Aprovechando nuevamente la coyuntura publicaré algunas reseñas que se habían quedado en el tintero. A veces por la impaciencia en escribir acerca de un lugar muy bueno o presentar una ruta gastronómica dejo esperando a otros. En algunos casos había perdido la esperanza porque hasta las fotos ya habían sido borradas, en otros tal vez estoy siendo injusto por incluirlos en un post resumen pero considero que ya no pueden quedarse más tiempo en el olvido.
Macario (Av. Ayacucho 1339, Surco)Perdóname Macario por incluirte en un post resumen. Se que me cayó pesado el mozo renegón pero eso no justifica haberte relegado tanto tiempo. Te merecías un post aparte pero el tiempo me ganó. Este clásico local tiene en su carta los tradicionales sándwiches de pavo, lechón y pollo que vende con mucho éxito. Pero yo debo mencionar en primer lugar su sándwich de jamón huaracino. Lo mejor es el sabor de la carne, ligeramente salada, con una sazón típicamente peruana. Es un deber probarlo porque no lo he visto en ningún otro sitio. Punto débil, deberían poner salsas en la mesa. Punto fuerte, curiosamente también saben preparar un pye de limón muy cumplidor. Eso sí, espero que tengan espacio para probarlo después de comer sus sándwiches.
San Joy Lao (Jr. Ucayali 779, Cercado de Lima)
Este chifa siempre se ha destacado por servir porciones muy generosas. De un menú para dos pueden comer tranquilamente tres personas y si le sumamos que la atención es mejor que el promedio pues estamos ante la típica opción bueno, bonito y barato. Pero ha resultado algo irregular las veces que he asistido, al extremo de que la extraordinaria sopa wantán que me sirvieron un sábado se convirtió en un caldo desabrido a la siguiente semana. Es complicado dar opiniones definitivas en el caso de las chifas así que sólo me limitaré a recomendarlo como una opción de termino medio.
Il Buon Mangiare (Calle Los Laureles 519, San Isidro)Cenar en este lugar fue toda una sorpresa. No esperaba encontrar en una recóndita calle de San Isidro un pequeño restaurante donde preparan pastas al mejor estilo casero. Me sorprendieron con una deliciosa ensalada caprese, plato desconocido para mí pues siempre había desconfiado de su simpleza. Me noquearon con sus ravioles de verduras al pesto. Para mí la noción de pesto es espinaca, albahaca, queso freso y pecanas licuados para crear una salsa verde que combina con cualquier pasta. Sin embargo me encontré con una deliciosa salsa pesto preparada con los ingredientes picados. Estuvo demasiado buena. Vale la pena darse una vuelta por este restaurante. Se que tiene varias sucursales pero no las he visitado así que sólo puedo recomendar la original en San Isidro.
Hooters (Larcomar)
Confieso que la única razón por la que decidí comer algo en este lugar fue porque me regalaron un vale de consumo. La única referencia que tenía era la reseña de un programa de cable mencionando la especialidad de la casa: las alitas. Pedí una porción, que según la carta venían “con cualquiera de nuestras seis deliciosas salsas” pero la moza que atendía me dijo que en ese momento sólo tenían con o sin picante. Digo yo: ¿Para eso hacen tanta alharaca en su carta? En fin lo que me trajeron fueron algunas alas y muslitos fritos con un aderezo picante. Nada espectacular, nada que no se pueda encontrar en cualquier bar y para variar nada que justifique una visita. Completamente prescindible.
El Bolivariano (Pasaje Santa Rosa 291, Pueblo Libre)Le doy el beneficio de la duda sólo porque el motivo de mi visita fue un almuerzo de despedida a una compañera de trabajo. Le quito ese beneficio por la impresión que me dejo de ser un lugar más adecuado para tomar licor que para comer. De entrada sus precios excesivos me dieron la impresión de estar en el típico y sobrevaluado restaurante “turístico”. El sabor de sus platos no me impresionó y el ambiente bullicioso me hizo entender su reconocida fama de lugar para “tonear”. Todavía me tomaré un tiempo para volverlo a visitar y dar mi opinión definitiva.
