lunes, 24 de octubre de 2016

Buenos Aires (Nuevamente acá estamos)

En mí se cumple la letra del tango: "Mi Buenos Aires querido". Después de cinco estadías puedo afirmar que nunca me canso de visitar esta ciudad.

Av. 9 de Julio. Plaza San Martín.
Jardín Japonés. Floralis Genérica.
Escribir de Buenos Aires es una tarea complicada. La ciudad es demasiado grande como para resumir todos sus atractivos turísticos en un post. Recomendarles que visiten uno u otro asitio depende mucho del gusto de cada uno. Está claro que lo más recomendable es comprar un boleto de bus turístico que los llevará por diferentes atracciones de la ciudad de acuerdo a la zona que elijan. Además en los hoteles también hay propagandas de tours guiados para ir de un lado a otro de la ciudad con toda comodidad. 

Uno de mis lugares favoritos es Puerto Madero, la zona financiera de Buenos Aires. Aquí se encuentran los edificios de las trasnacionales más importantes y a lo largo de la avenida Alicia de Moreau se hay infinidad de restaurantes que sirven todo tipo de comida, aunque, como suele suceder con los lugares turísticos, la calidad no necesariamente va de acuerdo al precio. En todo caso pueden picar algo nada más y luego dar un paseo por el malecón viendo el río. Imperdible el Puente de la Mujer para una foto de recuerdo. Al regreso, si hacen un esfuerzo pueden llegar caminando hasta la Casa Rosada, la Catedral Metropolitana y el Cabildo. 

Caminito. Aeropuerto de Ezeiza. Teatro Colón.
Si les gusta caminar en áreas verdes hay dos lugares imperdibles. El Jardín Japonés no sólo ofrece excelentes paisajes para relajarse y quedarse sentado admirando la naturaleza, también hay exposiciones de cultura japonesa e incluso una casa del té. El Rosedal de Palermo es otra zona imperdible con más de 20 mil rosales en incontable variedades, esculturas e incluso un patio de estilo andaluz. Es impresionante la cantidad de gente de todas las edades que hace deporte por sus alrededores.

Otros lugares turísticos que no pueden dejar de visitar son la Floralis Genérica, escultura metálica de una flor que se cierra al ocaso, el Obelisco con infinidad de ángulos para tomar la mejor foto de recuerdo (selfie incluido) y el cementerio de Recoleta con infinidad de esculturas y sepulcros de personajes famosos de la historia argentina. Probablemente alguien me acuse de omitir Caminito, más yo les recomendaría tomarlo con paciencia. La abundancia de comercio (jaladores, ambulantes y bailarines de tango) pueden hacer difícil caminar por la zona. 

Casa Rosada. Bosque de Palermo.
Obelisco. Puente de la Mujer.
Les dejo un par de recomendaciones actualizadas. El tipo de cambio oficial no es tan desfavorable. Si tienen urgencia de pesos pueden cambiar en el Banco de la Nación del aeropuerto aunque la cola de turistas siempre es larga. La diferencia por dólae era de un peso. Igual pueden cambiar en La Florida o en la avenida Santa Fé. Incluso en Recoleta algunos negocios aceptan dólares. Por algún motivo los billetes pequeños son escasos y les van a agradecer con lágrimas en los ojos si pagan con el monto exacto. Es recomendable reservar algunos billetes para las propinas (10% sin excepción)  En cuanto al transfer siempre es bueno coordinarlo previamente con el hotel. De lo contrario pueden utilizar el del aeropuerto (Tienda León ofrece descuento si utilizan el mismo servicio al regreso) o de la calle. Una última indicación si van al número 1984 digan “Mil novecientos” y no “cuadra 19” porque no los van a entender. Incluyo los datos de un hotel economico y bien ubicado (está en plena avenida Corrientes), además los cuartos tienen kitchenette con todo el menaje necesario para cocinar. Muy necesario cuando se tratar de ahorrar en las comidas.

