lunes, 24 de noviembre de 2014

Días de blogger XVI (Vuela blogger, vuela)

Mientras estuve en Chicago recibí en mi correo algunas invitaciones para asistir a eventos o evaluar restaurantes y que, por razones obvias, tuve que dejar pasar. Sin embargo, apenas estuve en suelo peruano me reintegré al circuito gastronómico y ya es tiempo de ponerme al día.

Dieta Gourmet (28 days later)
Lonchera de Dieta Gourmet
Seamos honestos, luego de 28 días de haber estado probando todos los estilos imaginables de comida en Chicago era mi deber comenzar una dieta ligera para recuperar mi equilibrio nutricional. No me apetecía comer pollo sancochado o atún de lata toda la semana. Podrá ser una comida saludable pero igual terminaría hartándome de comer algo tan simple y sin sabor. Felizmente la Providencia es generosa con el blogger y en mi auxilio apareció Dieta Gourmet, cuya propuesta de cinco comidas al día preparadas de acuerdo a una dieta balanceada era la alternativa que estaba buscando. Esta vez me retaron a recibir tres días de dieta para evaluar como habían evolucionado desde la última reseña que les dediqué. 

Yogur con chía, pan pita con jamón, uvas.
Confieso que a veces peco de holgazán y no me gusta comer fruta porque hay que pelarla y trozarla, aparte de todo lo que implica escoger aquella de mejor calidad. Peor aún, soy de esas personas que si ven un rastro de "golpeadito" no la tocaré por más que la casera me insista que está buena. Por eso disfruté como nunca la envidia en los ojos de mis compañeros de trabajo al verme consumir feliz de la vida mi ensalada de frutas con papaya, melón y piña. Al día siguiente la situación se repitió cuando me vieron comiendo yogur con chía y granola. Aunque en este caso hice trampa porque le agregué las almendras que eran el snack de media mañana. Ese es otro tema que debo mencionar, los snacks son bocadillos ligeros y saludables que ayudan a pasar el hambre de media mañana o tarde. Un cupcake de zanahoria (sin frosting, obvio), almendritas o fruta fresca fueron los que me tocaron esta vez.

Enrrollado de pollo, frijolito chino y holantao saltados
De las comidas me quedaría con el enrrollado de pollo con frejol chino y holantao salteados. Interesante que hayan logrado acertar con el punto correcto de las verduras aunque yo le bajaría un punto a la salsa de soya. La causa de pollo es una opción fresca para este verano y felizmente no caen en el vicio de agregar mayonesa a raudales. Los guisos con carne (res y bondiola) ameritan una revisión para asegurar el adecuado punto de cocción. El recalentado en microondas puede afectar este aspecto y es mejor tenerlo mapeado de antemano. Se nota la preocupación en ofrecer una alternativa saludable sin descuidar un aspecto tan importante como el sabor del plato. Incluso la tortilla de verduras (pimientos, cebolla, zanahoria) para la cena es una opción tan agradable que si la tuviera disponible a diario me haría adoptar feliz el estilo de vida vegetariano.

Es relevante mencionar que las fortalezas de Dieta Gourmet son la puntualidad en la entrega de los pedidos, la presentación cuidadosa y la variedad de opciones que tienen para los clientes. Pensar que la dietas son lechuga y atún es una leyenda urbana. Me siento satisfecho después de estos tres días de dieta  y si bien todavía debo seguir trabajando para bajar todo lo que comí en Chicago con Dieta Gourmet no creo que haya problema para lograrlo.

Para mayor información sobre las opciones pueden llamar al 442-1476 o escribir al correo consultas@dietagpourmet.com.pe

Cata maridaje con los vinos de Cesarini Sforza (De las burbujas y otros placeres)
Aquila Reale 100% Chardonnay
¿Por qué será que sólo asociamos el espumante con un motivo de celebración? ¿Por qué será que sólo en Año Nuevo se nos ocurre descorchar una cava, un prosecco o, si estamos de suerte, un champagne? Es tiempo de contarles que el espumante es el vino más democrático que existe. No sólo se adapta a todo tipo de comidas (consejo, si no saben nada de maridaje un espumante siempre se acoplará muy bien a cualquier plato) sino que por la variedad sus precios también son muy asequibles a los que deseamos iniciarnos en el mundo de los vinos.

Cortesía de QPB Perú fui invitado a una cata maridaje para conocer los espumantes de Cesarini Sforza. Esta bodega se ubica en la región de Trentino al norte de Italia y tiene como particularidad que sus espumantes se hacen con el método tradicional "champenoise", donde el gas (CO2) se logra por la fermentación en la misma botella. Para que se hagan una idea es un método que demora más tiempo y exige mayor cuidado a diferencia del "charmat" donde la fermentación se hace en los tanques y luego se embotella a presión. Miguel Andrade, sommelier de profesión y consultor de QPB Perú me da la bienvenida con un Tridentum Brut, un vino elegante y de sabor pleno que me hace olvidar mi habitual reticencia a los vinos secos. Vamos, si piensan que de Italia sólo viene el Asti Ricadonna no saben lo que se están perdiendo.

