miércoles, 8 de abril de 2015

Días de blogger XX (El retorno del blogger)

Gourmet Deli (Todos vuelven...)

Alex Tornay, chef pastelero del Swissôtel
Secreto del blog: cada fin de semana luego de visitar restaurantes busco un  sitio para desconectarme y ordenar mis ideas. Un lugar sin tanta concurrencia, donde pueda relajarme tomando un café y disfrutando un postre con la mejor atención. En resumen, donde pueda sentirme como en casa. ¿Qué lugar podría cumplir esas condiciones? Por favor no mencionen a la franquicia de cafeterías con el logo verde pues nunca me ha convencido la actitud impostada de sus baristas. Ya hace más de un año que dejé la zona de San Isidro pero siempre regreso a uno de mis lugares favoritos en Lima: el Gourmet Deli, la pastelería del Swissôtel.

No repetiré la historia completa pero los lectores antiguos saben que esta pastelería (y su desaparecido tres leches) fue el lugar donde viví el momento "eureka" que dio origen a este blog. A lo largo de los años he visto mantener su calidad y sus tortas han estado presentes en celebraciones y ocasiones especiales. Sin  embargo, todo lo bueno debe mejorar y es tiempo de contarles las novedades que encontré desde mi última visita. Mejor aún, pude dialogar con Alex Tornay quien está encargado ahora de toda la pastelería del hotel.


Detalle de la nueva vitrina de postres
Lo primero que salta a la vista es la nueva disposición de las vitrinas. Tres secciones bien diferenciadas: Sándwiches, postres, chocolatería y galletas. Pero como era de esperar de un hotel cinco estrellas se han preocupado en detalles pequeños pero importantes: letreritos de acero, bases doradas el nombre de la pastelería para cada postre y el logo del Swissôtel presente. 


Eclair de chocolate
Genial, todo entra por los ojos pero ¿qué novedades hay en los postres?. Por un lado está presente la pastelería europea con el eclair y el saint honoré, recetas donde destacan la calidad del chocolate amargo y la crema pastelera hecha en en el hotel (Ni se les ocurra pensar siquiera en la palabra "premezcla"). Pero la buena noticia es que ahora también ofrecen postres hechos con ingredientes peruanos. Pueden encontrar el souffle de chirimoya con chocolate blanco, donde la calidad de la fruta lo es todo y el mousse de lúcuma con base de brownie, combinación de ensueño. ¿Quieren otra buena noticia? Diariamente sacan un postre preparado exclusivamente para diabéticos. 

Sándwiches para llevar
Pero donde yo pierdo toda capacidad de resistencia es en la sección de chocolatería. Hay una exquisita selección de bombones y trufas preparados con chocolate belga. Entiendo si alguien exigiera la presencia del cacao peruano pero tengan en cuenta el tamaño de la producción diaria que realiza un hotel y que tal vez aún no haya un proveedor preparado para atenderla. En la sección de galletas ahora hay nuevas recetas entre las que destacan las sable y las bretonne. ¿Mencioné que también hay macarrones?

Sin embargo aún no lo he probado todo. Me queda de tarea para una próxima visita ordenar algo de su sección de salados donde, al mejor estilo de una cafetería europea, también hay sándwiches listos para llevar. Alex me comentó que esperara más novedades en la sección panadería pero no quiso darme ningún adelanto. En fin, así mantienen el suspenso y se aseguran que vuelva.

El Gourmet Deli siempre ha estado en mi lista de lugares favoritos y por eso me encanta ver como se han preocupado en realizar cambios pequeños pero que en conjunto marcan una gran diferencia respecto a otras cafeterías. Como siempre destaca la calidad de los insumos que utilizan y la preocupación por la elaboracion tradicional de sus productos. Sólo me queda decir: Bienaventurados los que trabajan en San Isidro. 

Gourmet Deli queda en Vía Central 150, Centro Empresarial Real, San Isidro. 

Horario: Lunes a domingo de 6.30 a.m. a 9:00 p.m.
Ticket promedio: S/.25.00 por persona.
Teléfono: 421-4400
Volvería: Siempre. Es de esos lugares donde la vida puede ser muy dulce.

Panchita (En busca del eslabón perdido)


Yuquitas fritas
Lomo saltado
Si alguien me pidiera recomendar un sitio para degustar comida peruana me encontraría en un serio problema. ¿Menciono uno de lujo donde se venden platos sobrevaluados que nada tienen que ver con nuestras recetas tradicionales?  ¿O me quedo con los famosos buffet turísticos donde los guisos son recalentados hasta no dejar ni rastro del sabor original? ¿O me lanzo al vacío recomendado el último que he visitado? En este caso no tendría más remedio que hablar de Panchita, una de las marcas propieda del chef más querido de todos los peruanos. Confieso que no recuerdo la última vez que los visité más sí que no me dejó muy convencido. 

Tacu-tacu con seco de cabrito
Empieza mi aventura con las yuquitas fritas. No hay ciencia en pedir algo tan simple pero si en preparar unas yuquitas crocantes por fuera y suaves como un algodón por dentro. Sí a eso le agregamos el peruanísimo carrusel de salsitas que las acompañaban entonces tranquilamente hubiera pasado el resto del día sin comer nada más. Excelente para abrir el apetito.

La terquedad me hace ordenar el lomo saltado para comprobar si lo preparan tan bien como en Tanta de Chicago. Tengo la leve impresión de que le han agregado fondo de carne para hacerlo más jugoso. No tiene nada de malo pero se me antoja un facilismo que lo aparta de la receta original en pro de darle más sabor al plato y que se está haciendo cada vez más común. Créanme aún no se me borra lo que me sirvieron en Carnal que según el mozo era la salsa especial del chef pero más parecía una carne al sillao. Salvo ese pequeño detalle el plato cumple en punto de cocción de la carne, tamaño de la porción y como siempre las papitas crocantes.


Sigo con un tacu tacu relleno de seco de cabrito. Aquí no se andan por las ramas porque este plato viene en porción familiar y no creo que sobrevivan sin compartirlo. El tacu-tacu está bien logrado. Por fin encuentro la clásica costra "quemadita", señal característica de la que presciden muchos restaurantes peruanos que se conforman con servir un revuelto de frijoles y arroz. La presencia de sarsa criolla es obligatoria porque aporta frescura al plato y se acopla muy bien al seco de cordero, guiso bastante recargado de sazón. No se lo recomendaría a un turista.

Pedir postre hubiera sido una exageración después de tremendos platos de fondo, aparte que no guardo un recuerdo muy grato de su degustación de cheesecakes. Tal vez un anís del Mono me hubiera caído de perillas pero mejor fue ir en busca de un café americano. Panchita se aleja de la vorágine de tantos falsos restaurantes típicos donde un arroz con pato se convierte en risoltto o un lomo saltado en estofado de carne al sillao. Esta visita al menos me deja buen sabor de boca y será motivo de regresar en busca de sus famosos anticuchos. 

Panchita queda en Av. Dos de Mayo 298, Miraflores.
Horario: Lunes a sábado de 12:00 a 12:00 a.m. Domingos de 12:00 a 5:00 p.m.
Ticket promedio: S/.90 por persona.
Teléfono 242-5957.
¿Volvería?:Probablemente.

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