viernes, 26 de febrero de 2010

Posts inéditos II

Aprovechando nuevamente la coyuntura publicaré algunas reseñas que se habían quedado en el tintero. A veces por la impaciencia en escribir acerca de un lugar muy bueno o presentar una ruta gastronómica dejo esperando a otros. En algunos casos había perdido la esperanza porque hasta las fotos ya habían sido borradas, en otros tal vez estoy siendo injusto por incluirlos en un post resumen pero considero que ya no pueden quedarse más tiempo en el olvido.

Macario (Av. Ayacucho 1339, Surco)
Perdóname Macario por incluirte en un post resumen. Se que me cayó pesado el mozo renegón pero eso no justifica haberte relegado tanto tiempo. Te merecías un post aparte pero el tiempo me ganó. Este clásico local tiene en su carta los tradicionales sándwiches de pavo, lechón y pollo que vende con mucho éxito. Pero yo debo mencionar en primer lugar su sándwich de jamón huaracino. Lo mejor es el sabor de la carne, ligeramente salada, con una sazón típicamente peruana. Es un deber probarlo porque no lo he visto en ningún otro sitio. Punto débil, deberían poner salsas en la mesa. Punto fuerte, curiosamente también saben preparar un pye de limón muy cumplidor. Eso sí, espero que tengan espacio para probarlo después de comer sus sándwiches.

San Joy Lao (Jr. Ucayali 779, Cercado de Lima)
Este chifa siempre se ha destacado por servir porciones muy generosas. De un menú para dos pueden comer tranquilamente tres personas y si le sumamos que la atención es mejor que el promedio pues estamos ante la típica opción bueno, bonito y barato. Pero ha resultado algo irregular las veces que he asistido, al extremo de que la extraordinaria sopa wantán que me sirvieron un sábado se convirtió en un caldo desabrido a la siguiente semana. Es complicado dar opiniones definitivas en el caso de las chifas así que sólo me limitaré a recomendarlo como una opción de termino medio.

Il Buon Mangiare (Calle Los Laureles 519, San Isidro)
Cenar en este lugar fue toda una sorpresa. No esperaba encontrar en una recóndita calle de San Isidro un pequeño restaurante donde preparan pastas al mejor estilo casero. Me sorprendieron con una deliciosa ensalada caprese, plato desconocido para mí pues siempre había desconfiado de su simpleza. Me noquearon con sus ravioles de verduras al pesto. Para mí la noción de pesto es espinaca, albahaca, queso freso y pecanas licuados para crear una salsa verde que combina con cualquier pasta. Sin embargo me encontré con una deliciosa salsa pesto preparada con los ingredientes picados. Estuvo demasiado buena. Vale la pena darse una vuelta por este restaurante. Se que tiene varias sucursales pero no las he visitado así que sólo puedo recomendar la original en San Isidro.

Hooters (Larcomar)
Confieso que la única razón por la que decidí comer algo en este lugar fue porque me regalaron un vale de consumo. La única referencia que tenía era la reseña de un programa de cable mencionando la especialidad de la casa: las alitas. Pedí una porción, que según la carta venían “con cualquiera de nuestras seis deliciosas salsas” pero la moza que atendía me dijo que en ese momento sólo tenían con o sin picante. Digo yo: ¿Para eso hacen tanta alharaca en su carta? En fin lo que me trajeron fueron algunas alas y muslitos fritos con un aderezo picante. Nada espectacular, nada que no se pueda encontrar en cualquier bar y para variar nada que justifique una visita. Completamente prescindible.

El Bolivariano (Pasaje Santa Rosa 291, Pueblo Libre)
Le doy el beneficio de la duda sólo porque el motivo de mi visita fue un almuerzo de despedida a una compañera de trabajo. Le quito ese beneficio por la impresión que me dejo de ser un lugar más adecuado para tomar licor que para comer. De entrada sus precios excesivos me dieron la impresión de estar en el típico y sobrevaluado restaurante “turístico”. El sabor de sus platos no me impresionó y el ambiente bullicioso me hizo entender su reconocida fama de lugar para “tonear”. Todavía me tomaré un tiempo para volverlo a visitar y dar mi opinión definitiva.

martes, 23 de febrero de 2010

¡Dos años!