Comienza la degustación con el sashimi y los makis peruanos del Sushicage, creación de Norio Takeda. Ustedes ya saben que el Sushicage es uno de mis restaurantes favoritos así que no diré nada más sobre ellos. Pero si puedo mencionar al Tridentum Dosaggio Zero 100% pinot noir, un blanc de noirs (vino blanco producido de uvas tintas) muy seco al paladar pero que armoniza adecuadamente con los sabores ligeros de la comida nikkei. A continuación me sirven un Tridentum Extra Brut 100% chardonnay. Si bien los espumantes y la comida marina van de la mano, esta cepa con su alta acidez y resiste con éxito el ají de los cebiches y tiraditos. Me sentía satisfechos con los vinos que había probado pero se faltaba la máxima prueba: maridar un lomo saltado, plato con una gran diversidad de sabores (sillao, vinagre, carne al wok) Por eso no me sorprendió que elijan el Aquila Reale, la estrella de la noche, como el vino adecuado para afrontar tremendo reto. Un chardonnay 100% con 12 meses en barricas de roble y 76 meses de affinamiento en la botella tiene el cuerpo suficiente para amoldarse a esos sabores intensos de la comida criolla.  

Estación de panqueques
Luego de los platos de fondo tenía la esperanza de ver algo dulce para rematar la cata. ¿Chocolates? ¿Frutas? ¿Qué sería bueno? Alex Tornay, chef pastelero del Swissôtel y encargado de la estación, me observa suspicazmente y me dice: "No sabes lo que te espera" Una plancha de metal, un bol con masa y otros con manjarblanco, chocolate y chantilly a discreción. Sólo podía significar una cosa: ¡Crepes! Mi elegido fue uno de chirimoya bañado en chocolate cobertura. La experiencia de por sí ya era gloriosa pero nuevamente aparece en escena el Tridentum Brut 2009 para cerrar con broche de oro la cata. Su frescura y elegancia me dejan con la percepción de que todavía hay mucho por descubrir de los espumantes italianos.

 
Degustación anual Panuts 2014 (El día más esperado del año)
¡Bienvenidos!
Este año nuevamente tuve la suerte de ser invitado a participar de la Degustación Anual de Panuts, vinos memorables, en el Country Club Lima Hotel. Es un evento en el cual ofrecen una degustación con vinos de diferentes países así como la oportunidad de conversar con los dueños y embajadores de las bodegas y, mejor aún, ser asesorados por sommeliers expertos para adquirir aquellos vinos que vayan mejor con nuestro gusto personal. Vamos, el mundo del vino es tan amplio que dudo hayan dos personas con las mismas preferencias. Al igual que el año anterior seguí la hoja de ruta trazada por una amiga: Espumantes-blancos-rosados-tintos. La diferencia es  que ya sabía que bodegas debía "atacar" primero. Copa Bourdeaux en mano me dispuse a iniciar el recorrido. Está claro que no hablaré de todos los vinos que probé sino de aquellos que me dejaron una experiencia memorable.

José Alberto Zuccardi
Le doy todo el mérito al Asti Zonin porque me ayudó a entender toda una nueva dimensión de los espumantes italianos. En los blancos, de acuerdo a las indicaciones que me hizo un amigo sommelier, pruebo el Zuccardi Serie A Chardonnay Viognier Serie A, vino fresco con notas frutales y un paladar cremoso que me hace pensar en lo bien que caería con los quesos suizos. Buscando novedades me dejo tentar por una Cava D.O. Rosé de Poema. 100% Trepat (variedad de uva muy rara de la región de Cataluña) y elaborada con el método tradicional. Notas de frutos rojos y rosas alegran mi día y me hacen olvidar ese prejuicio que los rosé son vinos fáciles y sólo para el verano. Como era de esperar en los tintos me encuentro con la extraordinaria cortesía y humildad de José Alberto Zuccardi, presidente de las Bodegas Familia Zuccardi, y de quien guardo gratos recuerdos por una clase maestra sobre la influencia del terroir en la creación de los vinos. La alegría genuina con la cual servía cada vino a los asistentes es algo que no se ve todos los días. Confieso que luego de probar el malbec Aluvional se ganó mis preferencias para siempre. 

Alma 4 100% Bonarda
Si algún lector revisara posts antiguos y leyera aquellos donde yo confesaba mi total desconocimiento acerca del vino no me sentiría mal. Total, nadie nace siendo un experto pero la responsabilidad de mantener un blog de gastronomía exige un constante aprendizaje para mejorar el contenido de las publicaciones. Felizmente nunca faltan personas que creen en lo que hago y que no dudan en apoyarme en esta largo camino lleno de experiencias, sabores y lecciones. 

