lunes, 4 de mayo de 2015

Huancahuasi II (Noches andinas)

Huancahuasi inagura nuevo local en La Molina y el blogger dice presente en la inaguración.

Detalle del nuevo local
La última vez que almorcé en Huancahuasi fue por cortesía de Paola Palacios, chef del restaurante, quien me acompañó durante toda la velada. Fue muy gratificante escuchar la historia de este conocido local que resume trabajo, esfuerzo y constancia a lo largo de sus 40 años de existencia. En su propuesta no sólo hay platos tradicionales de la sierra, también hay creaciones donde usan los mismos insumos aunque sin perder la esencia de la gastronomía andina. No quiero mencionar la palabra "fusión" porque es un concepto del que muchos restaurantes han abusado con disímiles resultados. Pero como lo bueno puede ser mejor no me sorprendió enterarme que habían desarrollado una propuesta nocturna en el nuevo y flamante local de La Molina. Cortesía de Huancahuasi y Agos comunicaciones fui invitado a la presentación de los nuevos platos así como al correspondiente menú degustación para evaluarlo.

La patasca
Aprovechando que ya viene el frío la cena empezó con un clásico de Huancahuasi: la patasca con mondongo. El resultado de varias horas de cocción salta a la vista. Vale la pena el comentario, este es el primer y único restaurante donde me animé a comer mote. Ciencia no hay, sólo ganas y paciencia de cocinar bien. Sigue el caldo de gallina de chacra que me hace acordar más a una sopa de casa consistente y sabrosa. Pequeño detalle, han prescindido de los fideos largos en favor de las municiones, tierna reminiscencia a las sopas que comía de niño. Siempre he pensado que el fideo tallarín es un recurso que sirve para llenar rápido y disimular un caldo hecho sin esmero. Yo les dejo de tarea a ustedes el menestrón andino, nueva vuelta de tuerca a la tradicional sopa italiana. Por creatividad no se quedan atrás.

Como toda propuesta nocturna que se respete también ofrecen piqueos para acompañar los tragos de la casa. Empiezo con las papitas acobambinas rellenas de carne de cordero y cerdo, servidas sobre su famosa crema de huancaína hecha al batán. Me convencen con esa textura crujiente por fuera y cremosa por dentro, pero la clave es la chalaquita de la casa que aporta un necesario toque de frescura. Las kiruskas (canastas) pachamanqueras funcionan como un "dim-sum" andino, masa crocante rellena de carnes en sazón de pachamanca, toda una sorpresa que me dejo con ganas de pedir más. Termino con las brochetas de alpaca que funcionan siempre y cuando en la cocina no pierdan de vista el punto de cocción. La nueva carta trae variedad de cócteles de la casa (calientitos, chilcanos y chichas de jora) pero como debía manejar de vuelta a casa me conformé con un sorbo de la novedosa sangría andina.

De los platos de fondo recomiendo el lomito saltado de alpaca. Tres detalles muy simples: el punto de cocción de la carne, el toque ahumado y papitas nativas fritas. No es necesario entrar en mayor explicación. ¿Ya ven estimados restauradores? Hacer un buen lomo es sencillo, no es cuestión sólo de freír carne con sillao y atiborrar el plato de papas fritas. La lasaña merece palabras de aprobación porque han sabido equilibrar la intensidad de los quesos andinos y por lo complejo que es trabajar la carne del cuy. La trucha con salsa del valle funciona pero el acompañamiento de tallarines al hapchi amerita una revisión para rebajar la fuerza del huacatay y el chincho. Me pregunto qué tan bien le iría al plato unas legumbres salteadas.

Postres de la casa
Para mí ninguna comida está completa sin postre y Huancahuasi se lució en gran estilo. El tres leches es un postre que siempre miro de lejos por el exceso de azúcar que usan en su preparación. Me alegra encontrar por fin un tres leches renovado donde la lúcuma ayuda a rebajar el dulzor y la quinua le da un agradable toque crocante. La mazamorra de maíz pareciera un postre muy común pero siempre les digo, lo más  simple es lo más difícil de lograr y esta mazamorra me deja con un mejor sabor de boca si la comparara con el tradicional postre limeño. Para terminar está la crema volteada de aguaymanto, la acidez de la fruta se complementa con el caramelo y la textura en su punto. Sí, confieso que soy un blogger dulcero y no me dio vergüenza pedir repetición.

Confieso que inicialmente sentí algo de reticencia pensando que una cena conformada por platos andinos podría ser "pesada" de noche pero les garantizo que han desarrollado una carta equilibrada y con variedad de opciones para todos los gustos.  Me queda pendiente evaluar su carta de tragos pero eso implica llegar sin carro y elegir un día de semana para un after office. Por el momento estoy feliz de informarles que ahora hay otro pedacito más de la Sierra en Lima.

Huancahuasi queda en Flora Tristan 585, La Molina.
Horario: Lunes a domingo de 11:00 a.m. a 11:00 p.m
Teléfono: 349-8411
Volvería: Por el lomito saltado y por su tres leches.

1 comentario:

Gabriela dijo...

Rico. ¿Ofrecen lo mismo para los almuerzos o es otra carta?