viernes, 31 de julio de 2015

Blogger on the road I (Highway to heaven)

Viajar por carretera es una prueba de fuego para cualquiera que desee hacer turismo. El trayecto nunca se acaba, el "hermoso" paisaje termina aburriéndote luego de media hora y la batería del celular se descarga a una velocidad increíble. Y la pregunta ¿A qué hora llegamos? rondará tu cerebro una y otra vez como una melodía navideña. Comienza una nueva ruta para el blogger, ahora por las carreteras norteamericanas.

Le pain quotidien

Vitrina de Paul Bakery
Apenas llego a Washington mis prioridades estaban claras: darme un duchazo y buscar un lugar donde comer, aunque no en ese orden necesariamente. Si bien el tour incluía un traslado a Georgetown  cuando le pedí al guía una recomendación me vino con la odiosa frase: "Acá todo es rico". Gran ayuda de este sujeto. Felizmente la suerte me acompaña porque a media cuadra del paradero encontré el sitio ideal. No todos los días uno tiene la oportunidad de encontrar una marca con 125 años de historia.

¡Macarrones!
Paul es de esos lugares que algún día espero ver en esta ciudad. Panadería artesanal e insumos de alta calidad para una oferta diferenciada que no tiene nada que ver con las cafeterías limeñas, lugares donde se prefiere competir por el costo antes que la calidad. Basta una mirada a la vitrina para saber que no se andan por las ramas. Comienzo con un sándwich de jamón y queso. Pan artesanal de interior alveolado y de corteza dura, jamón natural de la casa sin preservantes ni colorantes y un delicioso queso aromático. No hay ciencia, sólo insumos bien combinados. Sigo con un croissant de chocolate Deluxe que le hace honor a su nombre porque el chocolate es intenso y la miga es esponjosa hasta decir basta. Para finalizar con algo dulce peco de ambicioso y pido un macarrón de chocolate tamaño XL, una versión americanizada del clásico postre francés.

Un vistazo no es suficiente para escribir una reseña de esta cafetería pero sí para que ustedes se antojen de visitarla cuando estén por Georgetown. Al menos con este post ya no dependerán de un guía pánfilo que debería hacer mejor su trabajo.

Paul Bakery-Cafe queda en 1078 Wisonsin Ave NW, Washington DC

Deja vu
La Providencia y yo siempre nos llevamos bien en el extranjero. Así como el frío inclemente de Chicago me obligó a entrar a Eataly, ahora gracias a la lluvia encontré una tienda de la que nunca querría volver a salir.

Dean & DeLuca es una tienda cuya pasión por encontrar los mejores productos supera culaquier expectativa. Sin embargo tengo el tiempo en contra y debo tomar decisiones rápidas. ¿Vinos? Imposible, pueden maltratarse por el traslado y la temperatura. Además todavía no salgo del nivel básico. ¿Productos frescos? Peor, no durarían nada y además tenía las compras hechas en Paul.  ¿Especias? Como me gustaría que Don Lucho estuviera a mi lado. El sabría qué escoger entre tanta variedad. ¿Qué hago?


Sección chocolates
Es entonces cuando veo la sección que justifica todos los viajes que hago: ¡Chocolates! ¡Y de qué marcas! Mast Brothers, Dolfin, Vosges Haut, Eclat, Sampaka, etc.  La variedad que tenían era para perder la razón. No sólo por los diferentes origenes sino por las combinaciones de ingredientes. Trato con resginación de escoger una barra de cada marca. Sin embargo me cobro la revancha de Chicago cuando veo los marshmallows artesanales Baru. Hechos con vainilla de Madagascar, un toque de sal de Gerande (Francia) y bañados en chocolate belga, basta un mordisco para imaginar a lo que sabe un pedazo de nube. Mi apetito está satisfecho pero en el camino a la caja veo un paquete de Crispery Crispycakes, un mezcla de marshmallow con arrocillo crocante relleno de chocolate. Ok, ven con papá blogger.


No tengo más opción que huir de la tienda antes que consuma mi línea de crédito. Además todavía falta visitar otra ciudad y existe el riesgo que en el trayecto mis compras se deterioren. Tal cual me pasó en Eataly considero que ni en un mes hubiera podido probar todo lo que ofrecían. Nos volveremos a ver. Cueste lo que cueste. 

Dean & DeLuca queda en 3276 M Street NW, Washington D.C.


De los macarrones y otros vicios.