Lo mejor de la degustación fue que se podía adquirir vinosa excelentes precios. Vi gente que se los llevaba en cajas pero ya depende de cada uno. Para no dejarlos con la duda les cuento que llevé cuatro vinos: Un rosé de Zonin, un sauvignon blanc 2012 de La Flor, un malbec Stone Soil Select Manos Negras y un espumante Alma 4 100% bonarda de Zuccardi. ¿Qué tal variedad, no? Algo me dice que los siguientes meses serán muy entretenidos. ¡A preparar las copas!

martes, 18 de noviembre de 2014

Chicago II: Escribiendo desde el piso 50.

El edificio donde estuve trabajando
Antes de viajar recibí algunos mails con información relacionada a mi estancia en Chicago. Además se me solicitaba detallar aspectos técnicos relacionados a mi usuario del sistema, requerimientos especiales para dieta (sin gluten, vegano, etc.) y otros por el estilo. Sin embargo, una frase llamó mi atención desde la primera vez: "Las reuniones se llevarán a cabo en el piso 50 de las oficinas principales". Si bien hace algunos años pude subir al Executive Lounge del Westin Lima Hotel y me deleité con una espectacular vista de la ciudad nada me había preparado para la experiencia que me tocaría vivir. Digamos que por más complejas que sean mis labores saber que trabajaría con una vista tan impresionante de la ciudad motivaría a cualquiera.

Pero como este blog se trata de gastronomía debo contarles que lo bueno sucedía a la hora de almuerzo pues como tenían que satisfacer a un equipo de personas, literalmente, de todas partes del mundo siempre se preocuparon por ofrecer. Por variedad nunca me quejé y tampoco esperen críticas porque sería mezquino desdeñar el esfuerzo que hicieron todos los días por tener la comida lista en los horarios ofrecidos.

Felicidad: Yogur y berries.
Para desayunar invariablemente siempre comenzaba con una botella de jugo de naranja y un pote de yogur con frutos del bosque. Comí al punto del hartazgo toda la variedad existente de bayas: fresas, arándanos, frambuesas  y zarzamoras frescas. Mis niveles de antioxidantes habrán estado al máximo, quizá eso explique mi estado de felicidad absoluta. Pero si pensaban que todo era natural y saludable confieso que también me castigué con mis desayunos al estilo "Homero Simpson": café americano, donuts y muffins a discreción. Que diferentes son las donas americanas, esponjosas, suaves como un algodon y antojaba comerlas (lo siento Frida Holler) remojándolas en el café. Punto aparte para los bagels pues nunca logré terminar siquiera la mitad de uno pero de eso hablaré en otro post.
Ensalada de Jason's Deli
A la hora del almuerzo nunca dejaron de sorprenderme. Un dia tuvimos comida china de la cual recuerdo el pollo Kung Paw por el uso de ese endiablado ají seco chino, toda una prueba de valor para el blogger. Vale la pena indicar que no hay punto de comparación con nuestros chifas, la fusión que ocurrió en el Perú es única. Confieso que me rendí antes los burritos mexicanos, por más buena intencion que tuve sólo de ver el tamano ya sabía que no iba a terminarlos. Me contenté con unas enchiladas aunque hice trampa porque al momento de servirme las partía a la mitad. De las pizzas de Lou Malnati's me quedo con la Malnati Chicago Classic salchicha, extra queso y tomate, tres ingredientes son más que suficiente para alegrar el almuerzo. Sin embargo, las palmas se las lleva la ensalada Nutty Mixed de Jason's Deli: hojas verdes, uvas, queso feta, nueces, cranberries, manzanas y pasas en una vinagreta al balsámico. Tranquilamente dejaba de lado los sándwiches por servirme una y otra vez de esta deliciosa ensalada. La combinación de sabores y texturas es una de las mejores experiencias durante mis jornadas laborales.
El break nuestro de cada día
Pero como todo lo bueno puede mejorar nunca faltó un postre a media tarde. Ahora entiendo la fama de las galletas con chispas de chocolate, crocantes por fuera, húmedas por dentro. Imposible comer sólo una. Y si hablara de los brownies: simples, bañados en chocolate o marmoleados con queso Philadelphia, la textura y el sabor perfectos. ¿Para qué más? 

