lunes, 30 de mayo de 2016

Social Restaurant & Bar (Second chance)

Dicen que las segundas partes nunca son buenas. ¿Podrá el restaurante Social romper ese mito?

Nuevamente estoy sentado en Social Restaurant & Bar. Como buen restaurante de hotel se distingue por su ambiente elegante, decoración sofisticada y personal dispuesto a satisfacer todas las necesidades del cliente. Cuenta con tres ambientes: la terraza donde aún pueden disfrutarse los últimos rayos de sol, la barra ideal para tomar unos tragos junto a los amigos, y el salón principal adecuado para una cena romántica o una reunión de negocios.  Pequeño detalle, es la una y estoy en la obligación de evaluar su propuesta de brunch dominical. Luego del brillante desempeño a la hora del desayuno mis expectativas son (bastante) altas. 

Para comenzar la jornada me sirven un chilcano de canela con pisco Portón. No soy experto en mixología más sí puedo disfrutar lo refrescante de esta bebida preparada con las proporciones correctas. Interesante el toque que le da la corteza de canela, queda anotado por si algún día se me ocurre venir para un after-office. Aparece el mozo con el carrito de entradas donde encuentro fiambres y quesos, mini-causas y mini sándwiches. Lo justo y necesario para abrir el apetito y no llenarse innecesariamente. Que raro, esta vez no vi el carrito de ensaladas, presumo que no llegó por mi mesa.

La aventura continúa con la estación de cebiches en vivo. Me voy a lo seguro ordenando un mixto con extra picante. Aparentemente el encargado se midió con el ají pero le agradezco porque así puedo disfrutar el sabor fresco de los mariscos y una leche de tigre para la cual debo pedir una cuchara extra. En cuanto a los makis hay que ser condescendiente porque es una estación más y luego de probarlos me doy cuenta que no son su especialidad. Pero es la ausencia de gari lo que me hace renegar, ¡si es básico para cambiar el sabor de boca! Omito la estación de pastas, tenerlas cocidas con anticipación es un punto que no suelo aprobar aunque podría justificarse para disminuir el tiempo de atención a los comensales. 

Caja china. Anticuchos. Ocopa.
Llegamos a caja china, quizá la estación más suculenta del brunch: una selección de carnes de la estación de caja china: chorizo, cerdo y pollo. Destaca la variedad de salsas hechas en el mismo restaurante: rocoto, barbacoa, "ají pollero". Saludo el uso de papas nativas, servidas con cáscara y con una deliciosa textura arenosa que se deja acompañar con las diferentes salsitas. En cuanto a las carnes no puedo quedar más satisfecho. El pollo está jugoso por dentro y el toque ahumado es óptimo, el cerdo con el pellejo crocante y ese toque de grasa para disfrutar hasta la última brizna de carne pegada al hueso. Mi recomendación: para no llenarse rápido les sugiero acompañarlas de una ensalada de verduras frescas.

El brunch también incluye una selección de diez platos que son preparados al momento y servidos a la mesa. Es un aspecto clave, porque muchos buffets presumen de tener una gran variedad de estaciones aunque los platos terminen perdiendo sus cualidades por el constante recalentado. No hay sorpresas con el lomo saltado, preparado al estilo del chef con una salsa de la casa que se complementa bien con el tacu-tacu de pallares, aunque extraño la versión anterior con papas nativas. El anticucho llega con el toque exacto de sazón y al punto medio aunque el acompañamiento de choclo baby y papas en doble cocción amenaza en quitarle protagonismo. Fácilmente repetiría ambos platos.
Lomo saltado. Arroz con mejillones

La ocopa me encanta porque se aleja de esa versión donde la salsa se procesa en exceso y termina cogiendo textura de mayonesa. La presencia de huevo pochado y hash brown es una vuelta de tuerca inesperada que le da otra dimensión. Ojo con la pizzeta al grill, llega recien salida del horno y la combinación de tomate, berenjenas y prosciutto sobrepasa mis expectativas. El arroz con mejillones "con todos los sabores del norte" es suficiente para cerrar mi recorrido por los platos de fondo. 

Un postrecito para terminar.
Pero no hay almuerzo completo sin postre, ese es el dogma del blog. La selección es correcta y hay para todos los gustos. Mini suspiros a la limeña, servidos en la porción exacta para no empalagar. Brownies con un toque de manjar para acompañar el café. Cheesecakes y mousses de frutas si desean algo ligero para cambiar el sabor de boca. Pero si buscan lo más contundente, dejen volar su imaginación en la estación de crepes. Se puede elegir helados artesanales, cocktail de frutas y todos los topping que uno pueda combinar. Domingo es un día especial y hay que cerrarlo como se debe. ¿Me traen un café americano, por favor?

