martes, 16 de enero de 2018

Lo que dejó el 2017 (II)

Continuamos con la selección de favoritos del año.

El restaurante de oficina: Aïoli
Alguna vez leí en un artículo que a los lugares buenos hay que extrañarlos. Cualquier diría entonces que Aïoli debe ser espectacular para que haya dejado pasar tanto tiempo sin visitarlos. Y es que ir durante la semana de Chacarilla a San Isidro es toda una odisea por culpa del tráfico de marras. Sin embargo cuando hay feriados públicos aprovecho para darme una escapada.

En la sección de fondos recomiendo el chaufa Aïoli, un clásico chaufa de pollo en porción familiar. Para los que buscan algo ligero el pescado a la financiera es la opción ideal acompañado de papas cocktail y ensalada fresca. Pero mi favorito indiscutible es el cordon blue de pollo, la clásica pechuga rellena con jamón y queso bañada en salsa de champiñones. La porción es tremenda y lo recomiendo sólo si tienen mucho apetito. ojo que también hay opciones veggies y, novedad del año, platos donde la quinua es la protagonista.

Me alegró ver el salón lleno en mi última visita y deduzco que luego de tantos años siguen haciendo un buen trabajo para sus comensales. Labor admirable en una zona tan difícil donde la competencia es feroz y un dígito en los precios de carta puede significar la ruina o el éxito.

Aïoli queda en Arias Schreiber 253, San Isidro.
Recomendaciones: Causa limeña, cordon bleu, chaufa Capón.


El restaurante italiano: Trattoria dei Prati

Soy cliente habitual de tu restaurante hace ya más de cinco años y la chef Lula Prai siempre me recibe con un abrazo inmenso y una expresión inquisitiva como desafiándome a probar otro plato que no sean sus maravillosos spaghetti alle vongole.  

¿Quieren que les recomiende un plato? Imposible. Ustedes díganle a la chef que desean comer y ella los guiará a través de la carta para que descubran joyas como los el carpaccio de bresaola, los spaghetti alle vongole, el tremendo ossobuco para compartir y no paro de contar. Ojo que no se andan por las ramas cuando se trata de ser generosos en las porciones. 

El ambiente se merece un párrafo aparte, acogedor y sencillo pero con toques coloridos que le ha dado la misma chef tratando de reflejar lo que es su propuesta: una fiesta de la comida italiana donde ustedes serán los invitados de honor. 

Trattoria dei Prati queda en Cantuarias 239 , Miraflores.
Recomendaciones: Pónganse en manos de la chef.

El restaurante saludable: Seitán Urban Bistro
¿No les ha pasado que visitan un restaurante vegano y las personas que atienden tienen el carisma de una berenjena? Por alguna razón en lugar de acoger a los interesados se esfuerzan en asustarlos.

Felizmente en Seitán Urban Bistro se han esforzado en presentar una carta amistosa donde no se van a perder buscando spaghettis de zucchini o tocino de castaña. Al contrario, aquí uno puede encontrar platos sencillos como unas papas huamantanga en tres cocciones, unas sliders de seitán o una milanesa con puré, todos cumpliendo con los principios básicos de la gastronomía plant-based. Pero como no todo se limita a frituras también hay ensaladas con vegetales orgánicos, salteados orientales y pasta integral. Para las oficinistas hay menú del día entre semana. ¡Afortunados ellos que trabajan cerca de este restaurante!

Seitán Urban Bistro queda en Alfonso Ugarte 150, Miraflores.
Mi recomendación: Los platos con productos de temporada.


La pizzería: Spizza
Spizza abre nuevo local en La Aurora y yo soy el blogger más feliz de Lima con esa noticia. Mi pizza favorita a 15 minutos de mi oficina. Hace años que gracias a ellos aprendí como es una pizza napolitana tradicional: masa fresca (harina, agua, levadura y sal), estirada a mano y cocción a 400° C en horno a leña. Si a eso le suman el uso de insumos frescos y de buena calidad, el resto es mero trámite. Spizza cuenta con más de 20 variedades de pizzas que van desde la Margherita con queso, tomate y albahaca, la vorace, ideal para los carnívoros, con chorizo, jamón, tocino y salame italiano y la funghi con champiñones, portobello y grana padano Como verán hay para todos los gustos pero también pueden encontrar una prolija selección de platos de comida italiana.

Spizza queda en Av. Dos de Mayo 455, San Isidro y en Arias Schreiber 147, Miraflores.
Recomendación: Cualquier pizza es buena pero lo mejor viene al final, comer los bordes con aceite de oliva picante.

La cafetería: Neira Cafe Lab

Harry Neira está sentado frente a mí. Con la máxima concentración deja que el tiempo corra y el café recién molido siga filtrándose. Yo, hecho todo un simplote que vive pensando en el "trabaja americano", estoy ahora presenciando el nacimiento de un V60 ("pour over"), método a través del cual el café adquiere característica muy particulares. Por añadidura, ni siquiera lo sirven en taza sino en un vaso especial que permite saborear el café en toda su extensión. Harry insiste: "deja que se enfríe y descubrirás otras aromas y sabores"


Esta epifanía del café peruano se dio en Neira Café Lab, un oasis miraflorino, donde ya aprendí que existe todo un terreno por descubrir más allá del capuccino y el americano. Obviamente alguien me dirá que en verano nadie toma café. ¿Así? Prueben el cacaoccino frío con puro cacao peruano o el toddy, infusionado durante 24 horas. Y antes que me olvide, si bien el azúcar no está proscrita en el local, yo les sugiero prescindir de ella. Vamos, ya es tiempo de aprender a qué sabe el café bien preparado.