En fin, aunque no lo crean supe resistirme ante la imposible tentación de comer desordenadamente porque el blogger cree en la buena salud. Además todos los días antes de ir a trabajar me enfrentaba con la corredora en el gimnasio del hotel. El ejercicio y yo siempre estaremos peleados pero imaginando todo lo que iba a comer en el día era motivación suficiente para no parar. Corre blogger, corre. Come blogger, come.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Chicago I: La ciudad del viento

Vista de la avenida Washington
¿Sorprendidos? Así es, por fin puedo contarles por qué debí hacer una pausa tan larga durante el mes de octubre. Tuve que viajar a Chicago como parte de un equipo responsable de implementar un proyecto global en los headquarters de mi empresa. No negaré que fue duro olvidarme del blog por todo este tiempo pero la responsabilidad es primero y era una oportunidad muy importante para mi desarrollo profesional. Ser parte de un equipo multicultural permite conocer otras realidades, interactuar con diferentes estilos de trabajo y mejorar el nivel hablado de idiomas extranjeros. No saben cuantas veces agradecí a mis padres haberme brindado una educación que me permite hablar tres idiomas. A pesar de las jornadas tan largas en la oficina encontré tiempo para probar la típica comida norteamericana y para investigar nuevos sabores en una de las ciudades mas importantes de Estados Unidos.

A manera de introducción les dejaré algunos datos que les pueden servir en caso alguna vez visiten esta ciudad. Para hacer turismo compré una tarjeta Citypass por USD 94.00 Vamos, sé que no es barato pero les permite visitar cinco atracciones turísticas por un único precio con gran la ventaja que pueden hacer uso del Fastpass. Es decir, olvídense de las colas y las caras largas, tendrán acceso inmediato sin ningún tipo de espera, pero de todos modos pasarán por los rigurosos controles de calidad. Mejor aún, como es válida por nueve días pueden planificar tranquilamente cuando visitar cada atracción.


T-Rex en el Field Museum
Yo comencé el tour en el Shedd Aquarium. Habia peces de todos los tamaños, formas y colores, especies marinas que nunca imaginé ver y de todas partes del mundo. El ticket más caro incluye un espectáculo de delfines y belugas, donde les explican cómo los entrenan y también pueden disfrutar de algunas piruetas que realizan los animales. Pueden ir al Stingray Touch que si bien no implica ningún riesgo al final no es una sensación muy agradable tocar a la mantaraya. El Adler Planetarium no me resultó tan atractivo, quizá es mejor que lo visiten sólo si son aficionados a la astronomía o conocedores del tema. Les recomiendo la asistencia a los diversos documentales que ofrece y planearlo de acuerdo al horario. Atención que desde este punto se pueden tomar una fotos espectaculares de la ciudad. Reserven un día entero para el Field Museum. No sólo tiene un tiranosaurio completo en el hall, también hay una completa exhibición de fósiles de dinosaurios. Me alegro mucho encontrar huacos de la cultura Inca y pre-incaicas pero también pude ver otras exhibiciones de culturas latinoamericanas y considero que no tienen nada que envidiarnos. Tengan en cuenta que no les estoy contando ni la décima parte de todo lo que pueden encontrar en este museo, es demasiado grande y también tienen salas especiales que varían cada cierto tiempo.

Hancock Tower
Existen dos torres famosas en Chicago: Hancock 360° y Willis Skydeck. La torre Hancock se convirtió de inmediato en mi favorita porque era mi punto de referencia cuando caminaba por el Magnificent Mile y quería saber cómo regresar al hotel. Estar con el mapa en la mano es un grito desesperado a los transeúntes de "soy turista y me siento perdido" Por eso bastaba ver la punta de la torre para saber adonde ir. La vista desde el último piso de la torres es extraordinaria. Cada lado es más espectacular que el otro y no se cansarán de tomar fotos. Tambien ofrecen el "Tilt", una especie de plataforma que se inclina a 30 grados mirando hacia abajo. Claro por un costo adicional y con la exclusividad de las fotografías. A mi no me pareció gran cosa pagar 7 dólares por 30 segundos pero depende del gusto de cada uno. La torre Willis es muy parecida aunque me pareció menos moderna que la Hancock y no tan bien organizada. Pero también tiene su atractivo: el "Ledge", un escalón de vidrio que sobresale del edificio y que da la impresion de estar parado sobre el aire. Abstenerse los que tienen miedo a las alturas porque vi gente gritar apenas ponían el pie encima del escalón de marras. Dato adicional, si hay un grupo de amigos delante de ustedes mejor déjenlo pasar. De lo contrario no podrán posar tranquilos porque los estarán interrumpiendo constantemente y no se irán hasta tomarse fotos en todas las posiciones habidas y por haber. Como en toda atracción turística el negocio es venderles fotos tomadas por profesionales y retocadas con photoshop a un precio bastante alto. Por supuesto que lo más recomendable es ir a primera hora para evitar las colas. 