Para alojarse recomiendo Intersur Hoteles en Av. Corrientes 1984 Buenos Aires.
reservas@intersursuites.com

Para recorridos turísticos pueden usar Buenos Aires Bus.
Visiten su web www.buenosairesbus.com

martes, 11 de octubre de 2016

Matria Brunch (Once in a lifetime)

Los feriados son para descansar. Afirmación válida siempre que no sean bloggers gastronómicos. 

Canastilla de panes
Cuando llegó a mi correo la información acerca del brunch especial en Matria vino a mi mente la frase de un conocido meme: "Shut up and take my money" (Cállese y tome mi dinero) Conozco de sobra el estilo de Arlette Eulert y no se anda por las ramas cuando trae nuevas opciones de carta. Pero esta vez tenía una ambiciosa propuesta de brunch en tres versiones: Sano, engreído y divertido. Y si a eso le agrego que junto a ella estarían Renato Peralta y Harryson Neira con sus mejores recetas estaba claro que si dejaba pasar esta oportunidad no me lo hubiera perdonado jamás.

Llego en el segundo turno para disfrutar mi desayuno-almuerzo. El local está reventando, obviamente la convocatoria ha sido un éxito. Comienza mi jornada limpiando el paladar con un jugo de zarzamora y naranja. No hay ciencia, si la fruta es fresca el resultado es óptimo. Para entretener el estómago, mientras llegan los platos fuertes, traen la canastilla de panes artesanales: campesino de maíz morado con frutos secos, centeno con cereales andinos y mini croissant. Panes elaborados con masa madre, de sabores intensos y que se combinan a la perfección con los acompañamientos: crema de queso de cabra, crema de cacao con sal de Maras, y, lo más intrigante, una mermelada casera de tomate. Siempre escuché a mi madre hablar de esta variedad y cuando pruebo una cucharadita entiendo el por qué de su emoción.
Huevos benedictos. Chapla completo.
Pero es el turno de los platos fuertes. Primero con unos huevos escalfados sobre muffin de quinoa, jamón campesino y salsa holandesa. Un vistazo es suficiente para deducir que en la cocina alguien estuvo muy apurado. Además este plato ha estado esperando en algun lado porque la temperatura no es la ideal. Mejor me va con el chapla completo. El queso mantecoso que utilizan tiene un sabor intenso que se complementa adecuadamente con el jamón artesanal. Pero es cuando remojo el pan en la yema a la inglesa que descubro un placer culposo, digno de los mejores desayunos. Los chips de papa nativa son el twist final para redondear la experiencia.

Americano. Cacaoccino.
Confieso que a estas alturas estaba más que satisfecho pero aún faltaba la parte más dulce del brunch. Tostadas francesas de pan brioche, queso cholombert, miel de aguaymanto, plátano bizcochito quemado y cacao 80% rayado. Impresionante descripción ¿no?. Claro hasta que la traen a la mesa y con todo el dolor del mundo tengo que aceptar que no podré terminarla. Al menos no hasta que mi café americano para equilibrar todo el exceso de dulce. 

Las tostadas de Renato.
El brunch especial de Matria me deja con buen sabor de boca. La experiencia fue novedosa y tuvo como aliciente la presencia de Renato Peralta y Harryson Neira, quienes estuvieron atendiendo la mesas y respondiendo las consultas de los comensales. Felizmente pude conversar con ambos durante algunos minutos y enterarme de sus futuros proyectos. Ojalá que vuelva Eggo, hace mucha falta.

Siendo la primera versión, el brunch no estuvo exento de errores, entendibles en la medida que el equipo de salón y de cocina fue sometido a una dura presión por la asistencia masiva y la falta de experiencia con las nuevas recetas. Es obvio que aún deben realizar algunos ajustes, más de forma que de fondo. Valoro mucho la iniciativa mostrada en el desarrollo de la carta y está claro que no me perderé, por nada de este mundo, sus futuras ediciones.

Matria queda en Mendiburú 823, Miraflores.
El brunch costó S/.85.00 con previa reservación y pago.
Para saber la próxima edición revisen su página de Facebook. 

jueves, 6 de octubre de 2016

IK (Hasta aquí hemos llegado)

Sólo por la insistencia de un seguidor contacté al restarurante IK para organizar la nueva cena grupal. Luego de transar las condiciones me ofrecieron un menú degustación de cinco tiempos en un salón privado. Así de simple y sin mucho trámite iba a cumplir un doble objetivo. Por un lado completar el top 20 de la lista Summum, por otro hacerlo en compañía de mis seguidores. Mejor imposible.

