Vista de la fachada y del salón principal. |
¿Cuál habrá sido mi primera experiencia en un restaurante de carnes? Haciendo memoria creo que fue en La Tranquera, aquellas épocas felices cuando era niño y solo me preocupaba en cuantas papas fritas con kétchup podía comer y no en puntos de cocción, maduración ni procedencia de la carne. Tiempos felices. ¿O no?
Martes, 8 de la noche. El tráfico en la avenida República de Panamá me hace evocar uno de los infiernos de Dante, mas yo no he venido a claudicar sino a sacarme de una vez el clavo con La Parriteca, restaurante de parrilla argentina que hace buen tiempo ya me habían recomendado. Ajá, un sitio libre para estacionar. Es todo lo que necesito para iniciar la aventura. Corrección, también espero que lleguen unos cómplices gastronómicos. Será una noche carnívora acompañado de un buen vino. Y no es Zuccardi por si acaso, sino un Rutini blend de malbec y cabernet sauvignon.
Arma tu parrilla. |
Como no queríamos complicarnos respecto a qué cortes elegir recurrimos a la opción "arma tu parrilla" (S/230.00). Por un precio fijo se puede elegir menudencia, dos tipos de embutidos, dos cortes de 500 gramos de carne y dos acompañamientos.
Empezamos con unas mollejas a la parrilla crujientes por fuera y cremosas por dentro, lo suficientemente sabrosas como para prescindir del limón que ponen en la mesa, aunque eso es cuestión de gustos. El chorizo parrillero y la chistorra siguen la misma tendencia en cuanto a la ejecución prolija. Sin embargo, son los cortes de la carne los que me dejan excelente sabor de boca.
La entraña americana llega muy jugosa y sabrosa, tanto que por un minuto me hace olvidarme de mi favorita de Osso. (Y sin Mac & Cheese) El bife angosto es un corte tierno cuya parte de grasa le dará mejor sabor en la parrilla y aquí no tengo ninguna observación. No hay mucho que agregar sobre los acompañamientos: arroz con choclo y ensalada de la casa.
Ajíes de la casa. Chorizo tipo argentino. Brochetas de pollo. Milanesa napolitana. |
He regresado en otro momento para evaluar otras opciones de la carta. No hay novedad con el chorizo argentino (S/19.00) aunque sí consistencia en la ejecución: exterior caramelizado e interior jugoso. Si hubiera tenido un trozo de baguette de Delifrance habría preparado el mejor choripán de Lima. La foto no le hace justicia a las brochetas de pollo (S/28.00), porque llegaron al punto preciso, la sazón ligera de modo que predomine la brasa. La milanesa napolitana (S/44.00) queda para el olvido. De por sí la presentación no es un aliciente, pero la ejecución es descuidada. El empanizado se desprende al primer intento de corte y la textura de la carne es seca y correosa. Son pocos los restaurantes de carnes que puedan presumir de tener buenos platos de fondo en carta. Para terminar unos panqueques con dulce de leche (S/16.00) donde no hay mucha ciencia, lo justo y preciso para cambiar el sabor de boca.
En conclusión, exceptuando la debacle con la napolitana, la experiencia en La Parriteca fue satisfactoria y me deja con ganas de regresar pronto para seguir evaluando otros cortes de carne. El local es acogedor y le han sacado el máximo provecho al espacio. La decoración hace referencia a la nacionalidad del lugar, donde no falta un cuadros con motivos argentinos ni una Mafalda escondida por allí.
La atención a la mesa es correcta sin puntos a destacar aunque no hay muchos restaurantes de carne que destaquen en este punto. Prometo regresar en el corto plazo. ¿Ya ven? Todo no es carne madurada en esta vida.
La atención a la mesa es correcta sin puntos a destacar aunque no hay muchos restaurantes de carne que destaquen en este punto. Prometo regresar en el corto plazo. ¿Ya ven? Todo no es carne madurada en esta vida.
La Parriteca queda en República de Panamá 6558, Barranco.
Horario: Lunes a sábado de 12:30 a 22:30. Domingos de 11:30 a 17:00
Teléfono: 446 2278
Estacionamiento: Pocos sitios disponibles. Mejor es llegar temprano.
Volvería: En grupo y con una buena botella de malbec.
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