viernes, 2 de diciembre de 2016

Seitán Urban Bistro (Modo vegano ON!)

De como visitar un restaurante vegano y no salir con hambre.

Vegan chef at work
Si habláramos de restaurantes veganos el blog estaría en debe hace bastante tiempo. Coincidencias de la vida, tampoco es que haya muchas publicaciones sobre restaurantes de carne. No es que yo sienta algún rechazo por la cocina vegana sino por los malos resultados obtenidos luego de visitar los restaurantes donde la practican. Recuerdo haber visitado un local donde el jugo "orgánico y detox" tenía la textura de mazamorra (Sí, tan horrible como suena) y no pasé de medio vaso. Cuando pedí ensalada estaba tan recargada de ingredientes que tampoco pude terminarla (A propósito a quién se le ocurre servir "tocino de castaña". Bleg). En otro, donde los nombres de los platos en la carta ocupan dos líneas, salí con un vacío en el estómago y en la billetera. Y peor si tuviera que hablar de la atención. Aparentemente si no eres turista o no llegas manejando una bicicleta ni usas lentes vintage o una Mac serás ignorado de la peor manera. ¿No que en Miraflores la discriminación está prohibida? En fin, es lo que hay.


Papas huamantanga. Sliders
Pero (alerta de cliché) la esperanza es lo último que se pierde y siempre hay una luz al final de túnel gastronómico. En medio del tráfico miraflorino se ubica Seitán Urban Bistro, un pequeño local que promete convertir al blogger en vegano en el corto plazo. Ok, no voy a exagerar, simplemente diré que no se extrañen si comienzo a visitarlos a menudo. 

El local es acogedor y han sacado el máximo provecho al espacio. Además, en el corto plazo ya está planificado aprovechar la terraza. La carta sigue la misma tendencia. Una hoja de bebidas y otra con piqueos, entradas, fondos y postres. La variedad justa para no pecar de congeladora llena. Ojo, que entre semana tienen un menú a un precio muy económico (S/.14.90) que incluye pan, entrada, segundo y postrecito vegano (¿obvio, no?).

Rigatoni
Apenas me siento traen el pan de la casa acompañado de tapenade de aceitunas verdes y aceite de oliva. Doy una ojeada a la carta y las entradas se me antojan demasiado "verdes" para ser mi primera experiencia. Empezaré mi aventura con paciencia ordenando unas papitas huamantanga. Es obvio que manejan adecuadamente la técnica de dos cocciones porque estas papas entran ya a mi lista de favoritas en la historia del blog. Sí, junto a la de Nanka, sólo que en este caso vienen en la porción exacta. La crema de ají es vegana y yo me quedo con una gran signo de interrogación. ¡Pero sí sabe igual a la huancaína de la abuelita! ¿Que brujería es esta?

Sigo con unos sliders, hamburguesas de lentejas y seitán con mayonesa vegana.Ok no estoy acostumbrado a su textura y hago trampa. Aprovechando que me traen huancaína adicional para mis papas le agrego un poco más. Quedaron perfectas. Termina mi evaluación de los piqueos con una orden de rollitos crocantes. Ahora que está de moda la comida vietnamita los aficionado sabrán reconocer esos rollos de papel de arroz, en este caso rellenos de saltado oriental de verduras y hongos shiitake. Funcionan solos o remojándolos en salsa de ponzu y ají limo.

Salteado oriental
Es el turno de los fondos y empiezo con los rigatoni, mi pasta favorita y que tantos buenos recuerdos de infancia me traen. La salsa de hongos y setas salteadas no empalaga, al contrario alegra mi paladar con cada bocado. La arúgula y los espárragos al vapor son el twist que necesitaba el plato. Sigo con un pepián reinventado donde el choclo ha sido procesado hasta obtener la textura más cremosa que he probado en mucho tiempo. Casi un terciopelo que se complementa con las verduras bebé glaseadas. A ver blogger, cómase todas sus coles de Bruselas. Termina mi jornada con el salteado oriental: arroz integral frito con tofú crocante. Es increíble, he tenido que venir a un restaurante vegano para encontrar un yakimeshi perfecto, con esa textura grumosa que todavía el comensal peruano promedio no termina de entender. Y si quieren carne pues ahí está el tofú crocante que funge como un excelente sucédaneo de la proteína.

Piña & Coco
Hasta el momento la visita es un éxito ¿Y los postres? No hay visita completa sin ellos pero... ¿qué me servirán? No me atrevo a pedir el coulant vegano pero sí el Piña y coco. La presentación me encanta, cuadrados de fruta y queque con una bola de sorbete de piña al lado. La piña está cocida en un sirope de especias lo cual le deja un sabor refrescante que se con bizcocho de vainilla. Si quieren más frescura pues está sorbete de piña con coco rallado. ¿Para qué más? Ojo que también ofrecen brownies veganos. Sí, existen y son muy buenos. Ya ven a qué punto estoy convencido. 

Me voy feliz de la vida de Seitan Urban Bistro. Alguna vez  tenía que encontrar una propuesta que no se limite a cumplir normas de cocina vegana sino que me deje satisfecho y con una sonrisa en la boca. Con un mes en el mercado la propuesta está en pleno desarrollo pero con los restauradores pendientes de los detalles. Basta un ejemplo, a mi lado estaba una pareja hindú que ordenó los platos en versión extra-picante a lo que el chef accedió haciendo uso de toda su batería de especias. Fui testigo porque la cocina está a la vista del público, detalle al que muchos restaurantes no se atreven. ¡A ver pues!