Macarrones
Hace un par de años fui invitado con otros medios, a disfrutar del "Luxury Brunch" en uno de mis restaurantes favoritos. Todo marchaba bien, incluso para finalizar el evento trajeron bandejas con macarrones. El equipo de cocina salió para agradecer a los asistentes y aprovechar en tomarse una foto grupal. Sin embargo cuando el chef pastelero sugirió posar con la bandeja de macarrones descubrió que ya habían algunos espacios vacíos. ¿Qué le vamos a a hacer? A veces me toca poner cara de inocente y al mejor estilo de Bart Simpson decir: "Yo no fui"

Saliendo de Dean & DeLuca caminaba tranquilo y feliz cuando a lo lejos distinguí una vitrina con unas pequeñas torres de varios colores, inconfundible señar de... ¡Macarrones! Imposible encontrar una manera mejor de cerrar mi recorrido por Georgetown. Entro como un poseso a la tienda y la dependiente me recibe con una sonrisa angelical (¿Cuándo veré algo parecido en Lima?) Pregunto cuál es la especialidad de la casa y me recomienda el de caramelo salado. Genial, desde que probe los chocolates VOsges Haut con caramelo quemado y sal me he vuelto aficionado a ese sabor. Sigo con el chocolate mexicano que lleva especias y chile. No es la primera vez que pruebo un chocolate picante así que disfruto el picante que se siente al final de paladar luego del primer bocado. El de vainilla es un lujo. No sólo por usar vainilla de Tahiti sino por el relleno de ganache de chocolate blanco que no resulta empalagoso para nada. 

Vicio satisfecho, blogger más satisfecho aún. Los macarrones y yo hemos nacidos para estar juntos. Para toda la vida. Y esta vez no tuve que disculparme con nadie.

Olivia Macaron queda en 3222 M Street NW, Washington DC

domingo, 26 de julio de 2015

Bistro 1087 (Sesiones clandestinas)

Hay posts que son tan difíciles de escribir. Yo no sé...

Un seguidor del blog me comentó sobre una cena a puerta cerrada en Bistro 1087, el restaurante de Palmiro Ocampo. La poca disponibilidad de cupos, el horario único de reserva y el hecho de visitar un local en proceso de construcción me sonó a leyenda urbana. Sin embargo cuando recordé las palabras de una amiga: "Hasta que no pruebes los platos de Palmiro tu blog seguirá incompleto" entendí que no podía dejar pasar esa oportunidad. La curiosidad es a veces puede ser buena consejera pero no puedo omitir las recomendaciones de las personas más experimentadas que yo.

Llego al local, me encuentro con la puerta cerrada (obvio) pero el vigilante está sobreaviso y me indica que pase sin objeciones. Una anfitriona me conduce al segundo piso y me encuentro con un ambiente que parece una zona de guerra. No tiene nada de malo, por algo es una cena clandestina y además le da un aire de intriga. ¿Cómo se verá el resultado final? Los demás comensales aún no llegan y me siento en un sofá para dejar que la impaciencia me consuma. Son más de las 8.30 y mi apetito comienza a afectar mi humor. Al final llega Manny Chiok junto a su novia. Su expresión es de buen ánimo aunque intuyo que ha estado batallando contra el infernal tráfico de San Isidro. Es tiempo de comenzar la cena y me ubico en una pequeña silla que rodea la cocina (laboratorio) del chef. Un estante de especias al mejor estilo de Central (perdonen la comparación) llama mi atención. Entre los distintos frascos distingo uno de macerado conteniendo una culebrita. Ok, no es como Central.

Tentempié Pachamama
Al costado de la mesa veo un pequeño arbolito e inocentemente pienso que es decoración pero cuando me dicen que las hojas son comestibles y sirven para limpiar el paladar mis cejas se arquean de inmediato. Son manzanas deshidratadas al aire libre recubiertas de especias y un toque de harina de maíz morado. Pruebo una de ellas y el sabor me recuerda a las ciruelas secas que me invitaba una amiga china. Siempre las odié pero esta ocasión es diferente, tampoco soy el mismo de hace siete años y el propósito justifica esta mezcla de sabores, entre agrio, dulce y salado.
La cena empieza con un abreboca, el tentempié Pachamama. Primero un arbolito ¿Y ahora una macetita? Definitivamente aquí se han tomado en serio la creatividad. Son cristales  de tubérculos con aïoli de la casa y una maracunoria (zanahoria que se convirtió en maracuyá) ¿Entendieron? Yo tampoco pero mi paladar se deleita con cada bocado. Cojo cuidadosamente cada hojuela y la unto con ese aïoli de chicha de jora para disfrutarlo en su máxima espresión pero veo que se acaba muy rápido y la experiencia es efímera. Me dan ganas de pedir más pero...

