lunes, 20 de mayo de 2019

Tomo cocina nikkei (De las barras, sus virtudes y defectos)

Detalle de la barra.
Si alguien me preguntara respecto a mi comida favorita no tendría la menor idea qué responderle. Sin embargo, cuando reviso el historial del blog es innegable que los restaurantes nikkei tiene una posición muy bien ganada entre mis preferencias.

¿Qué será de aquel blogger joven e impresionable que se negaba a comer cualquier otra cosa que no fuera maki acebichado con salsa de anguila extra? Muchos años han pasado desde entonces y en el camino aprendí que la gastronomía nikkei ofrecía todo un mundo de sabores que bien valía la pena investigar. Sashimis, nigiris y gunkan estaban esperando que yo les dé una oportunidad, y si hablamos de las propuestas "new-style" entonces las expectativas se elevan al infinito.

Tomo es una barra nikkei que ha abierto sus puertas hace pocos meses. Ubicado en plena avenida Benavides en medio de un cruce nada amigable con los automovilistas, el local es pequeño y bastante sencillo. No esperen mantel blanco ni atención melindrosa, mas sí una propuesta creativa donde se le da prioridad a la pesca del día y a los mejores insumos que traiga el mercado.

Nigiris de la casa.
Como toda barra que se respete la variedad de platos es limitada, pero no se desanimen.  La clave está en interrogar al personal respecto a las opciones fuera de carta, un resumen de creatividad e insumos que prometen una experiencia notable. Empieza mi jornada con los gunkan de pulpo y erizo (S/19.00). Hay corrección en el shari y en la textura del pulpo. Del erizo solo puedo agregar que bendito sea el momento en que los restaurantes se animaron por incluir este insumo en su carta. La combinación es ambiciosa, pero es el juego de texturas lo que me deja excelente sabor de boca. Sigo con los nigiris de salmón (S18.00) donde la simplicidad exige un toque de shoyu para redondear la experiencia y el carretillero (S/16.00), que los dejo de tarea a ustedes. Verán que vale la pena probarlo.

Makis: Jeremy, acevichado.
El tiradito de salmón (S/35.00) no se queda a la zaga. El aliño nikkei es bastante ligero y no abruma el sabor del pescado. Un topping de chalaquita y crema de ají amarillo acompañan los cortes de pescado. Sé que están esperando a que hable de sus bocadillos favoritos así que vamos por los makis. Empezamos con el maki Jeremy (S/25.00 por 10 unidades), una ecléctica combinación de sabores y salsas que no encontrarán en ningún otro sushi bar. Base clásica de langostino, palta y queso crema cubierto por panza de salmón sopleteado con chimichurri, bañado por toques de taré, salsa spicy, shizo, harusame y limón. ¿Se cansaron de leer? No, entonces si se inclinan por los sabores recargados puede convertirse en su maki ideal. El acebichado (S/25.00 por 10 unidades) no necesita mayor presentación, pero en este local se reinventa con la inclusión de salsa de ají ahumado y una chalaquita ligera. Muy recomendable.

Sánguche de pejerrey. Navajas batayaki.
Como no solo de fríos vive el blogger también probé una fresquísimas navajas batayaki (S/35.00) que me dejan buen sabor de boca. Eso sí, hay que ser realmente diestro con los ohashi para llevarse una porción completa a la boca sin que el aderezo se desparrame por la tabla. Fallan las Hot cocona wings (S/29.00), una alitas con un delicioso toque picante, aunque de ejecución descuidada pues el empanizado se desprende al primer mordisco. El sánguche de pejerrey (S/14.00) queda en buenas intenciones. La fritura es óptima, pero el exceso de humedad termina afectando la integridad del panecillo. Está claro que la parte caliente de la carta no trae la mejor cara de este local.

Me retiro de Tomo con la curiosidad satisfecha aunque no enteramente convencido. La ventaja de las barras está en una carta limitada que permite improvisar con los mejores insumos disponibles en favor del cliente. La desventaja estriba en personal reducido que deviene en un irregular manejo de tiempos y el casi indiferente servicio a la mesa. No quiero imaginarme como será cuando el local esté a su máxima capacidad. Si a eso lem agrego que los precios son relativamente módicos entonces podría arquear las cejas, Obviamente, queridos lectores, ustedes son más relajados que yo y sabrán obviar esos detalles para darle una oportunidad a este local. Tal vez se lleven una agradable sorpresa.

Tomo queda en Alfredo Benavides 4239, Surco.
Horario: Martes a domingo de 12:30 a 16:00 y 19:00 a 23:00
Teléfono: 7658457
Precios: Fondos entre S/25.00 y S/30.00
Estacionamiento: Si llegan temprano hay un par de sitios disponibles. De lo contrario mejor ir en taxi o scooter.
Volvería: Puede que sí, puede que no. Hay un plato que me faltó probar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

estuvo objetivo e informativo gracias