Macario (Av. Ayacucho 1339, Surco)Perdóname Macario por incluirte en un post resumen. Se que me cayó pesado el mozo renegón pero eso no justifica haberte relegado tanto tiempo. Te merecías un post aparte pero el tiempo me ganó. Este clásico local tiene en su carta los tradicionales sándwiches de pavo, lechón y pollo que vende con mucho éxito. Pero yo debo mencionar en primer lugar su sándwich de jamón huaracino. Lo mejor es el sabor de la carne, ligeramente salada, con una sazón típicamente peruana. Es un deber probarlo porque no lo he visto en ningún otro sitio. Punto débil, deberían poner salsas en la mesa. Punto fuerte, curiosamente también saben preparar un pye de limón muy cumplidor. Eso sí, espero que tengan espacio para probarlo después de comer sus sándwiches.
San Joy Lao (Jr. Ucayali 779, Cercado de Lima)
Este chifa siempre se ha destacado por servir porciones muy generosas. De un menú para dos pueden comer tranquilamente tres personas y si le sumamos que la atención es mejor que el promedio pues estamos ante la típica opción bueno, bonito y barato. Pero ha resultado algo irregular las veces que he asistido, al extremo de que la extraordinaria sopa wantán que me sirvieron un sábado se convirtió en un caldo desabrido a la siguiente semana. Es complicado dar opiniones definitivas en el caso de las chifas así que sólo me limitaré a recomendarlo como una opción de termino medio.
Il Buon Mangiare (Calle Los Laureles 519, San Isidro)Cenar en este lugar fue toda una sorpresa. No esperaba encontrar en una recóndita calle de San Isidro un pequeño restaurante donde preparan pastas al mejor estilo casero. Me sorprendieron con una deliciosa ensalada caprese, plato desconocido para mí pues siempre había desconfiado de su simpleza. Me noquearon con sus ravioles de verduras al pesto. Para mí la noción de pesto es espinaca, albahaca, queso freso y pecanas licuados para crear una salsa verde que combina con cualquier pasta. Sin embargo me encontré con una deliciosa salsa pesto preparada con los ingredientes picados. Estuvo demasiado buena. Vale la pena darse una vuelta por este restaurante. Se que tiene varias sucursales pero no las he visitado así que sólo puedo recomendar la original en San Isidro.
Hooters (Larcomar)
Confieso que la única razón por la que decidí comer algo en este lugar fue porque me regalaron un vale de consumo. La única referencia que tenía era la reseña de un programa de cable mencionando la especialidad de la casa: las alitas. Pedí una porción, que según la carta venían “con cualquiera de nuestras seis deliciosas salsas” pero la moza que atendía me dijo que en ese momento sólo tenían con o sin picante. Digo yo: ¿Para eso hacen tanta alharaca en su carta? En fin lo que me trajeron fueron algunas alas y muslitos fritos con un aderezo picante. Nada espectacular, nada que no se pueda encontrar en cualquier bar y para variar nada que justifique una visita. Completamente prescindible.
El Bolivariano (Pasaje Santa Rosa 291, Pueblo Libre)Le doy el beneficio de la duda sólo porque el motivo de mi visita fue un almuerzo de despedida a una compañera de trabajo. Le quito ese beneficio por la impresión que me dejo de ser un lugar más adecuado para tomar licor que para comer. De entrada sus precios excesivos me dieron la impresión de estar en el típico y sobrevaluado restaurante “turístico”. El sabor de sus platos no me impresionó y el ambiente bullicioso me hizo entender su reconocida fama de lugar para “tonear”. Todavía me tomaré un tiempo para volverlo a visitar y dar mi opinión definitiva.