jueves, 4 de diciembre de 2014

Chicago IV: La derrota del blogger.

En la historia del blog no hay muchos restaurantes que puedan presumir de haberme derrotado. Hace mucho que perdí la (mala) costumbre de comer en exceso e incluso cuando asisto a un buffet mi estrategia invariable es servirme porciones pequeñas en cada estación para evaluar adecuadamente el conjunto. Aún recuerdo cuando en un buffet de comida china dejé impresionados a mis compañeros de trabajo que vieron como no paraba de servirme un plato tras otro mientras ellos ni siquiera pudieron llegar al postre. Vamos chicos, si es muy sencillo, nunca se sirvan arroz chaufa a raudales o se llenarán de inmediato.

Fachada del restaurante
Una amiga me recomendó que apenas pise Chicago visitara cualquier local de Cheesecake Factory. La verdad no soy fanático de este postre por lo difícil que es encontrar uno medianamente aceptable en Lima. Sin embargo cuando entré al local y vi una vitrina con incontables variantes de cheesecake fue imposible resistirme a ordenar una porción. ("To go, please")

Cheesecake Factory es un cadena con más de 30 años de existencia. Lo que comenzó como un negocio casero se ha extendido a lo largo de todo Estados Unidos con más de 170 locales y que representa una gran historia de éxito. Mejor aún, todos los locales son propiedad de la compañía y no existen franquicias. Pero todavía hay más que contar. Entre sus valores está el respeto máximo a sus insumos. La comida que sirven está preparada con ingredientes de máxima calidad y que son adquiridos directamente al productor. Todo un ejemplo de como crecer manteniendo el amor al producto y no a los famosos "costos". ¿Ya ven que sí se puede señores restauranteros del Perú?

Buffalo burguer
Cuando abro la carta me encuentro con una amplísima variedad de platos de comida americana. Me voy a lo seguro y pido una buffalo burguer, clásica hamburguesa hecha con carne Angus Beef. Aunque por fuera se ve tostada el punto de cocción es el adecuados y por fin (¡por fin!) encuentro una hamburguesa preparada a mi gusto, rosada y jugosa manteniendo todos sus sabores. Confieso que no le presté mucha atención a los aros de cebolla y al aderezo de blue cheese, es que no los necesitaba. Pero las papas fueron una cuestión aparte. Sin embargo las papas fueron lo más delicioso. No serán amarillas o nativas pero estaban bien fritas y eso es lo que cuenta. Y si hablara del ketchup no terminaría esta reseña. Que lujo. Vale la pena hacerlo notar, fíjense como las papitas vienen en una lata ¿No se les hace conocido? Es la misma moda de Juicy Lucy, Papacho's y otras nuevas hamburgueserías. Ahora ya saben de donde viene.

Cajun Chicken Littles
Pedí los Cajun Chicken Littles pensando vagamente en el chicharrón de pollo del Titi pero fue pecar de optimismo. A la mesa llegí un plato, no, una fuente de trozos de pechuga empanizados y fritos acompañados de puré de papa y choclito succotash. Nuevamente el plato destaca por la sazón correcta del pollo al punto que ni toqué los aderezos de acompañamiento. Y si hablara de la cocción, los trozos estaban crocantísimos por fuera y jugosos por dentro. No pondré etiquetas pero tranquilamente podría decir que fue uno de los mejores platos que comí en Chicago. Suficiente con la foto para que se hagan una idea por qué no pude terminarlo. Así que los peruanos comían mucho ¿No?

Pit Beef Deep
Como las veces anteriores había sido impunemente derrotado por los platos de fondo esta vez preferí elegir un sándwich. El Pit Beef Deep es un ciabatta inmenso con carne a la parrilla coronado con queso fontina derretido y cebollas caramelizadas. Digamos que no existe combinación más afortunada pero la vuelta de tuerca definitiva es el pocillo de au jus, una reducción de la salsa de cocción, que sirve para remojar el pan (Perdón Frieda Holler). Lo hice sólo por probar porque la carne se defendía sola pero confieso que no pudo quedar mejor. Por la misma razón me serví un toque del rábano picante aunque no fue de mi preferencia por el sabor tan penetrante que tiene. Odiosas comparaciones pero que tal diferencia con los sándwiches peruanos a los que le ponen "todas las cremas".
 
