Hace más de 8 años que soy cliente del Swissôtel. Antes que existiera el blog ya rondaba su pastelería, el Gourmet Deli, en busca de mi porción semanal de torta rubia. Tiempos aquellos en los que no me animaba a visitar sus otros restaurantes pensando que su oferta "gourmet" estaba muy alejada de mis gustos personales. Hasta que un día, tímidamente, hice una reserva en La Locanda y luego de un inolvidable almuerzo, incluida la presentación de chef, descubrí que significaba realmente la atención personalizada. Desde aquella vez nada volvió a ser igual en el blog.
El boleto de viaje |
Muchos años han pasado desde mi primera incursión en el Swissôtel. Ahora que soy cliente habitual de todos sus restaurantes, es imposible ir de incógnito porque todo el personal me conoce. En Lima no hay otro hotel cinco estrellas que tenga una oferta gastronómica tan variada, y además en el Swissôtel nunca dejan de innovar. Sean los festivales gastronómicos temáticos en Le Café, las cenas maridaje organizadas para cada restaurante o los eventos especiales como el Luxury Brunch y el Kitchen Party, donde la interacción entre chefs y clientes llegó a niveles nunca antes vistos.
Entenderán porque no me sorprendí cuando llegó a mi correo la información sobre el Tour Gastronómico. La mecánica de esta propuesta es sencilla, por un solo pago se puede cenar en los tres restaurantes principales del Swissôtel (Sushicage, la Locanda, La Fondue) eligiendo un tiempo (Entrada, segundo o postre) en cada uno. En cada estación el jefe de salón los atenderá presentando las especialidades de la casa y el maridaje recomendado. Vale la pena mencionar que uno puede escoger cualquier plato de la carta y no hay un menú establecido de antemano.
Primera parada: Sushicage |
Comienza mi tour en El Lobby Bar tomando una copa de prosecco y degustando unos snacks. Vale la pena tomar un tiempo para armar la cena al gusto, aunque en mi caso, siendo un cliente habitual, tengo claro como será la estructura de la cena. Mi tour empieza por el Sushicage, uno de los pocos restaurantes nikkei donde cada visita me deja la sensación de haber aprendido algo nuevo gracias al chef Norio Takeda, quien no sólo hace gala de creatividad en cada uno de sus platos sino que tiene un carisma como pocos. De entrada elijo el tiradito del chef: cortes de atún, salmón, lenguado y pulpo en un aderezo de limón, shoyu, y especias japonesas (shishimi togarashi y shizo, entre otras) La frescura de los insumos lo es todo, más la mano del chef está en usar la cantidad exacta de ingredientes para lograr una fusión nikkei sin que el sabor de los mariscos pierda protagonismo. El maridaje propuesto un Vistamar Brisa chardonnay 2015, vino cuyo paso por barrica se acopla adecuadamente a la intensidad de las especias japonesas.
Segunda parada: La Locanda |
Cuando llego a La Locanda ya estamos hablando en palabras mayores. Es el restaurante que hace varios años escojo para celebrar ocasiones especiales, sea cumpleaños o aniversarios del blog. Me alegra encontrar una nueva canastilla de panes, donde destacan el pan de choclo y queso parmesano, los crocantes de mostaza dijon y tomillo y la tradicional focaccia con sal de Maras. No es común ver que muchos restaurantes le den importancia a los panes de la casa pero en el Swissôtel ya es una marca distintiva.
Oscar Huajardo, el maitre, sabe que vengo con ganas de probar algo nuevo y me ofrece un plato fuera de la carta y que ya había mencionado en mi última visita. Los spaghetti del chef con dados de langosta, mozzarella de búfala y punta de espárragos son toda una revelación. Pasta al dente, ingredientes en el punto de cocción correcto y el salteado de la pasta en vino blanco y aceite de trufa, me dejan un excelente sabor de boca. Buena elección Oscar, y eso que no estoy hablando del refrescante Aperol Spritz que me sirvieron como aperitivo.
Oscar Huajardo, el maitre, sabe que vengo con ganas de probar algo nuevo y me ofrece un plato fuera de la carta y que ya había mencionado en mi última visita. Los spaghetti del chef con dados de langosta, mozzarella de búfala y punta de espárragos son toda una revelación. Pasta al dente, ingredientes en el punto de cocción correcto y el salteado de la pasta en vino blanco y aceite de trufa, me dejan un excelente sabor de boca. Buena elección Oscar, y eso que no estoy hablando del refrescante Aperol Spritz que me sirvieron como aperitivo.