El "frijol"
Antes que me olvide, cuando lean que Chicago es la Windy City (Ciudad de los vientos) tómenlo en serio. A pesar que ese título se lo pusieron por motivos políticos, es la primera vez en mi vida que, al igual que en las películas, siento que el viento me arrastra cuando estoy caminando. Peor aún, si está lloviendo y no tienen paraguas prepárense porque nadie los salvara del chaparrón. Créanme que mi optimismo duró toda la semana que hubo sol porque apenas las nubes hicieron acto de presencia me di cuenta que mi idea de "No necesito paraguas, las oficinas están cerca de  mi hotel" fue una mera ilusión. Felizmente en una farmacia cercana encontré un paraguas que me acompañó durante toda mi estadía. Claro, al final decidió que le gustaba más Estados Unidos y decidió quedarse en el hotel.

Ahora sí, comienza la ruta del el blogger en Chicago. ¡Prepárense para todo lo que se viene!

Para mayor información sobre los beneficios de usar la tarjeta Citypass pueden consultar el link http://es.citypass.com/chicago

domingo, 9 de noviembre de 2014

New York III: El poder de la barbacoa

Seamos sinceros ¿Cuántos de nosotros hemos comido una verdadera barbeque en Lima?  Me acuerdo que en la prehistoria del blog iba al Tony Roma's a comer su filete de cerdo a la BBQ, un kassler bañado generosamente en salsa BBQ de la casa, tal vez algo empalagosa aunque ideal para el gusto peruano. Siendo joven e impresionable pensaba que era uno de los mejores platos de Lima pero cuando desapareció de su carta lo fui olvidando gradualmente.
Vista del counter
El último día de mi estancia en New York la meta era visitar Mighty Quinn's. Queda claro que no es nada sencillo salir a comer en Estados Unidos. A diferencia de nosotros que salimos a Javier Prado y tomamos cualquier desvío a San Isidro o Miraflores en las carreteras americanas el más ligero desliz terminará alejándolos varios kilómetros del objetivo. Peor aún cuando uno llama al restaurante y se encuentra con la versión americana del "aquicito no más" Felizmente la paciencia de mis amigos fue lo suficientemente grande, encontramos el bendito restaurante para, al fin, satisfacer mi curiosidad de probar la verdadera barbeque americana.
El enfoque del lugar es bastante sencillo. Llama la atención ver un counter al estilo autoservicio donde uno menciona lo que desea y el dependiente se encarga de cortar y servir la carne en unos envases descartables de cartón. Se eligen los acompañamientos y se cancela el pedido. Cualquier distraído (inclúyanme en ese grupo) pensaría en un fast food pero es cuando uno llega a la mesa que descubre como la realidad puede superar tremendamente las expectativas.

Spare Ribs
Según he leído en su web el secreto del éxito de Mighty Quinns es utilizar insumos de calidad y una cocción tradicional durante varias horas. Muchas veces en Lima se habla de carne que no necesita cuchillo para comerla pero al final siempre descuidan el sabor. Incluso en restaurantes de marca donde presumen de los famosos cortes cocidos durante 40 horas el resultado final deja mucho que desear. 

Comienzo con el Brisket, un corte de la parte baja del tórax de la res, y que por la cantidad de músculo requiere de una cocción muy cuidadosa. La carne se defiende sola, un toque de sal de Maldon es más que suficiente para sazonarla y no hay que ser un erudito para reconocer sus virtudes. Continúo con el Pulled Pork, la carne de cerdo deshilachada con salsa BBQ que no me impresiona aunque me alegra verla porque ahora tengo un punto de referencia. Resulta que varios sitios en Lima (dicen que) lo preparan. Siguen las clásicas Spare Ribs, y no desperdicio una sola brizna de carne, negándome tercamente a agregarle la salsa BBQ de la casa. Quiero probar el verdadero sabor de la carne y no me arrepiento. Pero al final termino capitulando con el Burnt Ends, el corte de brisket trozado y mezclado con su salsa BBQ casera. Y esa es la gran diferencia que existe con las salsas industriales que estamos mal acostumbrados a probar. Aquí se integra con la carne, no es invasiva al paladar y ayuda a que la experiencia sea redonda.
La famosa salsa BBQ
No quise darle tanta prioridad a los acompañamientos porque no quería nada que me distrajera del sabor de la carne. Suficiente con decir que me volví fanático de la ensalada de col, cuya frescura era innegable en su versión clásica o cremosa. Pequeño detalle, los chiles no pican, se asemejan más a un encurtido pero hay que olvidarse del gusto peruano por los sabores intensos.
Este post marca el final de mi aventura por Nueva York. Sería muy ligero de mi parte afirmar que conocí la ciudad habiendo estado tan pocos días pero a la oportunidad la pintan calva y no tenía más alternativa que luchar contra el tiempo. Tuve que sacrificar visitas a restaurantes pero me di el gusto de cumplir varios sueños. ¿Se imaginan al blogger posando con su corona de plástico delante de la estatua de la Libertad? ¿Se imaginan lo que sentí cuando entré al Lego Store en el Rockefeller Center? En fin, alguien me dijo que para conocer esta ciudad habría que permanecer allí mínimo un año y considero que no exagera. Pero no se desilusionen que todavía hay mucho (mucho más) por contar en el blog. Sí, lo de Nueva York fue una mera introducción. Prepárense.