Pavo Blumenthal
El primer tiempo viene en forma de un corte de pavo con discos de manzana y mézclum de lechugas orgánicas. Mi escepticismo ataca de inmediato ¿Pavo? ¿Qué de gourmet tiene esto? Pero está visto que he venido a esta cena a equivocarme una y otra vez en mis apreciaciones. Cualquiera diría que estamos en plena cena de Navidad pero este tierno corte de pavo cocido lentamente está muy lejos de eso. Suave y jugoso, no es necesario acompañarlo del famoso "jugo de horneado". La ensalada no queda en segundo plano, cada bocado es diferente al anterior. La lechuga se combina con los pappardelle de zanahoria, la untuosidad de la palta, el crocante de las  pecanas garrapiñadas y mi debilidad: portobellos tostados. Me entregan un frasquito de vinagreta "rosa del archipiélago" (brandy y jugo de naranja) que pruebo sólo por obligación. No por algún defecto sino porque la combinación de ingredientes es tan buena que no necesita aderezos adicionales. Para el diccionario gastronómico: mezclum se le llama a toda mezcla (obvio) de hojas verdes jóvenes para hacer ensalada.

Budín de Porcón
Mientras espero a que llegue el segundo plato veo que acomodan unos troncos en la mesa de trabajo. Ahora sí se pasaron de la raya pero al leer la descripción del plato entiendo de que se trata. En la naturaleza las esporas de hongos se desarrollan sobre un tronco caído y este plato busca replicar la misma escena. Pruebo el budín de Porcón y me sorprende encontrar una versión del clásico postre casero pero no dulce sino con toques salados y una textura cremosa. Es difícil evaluar un plato pues me encuentro entre la disyuntiva de admirar el concepto o  disfrutar los sabores presentados. Completan la escena un chutney de manzanas al airampo, toffee salado de zanahoria y  hojas de mastuerzo. Un plato sorprendente.

Fideuá al estilo catalán
A estas alturas de la cena  podría decir que ya había visto todo pero llega un fideuá (fideuau según la mini-carta) preparado al estilo catalán. Es un plato más fácil de entender, aunque también lleva el toque del chef. Está el respeto por la receta tradicional, incluyendo el  auténtico aïoli con puro ajo y aceite de oliva, sin embargo el chef no se resiste a combinarlo con los sabores de una parihuela. Es una locura, cada bocado es un festín en la boca. Hubiera podido nada más comer los fideos y podría decir que no tiene punto de comparación pero es mi obligación evaluar el resto del plato. Pulpo al carbón, mero y navajas adecuadamente cocidos complementan un plato perfecto. Obvio no se olvidaron de darle esa textura crocante (socarrat) como todo fideuá que se respete.

Budín de la casa
El final viene en forma de un budín de la casa. La presentación cautiva pero cuando lo pruebo encuentro el primer error en una cena impecable. En fin, es una nadería que no vale la pena mencionar aunque me sorprende porque la primera incursión del chef fue Hana & Sumi, una pastelería de lujo. Se cierra el telón.

Mientras escribo sé que no estoy haciéndole justicia a la sesión clandestina. Falta hablar de la mixología y el maridaje pero el nivel presentado va más allá de mis conocimientos básicos y prefiero dejarlo para más adelante. En resumen, se viene algo importante para nuestra gastronomía.  En lugar de regodearse en florituras y uso de ingredientes desconocidos el chef presenta sabores reconocibles en una presentación sofisticada. Si bien esta cena es un mero adelanto y probablemente se hagan algunos ajustes sobre la marcha me siento como si hubiera visto el spoiler de una próxima película y no pueda esperar al estreno de la película. Crucemos dedos para que el primero de agosto llegue rápido.

Palmiro Ocampo
El chef Palmiro Ocampo
El chef se merece un párrafo aparte. Según me contó tenía una posición segura en una escuela de cocina pero buscando salir de su zona de comodidad y luego de pasar diversas evaluaciones encontró una posición en el Noma. El resto cayó por su propio peso y fue acumular experiencia en restaurantes de tal prestigio como el Celler de Can Roca, Noma, Mugaritz, Joel Robuchon y Astrid & Gastón.  