Neira Café Lab queda en Enrique Palacios 1074, Miraflores.
Recomendación: El V-60. Les cambiará la vida.

La tienda: El Cacaotal

En un pequeño local, ubicado en el distrito de Barranco, la antropóloga estadounidense Amanda Jo, los recibirá con una sonrisa de oreja a oreja para mostrarles más de 35 marcas de chocolates provenientes de todo el Perú. Yo me sentí como un niño en la tienda de Lego al ver tantas variedades provenientes de zonas que no son muy conocidas como Tumbes, Pasco o Ucayali, además de mis eternos favoritos como Maraná, Magia Piura y Cacaosuyo.

Si ustedes piensan que este local es sólo para paladares experimentados pues es todo lo contrario. El Cacaotal es una tienda abierta para todos los aficionados al chocolate. Amanda está lista para guiarlos en una ruta de acuerdo a sus gustos para que hallen su chocolate favorito. Tiene incluso una mesa donde ha elaborado perfiles de distintas barras de acuerdo a sus características propias (acidez, amargor, astringencia, etcétera) y así poder aprender a descubrir los sabores del cacao nativo peruano. ¿Qué hacen leyendo este post? ¡Vayan de una vez a El Cacaotal!

El Cacaotal queda en Colina 108, Barranco.
Recomendación: Pónganse en las manos de Amanda, ella sabrá guiarlos. 

Tres sorpresas
¡Ay de aquel blogger que pierde la capacidad de sorprender o emocionarse ante una nueva propuesta gastronómica!

Gambino

Desde la primera vez que visité Gambino y el dueño me presentó orgulloso la carta afirmando que todo era casero, desde la salsa hasta las pastas entendí que había llegado a un oasis de la comida italiana en San Borja.

Y es que desde que uno siente la textura de la pasta o prueba el sabor de la salsa de tomate ya está claro por donde va la propuesta de este restaurante. Pero la sorpresa va cuando descubro platos que sólo recuerdo haber visto en Buenos Aires: los sorrentinos, la milanesa napolitana o una pasta con salsa tuco-pesto. Al restaurador sólo podría decirle: ¡Sos groso Eduardo!

Es difícil encontrar propuesta gastronómicas que cumplan lo que vengo repitiendo hace años: "Lo más simple es lo más difícil de lograr" más en Gambino lo siguen al pie de la letra. Pequeño detalle, el local está decorado con motivos de la mafia italiana, incluso una lista de mandamientos que deben cumplir sus miembros aunque yo agregaría uno más: comer pasta casera todos los días. 

Gambino queda en San Borja Norte 491, San Borja.
Recomendaciones: Spaghetti con salsa arrabiata, 

Di Café Tienda & Gourmet

¡Como me encantan los desafíos! Cuando me escribieron de Di Café retándome a conocer su vitrina de postres me tomé un tiempo para evocar aquella vez cuando probé el huayruro, su postre estrella, en el local de San Isidro. Vaya, ¿por qué no regresé?

Cuando uno está frente a su vitrina es inevitable tomarse un tiempo admirando los colores, las texturas diferentes y los ingredientes que componen una armonía donde han cuidado hasta el más mínimo detalle. Pero cuando los prueben encontrarán joyas como el plátano-manjar, un postres que remite a sabores de infancia, la tarta de limón, una delicada versión del tradicional postre limeño, o el swing de frutas, un postre refrescante que invita a comerlo en una terraza con un vino para la ocasión.

No es frecuente encontrar una cafetería donde sean tan prolijos en la elaboración y presentación de sus recetas y por eso me alegro mucho de haber aceptado la invitación de Dí Café & Tienda Gourmet para conocer su propuesta. Por mérito propio se han ganado un nuevo cliente.

Dí Café & Tienda Gourmet queda en San Ignacio de Loyola 150, La Molina.
Recomendaciones: Swing de frutas, huayruro, plátano manjar.

Qalani

Ha llegado la era de las barras: locales pequeños, carta breve y mobiliario sencillo son las características que las distinguen. Pequeño detalle, la mayoría se conforma con servir los mismos platos y por eso me alegra tanto haber visitado Qalani. En su carta encontrarán los platos clásicos como los cebiches, las causas y los arroces pero también se han preocupado de darles personalidad propia y un sútil toque norteño a las recetas. Si a eso le agrego que se preocupan por la sostenibilidad buscando usar pesca del día y nuevas especies, entenderán porque los incluyo en esta selección. 

Es difícil que pueda recomendar un solo plato de Qalani. Más bien creo que es el lugar ideal para una escapada de lunes a viernes o para huir de esas malhadadas franquicias cebicheras. Ahora que viene el verano ya sabrán donde encontrarme. ¿Ya ve Don Fernando? Eso le pasa por no hacer tortitas de choclo. 

Qalani queda en Av. Rivera Navarrete 2785, Lince.
Recomendación: Tortitas de choclo, arroz del chino, tiradito con pesca del día.

1 comentario:

Gabriela dijo...

Spizza en Miraflores es una excelente noticia. ¡Cómo extraño las pizzas del Beverly Inn! Ninguna cono esa delicia...