Para saber más de los locales de Mighty Quinn's Barbeque pueden visitar su web
mightyquinnsbbq.com

jueves, 6 de noviembre de 2014

New York II: El blogger en Chinatown

Algo me dice que estamos en Chinatown
Cuando uno llega a una ciudad tan grande, y el tiempo de permanencia es tan corto, a medida que transcurren las horas el optimismo se convierte en un lastre. El día se va oscureciendo, aumenta la afluencia de gente en las calles y las distancias parecen cada vez más grandes. Las ganas que uno siente de tomarse la foto para el recuerdo se van desvaneciendo y sólo se piensa regresar cuanto antes para tomar un duchazo y descansar a pierna suelta. De no ser por mis amigos hubiera terminado entrando a cualquier McDonalds's rendido de hambre y cansancio pero con su ayuda logré llegar a uno de los principales objetivos del viaje. 

Vista del salón
La primera señal que estaba en Chinatown fue cuando llegué a un parque y vi los letreros con ideogramas chinos. Inicialmente había imaginado encontrar ancianos practicando tai chi o jugando mah jong pero sólo vi mesas ocupadas por ciudadanos chinos fumando y jugando cartas animadamente. Aunque para mi consuelo más allá encontré un grupo de personas tocando música en instrumentos tradicionales. Conforme iba transitando por las calles me sentía emocionado de ver los restaurantes, las tiendas con productos chinos y los locales ofreciendo tratamientos de medicina tradicional. Sin embargo mi meta era llegar a Oriental Garden, un restaurante donde, según me habían informado, van los verdaderos conocedores. 

Lo primero que llama la atención de este local son las peceras ubicadas en la entrada. Una amiga me explicó que eso es común en los restaurantes de comida china donde si el cliente pide un plato con mariscos están obligados a enseñarle el insumo vivo antes de cocinarlo. Claro que el precio va acorde con el capricho pero si uno dispone de los medios ¿Por qué no darse el gusto? La decoración en tonos rojos con imágenes del dragón y el ave fénix (símbolos auspiciosos de buena ventura) me hizo recordar a unos de los chifas más conocidos de Lima y que hasta hace poco ocupaba los puestos de vanguardia en una prestigiosa lista. 

Degustación de Dim-Sum
Cuando pedí la carta me llamó la atención ver que era muy parecida a la que ofrecen en cualquier chifa de Lima. Las especialidades de la casa, platos ordenados por secciones de acuerdo al tipo de carne que contenían y los infaltables menús para varias personas. Sólo faltaba el letrerito de "todo menú sale con sopa o wantan frito". Mi intención era alejarme de los platos más comunes pero el mozo hablaba tan bien el inglés como yo el chino así que no logramos entendernos. Al final traté de hacer lo mejor posible guiándome por los nombre en inglés. Obvio que pedir un chi jau kay jubiera sido poco menos que una herejía pero al final la suerte se puso de mi lado. 

Comencé con la degustación de dim sum. Señores, es momento que sepan que existe algo más allá del wantán y del siu mai. Arriésguense a pedir bocadillos vegetarianos, con mariscos o mixtos, la experiencia siempre valdrá la pena. Mejor aún si no pierden de vista la textura de la pasta porque es la mejor señal que están hechos al momentos. La salsita de sillao con verduras le cayó muy bien, teniendo en cuenta la peruanísima manía de remojar toda en algún aderezo. 

Pulpo frito picante
Seguí con el famoso taco chino, plato que no es exclusivo de China sino que se prepara en toda Asia en diferentes versiones que se distinguen por la variedad de ingredientes utilizados en su preparación. Mi referencia más cercana es el que probé en casa de una amiga china donde le daban un infernal toque picante (Siempre me han gustado los sabores intensos) e incluía choclito de conserva. El que me trajeron era una mezcla de carne de pato y cerdo picada y sazonada con salsa de ostión. Básico, viene servido sobre una hoja de lechuga que aporta un toque de frescura y un agradable crocante. Está claro que el truco es prepararlo y comerlo de inmediato o el calor terminaría marchitando la lechuga.

Costillas de cerdo con piña y lychee
Para los fondos comencé con las costillas de cerdo con piña y lychee. Quizá las expectativas jugaron en contra de este plato porque se me antojó muy parecido a lo que se puede encontrar en cualquier chifa de Lima. Los chinos saben que la carne pegada al hueso es la más sabrosa y este plato es el mejor ejemplo. Trozos de costilla crocantes por fuera, jugosos por dentro. Si bien el lychee es una de mis frutas favoritas, el dulzor puede llegar a resultar empalagoso. Si quieren probar algo parecido (o mejor aún) pueden ordenar las costillitas a la miel del Four Seas International House. 