Social ofrece una correcta propuesta de brunch dominical que permite armar un almuerzo al gusto del cliente a un precio manejable. La idea de acercar las estaciones a la mesa funciona sin sacrificar la velocidad del servicio y, junto a la carta de platos hechos al momento, son el mayor activo de este restaurante. Obvio, el reto está en el equipo de salón, que se ve muy exigido ante las diferentes necesidades de cada cliente. Si pueden manejar adecuadamente ese aspecto, hacer de cada domingo un día especial no será muy complicado.

Hilton Lima Miraflores queda en Av. La Paz 1099, Miraflores
El brunch dominical  va todos los domingos de 12:00 a 16:00
Es costo es de S/.85.00 por persona.
Teléfono 200-8000
Volvería: Probablemente.
Estacionamiento: Valet parking.

lunes, 23 de mayo de 2016

La Pulpería (¡Nos vamos de compras!)

"Hace muchos años, en Lima existían las pulperías, lugares en donde conseguir todo tipo de producto para llevar. Eran almacenes grandes en los que se vendía, al mayoreo y al por menor, todo tipo de mercancías"

En cada estante un descubrimiento.
Si algo debemos agradecer al boom gastronómico es la aparición de tiendas especializadas en productos gourmet. Quizás el término asusta al comensal promedio porque inmediatamente lo asocia a un bien de precio inalcanzable. No exageremos, tampoco es que en cada esquina vendan chocolates Amedei, jamón Joselito o queso Pulé. La idea es que, de acuerdo a nuestro gusto y presupuesto, visitemos estos locales y vayamos descubriendo que existen productos de calidad óptima y elaboración artesanal. Lo bueno es que estos productos no necesariamente vienen del extranjero, sino de nuestro mismo territorio. Y esa es la mejor parte de esta reseña.

Carlos Gonzáles, dueño de La Pulpería, me recibe en la entrada para contarme el origen de la tienda. Siendo testigo de como el mercado gastronómico peruano evolucionó y sabiendo que había un nicho de consumidores ávidos nuevas experiencias se trazó la meta de contactar a las empresas y convencerlas de otorgarles la distribución. En algunos casos tomándose incluso el trabajo de obtener los registros para su comercialización. Pero como lo bueno cuesta, el reto mayor fue viajar por todo el Perú en busca de los mejores insumos. Reto que aún continúa.

Tinto de verano. Degustación de fiambres
El clima ayuda y como aperitivo me sirven un tinto de verano (vino tinto, Schweppes de limón y mucho hielo) Suficiente para alegrar el paladar y elevar mi curiosidad al tope para recorrer los estantes. La variedad de productos españoles (conservas, frutos secos) listos para el consumo es impresionante. Pero también hay mezclas envasadas de paella, fideuá y tortilla española. Ventaja, en la etiqueta lleva un código QR que enlaza a un video de Youtube donde les enseñan cómo preparar la receta. Más fácil imposible. La sorpresa llega cuando encuentro productos peruanos que sólo se venden en el extranjero. Tarea para ustedes venir a descubrirlos. Pista, los amantes de los mariscos estarán felices. Obvio, no podía faltar una selección de vinos españoles de las bodegas Viñedos de Alfaro La Rioja y Losada de El Bierzo. 

No me iría sin conocer algunos de sus productos y comienzan en gran estilo. Calientan una porción de tomate frito estilo Kikí, un toque de queso mantecoso y baguetín de la casa. Es una salsa de tomate hecho a la manera tradicional sin ningún tipo de aditivo. Probarlo es casi una epifanía. ¿Cómo es posible que no haya oído hablar antes de este producto? Cada bocado sólo me deja con la sensación de querer probar uno más. Carlos me cuenta que él prefiere calentarla en sartén y cuando está a punto echa dos huevos para que se cocinen solo con el calor. Y yo me pregunto ¿cómo será la versión con carne servida sobre un buen plato de pasta italiana?

Conociendo nuevos productos
Llega el momento de probar los fiambres españoles marca Covap (Cooperativa del valle del Pedroche). Esta marca de ganaderos y productores es conocida a nivel mundial y la producción se hace bajo estrictos controles de calidad (Raza del cerdo, extensión del terreno, alimentación, etc.) Vale la pena mencionarlo, antes he probado los jamones Joselito y estoy familiarizado con esos sabores intensos. Sin embargo la selección que me presentan (jamón ibérico de recebo -el término se refiere al tipo de alimentación del cerdo-, caña de lomo, morcón, y sobrasada es una clase intensiva de fiambres ibéricos que me deja con un excelente sabor de boca.