2 años. 730 días. 127 posts. Esos números son los que hoy celebro. Comencé con muchas dudas pero, como todo en la vida, cuando uno le pone ganas las cosas fluyen por sí solas. Inicialmente pensé que tener un blog sólo era escribir posts cada cierto tiempo pero luego me di cuenta que tenía deberes como responder a los comentaristas, poner links de otros blogs, agregar widgets y cuidar la frecuencia de publicación. El blog ha evolucionado y no es el mismo de hace dos años (tampoco yo lo soy) pero siento que todavía hay espacio para seguir mejorando.
Compartiré con ustedes un par de peculiaridades acerca del blog. Ningún post es definitivo. Todos son leídos, releídos y revisados una y otra vez en busca de la frase perfecta que refleje fielmente lo que sentí cuando disfruté de la comida. Nunca estoy satisfecho con lo que escribo y siempre tengo que cambiar alguna palabra. Luego la presencia del cocinero de LEGO en las fotos se debe a que desde que tenía 6 años es mi juguete favorito. Antes de ser un vicioso de la comida me la pasé jugando muchas tardes con mis carritos y estaciones, inventando guerras, catástrofes y cualquier otra situación en la cual pudiera utilizar todas las piezas para mis creaciones. Con el tiempo he conseguido nuevas figuras, en especial la del cocinero, que serán la característica distintiva de mi blog.

Como regalo para ustedes, lectores y comentaristas, les contaré que todos los posts han sido revisados y actualizados. He corregido errores de ortografía, he revisado la redacción de algunos párrafos y he agregado links de las páginas web de los restaurantes visitados. Estoy satisfecho con el trabajo realizado y sólo tengo que olvidarme de mi defecto más grande: la impaciencia. Como me gustaría postear de una vez todo lo pendiente, pero lo bueno debe hacerse hace esperar. ¡Por el momento, a seguir celebrando y escribiendo!

sábado, 20 de febrero de 2010

La Bonbonniere (La vie en rose)

Gourmet Deli es uno de mis sitios favoritos para comer en Lima porque cada vez que entro siento que estoy en otro mundo. Te atienden como si fueras el único cliente, te sonríen, te engríen y hacen todo lo humanamente posible para que te sientas bien. Claro que dependiendo de una marca como el Swissôtel no extraña ese nivel de atención. Pensé que no encontraría otro lugar donde sintiera lo mismo hasta que un día llegué a La Bonbonniere, el restaurante de Marisa Giulfo.Este post debió salir antes del 14 de febrero. Ese día uno busca un lugar perfecto, elegante y que contenga algo de magia para celebrar esa comercial fecha. Pero debo ser honesto, la invasión de parejas que ocupa los restaurantes puede convertir una velada de ensueño en una pesadilla de Elm Street. Así que prefiero publicar la reseña ahora y lo tengan de referencia en el futuro para una ocasión especial. Un restaurante perfecto se nota desde la sonrisa de la anfitriona en la entrada hasta el último rincón donde posen la mirada. Describir la carta es algo complicado. Diría que es como un San Antonio pero más elegante y con el adicional de platos de fondo para almorzar. Ese día quise probar mi suerte y me decidí por opciones que generalmente no consumo. Para empezar pedí una ensalada de frutas. Nunca he visto frutas tan bien presentadas ni con ese inigualable aspecto de frescura. Yo que soy un espeso para comer frutas y que invento mil y un pretextos para no hacerlo (“tiene cáscara”, “tiene pepa”, “está ácida”, "está arenosa") devoré hasta las rodajas de kiwi. De acompañamiento pusieron dos jarritos conteniendo yogur y miel. Fue una estupenda manera de iniciar la velada.

Luego pedí un sándwich de jamón glaseado. ¿Qué tan difícil es poner unas tajadas de jamón dentro de un pan de molde tostado en el punto perfecto? Diría que cualquier persona lo puede hacer pero muy pocos pueden conseguir el sabor que probé. Es un delicioso jamón con un toque de dulce y un toque de salado. La presentación es simple pero no pierde esa imagen sofisticada, característica vital de este restaurante.

El segundo plato fue papardelle con ragout de cordero. Es mi primera experiencia comiendo cordero y espero que las siguientes sean igual de buenas. La carne estaba cocida a ese punto legendario, mencionado por muchos, en el que no se necesita cuchillo para cortarla. La sazón del plato era bastante suave y combinaba perfecto con los papardelle. Después de todo eso quedé tan lleno que no tenía espacio para probar sus famosos postres.