No todos los días uno tiene la oportunidad de hablar con un chef con tal experiencia, pero más impresionante tener una posición en primera fila para verlo en pleno trabajo. Pasa de la maxima concentación mientras realiza el emplatado a la emoción de hablar (o declamar) sobre sus platos. Su propuesta es muy ambiciosa y prefiero no adelantar nada. Cuando abra sus puertas los platos hablarán por si solos y a mí me tocará el placer de escribir sobre ellos.

domingo, 19 de julio de 2015

Les Gourmands (C'est la guerre!)

Apenas publiqué la última reseña llegó a mi correo el mensaje de una seguidora retándome a probar el mejor pan de pasas que se podía encontrar en Lima. Si bien no desconfío del uso de las etiquetas suelo tomarlas con cierto nivel de escepticismo. Hace mucho que perdí las ganas de hablar de "el mejor pye", "el mejor arroz con pato", etc.  porque son evaluaciones subjetivas que varían radicalmente de persona a persona. Sin embargo a veces hago excepciones...

Fachada del local
Un día sábado, de esos en los que lo último que deseo es salir de mi cama, recibí un efusivo mensaje al blog con la dirección de una pastelería francesa en Miraflores que debía visitar cuanto antes. La ocasión era perfecta porque justo tenía que hacer algunos trámites por la zona y fácil podía darme un salto. En plena esquina de La Paz con Bolívar se ubica Les Gourmands, un local pequeño y sencillo pero muy acogedor. Un par de mesas, un estante y sendas vitrinas exhibiendo una oferta de pastelería y bollería francesa tradicional incluyendo algunas creaciones de la casa con insumos locales. La dependiente está sola y comienzo a interrogarla sobre la oferta de la tienda haciendóme el desentendido (¡Que malo soy!). Sus explicaciones me convencen y procedo a hacer mis compras sin dejar de lado las recomendaciones que me enviaron por correo.

Pan de pasas y crema pastelera
Antes de evaluar mi compra vale la pena hacer un paréntesis. No suelo consumir panes dulces (excepción, el baguette de Belgravia) o con relleno porque siempre caen en los mismos defectos: exceso de azúcar o uso de crema pastelera industrial, defectos que sólo consiguen abrumar el paladar luego de dos bocados y ni siquiera con un café americano da ganas de terminarlo. En Les Gourmands se lo han tomado en serio respetando la elaboración artesanal de la masa sin aditivos ni preservantes así como usando ingredientes de alta calidad. A ver ¿cuántas pastelerías pueden afirmar que usan mantequilla francesa President para elaborar sus productos? Considero que la foto habla por sí sola, un pan con una deliciosa textura y relleno de una crema pastelera suave que invita a comerlo sin pausa entre bocado y bocado. El pan de chocolate sigue la misma tendencia pero incluyendo también trozos de chocolate belga que alegran la vida a cualquiera.

Eclair. Tarta macarrón.
Obvio, no me quedaría con las ganas de comprar algo para endulzar mi cena. Me dejo llevar por mis debilidades y elijo la tarta macarrón con base de tarta (obvio) rellena de ganache de chocolate y cubierta de galleta de macarrón. La idea funciona sí y sólo sí son fanáticos del chocolate, un aficionado se cansaría rápido por el ganache. Mejor sería disminuir el tamaño de la porción o la cantidad de ganache. El eclair sí que es una epifanía, bañado de verdadero chocolate fondant cuyo brillo y sabor intenso están muy lejos de la cubierta industrial que usan en otras pastelerías. En este caso viene relleno de crema pastelera artesanal perfumada con chocolate. La masa tiene esa textura entre ligosa e inflada característica principal de la pasta choux. Algo llama mi atención en la vitrina, un paquete de mantequilla President que orgullosamente exhiben como una señal de integridad.

Vitrina de bollería.
La emoción me gana y, algo que no suelo hacer en el blog, decido contactar a los dueños. Luego de un intercambio de mensajes cordialmente acceden a recibirme al día siguiente para hablar un poco más de su propuesta. 

Les Gourmands nace de la asociación de dos amigos, uno de ellos pastelero francés con décadas de experiencia. El primer local se abre en Lince con una sola idea: ser los más fieles a la elaboración tradicional de la pastelería francesa usando los mejores insumos (sin aditivos ni conservantes), respetando la esencia de la pastelería francesa en términos de calidad y presentación y con un costo razonable para que sea accesible a todo público. Vamos, en un mercado donde se compite más por el costo que por la calidad, donde se buscar hacer más de lo mismo una y otra vez solo puedo felicitar iniciativas de este tipo. Anécdota aparte, se iniciaron con una mesa como único mobiliario y con lo que fueron ganando día a día y conforme iban captando sus clientes terminaron de implementar el local.

