viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo para todos (Actualizado)

Estas semanas han sido de locos. Para un contador el fin de año es una carrera contra el tiempo y el día de cierre equivale a cuando llega la cuenta en un restaurante, no hay escapatoria. Pero ya pasó lo difícil y ahora es el momento para descansar y planear las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Y también para cerrar la temporada del blog.

Este ha sido un año de locos. Comencé con un proyecto académico de varios meses cuyo resultado recien conoceré en un par de meses. Luego asumí un nuevo reto laboral en una empresa que cada día me sorprende más por la calidad profesional y personal de mis compañeros de trabajo. Y con todo eso también estaba la preocupación de continuar escribiendo en el blog. Hasta ahora no entiendo como logré aumentar el ritmo de publicación sin sacrificar la calidad de lo escrito. Me queda muy claro que escribir para ustedes, mis estimados lectores, comentaristas y seguidores ya no es un hobby, es una responsabilidad. Y tengan por seguro que estoy trabajando para que este blog mejore cada día más.

Este no será un día de locos, claro sí es que ya tienen todos sus regalos comprados y la cena de navidad organizada. Felizmente en mi casa ya todo está planificado al milímetro y sólo faltan algunos detalles así que la tranquilidad está asegurada. En contra de la costumbre la cena no incluirá pavo sino enrollado de cerdo, además el chocolate con panetón se consumirá mañana en el desayuno. Me despido por lo que resta del año deseándoles una Feliz Navidad, que sus hogares se llenen de paz y que el próximo año venga lleno de éxitos y mucha prosperidad. Por mi parte ha sido un año excelente a todo nivel y eso significa que el 2011 será aún mejor.

Actualización 25.12.10
El desayuno de hoy estaba planificado al milímetro como todos los años: panetón D'onofrio y chocolate de taza La Continental. Del panetón D'onofrio no hay mucho que agregar, ya hace mucho que dominan el mercado y está garantizada su buena calidad. Respecto al chocolate La Continental ya le he dedicado un post pero lamentablemente desconozco si es posible conseguirlo en Lima. Pero este año hubo un ligero cambio. Cortesía de Ll., una amiga muy generosa y con un corazón inmenso, llega a mi mesa un Panettone Classico Chiostro di Saronno, un verdadero panetón italiano.

Este panetón fue una verdadera epifanía que significó un cambio en mis paradigmas navideños. Primero, no es empalagoso. A diferencia de otros panetones que con una sola porción dejan una sensación de "no más", este es bajo de azúcar y provoca seguir comiéndolo. Segundo, su textura es suave como algodón, remojarlo en el chocolate sería una herejía o una bendición, depende como quieran verlo. Tercero, no contiene las infames frutas confitadas sino cáscara de naranja y limón azucaradas, que no camuflan el sabor del panetón, más bien lo realzan. Que puedo decir, para una celebración tan importante como la Navidad este panetón se ha ganado un lugar de honor en mi mesa de desayuno. Gracias Ll. te debo una (una docena).

Actualización 01.01.11

Ya hace algunos años que se ha instituido en mi casa la costumbre del desayuno de Navidad y el de Año Nuevo: chocolate del Cuzco y panetón. Muy aparte del tema gastronómico considero que estas fechas representan oportunidades perfectas para hacer buenos propósitos y agradecer todo lo bueno que nos da la vida. Este año, antojado por el panetón italiano que me regaló Ll. en Navidad, fui por el local de Il Pastificio en busca de uno igual para Año Nuevo. Fue demasiado optimismo de mi parte porque, como debí haberlo supuesto, ya estaban agotados. Sin embargo llamó mi atención una bolsa roja con un lazo dorado: Pannetone Virginia. ¡El desayuno estaba salvado!

A diferencia de los panetones que estamos acostumbrado a devorar cada Navidad este viene preparado con la receta tradicional porque es "bajo". De sabor no tiene nada que envidiarle al Chiostro di Saronno, de textura menos. Es un panetón con una textura muy suave, bajo de azúcar y lo mejor de todo, no cae pesado. Esto puede ser un defecto porque tranquilamente pueden acabarse uno entero. Algo curioso, según el empaque debe consumirse con vino de postre o café, IIusos italianos no saben lo que se pierden.

Les recomiendo que el próximo año no dejen pasar la oportunidad de probar estos panetones. No son baratos, si bien puede parece un lujo consumirlos, para celebrar una ocasión tan especial como la Navidad o el Año Nuevo a veces creo que amerita hacer un gasto extra.