Los precios de carta son bastante elevados pero están completamente justificados por el ambiente tan elegante, la atención esmerada y el buen sabor de los platos. Yo acudí un día de semana así que el local no estaba muy concurrido. Me gustaría evaluar su nivel de atención en el fin de semana cuando todas las mesas estén llenas. También debo mencionar que esta reseña se refiere sólo al local de Chacarilla. Sé que tienen otro local en San Isidro pero aún no lo conozco. Suficiente con todo lo que bueno que vi en este. Además, queda cerca de mi casa.

La Bonbonniere queda en Av. Primavera 617, San Borja.
Teléfono: 372-5742

miércoles, 17 de febrero de 2010

Huancahuasi II (Expertos en servicio)

Animado por el post publicado el día lunes me dieron ganas de volver por Huancahuasi. Quería probar algo más de la gran variedad de platos que ofrecen en su tradicional carta. De entrada me decidí por la papa a la huancaína "original". La diferencia con la tradicional es que utilizan rocoto en lugar de ají verde. No le teman, el plato está muy bien hecho, la salsa se prepara molida no licuada y el nivel de picante es muy bajo. Según me comentó la moza todo se prepara al gusto del cliente y si yo quería podían servirlo más fuerte. Recordando una infernal experiencia con el ají limo me conformé con darle un toque de rocoto molido del que siempre ponen como acompañamiento en la mesa. Lo que no me gustó fueron las papas tipo "blanca" en el plato. No es la mejor porque su textura insípida no combina muy bien. Al menos estando en un restaurante típico hay mejores opciones.

De segundo pedí costillar de cordero especial con papas arenosas, choclo, ají especial y zarza. Este plato lo he probado en Arequipa y sé por experiencia que si no está bien cocido equivale a comer una suela. Como era de esperar acerté en mi elección porque estaba sazonado con una agradable combinación de hierbas serranas y la carne tenía el punto de cocción ideal. Lo que me sorprendió fue el acompañamiento de simples papas doradas y no las papas arenosas que prometían en la carta. Ciertamente no es un aspecto indispensable del plato pero tenía ganas de probarlas. Quién diría que una circunstancia tan simple serviría para demostrar que en este restaurante sus niveles de servicio rozan la excelencia.

Cuando se acercó la moza a indagar si todo estaba bien hice la observación de que las papas no eran las que se indicaban en la carta. Ofreció cambiarme el plato pero como ya había comido más de la mitad no me pareció necesario. Para mí era suficiente habérselo dicho y esperar la respuesta que me daba. Después de unos minutos apareció el administrador del local. Se presentó cortésmente y se disculpó explicando que ese día la chef estaba utilizando un tipo diferente de papa. Luego me ofreció traer una porción adicional de papa serrana. Como el plato estaba avanzado le comenté que mejor lo pusiera para llevar. Volvió con el taper y adicionalmente puso cancha serrana, hapchi y ají especial de rocoto. Se despidió dejando su tarjeta y agradeciendo la observación que le hice.

Después de esto sólo me queda reconocer que Huancahuasi tiene unos de los mejores servicios que he visto. La actitud proactiva del administrador (Antonio Guerra, mis felicitaciones) demuestra cuánto valoran a sus clientes. La actitud de las mozas también fue muy cortés en todo momento y siempre estuvieron pendientes de mis necesidades. En todo caso lo recomendable es hacerles notar sus preferencias al momento de hacer el pedido. Por mi parte no tengo nada que objetarles sino felicitarlos nuevamente por la buena comida y por su excelente atención. Recomendado y entra a mi Top 5 personal.

Huancahuasi queda en Av. Javier Prado Este 1405, San Isidro.
Teléfono: 225-3654 / 225-386
http://www.huancahuasi.com/

lunes, 15 de febrero de 2010

Huancahuasi (El Perú en un plato)

"Para comer pachamanca tienes que ir a Santa Eulalia". "Para comer caldo de gallina a la Carretera Central". "Para comer arroz con pato mejor viaja a Chiclayo". Cuántas veces hemos escuchado desanimados estas frases y se nos han ido las ganas de probar comida regional. Lo confieso, si no fuera porque he tenido facilidades para viajar tampoco podría hablar mucho de la comida de provincias. Felizmente en Lima tenemos al Huancahuasi, un paraíso de la comida regional al alcance de todos, donde encontrarán gente con voluntad de servicio y con ganas de preparar los mejores platos típicos de las zonas más alejadas de este país.