Tercera parada: La Fondue |
Mi última parada es en La Fondue, un restaurante cuyo ambiente es único en Lima porque replica a la perfección un típico chalet suizo. Las paredes enchapadas en madera, las banderas con los escudos de los cantones, ¡hasta la vajilla es importada de Suiza!
Empezamos con un Glühwein, vino caliente con especias, el mejor remedio para el frío y también para alegrar el paladar. No hay mejor cierre para una cena que el postre y la decisión de cuál ordenar cae por lógica: fondue de chocolate. Sin embargo hay un pequeño detalle, la fondue no viene en porción individual y es mejor pedirla si uno viene en grupo. Me inclino entonces por un postre menos ambicioso: el volcán de Toblerone. El helado artesanal con puntos de vainilla es ya un acierto, los frutos rojos acompañando un postre de chocolate es otro más, pero cuando hundo la cucharita en ese volcán y dejo que la "lava" de chocolate vaya extendiéndose, es el momento de claudicar. El maridaje: un vino dulce Cruz Conde D.O. Montilla Moriles, que se los dejo de tarea para que ustedes lo evalúen.
Swissôtel vuelve a sorprenderme en gran estilo con esta nueva propuesta. Es una gran oportunidad para aquellos comensales que, en una sola noche, desean conocer loss tres restaurantes principales a un costo asequible. Lo mejor, la carta de cada restaurante está a su completa disposición para que cada uno arme el menú de acuerdo a sus preferencias, aunque también se puede recurrir a los consejos del personal de salón. En resumen, tres estilos de cocina, tres chefs y el mejor servicio a la mesa que sólo puede brindar un hotel cuyo lema es "Pasión por la perfección". Nos vemos en el siguiente viaje.
Empezamos con un Glühwein, vino caliente con especias, el mejor remedio para el frío y también para alegrar el paladar. No hay mejor cierre para una cena que el postre y la decisión de cuál ordenar cae por lógica: fondue de chocolate. Sin embargo hay un pequeño detalle, la fondue no viene en porción individual y es mejor pedirla si uno viene en grupo. Me inclino entonces por un postre menos ambicioso: el volcán de Toblerone. El helado artesanal con puntos de vainilla es ya un acierto, los frutos rojos acompañando un postre de chocolate es otro más, pero cuando hundo la cucharita en ese volcán y dejo que la "lava" de chocolate vaya extendiéndose, es el momento de claudicar. El maridaje: un vino dulce Cruz Conde D.O. Montilla Moriles, que se los dejo de tarea para que ustedes lo evalúen.
Swissôtel vuelve a sorprenderme en gran estilo con esta nueva propuesta. Es una gran oportunidad para aquellos comensales que, en una sola noche, desean conocer loss tres restaurantes principales a un costo asequible. Lo mejor, la carta de cada restaurante está a su completa disposición para que cada uno arme el menú de acuerdo a sus preferencias, aunque también se puede recurrir a los consejos del personal de salón. En resumen, tres estilos de cocina, tres chefs y el mejor servicio a la mesa que sólo puede brindar un hotel cuyo lema es "Pasión por la perfección". Nos vemos en el siguiente viaje.
Swissôtel queda en Av. Santo Toribio 173, San Isidro.
El Tour Gastronómico cuesta S/.225.00 por persona. Incluye cocktail de bienvenida, un tiempo en cada restaurante con aperitivo y maridaje sugerido por el sommelier.
Horario: Sólo cena, lunes a sábado de 19.00 a 22.00
Reservas al 4214400 anexo 2204
El Tour Gastronómico cuesta S/.225.00 por persona. Incluye cocktail de bienvenida, un tiempo en cada restaurante con aperitivo y maridaje sugerido por el sommelier.
Horario: Sólo cena, lunes a sábado de 19.00 a 22.00
Reservas al 4214400 anexo 2204
Condiciones: El vale debe consumirse en los tres restaurantes el mismo día. La vigencia es hasta el 18 de diciembre de 2016
1 comentario:
Así da gusto ir a cualquier lugar, ¿no? Te hacen sentir que eres especial.
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