Actualización 01.12.16
Tengo por costumbre revisar el Instagram de varios chefs para enterarme de los restaurantes que visitan y también de las pruebas de platos que hacen. Hace algunas semanas vi que uno de ellos había colgado una foto que me dejó atónito. Ante mi comentario de “shut up and take my money” su respuesta fue invitarme para conocer un adelanto de su nueva carta. Esta es la historia.

Carpaccio de beterraga
Saliendo de mi oficina a una hora prudente llego a Miraflores feliz y relajado de la vida. El tráfico es una molestia insufrible pero he dejado el carro en una playa y disfruto caminar a mi libre albedrío. Cuando llego al local de Seitán Urban Bistro me alegra ver que ya les dieron el OK para la ampliación. En verano esa terraza va a ser un éxito.

Empieza mi jornada con un candidato firme a estar en la lista de los mejores platos del año. El protagonista es el tomate silvestre de Supe, cuya frescura juega en pared con una emulsión vegana de arúgula y termina redondeándose con un twist de pistachos tostados. El crouton es lo justo para acompañar los sabores aunque la verdad se disfruta tal cual llega a la mesa. Yo prescindí de la porción de pan que me ofrecieron para acompañarlo. El carpaccio de beterraga sigue la misma tendencia. Debo confesar que este tubérculo me persigue desde mi infancia cuando me lo servían en una ensalada de verduras cocidas hasta que su sabor dulzón terminó agobiándome. Pero acá tenemos unas finas rodajas de beterraga "raw" con un correcto aliño de aceite de oliva y queso de almendras.. Yo me aventuro probando la rodaja tal cual para descubrir el verdadero sabor de este tubérculo. Aprobado, aunque el reto es que el aliño sea parejo en toda la porción. Me inclino más por la versión con espinaca bebé, aunque también me dieron la opción de probarla con arúgula.

Tomate silvestre. Sahofan vegano.
Cremoso de quinua. Declinación de zapallos.
Es el turno de los platos de fondo y comenzamos con el que he estado esperado toda la semana: el sahofan vegano. La textura de la pasta es óptima, la juliana de vegetales y los hongos llegan en su punto más un aderezo de miso que integra todos los ingredientes ¿Habrá superado al Chifa Titi, mi eterno favorito? hay que ser mezquino para hacer esa comparación, aunque si este plato tuviera un paso por wok alcanzaría niveles épicos. Sigue un cremoso de tres quinuas, plato muy conocido en los restaurantes veganos pero acá adquiere otra dimensión con los portobellos glaseados y los espárragos en dos textura. El último plato es una declinación de zapallos que viene en forma de un puré de macre y de triángulos de loche crocante. La idea es sencilla pero bien ejecutada y me deja buen sabor de boca. El toque fresco se lo da una correcta ensalada de zuccini crudo. Increíble, han logrado convencerme de probar verduras que antes veía de muy lejos.

Higos con crema de queso.
El postre es una de las creaciones más eclécticas que he visto en lo que va del año. Higos frescos con crema de queso de almendras y crumble de panela. Hasta ahí no hay novedad, total queso y frutas es una combinación que ya he probado antes. Pero el as bajo la manga del chef es la salsa de ajo negro. Este ingrediente es el ajo que luego de un largo proceso adquiere una textura caramelizada y un sabor dulce con toques de balsámico. Combinar todos los ingredientes en un bocado causan una revolución en el paladar. Para consumir este postre hay que tener la mente abierta a nuevos sabores, pero una vez que lo prueben no hay marcha atrás.

Seitán Urban Bistro me deja con excelente sabor de boca y con la gran satisfacción de ver como el chef responsable está avanzando a paso rápido y seguro. El mercado de lo saludable a veces transita por rutas confusas buscando obtener de cualquier manera rótulos innecesarios olvidándose que lo más importante es la satisfacción del cliente.


Ya lo saben, si trabajan por Miraflores cuentan con una opción saludable a la hora de almorzar. Si como yo, trabajan un poquito más lejos, siempre tendrán la noche o los fines de semana para iniciarse en el mundo de lo vegano. ¡Ah! Y antes que me lo pregunten seitán es una manera de preparar "carne vegetal" con gluten de trigo. ¿Me da un kilo para llevar?

Seitán Urban Bistro queda en Alfonso Ugarte 150, Miraflores.
Almuerzo: Lunes a sábado de 12:00 a 16:00. 
Cena: Miércoles a sábado de 19.30 a 22.30.
Ticket promedio: S/.30.00 por persona.
Teléfono: 340-5077
Estacionamiento: No. Pero en la avenida Ricardo Palma hay varias playas.
Volvería: De hecho. Quiero ver como evoluciona la propuesta.

2 comentarios:

Gabriela dijo...

He pasado mil veces por esa calle y por esa cuadra, nunca lo he visto. Debe ser relativamente nuevo, y se ve que es bueno.
:D

George Moffett dijo...

Excelente restaurante.