domingo, 26 de agosto de 2018

De la comida arequipeña (¡Picanteras a la orden!)

09.00 Cambio de planes
Su majestad el camarón.
Estoy sentado frente a mi computadora revisando la web de Matria. Ya tengo los platos escogidos para un almuerzo de tres tiempos, el vino se está enfriando y de repente me llega un correo que me deja atónito: "Renzo, estás invitado al Festival Arequipeño en Panchita". Arequipa y Panchita, dos palabras que son sinónimos de felicidad para mí. Lo siento Arlett, otro día iré por mis spaguettini nero, por más que te aburra de ver siempre la misma orden. Ni modo, soy un blogger fiel a sus costumbres.

Llego a Panchita más rápido de lo que pensaba, estaciono el carro y cuando bajo me encuentro cara a cara con Gastón Acurio. Intercambio un saludo muy breve porque noto que está algo apurado. Ya luego habrá tiempo para una foto del recuerdo aunque me felicito por llegar siempre antes de la hora. ¡Vamos al ataque!

12.30 Felicidad plena
Ocopa arequipeña. Cauche de queso.
Sarza de patitas. Adobo de cerdo.
Entro la local y veo que donde se ubica el horno hay una exhibición de platos arequipeños. Me acerco emocionado al ver la ocopa hecha al batán y en eso aparece la señora Mónica Huertas (La Nueva Palomino). La emoción me embarga porque aún recuerdo su pastel de tallarín y el triple que comí en ese local. Pero no está sola, también aparecen las hermanas Villanueva (La Cau Cau). Logro conversar con ellas sobre los platos que han cocinado y además me hacen prometer solemnemente que visitaré sus locales antes que termine el año.

Empieza la aventura con una ocopa de camarones (S/36.00), la receta tradicional que está a años luz de lo que se encuentra en Lima. La textura hecha al batán le da una consistencia única y el huacatay no es el protagonista de la salsa. Un camarón entero es el toque de gracia para el festín que se arma en boca. Sigue una sarza de patitas de cerdo (S/42.00) maceradas en vinagre y limón para que adquieran ese sabor característico. Dejen las buenas costumbres a un lado y tómenlas con las manos para no desperdiciar una sola brizna de carne. Termina la jornada con un adobo de cerdo (S/53.00), plato que se hecho con cogote de cerdo y concho de chicha de guiñapo. Ese caldo sabroso, resultado de una larga y precisa cocción, es perfecto para remojar el pan de tres puntas y el cerdo se consume sin necesidad de usar cuchillo.

Sarza de patitas. Ocopa de camarones. Adobo de cerdo. Anís Nájar para el alma.

14:30 No es más que un hasta luego.
Llega el momento de claudicar. Por más buenas intenciones que haya, no puedo comer una sola colita de camarón mas. Sueño con ver un té piteado y tal parece que una de las picanteras nota mi aflicción porque se acerca con una botella de anís Najar. "De acá no te vas sin tomar una copita" me dice. Yo estoy más que satisfecho, pero más puede la alegría de haber conocido los rostros detrás de los fogones. No hay espacio para postre aunque sí todas las ganas de regresar a la Ciudad Blanca. Palabra de blogger.

Dónde: Panchita (Primavera 557, San Borja) 
Cuando : 1ro. de setiembre. Solo almuerzo. 
El precio de las entradas y fondos va de S/.19.00 a S/.78.00.
Reservas al 242-5957

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fabuloso lugar y sobre todo fabulosa la comida arequipeña. Mis respetos.