 No podía faltar un plato de mariscos y me decidí por el pulpo frito picante. Inicialmente pensé que sería una especie de cacerola pero lo que llegó a la mesa fue algo muy parecido al chicharrón de pulpo que sirven en una cebichería. Echenle la culpa a la mala traducción pero no trajo ninguna sorpresa. Peor aún del picante no había rastro y si hubiera tenido una de nuestras famosas cremas de rocoto el plato habría adquirido una nueva dimensión. Pasable. 

Lo Mein de carne
Ya me han enseñado que todo almuerzo de comida china debe terminar con un plato de fideos como signo de larga vida y como buen alumno aplicado ordené unos Lo Mein de carne. Nuevamente faltó la vuelta de tuerca que me justifique haber llegado tan lejos pero al menos la carne no tenía sabor a bicarbonato, recurso manido que se utiliza para ablandarla. Extrañé el sabor ahumado que le hubiera dado una pasada en wok pero al menos se alejan de esos fideos sancochados que suelen abundar en los chifas limeños. Para terminar nos trajeron de cortesía una porción de naranja fresca y jugosa para limpiar el paladar. La atención fue correcta y si bien no encontré puntos destacables (suficientemente complicado fue hacerle entender al mozo lo que deseaba ordenar de la carta) tampoco les criticaría nada. Me retiro del Oriental Garden con la satisfacción de haber comprobado que su estilo cantonés no tiene nada que envidiarle a lo que se puede encontrar en Lima. Las comparaciones son mezquinas pero ustedes ya saben que tengo mis chifas favoritos y tranquilamente podrían hacerle la competencia. Eso sí, me queda la pica de ver como ofrecían los productos vivos pero en nuestro caso hay regulaciones que impiden este tipo de actividades. 

Caserito, lleve su rico longan.
De todo modos Chinatown aún no quería dejar tranquilo al blogger y todavía me deparaban algunas sorpresas. Cuando me retiré ya había anochecido y por unos minutos sentí que estaba de vuelta en el Centro de Lima. Ambulantes, puestos de comida, incluso algunas personas me hablaron en chino aunque no tenía la menor idea de lo que buscaban (José luego me explicó que estaban ofreciéndome productos de dudosa calidad, actividad clandestina que está penada por la ley para ambas partes). No negaré que sentí algo de aprensión pero cuando vi el letrero de la estación del metro el alivio volvió a mi cuerpo. Las luces que anunciaban "Welcome to Chinatown" fueron lo último que vi (y veré) de este barrio. 

Oriental Garden queda en 14 Elizabeth Street New York.

lunes, 3 de noviembre de 2014

New York I: El blogger en la Gran Manzana.