Algo me dice que el restaurador ha investigado mi blog con anticipación y sabe que las mejores visitas son aquellas donde no dejan de sorprenderme. Me sirven una tablita con una degustación de quesos peruanos acompañada de mermelada de quito-quito de Oxapampa, miel de mucílago y mermelada de maracuyá con calabaza de Cajamarca. Tres productos inéditos para mi y que son el acompañamiento perfecto para estos quesos de sabores fuertes. Blogger, ¡cuánto camino te queda por recorrer! 

Me voy de La Pulpería con ganas de comprar toda la tienda. Si Delifrance y la Gastrónoma eran mis tiendas favoritas pues ahora tienen una competencia de lujo donde el único ganador seré yo pues ya tengo más de donde escoger. Y a ustedes les recomiendo darse una vuelta cuanto antes. Tal como dije al principio de la reseña hay productos importados y nacionales, algunos cuya existencia desconocía. Es más, les dejo un reto ¿Conocían la sal de Piyuana? Vengan al local y nunca más comprarán sal rosada del Himalaya. Los mejores productos están en nuestro país y es nuestro deber conocerlos. 

La Pulpería queda en Calle Chiclayo 999, Miraflores.
Horario: Martes a sábado de 11:00 a.m. a 20:00. Domingos de 10:00 a 14:00
Teléfono: 242-3653
Estacionamiento: Difícil. En plena calle pero hay pocos sitios. Mejor comprar para llevar.
Volvería: Hay varias razones.

domingo, 1 de mayo de 2016

Días de blogger XXXI: One chance in hell

De como una visita basta y sobra para formarse una opinión del restaurante. 

Shimaya (Hell on earth)
Que yo afirme haber descubierto el mejor ramen en Lima sólo podría atribuirse a un exceso de optimismo (o ingenuidad) Es muy difícil encontrar uno que sea fiel a la receta original y no caiga en la tentación de adaptarlo al gusto limeño aumentando la cantidad de proteína o, peor aún, fusionándolo con ingredientes típicos. Aún así, nunca dejo de prestar atención a nuevas propuestas que aparecen en el mercado para seguir acumulando experiencia en el tema.

Gyoza. Yakimeshi. Shio Ramen.
Llego a Shimaya Ramen, más por curiosidad que por recomendación de terceros. Es su segundo local y algo de eso debió servirme como advertencia para no ir con las expectativas altas. No quiero malograr el suspenso pero ya me di cuenta que el fantasma de "el original es mejor" se niega a abandonar el blog.

Por recomendación del mozo ordeno el shio ramen. La clave de este plato debería estar en el caldo pero cuando veo los goterones de grasa flotando se me quitan las ganas de seguir comiendo. Los fideos, recocidos y muy lejos de la esperable textura jabonosa no contribuyen a mejorar la experiencia. Además ¿A qué vienen las tajadas de cerdo en un ramen de pollo? Insisto con un tantanmen pero el picante excesivo no me permite evaluar los sabores del caldo. Error de mi parte pero tampoco mejoraron el punto de cocción de los fideos.

Inexplicablemente se me ocurre ordenar platos calientes. El yakimeshi es prescindible porque ya me resigné a no sentir la textura melosa pero lo grave es que se sienta un sabor a fritura antes que a wok. Las gyoza llegan demasiado tostadas a la mesa y prefiero no hacer mayor comentario respecto al relleno. Y los langostinos al panko son los mismos que utilizan para armar los makis. Luego de ver tal seguidilla de errores me pregunto por qué mejor no concentrarse en una propuesta reducida antes de abrir una carta donde han tomado rumbos innecesarios. ¿Tiradito de cocona en un ramen-ya? Ya pues.

Me retiro fastidiado de Shimaya Ramen. Probablemente alguien saldrá en su defensa diciendo que el local original es mejor. Puede que sí y puede que no. Pero entonces que le cambien de nombre a este porque flaco favor le hace a la marca.

Shimaya Ramen queda en Caminos del Inca 2362, Surco.
Volvería: A este no. Al original ya veremos.
Estacionamiento: Sólo hay dos plazas disponibles.

Woking Noodles Bar (Two steps from hell)
Desde que cerraron los cines (hagan cuentas) el C.C. El Polo es terreno ignoto para mí. El tráfico en los alrededores es una prueba de tolerancia y, a excepción de Delifrance, no encuentro otra motivo válido que justifique manejar hasta allá. Sí, ya sé que está Kilo pero hasta que no pase su momento de novelería no puedo decir nada más. Entonces ¿Por qué estoy en Woking? ¿Por qué?