Vista de la vitrina
Cuando llegue a la parte del postre me dejé guiar por el instinto. Primero con el Godiva Chocolate, un postre que desde la vitrina me llamaba gritos para que lo ordene. A ver, un cake sin harina hecho de puro chocolate Godiva, una capa de cheesecake de chocolate y otra de mousse de chocolate. ¿Es demasiado? No lo creo, pero es recomendable sólo para los chocolateros más acérrimos. La referencia más cercana que encuentro en Lima es la torta de trufa de Schmidt Deli.  Sigo con el Mango Key Lime porque es mi fruta favorita y la base hecha con macarrón de vaininlla y coco puede dejar a los más exigentes con la boca abierta. Descarto el Heshey's Chocolate Bar porque a diferencia del Godiva el sabor no es intenso sino empalagoso. Quizá las chispas de chocolate en la corteza no ayudan mucho a que pueda terminarlo No criticaré los gustos americanos por las barras de chocolate, al final es sólo eso: un gusto diferente y que, lamentablemente, no va conmigo.

Si van a Cheesecake Factory les dejo algunas recomendaciones. Primero, vayan con paciencia. Las tres veces que lo visité el salón estaba repleto y había una larga fila de personas esperando. Como no aceptan reservas hay que dar el nombre a la anfitriona y resignarse a que les diga con su mejor sonrisa "Forty five minutes". Segundo, lo más recomendable es compartir los platos. No exagero al decirles que tranquilamente pueden comer tres personas de un plato de fondo. En todas mis visitas siempre sobró comida y tuve que pedirla para llevar. Tercero, vayan en grupo para que puedan probar diversas variedades de cheesecakes. Si van solos por más esfuerzos que hagan no pasarán siquiera de la mitad. En fin, el blogger es muy mal perdedor pero a veces las derrotas tienen un sabor muy dulce.

The Cheesecake Factory queda en Michigan Avenue 875. 
En plena Magnificent Mile y en el primer nivel de la Hancock Tower. Mejor ubicación, imposible.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Chicago III: ¡Que viva México!

Vista de la entrada
Once horas en el avión, dos horas de escala en Houston, una hora en el transfer hasta el downtown de Chicago. Digamos que al llegar al hotel estaba pensando más en un duchazo y echarme a dormir que en salir a investigar nuevos lugares. La pregunta obvia sería: ¿Por qué entonces no comer en el hotel, blogger? Muy sencillo, porque los precios se me antojaban tan elevados como almorzar en un restaurante peruano de marca. Además no había llegado tan lejos para comer makis.

Felizmente antes de viajar a Chicago el encargado de la oficina envió una lista a los participantes con una gran variedad de restaurantes para comer en los alrededores. Diferentes estilos de comida (fast-food incluido) a diferentes precios como para hacer una aventura culinaria durante todos los días que tenía a mi disposición. Consultando Google Maps vi que a la vuelta del hotel estaba Mezcalina, the art of mexican food. Sabiendo lo decepcionante que es la comida mexicana en Lima no lo pensé dos veces antes de planear mi cena.

Taco de chorizo
Como era de esperar los mozos saben español y es más sencillo preguntar sobre los platos para decidir qué ordenar.  Para comenzar sirvieron totopos de cortesía. No hay ciencia, son las mismas tiras de tortilla fritas (no confundir con los nachos) que he probado antes pero el twist definitivo son las salsas que los acompañan. Tres chiles: morita, serrano y de árbol. Disfrutar el sabor más no el picante es todo un reto pero yo me quedo con el chile morita por su intensidad. Tranquilamente habría acabado con el bol pero me hubiera llenado antes de tiempo. Me alegré de probar tacos, aunque según me explicaron no tienen nada de mexicanos, pero de todos modos disfruté con la preparación artesanal de las tortillas y la tremenda variedad de rellenos. Difícil que les explique acerca de todos porque me extendería demasiado. Ojo que también lo tienen en versión de "torta" que no es nada más que el mismo relleno pero dentro de un pan ciabatta tamaño familiar. Ahora entiendo la fascinación de El Chavo (Descansa en paz, Chespirito) con las tortas de jamón.