Huancahuasi es un local de dos pisos con ambiente informal y decorado con artesanía peruana en cada rincón. Algo que debo destacar de este restaurante es la cortesía de los mozos. Son muy educados y tienen paciencia suficiente como para explicar uno por uno los ingredientes que lleva cada plato. También he notado una especie de conciencia colectiva reflejada en que todos están dispuestos a servir. Acá no he visto la típica actitud atorrante de “esa-no-es-mi-mesa-y-por-eso-no-te-atiendo” Para comenzar el almuerzo fui por lo más seguro y pedí como entrada un tamal serrano de sazón muy ligera y de una textura en la que se podían notar los granos de maíz. Es bastante grande así que les sugiero compartirlo para que no se llenen rápido.

De segundo pedí un piqueo Huancahuasi: Papa a la huancaína, chicharrón de cerdo y picante de cuy. La papa a la huancaína está preparada en batán no en licuadora, así que podrán sentir los trocitos de queso y ají en una deliciosa combinación de sabores. Las papas tienen una textura arenosa que no he encontrado en ningún otro sitio de Lima (en provincias sí, pero eso corresponde a otra historia) Sólo el hecho de probar algo tan bueno justifica la visita a este restaurante. El chicharrón de cerdo es cumplidor y viene con su trocito de hueso pero no es nada espectacular. La porción de picante de cuy es reducida, quizá sería mejor pedirla como plato principal, pero su sazón es moderada y combina perfecto con el choclo dulce y el arroz.

También he consumido su pachamanca tres sabores (carnero, chancho y pollo). Lo dejo como sugerencia secundaria porque siento que me falta criterio para opinar acerca de un plato que sólo he comido un par de veces en mi vida. Lo que si puedo destacar es que las humitas estaban deliciosas, en el punto exacto de textura, ni muy suave ni muy seca. Como toda pachamanca que se respete venía con humitas dulces y saladas, papas muy arenosas, camotes dulces y una porción gigante de habas.

Siento que aún me queda mucho por investigar en la variada carta de Huancahuasi. Algún día iré muy temprano para probar sus desayunos típicos con chicharrón y patasca. Algún día iré después de almuerzo para probar sus postres preparados con ingredientes nativos (tuna, saúco, aguaymanto). Por la variedad de platos, el buen servicio y los precios módicos es una muy buena opción para un almuerzo diferente. Es conveniente ir temprano o hacer una reserva pues cada vez que ido siempre he visto las mesas llenas. También les aseguro que después de probar sus delicias ustedes saldrán llenos.

Huancahuasi queda en Av. Javier Prado Este 1405, San Isidro.
Teléfono: 225-3654 / 225-386

http://www.huancahuasi.com/

viernes, 12 de febrero de 2010

Kio (El desayuno soñado)

El mejor chicharrón de Lima. Este post se escribirá solo porque no hay mucho que agregar cuando se reseña un lugar tan bueno. Desde que era niño y comía los chicharrones de un desaparecido local en Surco siempre estuve a la caza de un lugar que pueda replicar esos sabores. Bueno, en el Kio no los replican, los superan. Es tan bueno que no es necesario agregar ningún tipo de acompañamiento, ni “zarzas” ni salsas. Es suficiente probar el delicioso sabor del costillar de cerdo frito en su propia grasa con sus infaltables rodajas de camote frito. Acompañado de una taza de café con leche es el desayuno soñado.

¿Cuáles son las razones para que lo considere el mejor? Es una porción generosa de tajadas de pura carne de cerdo jugosas y calientitas que fácilmente alcanza para dos panes (nunca he logrado comer más de un sándwich) Utilizan crocante pan roseta que dejará la mesa llena de migajas. La atención siempre es rápida y esmerada. Son cualidades tan simples que cualquiera podría hacer lo mismo pero muy pocos lo intentan. Les recomiendo que por un día se olviden de la dieta y del colesterol, comer algo tan bueno tiene que ser beneficioso para la salud. En el Kio se nota que le ponen alma, corazón y vida para preparar sus sándwiches. Por eso se merece el título del mejor.

Kio queda en Av. Universitaria 647, San Miguel. A una cuadra del cruce La Marina con Universitaria.

martes, 9 de febrero de 2010

Mavery II (¡Bloggers x 4!)