Saint Honoré, Opera, Baba de pisco.
Quise conocer sus productos estrella y comenzamos por un Saint Honore, un postre muy simple pero todo un clásico de la pastelería francesa. Es la masa choux rellena de crema pastelera y avellanas cubierta con caramelo y chantilly y coronada con profiteroles. Continuamos con una opera, torta que no consumo hace tiempo porque no toleraba el sabor de la crema de mantequilla. La revolución francesa llega a mi paladar cuando siento el ganache de chocolate y la crema de café mezclarse con el bizcocho de almendras. He vivido engañado todos estos años y con un sorbo de café americano celebro el momento de la reconciliación. Me sirven un baba al que le han dado un toque peruano remojándolo en pisco y no en ron. Siento la textura humedecida del brioche que se equilibra adecuadamente con el toque de chantilly. Pero todavía tienen una sorpresa y es la polca de peras, una variedad de tarta con el mismo principio del quiche y cubierta de crema chiboust (combinación de pastelera y merengue italiano). La masa de tartaleta con almendras es suave, se deja partir con la cucharita y el caramelo quemado le da un agradable toque crocante. De verdad que hace mucho no probaba un postre con peras tan bueno.

Feuilette de salchicha artesanal
El tiro de gracia para el blogger viene en forma de una feuilette (hojaldre) de salchicha artesanal. Cuando era niño moría por el enrollado de hot-dog de la panadería Belgravia pero conforme fueron pasando los años la calidad disminuyó y dejé de consumirlo. Me resigné a vivir con tal vacío en mi alma (apetito) hasta que, sin saberlo, me reencontré con una versión del enrollado de marras. Es imposible no rendirse ante el sabor intenso de una salchicha artesanal producida al estilo francés, con dos tercios de carne versus un tercio de grasa. El "twist" se lo da una finísima capa de mostaza dijon como para seguir con la tendencia del local. Para terminar me traen un croissant tradicional. Es muy diferente al "cachito de mantequilla" atiborrado de pollo con mayonesa al cual nos han malacostumbrado algunas cafeterías. Este es un croissant pequeño, casi un bocadillo pero lo suficiente para saciar el apetito. La diferencia es que viene con dos capas de salsa bechamel y jamón, tal cual se comen en Francia. 

Polka de peras
Me retiro feliz con todo lo que encontré en Les Gourmands. Soy fan de la pastelería artesanal y asumir el reto de ser fiel a lo tradicional no es algo que muchos restauradores hagan. La integridad en el uso de los insumos vale tanto como la experiencia de años en el trabajo que uno hace. Si bien tienen opciones a la mesa (infusiones naturales y sándwiches) su enfoque es tipo "comprar para llevar" y como abre temprano es el sitio ideal en el que uno pueda llevar algo fresco para el desayuno. Es más vi unos clientes que desayunaban macarrones pero eso corresponde a otra historia. No he hablado mucho de su oferta de panes porque, ellos mismos reconocen, no es su fuerte aunque tengan algunas opciones de calidad. Igual creo que este es no de los sitios que alegran mi vida y justifican mi labor de blogger. Vayan a la hora que quieran pero no muy tarde porque como la producción es diaria cuando las tortas se acaban ya no hay lamento que valga. Por mi parte puedo cerrar el post diciendo que ya encontré el mejor eclair de todo Lima. 

Les Gourmands queda en Bolívar 290, Miraflores / Las Orquídeas 2827, Lince.
Horario: Lunes a sábado 7:15 a.m. a 7.30 p.m
Ticket promedio: S/.15.00 por persona.
Teléfonos: 221-3173/2434960
Estacionamiento: No. Hay una playa de Los Portales a media cuadra.
Volvería: Hay varias razones para regresar.

lunes, 13 de julio de 2015

Días de blogger XXIII (Semana de locos)

En la semana más ocupada del año en la oficina sólo un exceso de optimismo puede explicar que me haya comprometido a participar en cuanto evento me invitaran. Normalmente suelo planificar todo con la debida antipación pero esta vez actué sin pensar en fechas, horas ni lugares. Corriendo de un lado a otro, delegando responsabilidades y robándole horas al sueño pude cumplir con diversos compromisos. Igual acá estoy, luego de un relajado fin de semana para contarles todo lo que pasó.