Chuleta manchamanteles
La chuleta manchamanteles es un plato solo para valientes. Una chuleta de cerdo tamaño familiar cocida al horno y servidad con salsa de ciruela y chile ancho. La clave está en el punto de cocción que mantiene la carne jugosa. Los acompañamientos son zucchini y chayote (especie de calabaza) salteados. Me quedo con el puré de camote porque se siente el sabor del tubérculo, muy alejado de la versión peruana que más parece un postre. La cecina adobada me hizo recordar mis experiencias con la cecina selvática, a veces es una carne muy salada, a veces es muy correosa y por eso no está entre los platos que suela consumir frecuentemente. En este caso la cecina funciona porque es blanda y se siente el sabor de la carne. Ojo que la sirven con frijoles negros refritos, guacamole y salsa de tomate ahumado para que uno lo sirva sobre una tortilla al mejor estilo de México.

Pato en coloradito
Los otros platos que ordené me sirvieron para desmentir algunas leyendas urbanas que rondan los restaurantes peruanos. Primero el pato en coloradito, un ,magret en salsa de chile ancho con arroz y verduras salteadas. Primer detalle, que buena preparación la del pato, punto de cocción adecuado, carne blanda y su delicioso toque de grasa natural. ¿Ya ven señores restauranteros de Lima que no es difícil cocinar pato? La salsa resultó muy parecida a la que acompañó la chuleta. El acompañamiento no trajo sorpresas, suficiente con decir que hizo acto de presencia, aunque no se necesitaba más. Igual de bien me fue con el pulpo chintextle que, vagamente, me recordó a un picante de mariscos. Vale la pena indicar que el chintextle es una salsa típica de Oaxaca preparada con chile pasilla y camarones secos mediante un  largo proceso que resulta en sabores intensos y una textura consistente y que se complementa adecuadamente con el sabor del pulpo. Nuevamente me pregunto por que no podemos replicar lo mismo en Lima. ¿Cuántas veces me encuentro con un arroz con mariscos donde el exceso de ají panca explota en boca o que se ha pasado tanto de cocción que es imposible consumirlo?

Pulpo chintextle
Me retiro de Mezcalina satisfecho con la aventura de la comida mexicana. Es obvio que siendo extranjero podría haber pasado por alto algunos detalles técnicos pero nada que juegue en contra de la calidad de su propuesta. La atención fue correcta, los mozos siempre se tomaron el trabajo de explicarme como es la preparación de cada plato e incluso me dieron indicaciones sobre la manera adecuada de consumirlos. Obvio no caer en la peruanísima manía de echarle ají a todo. El último día tuve ocasión de conversar con el administrador quien me dio una breve clase de historia sobre la influencia española en la gastronomía mexicana y el por qué de la importancia de la región de Oaxaca, territorio al cual los españoles nunca llegaron por lo inaccesible. En fin, luego de haber visitado este restaurante siento que he conocido un poquito más de la cultura mexican y sólo me queda decir: "Que viva México"

Mezcalina queda en 333 Benton Pl., Chicago.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Días de blogger XVI (Vuela blogger, vuela)

Mientras estuve en Chicago recibí en mi correo algunas invitaciones para asistir a eventos o evaluar restaurantes y que, por razones obvias, tuve que dejar pasar. Sin embargo, apenas estuve en suelo peruano me reintegré al circuito gastronómico y ya es tiempo de ponerme al día.

Dieta Gourmet (28 days later)
Lonchera de Dieta Gourmet
Seamos honestos, luego de 28 días de haber estado probando todos los estilos imaginables de comida en Chicago era mi deber comenzar una dieta ligera para recuperar mi equilibrio nutricional. No me apetecía comer pollo sancochado o atún de lata toda la semana. Podrá ser una comida saludable pero igual terminaría hartándome de comer algo tan simple y sin sabor. Felizmente la Providencia es generosa con el blogger y en mi auxilio apareció Dieta Gourmet, cuya propuesta de cinco comidas al día preparadas de acuerdo a una dieta balanceada era la alternativa que estaba buscando. Esta vez me retaron a recibir tres días de dieta para evaluar como habían evolucionado desde la última reseña que les dediqué. 