El Panetonne Classico y el Panettone Virginia se consigue en Il Pastificio
Av. San Borja Norte 398, San Borja.
Teléfono 475-1057

domingo, 19 de diciembre de 2010

La Folie (Intro)

Tenía la intención de finalizar la temporada 2010 del blog reseñando un sitio que ha superado mis expectativas. Sin embargo estos han sido unos días de locos (para un contador pueden serlo aún más)  y el post de hoy será una breve reseña de lo que disfruté hoy en La Folie. El almuerzo Joyeux Nöel (Feliz Navidad) empezó con una ensalada navideña: mix de hojas verdes, manzana verde, praliné de pecanas, apio y germinado con vinagreta de miel y Dijón. Enemigo acérrimo de las ensaladas este es uno de los pocos lugares que ha logrado despertar en mí el gen vegetariano. La frescura de los ingredientes que usan es insuperable y la combinación de sabores es mejor aún. Punto a favor para su deliciosa vinagreta, la preparan como en ningún otro sitio.

El plato de fondo fue una porción de pavo horneado, acompañado de puré de papas rústico al romero y camote glaceado. Sin quitarle méritos a los demás ingredientes el pavo se lleva la medalla de oro. Quisiera saber el secreto para conseguir un sabor tan delicioso y una textura tan jugosa del pavo. El puré de papas rústico fue toda una revolución. No hay muchos restaurantes donde puedan degustar un puré preparado de sta manera, que permite sentir la textura de la papa mezclado con un delicioso toque romero. El camote glaseado hizo que me adelante seis días y le dijera Feliz Navidad a mi apetito. Queda muchísimo por contar acerca de La Folie y de su filosofía pero no quería esperar hasta el 2011 para hacerlo. Por el momento sólo puedo decirles que en estas épocas de fiesta, La Folie es el sitio ideal para que el paladar comience a celebrar.

La Folie queda en Av. Primavera 1070, Surco.
Teléfono 372-1502

domingo, 12 de diciembre de 2010

Mesa 18 (Los postres del cielo)

Este restaurante ya cerró sus puertas. En su lugar está ahora Tragaluz que, para mi gusto, no le llega ni a los talones a la propuesta de Mesa 18.

Luego de tan impresionante introducción había que dar paso a los platos principales. En primer lugar la degustación de carnes: Lomo fino brasileño, entraña americana y anticucho clásico peruano. Alguien alguna vez comentó que no soy un experto en carnes y no podría contradecirlo. Sólo puedo agregar que estoy recibiendo clases intensivas y ya puedo afirmar con base que estos cortes estuvieron deliciosos, cocidos a mi punto favorito, tres cuartos, estado en el que conservan sus jugos y se puede disfrutar del sabor de la carne en toda su extensión. No pierdan de vista los acompañamientos, se los dejo de tarea para que se sorprendan cuando los prueben.

Después me sirvieron unos canelones de cola de buey con aroma de trufa. Es un plato muy conocido en varios restaurantes italianos, pero el que sirven aquí tiene una pequeña diferencia, los canelones no sólo están rellenos de cola de buey, también son preparados con ese ingrediente, de ahí su color pardo. El relleno de cola de buey tenía un sabor moderado pero nada se compara a la suave textura de la carne, típíca de las cocciones a largo tiempo. Los espárragos con su sabor neutro eran el acompañamiento ideal. Después de comer todo eso, ¿podía pedir algo más? ¡Claro! No iba a dejar pasar la oportunidad de probar sus postres. 

Primero me sirvieron el mil hojas de mousse de chocolate y avellanas, mango y helado de queso crema. Siendo un fanático del chocolate este postre fue un verdadero deleite para mi paladar. No existe placer más grande que romper con la cucharita la tableta y escuchar el sonido seco del verdadero chocolate al partirse. En cuanto al mousse las palabras sobran para describir lo bueno que estuvo. Ojo, con los coulis de rocoto rojo y amarillo, no se asusten porque no tenía nada de picante, sólo le daba un toque especial de color y sabor al plato. Después probé la sopa de chocolate blanco, pistachio y mousse de lúcuma. Es un postre que tranquilmente definiría como adictivo. La textura y el sabor de la sopa fría de chocolate blanco estuvieron buenísimas, al punto que no paré de dar cucharadas hasta terminarla. Lo siento por la lúcuma porque al principio no le presté mucha atención pero el chocolate blanco es una de mis debilidades. No quiero sonar mezquino pero este postre es una de las razones por las que volveré al Mesa 18. Me intriga la opción de maridaje de postres con su selección de tés en hebras.
 