Concurso de Piqueos, postres y cócteles de T-Gestiona 
Todos preparados para el concurso
Hace algún tiempo fui parte del comité evaluador en el concurso Sabor Chef, organizado por la UFE Perú, cuyo premio era una estadía en el Instituto Paul Bocuse en Lyon (Francia). Fue una experiencia muy entretenida ver en acción a los alumnos de varias escuelas de gastronomía y además me sirvió como aprendizaje para evaluar objetivamente los platos de acuerdo a los criterios establecidos. Obvio, no es una tarea sencilla, implica cierto nivel de responsabilidad y dejar las emociones a un lado. Quién diría que me volverían a convocar, esta vez como jurado del concurso de piqueos, postres y cócteles organizado por T-Gestiona, en el cual diversos equipos formados por empleados de la compañía participarían con recetas de su invención.

¡Listo para la acción!
Llego al centro de convenciones María Angola a la hora señalada (sí, en mi otra vida debo haber nacido en Suiza) y encuentro a los equipos dando los toques finales a su presentación. La encargada me entrega un mandil con el logo de la empresa y un rótulo identificándome como jurado. Mientras espero a que comience la competencia doy una vuelta y al ver la inquietud de los equipos me da ganas de, al mejor estilo de MasterChef, gritar: ¡Manos arriba, se acabó el tiempo! pero sé muy bien lo que implica particpar en este tipo de concursos corporativos. El premio es lo de menos, es una oportunidad de oro para demostrar el liderazgo, capacidad de trabajo en equipo y organización, características muy necesarias en la vida empresarial.  No es momento de echarme flores pero debo recordar que en una ocasión ya gané un concurso de este tipo creando una ensalada en el momento con todos los ingredientes que tenía a disposición.

Danza Cushuro, el ganador.
Empieza la competencia y veo como cada equipo se ha esforzado al máximo por impresionarme. Uso de uniforme, trípticos a todo color describiendo los platos y una presentación decorosa, cada una más ingeniosa que la anterior. Es innegable ver cómo se lo han tomado en serio. No entraré en el cliché de "todos deben ser ganadores", me gusta reconocer los méritos y el equipo que se llevó el primer lugar fue Danza Cushuro con sus gunkan de cushuro. Técnica en la preparación, creatividad en los sabores e innovación al incluir un ingrediente como el cushuro, alga de forma esférica muy conocida en la sierra y que ya está ganándose un lugar en platos de alta cocina. Detalles adicionales como la presentación sobre unos discos de vinilo y las anfitrionas vestidas con traje típico hicieron más sencillo tomar una decisión. En segundo lugar quedó el ceviche de camarones preparado al estilo tradicional. Basta con el punto de cocción correcto de los mariscos y la sazón equilibrada para ganarse los méritos. En tercer lugar quedan Amkha Ripieni con su papa rellena de cecina y cabanossi. El reto de usar embutidos de sabores tan intensos y conseguir la textura adecuada de la papa rellena me convencen de incluirlos en el podio final.

Gracias a T-Gestiona por considerarme en este evento. Fue una experiencia muy gratificante y me divertí evaluando a todos los equipos. ¡Espero verlos el próximo año!


Vau Girard (C'est la vie)
Este local ya cerró sus puertas.

Vitrina de postres
Hace algunas semanas una de las más acérrimas colaboradoras del blog me avisó de una pequeña pastelería en La Molina que debía visitar cuanto antes. Con lo pesado que soy en cuestiones de postres era inevitable sentir escepticismo antes su emoción  pero bastó que dijera la palabra mágica: "macarrones" para que decidiera planear una visita en el corto plazo. Es legendaria mi afición por los macarrones y no he dudado en consumir todos los que pueda cuando los he tenido delante pero estaba seguro que habrían otras razones para justificar mi lucha contra el endiablado tráfico de la avenida Javier Prado.

Llego a la pastelería y contrario al estilo del blog decido preguntar por los dueños. Pastelería francesa no se consume todos los días y quería que me expliquen un poco más cómo se animaron por esta propuesta. Lamentablemente no se hallaban en ese momento pero el administrador, cuando le dije quien era, cordialmente me invitó a degustar sus mejores postres.