Canchita glaseada. Abrebocas.
Pisco sour dos temperaturas.
Escogí una hora prudente para la cena pero aún así tuve que recurrir a mis mejores atajos para esquivar el tráfico miraflorino y poder llegar puntualmente. El grupo aún no está completo, así que mientras esperamos nos ofrecen unos pocillos con canchita chullpi glaseada. Mi voz interior, con alma de quejón empedernido, me susurra: "canchita, gran cosa". Claro, hasta que la pruebo y noto que es realmente adictiva. Me extraña la presencia de unas piedras redondas en la mesa pero luego recuerdo que estamos en un restaurante premiado y no es raro ver esas ¿innecesarias? florituras. Luego de haber acabado varias porciones de canchita llega el resto del grupo. Es momento de empezar. Vale la pena una aclaración, todas las fotos corresponden a porciones de degustación. 

Luego de una breve presentación del restaurante y todo el concepto que engloba nos traen los abrebocas. Demasiado simples para mi gusto: causitas clásicas de papa y un crocante con mousse de hongos de Porcón y chocolate. Más forma que fondo, ojalá que no sea un indicador de lo que vendrá más adelante.

Comunidad del tomate. Cebiche amazónico.
Chota 190°. Panceta en su jugo
Se inicia la cena con la comunidad del tomate, diferentes presentaciones y variedades de tomate sumergidos en un aliño de agua de tomate. Cada bocado trae una sensación diferente, más yo me quedo con el tomate ahumado que explota en boca y hace contrapunto con los sabores tan refrescantes. El agua de tomate no es novedad, ya la he probado antes en Astrid y Gastón pero aquí lleva chía y esta le da más consistencia. Sigue un cebiche amazónico envuelto en hojase bijao. Este plato calificaría más como un "falso" cebiche pues los trozos de paiche son flambeados al wok antes de aderezarse con una salsa de mishkina y ají charapita. No tengo observaciones, la ejecución es precisa y los trozos de pescado llegan en su punto. El toque divertido son los chifles que deben ser triturados con las manos para usarlos de "topping". Malas noticias, la porción es para compartir entre dos personas y tengo que resignarme con un par de bocados. Es lo malo de un menu degustación, uno se queda con la miel en los labios cuando prueba un plato tan sabroso.

Lúcuma enterrada. La yunza.
Petit-fours. Los viciolovers en pleno
Llega el turno de los fondos. Primero con la chita 190°, cuyo nombre hace referencia a la temperatura del aceite con el que se baña el corte de pescado. Las escamas adquieren una deliciosa textura crujiente, el interior llega en su punto. El puré de alcachofas despierta la admiración de todos, es un acompañamiento correcto. El sabor es tenue y no le quita protagonismo a la chita. Sigue la panceta en su jugo, corte de cerdo en una reduccción de los jugos de cocción. Es el sabor puro en su máxima expresión, cualquier salsa o aderezo queda sobrando. Se complementa con un kimchi amazónico y col china a la parrilla. No podía faltar el "crunchy", la adoración de todo comensal peruano, que viene en forma de piel crujiente del cerdo, al mejor estilo de un tocto.

Cuando traen la lúcuma enterrada dudo si estamos en un restaurante o en una clase de botánica. ¿Quién lo diría? nunca había visto un postre que replicara una escena de la naturaleza. Un bombón-semilla de chocolate relleno de lúcuma cubierto de tierra de café y cacao como si estuviera en su hábitat natural. El detalle de la hoja, como si fuera un cogollo de la planta naciendo, me deja emocionado. ¡Hasta un "gusano" de chocolate han incluido! Fuera de la sublime presentación, la combinación de lúcuma y chocolate es un recurso conocido pero bien ejecutado. Aunque había un as bajo la manga: un cremoso de vainilla que integra todos los ingredientes Sólo me hizo hace falta un café americano para redondear la experiencia.