Yogur con chía, pan pita con jamón, uvas.
Confieso que a veces peco de holgazán y no me gusta comer fruta porque hay que pelarla y trozarla, aparte de todo lo que implica escoger aquella de mejor calidad. Peor aún, soy de esas personas que si ven un rastro de "golpeadito" no la tocaré por más que la casera me insista que está buena. Por eso disfruté como nunca la envidia en los ojos de mis compañeros de trabajo al verme consumir feliz de la vida mi ensalada de frutas con papaya, melón y piña. Al día siguiente la situación se repitió cuando me vieron comiendo yogur con chía y granola. Aunque en este caso hice trampa porque le agregué las almendras que eran el snack de media mañana. Ese es otro tema que debo mencionar, los snacks son bocadillos ligeros y saludables que ayudan a pasar el hambre de media mañana o tarde. Un cupcake de zanahoria (sin frosting, obvio), almendritas o fruta fresca fueron los que me tocaron esta vez.

Enrrollado de pollo, frijolito chino y holantao saltados
De las comidas me quedaría con el enrrollado de pollo con frejol chino y holantao salteados. Interesante que hayan logrado acertar con el punto correcto de las verduras aunque yo le bajaría un punto a la salsa de soya. La causa de pollo es una opción fresca para este verano y felizmente no caen en el vicio de agregar mayonesa a raudales. Los guisos con carne (res y bondiola) ameritan una revisión para asegurar el adecuado punto de cocción. El recalentado en microondas puede afectar este aspecto y es mejor tenerlo mapeado de antemano. Se nota la preocupación en ofrecer una alternativa saludable sin descuidar un aspecto tan importante como el sabor del plato. Incluso la tortilla de verduras (pimientos, cebolla, zanahoria) para la cena es una opción tan agradable que si la tuviera disponible a diario me haría adoptar feliz el estilo de vida vegetariano.

Es relevante mencionar que las fortalezas de Dieta Gourmet son la puntualidad en la entrega de los pedidos, la presentación cuidadosa y la variedad de opciones que tienen para los clientes. Pensar que la dietas son lechuga y atún es una leyenda urbana. Me siento satisfecho después de estos tres días de dieta  y si bien todavía debo seguir trabajando para bajar todo lo que comí en Chicago con Dieta Gourmet no creo que haya problema para lograrlo.

Para mayor información sobre las opciones pueden llamar al 442-1476 o escribir al correo consultas@dietagpourmet.com.pe

Cata maridaje con los vinos de Cesarini Sforza (De las burbujas y otros placeres)
Aquila Reale 100% Chardonnay
¿Por qué será que sólo asociamos el espumante con un motivo de celebración? ¿Por qué será que sólo en Año Nuevo se nos ocurre descorchar una cava, un prosecco o, si estamos de suerte, un champagne? Es tiempo de contarles que el espumante es el vino más democrático que existe. No sólo se adapta a todo tipo de comidas (consejo, si no saben nada de maridaje un espumante siempre se acoplará muy bien a cualquier plato) sino que por la variedad sus precios también son muy asequibles a los que deseamos iniciarnos en el mundo de los vinos.

Cortesía de QPB Perú fui invitado a una cata maridaje para conocer los espumantes de Cesarini Sforza. Esta bodega se ubica en la región de Trentino al norte de Italia y tiene como particularidad que sus espumantes se hacen con el método tradicional "champenoise", donde el gas (CO2) se logra por la fermentación en la misma botella. Para que se hagan una idea es un método que demora más tiempo y exige mayor cuidado a diferencia del "charmat" donde la fermentación se hace en los tanques y luego se embotella a presión. Miguel Andrade, sommelier de profesión y consultor de QPB Perú me da la bienvenida con un Tridentum Brut, un vino elegante y de sabor pleno que me hace olvidar mi habitual reticencia a los vinos secos. Vamos, si piensan que de Italia sólo viene el Asti Ricadonna no saben lo que se están perdiendo.

Comienza la degustación con el sashimi y los makis peruanos del Sushicage, creación de Norio Takeda. Ustedes ya saben que el Sushicage es uno de mis restaurantes favoritos así que no diré nada más sobre ellos. Pero si puedo mencionar al Tridentum Dosaggio Zero 100% pinot noir, un blanc de noirs (vino blanco producido de uvas tintas) muy seco al paladar pero que armoniza adecuadamente con los sabores ligeros de la comida nikkei. A continuación me sirven un Tridentum Extra Brut 100% chardonnay. Si bien los espumantes y la comida marina van de la mano, esta cepa con su alta acidez y resiste con éxito el ají de los cebiches y tiraditos. Me sentía satisfechos con los vinos que había probado pero se faltaba la máxima prueba: maridar un lomo saltado, plato con una gran diversidad de sabores (sillao, vinagre, carne al wok) Por eso no me sorprendió que elijan el Aquila Reale, la estrella de la noche, como el vino adecuado para afrontar tremendo reto. Un chardonnay 100% con 12 meses en barricas de roble y 76 meses de affinamiento en la botella tiene el cuerpo suficiente para amoldarse a esos sabores intensos de la comida criolla.  