Royal paradise
La aventura comienza con el Chocolate Heaven, bizcocho de chocolate, mousse de chocolate y baño de chocolate. El nombre no le queda corto, cada cucharada es una experiencia religiosa. La intensidad del chocolate belga se queda en el paladar pero sin llegar a ser empalagoso. Continúo con el Royal Paradise, un bizcocho suave (más que un genoise), relleno de chantilly y frutas de temporada. La chantilly tiene una textura de terciopelo en boca que hace mucho no se ve en Lima. Aparentemente sabían de mis gustos porque me ofrecen los macarrones, rebautizados en este local como Amelies, en varios sabores. El de limón de Sullana es una epifanía de los macarrones, está el sabor de la fruta, más no la acidez intensa que podría ser agresiva al paladar. Obvio que los de chocolate belga y vainilla natural le siguen a continuación en mis preferencias. Preparación correcta, insumos de calidad. Nada más que agregar.

Pauline de vainilla. Tres leches de caramelo.
El puntillazo final fue la tres leches con caramelo. Hace mucho que me resigné a no consumir este postre porque en las pastelerías peruanas se esfuerzan por hacerlo más empalagoso y no por mejorarlo. Por eso, esta tres leches se merece un párrafo aparte, es un bizcocho húmedo (no remojado) con una tenue capa de caramelo quemado, la cual le da un agradable toque crocante y es el "twist" que necesitaba este postre para alcanzar la perfección. Noble compañía, la Pauline de crema pastelera es un profiterol con una cubierta crocante que viene relleno de crema pastelera. Está demás agregar el uso de vainilla natural en su preparación cuya presencia noto en los puntos negros y en el sabor intenso. 

Me voy de Vau & Girard con la sensación de no haberlo visto todo. Su vitrina de postres es pequeña y me cuentan que la renuevan de acuerdo a la disponibilidad de las frutas que haya en el mercado. De mi parte sólo puedo decir que han ganado un cliente más. No es fácil impresionarme en cuestiones de postres pero a este nivel puedo decir que ya se ganaron un lugar en el ranking del año.

martes, 7 de julio de 2015

Social Restaurant & Bar (Mañanas felices)

Hace un par de años viajé a Buenos Aires para una capacitación en finanzas junto a mi pares de la región Latinoamérica. Demás está decir que fue una excelente oportunidad para el desarrollo de mi carrera y como blogger una experiencia memorable por todo lo bueno que se puede encontrar en esa ciudad (Vasalissa, nunca te olvidaré) Sin embargo como la Providencia es generosa me alojé en el Hilton de Puerto Madero. Estar es un hotel de lujo es una experiencia sublime por todas las comodidades que brinda pero la experiencia se magnifica cuando percibo como el personal del hotel se esfuerza por dar el mejor servicio al cliente y buscar su entera satisfacción. Queda como una lección para aprender a tratar a nuestros clientes internos en la oficina. Pero eso corresponde a otra historia. O a otro blog.

Carrito de panes y frutas frescas
Un domingo, en el que por alguna razón desconocida me desperté a primera hora de la mañana, tenía ganas de probar algo nuevo para desayunar. Digamos que la cafetería con nombre de santo hace mucho que colmó mi paciencia, la sanguchería con desayuno a la peruana hace mucho que ya no está en mis preferencias y tampoco quería esperar a que abra mi tienda favorita para ir a comprar pan artesanal y fiambres. Con toda la buena intención del mundo y a pesar del inclemente frío miraflorino decidí recordar mi viaje a Buenos Aires visitando el Hilton Lima Miraflores. Como ya conocía el nivel de su propuesta de almuerzo deduje que a la hora el desayuno no les costaría mucho hacer un buen trabajo. ¿Visitar un restaurantes con expectativas altas? Algo que no suelo hacer muy seguido.

Huevos huancaínos
El desayuno personalizado del Social Restaurant & Bar tiene ciertas particularidades que lo diferencian de otras propuesta de hotel cinco estrellas. Primero, no hay estaciones propiamente dichas sino carritos transportados por los mozos para que uno escoja lo que se va a servir. Segundo, hay una carta de platos preparados al momentos que uno puedo ordenar ilimitadamente. Tercero, toda la atención es a la mesa y no es necesario levantarse en ningún momento. Es sencillo aprender la mecánica y ya depende de cada uno armar su desayuno al gusto. Invariablemente iniciaré mi jornada con fruta fresca para limpiar el paladar. Blogger vago y feliz de la vida por tener a mi disposición fruta procesada para picar. Pero como todo buen hotel americano tambié ofrecen jugo de naranja y smoothies en tres variedades (Inca, camu-camu y frutos rojos). Un shot de cada uno es suficiente para enfrentar la jornada laboral. Pero como no sólo de fruta vive el blogger también debo evaluar los panes dulces. ¡Atiza! Se acerca la moza con una canastilla de panes recien horneados: pan dulce relleno de crema pastelera y durazno. OK, esto sólo significa una cosa: ¡Trabaja americano! Y sin azúcar obvio.