La cena cumplió con las expectativas que se tenían de un restaurante conocido. Tal como lo esperaba no se trata sólo de disfrutar la comida sino de vivir una experiencia de comunión con todo los ingredientes. Tal cual IK se acerca más a Central en la idea de ofrece una experiencia para todos los sentidos y justifica regresar para investigar el resto de la carta. El servicio ha sido correcto, aunque sabiendo qué se trata de una cena organizada para el blog es obvio que se esforzaron en cuidar cada detalle. No me sorprende entonces cuando el mozo aparece cargando un ekeko para terminar la cena-celebración. Se desarrolla una pequeña escaramuza entre los asistentes por ver quién es el primero en tomarse un selfie con el muñeco de marras. Paciencia, que viene un segundo ekeko para agilizar el proceso. Pero no hay celebración completa sin un arbolito de yunza y pica-pica lo que desata la alegría de los asistentes. Aunque falta un detalle más, una cajita con piedras donde nos toca descubrir cuáles son bombones de chocolate y eucalipto. Ha llegado el momento de decir adiós. 

IK queda en Elías Aguirre 179, Miraflores.
Horario: Lunes 19.30 a 23.00 Martes a sábado de 12.30 a 15.00 y de 19.30 a 23.00. Domingo cerrado
Teléfono: 652-1692
Entradas: S/.43.00 - S/.49.00. Fondos S/.71.00- S/.76.00 Postres S/.23.00 - S/.33.00
Menú degustación 5 tiempos: S/.200.00 (sin maridaje)
Estacionamiento: Delante del local. Cuenta con valet parking.
Volvería: Sí, pero exige todo un presupuesto aparte.

domingo, 2 de octubre de 2016

Alzo (Restaurante, bodega, café y algo más)

Desde que apareció el local de las paletas heladas, suelo frecuentar la avenida Villarán. No es mi zona favorita, el tráfico y el desorden generado por pastelerías de bajo costo, sangucherías de costo aún más bajo y franquicias “express” la hacen casi intransitable. Aunque la esperanza es lo último que se pierde y por esto estoy acá en Alzo, restaurante con opciones adecuadas para los tres momentos del día: desayuno, almuerzo y cena. ¡Que tal reto!

Tortilla de papas nativas
Como me dijeron que estaba en marcha blanca aproveché para dar un vistazo a este nuevo local. Cosa rara en mí, porque la percepción mucha veces se deja influencia por los bajos precios de introducción. A demás que el restaurante está realizando ajustes en el tiempo de servicio y las opciones de carta. Tal como lo esperaba, la tortilla de papas nativas (S/.18.00) queda en buenas intenciones. No me afecta la reducida cantidad de chorizo español (hace mucho que aprendí a prescindir de la proteína) sino por la ejecución. Esta tortilla debería llegar a la mesa en término medio y así equilibrar la textura arenosa de la papa nativa. En todo caso, les sugiero pedir aceite de oliva extra para que sea más fácil de consumir. Sigo con unos ravioles de cola de buey (S/.34.00) que no terminan de convencerme por la sequedad del relleno, aparte que la salsa de cocción falla en consistencia y no ayuda mucho. Prioridad, darle también una vuelta de tuerca a la presentación. En cuanto a la ensalada César (S/.22.00), un clásico de cualquier carta de ensaladas. Es difícil que fallen aunque si procesan mejor las hojas de lechuga será más fácil integrarla con el aliño. A propósito, intuyo que el tubo de ensayo donde lo sirven es un detalle lúdico pero créanme que no ayuda mucho para servirlo.

Ensalada César. Ravioles de cola de buey.
Una visita no es suficiente para escribir una reseña completa, así que regresé luego de un par de semanas para seguir investigando la carta. Comienzo ordenando una creación de la casa, la pechuga de pollo horneada (S/.31.00), suave y jugosa, cocida al punto perfecto. De acompañamiento un atamalado de tres quinuas, ligero y saludable, en una onda de comfort-food que no esperaba. Sigo con una pizza campesina (S/.28.00) con prosciutto y cebolla blanca y champiñones. La masa es delgada y crujiente, felizmente no se ha convertido en una galleta de agua, error común en las pizzerías  limeñas. A propósito ¿quién es fan de la arúgula en este local?