Estación de panqueques
Luego de los platos de fondo tenía la esperanza de ver algo dulce para rematar la cata. ¿Chocolates? ¿Frutas? ¿Qué sería bueno? Alex Tornay, chef pastelero del Swissôtel y encargado de la estación, me observa suspicazmente y me dice: "No sabes lo que te espera" Una plancha de metal, un bol con masa y otros con manjarblanco, chocolate y chantilly a discreción. Sólo podía significar una cosa: ¡Crepes! Mi elegido fue uno de chirimoya bañado en chocolate cobertura. La experiencia de por sí ya era gloriosa pero nuevamente aparece en escena el Tridentum Brut 2009 para cerrar con broche de oro la cata. Su frescura y elegancia me dejan con la percepción de que todavía hay mucho por descubrir de los espumantes italianos.

 
Degustación anual Panuts 2014 (El día más esperado del año)
¡Bienvenidos!
Este año nuevamente tuve la suerte de ser invitado a participar de la Degustación Anual de Panuts, vinos memorables, en el Country Club Lima Hotel. Es un evento en el cual ofrecen una degustación con vinos de diferentes países así como la oportunidad de conversar con los dueños y embajadores de las bodegas y, mejor aún, ser asesorados por sommeliers expertos para adquirir aquellos vinos que vayan mejor con nuestro gusto personal. Vamos, el mundo del vino es tan amplio que dudo hayan dos personas con las mismas preferencias. Al igual que el año anterior seguí la hoja de ruta trazada por una amiga: Espumantes-blancos-rosados-tintos. La diferencia es  que ya sabía que bodegas debía "atacar" primero. Copa Bourdeaux en mano me dispuse a iniciar el recorrido. Está claro que no hablaré de todos los vinos que probé sino de aquellos que me dejaron una experiencia memorable.

José Alberto Zuccardi
Le doy todo el mérito al Asti Zonin porque me ayudó a entender toda una nueva dimensión de los espumantes italianos. En los blancos, de acuerdo a las indicaciones que me hizo un amigo sommelier, pruebo el Zuccardi Serie A Chardonnay Viognier Serie A, vino fresco con notas frutales y un paladar cremoso que me hace pensar en lo bien que caería con los quesos suizos. Buscando novedades me dejo tentar por una Cava D.O. Rosé de Poema. 100% Trepat (variedad de uva muy rara de la región de Cataluña) y elaborada con el método tradicional. Notas de frutos rojos y rosas alegran mi día y me hacen olvidar ese prejuicio que los rosé son vinos fáciles y sólo para el verano. Como era de esperar en los tintos me encuentro con la extraordinaria cortesía y humildad de José Alberto Zuccardi, presidente de las Bodegas Familia Zuccardi, y de quien guardo gratos recuerdos por una clase maestra sobre la influencia del terroir en la creación de los vinos. La alegría genuina con la cual servía cada vino a los asistentes es algo que no se ve todos los días. Confieso que luego de probar el malbec Aluvional se ganó mis preferencias para siempre. 

Alma 4 100% Bonarda
Si algún lector revisara posts antiguos y leyera aquellos donde yo confesaba mi total desconocimiento acerca del vino no me sentiría mal. Total, nadie nace siendo un experto pero la responsabilidad de mantener un blog de gastronomía exige un constante aprendizaje para mejorar el contenido de las publicaciones. Felizmente nunca faltan personas que creen en lo que hago y que no dudan en apoyarme en esta largo camino lleno de experiencias, sabores y lecciones. 

Lo mejor de la degustación fue que se podía adquirir vinosa excelentes precios. Vi gente que se los llevaba en cajas pero ya depende de cada uno. Para no dejarlos con la duda les cuento que llevé cuatro vinos: Un rosé de Zonin, un sauvignon blanc 2012 de La Flor, un malbec Stone Soil Select Manos Negras y un espumante Alma 4 100% bonarda de Zuccardi. ¿Qué tal variedad, no? Algo me dice que los siguientes meses serán muy entretenidos. ¡A preparar las copas!

martes, 18 de noviembre de 2014

Chicago II: Escribiendo desde el piso 50.

