No le tengo mucha estima a la avenida San Borja Norte. Hace algunos años era mi ruta habitual para ir a trabajar y me cansaría de contar las veces que me aburrí atrapado en medio del tráfico. ¿Quién lo diría? Estoy de vuelta en la avenida de marras para visitar un restaurante que recomendaron efusivamente en el blog.
Estoy parado delante del local de Gambino llenecito de curiosidad. En la puerta hay una gigantografía indicando que la cocina es tradicional sin lugar a concesiones ni (con)fusiones. Cuando pienso en la barbaridad de restaurantes italianos en Lima ofreciendo risottos de lomo saltado, hamburguesas y pasta industrial con huancaína aún más industrial intuyo que he llegado a una especie de oasis gastronómico. El local es pequeño, el mobiliario es sencillo pero la decoración muy simpática, aunque de eso me ocuparé al final del post. Apenas me siento el dueño se acerca y me presenta orgulloso la carta afirmando: "Aquí todo es casero, desde la salsa hasta las pastas y terminando con los postres"
Fritatta di ravioli. Empanadas argentinas |
Tagliatelle a la bolognesa. Rvioli Gambino Tagliatelle ala arrabiata. Ossobuco de la casa. |
En la carta hay cerca de veinte variedades de salsa que uno puedo combinar con pastas de la casa. Yo elijo unos tagliatelle alla arrabiata (S/.23.00), lo más básico y que me permite evaluar la correcta preparación de la salsa de tomate, sabrosa y sin ningún rastro de acidez pero, en este caso, con el toque picante justo. En la pasta no hay puntos medios, la textura es óptima y denota una elaboración casera y la cocción al dente. La bolognesa (S/.25.00) sigue la misma tendencia casera aunque con el agregado de la carne molida. Los ravioli Gambino (S/.26.00) están hechos con espinaca en la masa y rellenos de jamón, ricotta y nueces. La salsa arrabiata que los baña viene en una cantidad generosa y no resisto la tentación de coger un trocito de pan para no desperdiciar una sola gota. También pruebo la pasta con salsa pesto (S/.23.00) hecha con la receta tradicional (ni se les ocurra mencionar la espinaca) aunque para mi gusto fue necesario pedir aceite de oliva y parmesano adicional. Antes que me olvide, en caso estén antojados, también hay sorrentinos en la carta.
El ossobuco de la casa (S/.35.00) impresiona por el tamaño de la porción y por esa textura que le da una larga cocción, la carne se desprende sin necesidad de usar tenedor. La pasta de acompañamiento es ligera, más no es necesario para no quitarle protagonismo al corte. He probado unos poco afortunados canelones de espinaca (S/.21.00) pues la verdura les jugo una mala pasada y terminó aguando la crema. Me va mejor con la lasagna napolettana (S/.36.00) aunque sufro, nuevamente, para acabar la porción. ¿No se los dije? Aquí sirven como si estuvieran en casa.
El ossobuco de la casa (S/.35.00) impresiona por el tamaño de la porción y por esa textura que le da una larga cocción, la carne se desprende sin necesidad de usar tenedor. La pasta de acompañamiento es ligera, más no es necesario para no quitarle protagonismo al corte. He probado unos poco afortunados canelones de espinaca (S/.21.00) pues la verdura les jugo una mala pasada y terminó aguando la crema. Me va mejor con la lasagna napolettana (S/.36.00) aunque sufro, nuevamente, para acabar la porción. ¿No se los dije? Aquí sirven como si estuvieran en casa.
Suprema di pollo alla napolitana |
La suprema de pollo (S/.35.00) se merece un párrafo aparte. Desde que estuve en Buenos Aires he vivido meláncolico tratando de hallar en Lima una verdadera "mila", sabrosa y contundente, cuyo tamaño ocupe la mitad del plato sin remilgos. La versión de Gambino es lo más genuino que se puede encontrar por estos lares. El empanizado es perfecto, crujiente y no se desprende al momento de cortarla. La salsa de tomate es la misma que se utiliza para las pastas y el topping de mozarella es generoso pero sin llegar al punto que empalague. De acompañamiento unas papas a la crema, lo justo y necesario para que uno se concentre en la milanesa. Sin exagerar, ya es candidato fijo a estsr en mi lista de platos favoritos del año.
Budín de panetón |
También ofrecen postres en Gambino aunque sólo lo justo y necesario para cambiar el sabor de boca. El budín de panetón (S/12.00) con frutos secos es un postre que no recuerdo haber visto antes en épocas distintas a las de navidad. Más vistoso que el tradicional y con el toque preciso de caramelo. El tiramisú es una receta familiar: mousse de chocolate, crema chantilly y biscotelas borrachas al café. No hay ciencia pero si muchos recuerdos de infancia de parte del restaurador y lo divertido que es hundir la cucharita hasta el fondo para probar los tres sabores.
Me retiro de Gambino más que satisfecho. Es difícil encontrar restaurantes con una propuesta tan sencilla que cumplan lo que vengo repitiendo hace años: "Lo más simple es lo más difícil de lograr". Recetas tradicionales, preparaciones caseras y un dueño preocupado por guiar a sus clientes a través de una carta no muy extensa. Antes que me olvide, el local está decorado con motivos de la mafia italiana. Hay incluso una lista de mandamientos que deben cumplir sus miembros aunque yo agregaría uno más: comer pasta casera todos los días de tu vida.
Gambino queda en San Borja Norte 491, San Borja.
Horario: Martes a sábado de 12.00 a 15.00. Cena 20.00 a 22.00Teléfono: 224-2362
Ticket promedio: S/.50.00 por persona
Estacionamiento: Tres sitios disponibles. Mejor llegar temprano.
Volvería: Sí, es una buena alternativa en la zona.
1 comentario:
Todo suena muy rico, pero no entiendo por qué agregar ají sin pensar que hay gente, como yo, que lo detestamos. Con lo fácil que es dejarlo aparte y que quien quiera se sirva cuanto quiera.
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