Gyoza. Chicharrón de pollo.
Langostinos al panko. Cebiche a la piedra
Un letrero me guía a la entrada del restaurante ubicado en un sótano. ¿Me parece o era antes una discoteca? El salón es oscuro, un detalle que es el terror de los bloggers gastronómicos porque no hay manera de tomar una foto decente. Han sacado el máximo provecho al espacio incluyendo una mesa central para grupos. Me siento esperando a que llegue el mozo con la carta pero descubro que está impresa en el individual de papel. Mejor, así es más sencillo comenzar con la aventura.

Empieza mi jornada con unos langostinos al panko (Pero que terco eres blogger...) Al menos acá me sirven los langostinos enteros pero mal procesados al punto que la costra de panko se desprende sola. Otra vez aparecen los fansi fritos que vi en Bravo Restobar, un recurso manido que no aporta nada pues a los minutos pierden lo crocante. La ejecución de las gyoza es descuidada, algunas están rotas y el relleno está reseco y desabrido. El chicharrón de pollo sólo hace acto de presencia. Pero con algo tengo que llenarme, ¿no?

Para terminar ordeno el cebiche a la piedra. La presentación es como la del plato original, al menos hasta que el mozo vuelca el contenido de una jarra que contiene "leche de tigre" caliente. El pescado, literalmente, nada en el exceso de líquido y es inevitable pensar en un sudado ¿Será por eso que lo sirven con arroz? A los minutos regresa el mozo exclamando: ¡Perdón, me olvidé de sacar las piedras! En fin. ¿Fusión o confusión?

Me voy de Woking encogiendo los hombros. Probablemente alguien me recomiende probar los buns pero si de cuatro entradas no hallé algo rescatable. ¿Qué podría esperar de los platos de fondo? Prefiero quedarme con la duda.

Woking queda en CC El Polo Tienda D-105
Volvería: Adivinen...
Estacionamiento: El del CC. Guarden el ticket para obtener descuento.

Café A Bistro (Hell yeah!)
¿Existe algo más popular en las redes virtuales que los rankings de comida? Los he leído hasta el cansancio en mil versiones: la mejor pizza, la mejor torta de chocolate, el mejor lomo saltado. Estas publicaciones suelen generar discusiones bizantinas que muchas veces se enfocan en el tamaño de la porción (mientras más grande mejor) o el precio (si es caro es para "gourmets", si es barato es rico) Cuando el gusto popular se inclina por detalles banales antes que en la técnica o la calidad de los insumos entonces como que no hay mucho que esperar. Omitiré los ejemplos para no herir susceptibilidades.

Hamburgesa Café A 
Excepción a la regla: Café A Bistro, denominada por las redes como la mejor hamburguesa "del mundo mundial". Tremendas muestras de euforia bastarían para obligarme a salir en búsqueda de la hamburguesa de marras pero mi habitual escepticismo me aconsejo dilatar mi visita. Al menos hasta que leí las opiniones de dos reconocidos personajes del medio gastronómico. (Gastón no, por si acaso) No me concentraré en los detalles técnicos porque han sido discutidos hasta el cansancio.

La hamburguesa Café A está hecha con carne molida de asado de tira, cebolla caramelizada, pickles, queso y salsa secreta de la casa. No me arriesgo a pedirla en término medio, sobre todo cuando el mozo me advierte que apenas le dan una pasada, tres cuartos será entonces. Llega a la mesa y de por sí ya veo algo diferenciado. Pruebo un trozo de carne sola y disfruto con esa textura consistente y jugosa. La pruebo con la salsa y los otros ingredientes y tengo que reconocer que en el mercado no hay una combinación que pueda hacerles frente. ¿Tal vez la de Osso con salsa animal? ¿Algo más? el pan está hecho en casa y resiste con éxito la carne tan jugosa. Y si hablaras de las papas fritas, crujiente al extremo y listas para comer con las salsas que ponen a disposición. Quizá les recomendaría darle una sacudida para que caiga el exceso de sal pero eso cae más en el campo de lo anecdótico. 

Hace mucho que había descartado el uso de rótulos en esta página y ha pasado mucho tiempo para retomar esa mala costumbre. Suficiente con decirles que en un ránking de hamburguesas esta, por su misma simpleza pero perfecta ejecución, difícilmente tendría competencia. Palmas para Café A Bistro. Me verán volver. Una y otra vez.

Café A Bistro queda en Av. Del Ejército 2193, San Isidro.
Volvería: Definitivamente.
Estacionamiento: Repartido con la pollería y el chifa del costado.