El edificio donde estuve trabajando
Antes de viajar recibí algunos mails con información relacionada a mi estancia en Chicago. Además se me solicitaba detallar aspectos técnicos relacionados a mi usuario del sistema, requerimientos especiales para dieta (sin gluten, vegano, etc.) y otros por el estilo. Sin embargo, una frase llamó mi atención desde la primera vez: "Las reuniones se llevarán a cabo en el piso 50 de las oficinas principales". Si bien hace algunos años pude subir al Executive Lounge del Westin Lima Hotel y me deleité con una espectacular vista de la ciudad nada me había preparado para la experiencia que me tocaría vivir. Digamos que por más complejas que sean mis labores saber que trabajaría con una vista tan impresionante de la ciudad motivaría a cualquiera.

Pero como este blog se trata de gastronomía debo contarles que lo bueno sucedía a la hora de almuerzo pues como tenían que satisfacer a un equipo de personas, literalmente, de todas partes del mundo siempre se preocuparon por ofrecer. Por variedad nunca me quejé y tampoco esperen críticas porque sería mezquino desdeñar el esfuerzo que hicieron todos los días por tener la comida lista en los horarios ofrecidos.

Felicidad: Yogur y berries.
Para desayunar invariablemente siempre comenzaba con una botella de jugo de naranja y un pote de yogur con frutos del bosque. Comí al punto del hartazgo toda la variedad existente de bayas: fresas, arándanos, frambuesas  y zarzamoras frescas. Mis niveles de antioxidantes habrán estado al máximo, quizá eso explique mi estado de felicidad absoluta. Pero si pensaban que todo era natural y saludable confieso que también me castigué con mis desayunos al estilo "Homero Simpson": café americano, donuts y muffins a discreción. Que diferentes son las donas americanas, esponjosas, suaves como un algodon y antojaba comerlas (lo siento Frida Holler) remojándolas en el café. Punto aparte para los bagels pues nunca logré terminar siquiera la mitad de uno pero de eso hablaré en otro post.
Ensalada de Jason's Deli
A la hora del almuerzo nunca dejaron de sorprenderme. Un dia tuvimos comida china de la cual recuerdo el pollo Kung Paw por el uso de ese endiablado ají seco chino, toda una prueba de valor para el blogger. Vale la pena indicar que no hay punto de comparación con nuestros chifas, la fusión que ocurrió en el Perú es única. Confieso que me rendí antes los burritos mexicanos, por más buena intencion que tuve sólo de ver el tamano ya sabía que no iba a terminarlos. Me contenté con unas enchiladas aunque hice trampa porque al momento de servirme las partía a la mitad. De las pizzas de Lou Malnati's me quedo con la Malnati Chicago Classic salchicha, extra queso y tomate, tres ingredientes son más que suficiente para alegrar el almuerzo. Sin embargo, las palmas se las lleva la ensalada Nutty Mixed de Jason's Deli: hojas verdes, uvas, queso feta, nueces, cranberries, manzanas y pasas en una vinagreta al balsámico. Tranquilamente dejaba de lado los sándwiches por servirme una y otra vez de esta deliciosa ensalada. La combinación de sabores y texturas es una de las mejores experiencias durante mis jornadas laborales.
El break nuestro de cada día
Pero como todo lo bueno puede mejorar nunca faltó un postre a media tarde. Ahora entiendo la fama de las galletas con chispas de chocolate, crocantes por fuera, húmedas por dentro. Imposible comer sólo una. Y si hablara de los brownies: simples, bañados en chocolate o marmoleados con queso Philadelphia, la textura y el sabor perfectos. ¿Para qué más? 

En fin, aunque no lo crean supe resistirme ante la imposible tentación de comer desordenadamente porque el blogger cree en la buena salud. Además todos los días antes de ir a trabajar me enfrentaba con la corredora en el gimnasio del hotel. El ejercicio y yo siempre estaremos peleados pero imaginando todo lo que iba a comer en el día era motivación suficiente para no parar. Corre blogger, corre. Come blogger, come.