En resumen, el almuerzo degustación en Mesa 18 fue una experiencia inigualable. Los precios son elevados, pero tengan en cuenta que disfrutarán de un ambiente exquisito, un servicio excelente y una propuesta gastronómica que los dejará atónitos. Al menos eso es lo que yo he sentido cuando escribí este post: las palabras no le hacen justicia a todo lo que comí. Si buscan un restaurante para una celebración por todo lo alto o para pasar un momento inolvidable con una persona especial este es el lugar ideal. ¡Ah! Y antes que me olvide el origen del nombre está en que el 18 es el código postal de Miraflores y 18 son las mesas con las que cuenta este restaurante. Para mí, Mesa 18 se merece un 20.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Mesa 18 (¿18? ¡20!)

Este restaurante ya cerró sus puertas. En su lugar está ahora Tragaluz que, para mi gusto, no le llega ni a los talones a la propuesta de Mesa 18.

Canastilla de panes
Antes de ser un aficionado al buen comer me considero un fanático del servicio perfecto. El mejor almuerzo puede echarse a perder por culpa de un mozo descortés o un ambiente incómodo. Por eso tengo en un lugar especial a los restaurantes de hotel, donde el cliente es atendido como si fuera el único presente en todo el establecimiento y hacen todo lo posible, y hasta lo imposible, para que te lleves la mejor de las impresiones. Luego de un cumplidor desayuno en The Observatory, Karen Carrillo, Jefe de alimentos y bebidas del Miraflores Park Hotel, tuvo la cortesía de invitarme a conocer su restaurante principal, Mesa 18. Aunque muchos me critiquen el uso constante de superlativos en este blog, creo que si tuviera que escoger el mejor momento gastronómico del año, no dudaría en poner a este restaurante en primer lugar, un milímetro por encima de La Locanda. Este post será un intento de transmitir lo que me dejó la visita a este resturante, aunque probablemente me quede corto. Cuando un restaurante logra ir más allá de la experiencia gastronómica es difícil transmitirlo en palabras. 

Ya hace buen tiempo que los restaurantes gourmet han puesto la mira en los panes. Años atrás ningún retaurante pasaba de los francesitos con mantequilla. Ahora sobran las variedades de panes especiales acompañados de mantequilla de hierbas y diferentes salsas. Confieso que trato, sin éxito, de no prestarles mucha atención porque son tan buenos que termino devorando toda la canastita. Mesa 18 no fue la excepción. Me sorprendieron con un pan crocante de quinua servido con una salsita de berenjena. Luego me convencieron de probar su pan de aceituna con mantequilla de hierbas. Finalmente me liquidaron con un pan de pecanas. Consejo: Cománlos lentamente porque son tan buenos que terminarán pidiendo una canastilla adicional. 

Langostinos crocantes. Spring rolls de cordero
Para comenzar el almuerzo me sirvieron unos langostinos crocantes con salsa de maracuyá. Sólo por la presentación ya podría tranquilamente hablar de un plato que no tiene competencia. En cuanto al sabor lograron un matrimonio perfecto con el punto de cocción exacto y el ácido moderado del maracuyá. El crocante de cereales fue el toque especial. Luego me trajeron unos spring rolls de cordero con salsa de miso. Siempre he visto a los springs rolls de lejos porque en los chifas (disculpen la comparación exagerada) lo que sirven es una esponja de grasa. Aquí me trajeron unos bocadillos muy crocantes, rellenos de la carne de cordero más suave que se puede comer en este mundo.

Sopa de parmesano
Luego me sirvieron la especialidad de la casa, sopa de parmesano con conchas grilladas y aceite de rocoto. Las características de este plato me podrían remitir a lo que llaman gastronomia molecular porque es una reinvención de las conchitas a la parmesana. La costra de queso parmesano se convierte en una sopa y las conchitas en lugar hornearse pasan por la parrila. No se asusten con el aceite de rocoto, tiene un sabor tan tenue que no afecta el equilibrio del plato. Considero que es una opción muy interesante para aquellos que disfrutan de la comida gourmet.

Me sentía satisfecho con todo lo que había consumido pero Alex Blanch, Jefe del restaurante, aún tenía reservadas un par de sorpresas. Pero eso lo contaré en la segunda parte de esta reseña. Un lugar tan bueno se merece más de un post.