan con aire acondicionado. Además tienen un servicio a la habitación impecable. Como cereza del pastel pueden encontrar hamacas por todos lados para recostarse y soñar con vacaciones eternas. En lugares así la vida sí que es sueño.
Hotel Río Shilcayo queda en Pasaje Las Flores 224, Tarapoto
Teléfono 042 -522225
Me gusta la comida italiana pero más me gusta si está preparada a la peruana. Ejemplos sobran: una lasaña rellenada generosamente con diversos ingredientes, unos fettucinis servidos con harta salsa bolognesa o unos clásicos tallarines al pesto con su apanado de lomo encima. A eso le llamo verdadera comida peruana fusión y existen lugares donde pueden comer ese tipo de platos. En una ciudad de la selva, en medio de la bulla de los mototaxis y el insoportable calor, existe un oasis llamado Café d’ Mundo donde esta fusión ha sido llevada al extremo.
¿Se imaginan que resulta de combinar ingredientes típicos como la cecina, el chorizo y el sachaculantro con los mejores platos de la comida italiana? Si a eso le agregan un ambiente muy elegante e íntimo, una atención correcta y precios módicos entonces tenemos a un ganador absoluto. Llegué a este restaurante por pura casualidad y apenas entré me deleité con las mesas alumbradas con velitas reflejaban el típico ambiente de un restaurante italiano. El calor no es un problema porque el local no tiene techo, lo que le da un toque más especial.
En la parte de entradas destacó de inmediato un plato cuyo nombre ya se me estaba haciendo agua en la boca. Eran unos portobellos gratinados rellenos de chorizo y acompañados de puré de papa. Pero la cruel realidad me jugó una mala pasada pues el mozo me informó que no contaban con los ingredientes para prepararlos. Resignado sólo me quedó pedí un pan al ajo especial. Estaba bueno pero aparte del queso derretido no pude encontrar una razón para considerarlo especial.

Me consolé pidiendo una lasaña regional. Lasaña rellena de cecina y chorizo en salsa blanca y roja con un toque de sachaculantro. Es una porción grande que fácilmente alcanza para dos personas. Viene con bastante relleno y la presencia del sachaculantro es el toque especial que marca la diferencia. El sabor del plato en sí es ligeramente salado y quedaría mejor si la acompañan de una ensalada fresca como la caprese.
Como segundo plato pedí unos fettucinis a la carbonara al estilo regional. Eran unos fettucinis con salsa carbonara y cecina flambeada con brandy. La cecina es una carne dura pero tuvieron el acierto de servirla cortada en láminas muy delgadas. El plato cumplió con mi expectativas pero les aconsejo que pidan un buen vino para digerir la comida. La propuesta del local es atractiva pero puede ser algo pesada para los que no acostumbran comer en exceso.
Siento que el post no le hace justicia pues queda mucho más por decir de este restaurante. La carta es muy variada y decidir entre las innumerables entradas, pizzas, spaghettis, lasañas y raviolis puede ser una tarea difícil. Sin embargo cenar en Tarapoto bajo un cielo lleno de estrellas no tiene precio. Y eso no lo encuentran en Lima. Agarra esa flor, San Ceferino.
Café d’ mundo queda en Jr. Alegría Arias de Morey N°157, Tarapoto
Teléfono 042-524918