Mi calle es Nueva York

Me robo el nombre de una canción de la Oreja de Van Gogh (Frank Sinatra hubiera sido una referencia muy obvia) para comenzar a relatar mi aventura por New York. Hasta ahora no me queda claro como logré visitar una ciudad tan grande en un período de tiempo tan breve y si bien el metro fue una gran ayuda para acortar distancias al final tuve que concentrar esfuerzos en visitar lo más importante y sacrificar, con todo el dolor del corazón (y de mi estómago) otros lugares. Aunque suene difícil de creer tengo experiencia en estas lides y si les contara de la vez que visité París en 48 horas, torre Eiffel incluida, no me creerían…
Vuelve a llover sobre Manhattan...
Confieso que el viaje estuvo más enfocado en el turismo y en hacer realidad algunos sueños. No hay palabras que puedan describir lo que uno siente cuando por primera vez llega a la Estatua de la Libertad o divisa la ciudad entera desde el Empire State. Tenía las mejores intenciones de recopilar material para el blog  pero el tiempo y las distancias fueron mis mayores obstáculos. A eso habría que agregar la gran cantidad de personas que abarrotaban los sitios más turísticos (caminar por Times Square me hizo recordar cuando leí sobre los infiernos de Dante) pero eso es inevitable cuando uno visita una ciudad tan famosa.
Vista de la Estatua de la Libertad
Este viaje no hubiera sido posible sin la calurosa hospitalidad de José y Katia, un matrimonio peruano que lleva años viviendo en USA. No sólo me abrieron las puertas de su casa (y de su alacena) sino que tuvieron la paciencia de guiarme por la ciudad y acompañarme en los recorridos turísticos. Mejor aún, pudimos visitar un par de restaurantes que me habían recomendado. Sin embargo lo mejor de todo fueron las conversaciones vespertinas devorando sándwiches de mantequilla de maní con mermelada. Fue muy interesante conocer la difícil realidad de vivir fuera del país de origen y también discurrir sobre el relativo éxito relativo de las ferias gastronómicas peruanas y de ciertos artistas que se precian de triunfar en USA (mejor dicho, sólo en la colonia peruana) Todo el mérito de este viaje les corresponde a ambos y espero verlos pronto en Lima para llevarlos a mis lugares favoritos.
También le debo una mención especial a mi amiga Rocío por el apoyo logístico que me brindó para que este viaje fuera posible. El plan original que elaboré falló a última hora por circunstancias ajenas a mi control y como todos mis esfuerzos estaban enfocados en el trabajo había ya descartado la posibilidad del viaje. Pero su arequipeña tenacidad fue motivación suficiente para no rendirme y aprovechar la oportunidad que tenía de conocer Nueva York. Mi agradecimiento por su desinteresada colaboración.
Ahora sí, ¡que comience la trilogía neoyorquina!
El templo del chocolate
Vista de la tienda
Caminando por Times Square llegué a una pastelería muy conocida y mencionada en todas las guías de New York. Sin embargo cuando vi la afluencia de gente y la cola que habia en la entrada decidí que no valía la pena perder tanto tiempo para comer un postre de marras. ¿Qué le vamos a hacer? La paciencia nunca ha sido una de mis virtudes y cada minuto contaba durante mi visita a la Gran Manzana. Pero la Providencia es generosa y nunca se olvida del blogger y cuando estaba a una cuadra del Rockefeller Center sin darme cuenta encontré una tienda donde la felicidad estaba en cada rincón. Vamos, cualquier lugar que diga chocolate en la entrada siempre llamará mi atención.
La Maison du Chocolat es una marca francesa que ofrece una gran variedad de productos con chocolate. Con tiendas en ciudades tan importantes como Londres, Tokyo, Hong Kong, Dubai y Kuwait estaba claro que me enfrentaría a una propuesta de altísima calidad. El calor insoportable hizo que me fije primero en los helados de la casa. Vainilla natural (con los clásicos puntitos negros), chocolate de leche y frambuesa. Triple combinación ganadora.
Macarrones
Pero como no había entrado a una tienda tan fastuosa para comer helado comencé a pasear por las vitrinas. Bombones, trufas, macarrones, eclair, cada postre era más llamativo que el anterior. Me encontraba en una situación perder-perder, algunos precios se veían prohibitivos y cualquier opción que escogiera significaría dejar de probar otra. Felizmente apareció en mi ayuda una dependiente que, literalmente, me enamoró hablando de cada una de las creaciones. Se tomó todo el tiempo del mundo explicándome el origen del cacao, dejándome probar bombones con diversos porcentajes de cacao, enseñándome como catar el chocolate con los cinco sentidos. (Ya lo sabía pero la explicación era tan deliciosa que no me atreví a interrumpirla) Al final me retiré de la tienda con un forado en mi tarjeta de crédito pero con la felicidad de saber que en Lima disfrutaría de una espectacular colección de barras de degustación. ¿Qué le vamos a hacer? Una parte de mi corazón se quedó en esta tienda de New York.
Para conocer las tiendas de Maison de chocolat en New York pueden entrar a la página 
www.lamaisonduchocolat.com

Obama's Subs
Recuerdo de la visita presidencial
El día que mi vuelo partía de New York José me dijo: "No te puedes ir sin conocer la sanguchería que visitó Obama" Inicialmente pensé que era una exageración digna de un meme de Neil deGrasse pero cuando me llevó al local y vi en el mostrador la foto del presidente sosteniendo un submarino y un empaque con su autógrafo me quedé sin palabras.  Según me cuenta José un día la calle donde se ubica la sanguchería fue cerrada, los policías desalojaron a los curiosos y luego apareció todo un cortejo custodiando a Barack Obama. No logro imaginar que emocionante debió ser para los trabajadores tener la oportunidad de atender al mandatario.
Como el blogger nunca se queda con el clavo José me invitó a probar uno de los famosos sándwiches. Imagínense un pan alargado relleno de embutidos cortados al momentos (que manía de los americanos por la pechuga de pavo) con queso, lechuga, tomate y una generosa porción de mayonesa. No hay ciencia ni sorpresas pero cuando me pongo a pensar en como una de nuestra cafeterías favoritas tiene la costumbre de tener los sándwiches ya preparados dentro de una refrigeradora no puedo dejar de reconocer el mérito de esta sanguchería. Pequeño detalle, por el tamaño dudo que una sola persona pueda terminar sola un sándwich. Aunque quien sabe, si uno es presidente de un país tan poderoso tal vez terminarlo sea una mera cuestión de trámite.
Tastees Sub queda en 267 Plainfield Avenue (near Rt27) Edison