Pan de yuca
Hace un par de años cuando estuve en Sao Paulo me volví adicto al famoso pao de queijo. Es imposible evaluar cuantos de esos panecillos de marras habré consumido durante toda mis estancia pero basta que cojan uno y no podrán detenerse. En Buenos Aires mi amiga Katia me ayudó con mi vicio cuando me invitó unos crujientes chipá que devoré sin pensarlo dos veces ante la aquiescencia de su frenchie Hipólito.

Sin embargo en Lima es difícil encontrar una versión de este pan hecha al momento. Por eso me alegra contarles que en los hornos del Hilton se cocina un pan de yuca relleno de quesos feta y mozarella, adecuado para celíacos, y que no tiene nada que envidiarle a su par brasileño. Es un bocadillo pequeño, crocante por fuera y ligoso por dentro con esa textura de mixto caliente que tanto me cautivó de niño. Lo sirven con una mermelada de cocona aunque tranquilamente se pueden comer solos ¿Saben qué fue lo mejor? Al final de la jornada el mozo me obsequió un taper con cuatro panecillos. Que éxito.

A disposición tienen una carta con variedad de platos que son preparados al momento y se pueden ordenar cuantas veces uno quiera. A recomendación del mozo pido el omelette Hilton con jamón, champiñones y verduras, acompañado de tostadas. Si el interior está jugoso el cocinero hizo bien su tarea y no tengo nada más que agregar. Excepto un toque de sal y pimienta. Sigo con el omelette hecho con claras relleno de champiñones, espinaca bebé y pimientos. Bienvenidos al mundo de la alimentación saludable. Más por curiosidad que por apetito ordeno los huevos huancaínos: hash brown de papas nativas, queso fresco a la plancha y salsa huancaína. Ejecución correcta, juego de texturas y un agradable "crunchy" que le daba el polvo de aceitunas. Aunque es recomendable mencionar al mozo el punto de cocción que uno desea para los huevos porque en mi plato uno estaba con la yema recocida y el otro a la inglesa. Indecisión que le llaman.

Degustación de panqueques y waffles
Pero como el mozo ya vio por donde van mis gustos me ofrecen una degustación de panqueques y waffles. La tostada francesa "Mi Perú" es un lujo que sólo puedo permitirme una vez al mes. Está hecha con chancay de la casa, rellena de queso crema y la sirven con saúco y miel de maple. Yo diría que la porción es para compartir pero sabiendo que mis lectores no se andan por las ramas...  El panqueque de tocino con miel de maple sirve para romper el trauma de la combinación dulce-salado. Digo, ya lo había experimentado en Maido con su bombón de chocolate y tocino. Créanme, sentir en el panqueque esponjoso los chips de tocino y combinarlo con la miel de maple es una experiencia que deben probar una vez en la vida. El waffle con manjar de lúcuma ya es la apoteosis de los desayunos. Considero que la foto habla por sí sola y no es necesaria mayor descripción.

¿Hay algo más? Sí, y lo pongo bien claro porque en otros hoteles no lo van a encontrar. Pueden ordenar al gusto las infusiones naturales de Quinta Esencia. Caen perfecto para acompañar los panes dulces o como digestivo para finalizar el desayuno. Consejo, no le echen azúcar, disfruten el sabor natural de las hierbas. 

En resumen, la experiencia matutina en el Hilton es más que satisfactoria. El servicio a la mesa fue correcto aunque si el salón está lleno puede jugarles en contra porque es difícil establecer prioridades respecto a qué mesa atender primero. Recomiendo ir en grupo para ordenar varios platos para picar y sobre todo en día domingo pues ofrecen platos especiales. Hilton, al igual que en Puerto Madero, lo volviste a hacer.

Hilton Lima Miraflores queda en La Paz 1099, Miraflores
Horario: 6.30 a.m a 10.30 a.m
Ticket promedio: S/.69.00 por persona.
Teléfono:200-8000
Volvería: Sí. Ambiente, excelente variedad de opciones y buena atención.}
Estacionamiento: Valet parking.