Pechuga de pollo horneada. Pizza campesina
Desayuno criollo. Waffles de la casa
Teniendo en cuenta que la carta incluye opciones para todo el día, regreso por sus desayunos. El desayuno criollo (S/.21.00) es un combo de jugo-café-plato de fondo que trae lo justo y necesario para empezar el día. El chicharrón está sabroso, crujiente y jugoso por fuera, aunque la cantidad de sarsa es insuficiente para armar un mini-sanguchito. Vamos, sean más generosos que no debe influir mucho en el costo final. El tamal se me queda en la punta del diente. No critico el sabor más sí el tamaño microscópico que hará enarcar las cejas al consumidor promedio que espera ver un plato lleno. En cuanto al café americano, basta un sorbo para darme cuenta que no es su especialidad. No importa, deshago la trufa de chocolate que viene al lado y pido un vaso de agua fría, suficiente para arreglarlo. Ordeno también unos waffles de la casa (S/.11.00), cuya presentación modesta no le hace justicia. Aparte no me molestaría ver una mayor cantidad de coulis de frutos del blosque aunque el manjar de lúcuma funciona a la perfección como topping. 

La propuesta de Alzo me deja satisfecho y con ganas de regresar. Su propuesta de comfort-food es efectiva y si bien transita por rutas conocidas lo hace con insumos de buena calidad. El servicio a la mesa es correcto y preciso, incluso me informaron cuánto se iba a demorar mi pedido. Punto aparte para la buena actitud del personal ante un par de requerimientos adicionales que hice. Sí, soy un blogger cargoso al que le gusta poner a prueba al personal.  Antes que me olvide, en el segundo piso tienen un ambiente amplio y una barra, ideal para esas noches en las que uno desea desconectarse de las preocupaciones laborales. Hasta en eso han pensado.

Alzo queda en Av. Villarán 759, Surquillo.
Horario: 08.00 a 23.00.
Teléfono 383-8569
Ticket promedio: Desayunos S/.25.00. Almuerzos S/.45.00
Volvería: Sí. Es una propuesta adecuada para cualquier momento del día.
Estacionamiento: Reducido. Hay valet parking.


Bonus track: Titi Reloaded
Y ya estamos en la séptima versión de nuestras cenas grupales. ¿Tan rápido?

Banquete imperial en el chifa Titi
Nuevamente me reuno con los seguidores del blog para compartir una cena en uno de mis restaurantes favoritos: el chifa Titi. ¿Cómo? ¿Ya no hubo una cena en este local? Sí, pero deseábamos repetirla con nuevos invitados. 

Comenzamos con una porción cuádruple de siu-mai. Es impresionante ver tremenda cantidad de dim-sum pero más las expresiones de los asistentes cuando los prueban. Seguimos con una sopa wantán en versión familiar que deja a todos con la boca abierta. Sin embargo, me comenta que existe una versión aún más grande. ¿Se imaginan?

Los platos de fondo siguen uno trás otro. Carne a la plancha, pollo Titi, chaufa Titi en tazón familiar. Hasta que aparece el plato más esperado: la gallina a la sal. Sola o con un toque de infernal salsa de ají nadie se resiste a coger una presa y desaparecerla en el acto. Sin embargo es el  Kru-Yoc cinco sabores el que se lleva finalmente las palmas de todos los asistentes. El tiro de gracia llega en forma de una fuente de sahofan saltado con cerdo. Aunque la mayoría estamos más que satisfechos, tenemos un asistente que nunca deja un plato intacto. Por algo son los #viciolovers.

La cena nuevamente ha sido un éxito y los asistentes están más que satisfechos. El desfile de platos fue interminable pero estuvimos cómodos y alcanzó de sobra para compartir. Cuando pienso en las críticas porque "en el Titi sirven poco” sólo me queda reír para mis adentros. No saben lo que se pierden.

Titi queda en Javier Prado Este 1212, San Isidro.
Ticket promedio: S/.100.00 por persona
Teléfono: 224-8189