Aprovechando la visita de Katia de Cocineros Impunes se dio la oportunidad de un encuentro de bloggers. Aparte de la mencionada, estuvieron Rocío de La secta del tenedor, Gabriela de Seis de enero y este su servidor. Lamentablemente Gabriela tuvo que retirarse por culpa del tirano tiempo y en la mesa sólo quedamos los bloggers gastronómicos. Fue un divertido intercambio de críticas de restaurantes, reseñas de platos favoritos y anécdotas relacionadas exclusivamente con el buen comer. No se salvó nadie, desde Gastón Acurio pasando por los chefs del canal Gourmet hasta llegar a los carretilleros; todos fueron criticados impunemente por el paladar clínico de tres bloggers que sólo creen en lo comen y no en lo que ven.
¿Y cómo estuvo el almuerzo? Soy asiduo concurrente del Mavery y casi ya he probado toda la carta así que en busca de algo nuevo pedí una pizza. Tenía la esperanza que de algún modo pudieran replicar el sabor de la que probé en El Cuartito y no me decepcionaron. La pizza Mavery Especial (yo la llamaría Super Pizza) viene con doble mozzarella, jamón, salame, tocino, chorizo, champiñones, pimientos, aceite de oliva y aceitunas. Estuvo perfecta: un equilibrio de sabores y una generosa cantidad de ingredientes. Lo mejor: pueden pedirla entera, en mitades o cuartos. Si hay mejores pizzas en Lima no me lo digan. Por el momento quiero seguir disfrutando de las pizzas del Mavery.
Nuevamente Mavery se gana un lugar especial en este blog. Ya antes lo había declarado como experto en empanadas y lasañas pues ahora se ha ganado otro título gracias a sus deliciosas pizzas. En resumen, buena atención, muy buena comida, porciones muy generosas y precios módicos. ¿Se puede pedir algo más? Se que a veces sueno espeso y fijón pero al Mavery no tengo nada que objetarle. Este restaurante sin necesidad de grandes ínfulas es un gran representante de la comida italiana. Pidan lo que pidan en el Mavery siempre quedarán satisfechos. ¡Te pasaste Mavery! ¡Una vez más!

Mavery queda en Av. del Ejército 182, Miraflores
Teléfono 441-3134

sábado, 6 de febrero de 2010

Rincón Chami (El rincón bueno)

¿Cómo es posible que hasta ahora no le haya dedicado un post al Rincón Chami? ¿Cómo es posible que lo haya dejado olvidado entre las más de cien páginas que componen el archivo general del blog? Rincón Chami, mudo testigo de mis primeras comilonas, te ofrezco una disculpa. Seguirás esperándome en esa tranquila calle de Miraflores con tus mesas de mármol, el pocillo de ají de la casa y la nunca probada zarza de cebolla. Los clásicos siempre perdonan todo.
¿Cuál es el mayor mérito de este local? Digamos que se levantan un día con ganas de comer un cau-cau. O un puré con asado o unos tallarines verdes con apanado (ojo, “verdes” no es lo mismo que “al pesto”) Digamos que quieren consumir un plato simple con el típico sabor de casa pero sin llegar al facilismo de los restaurantes de menú. No den más vueltas por Lima y diríjanse de inmediato al Rincón Chami. Sólo en este restaurant he podido encontrar la típica sazón de casa que les hará recordar los almuerzos dominicales en casa de la abuelita.

De entrada les recomiendo que pidan un tamal de pollo. Tiene un delicioso sabor que combina perfecto con su ají de la casa. Ojo con el tamaño, pidan uno para compartir o no les quedará espacio para el segundo. Mi plato favorito es el cau-cau. Ni en mi casa aceptaba el perejil pero aquí forma parte de una deliciosa combinación de sabores. También recomiendo pedir los tallarines verdes con apanado. El sabor es muy bueno, el apanado es regular pero les advierto que es una porción familiar. Es un plato para valientes.
Como verán soy asiduo concurrente de este restaurante pero también tengo una responsabilidad que cumplir como blogger y debo mencionar algunos puntos débiles. Su piqueo Chami (cau-cau, patita con maní, carapulcra y ají de gallina) es bueno en sabor pero comer cuatro platos que llevan papas puede hastiar. Deberían ceñirse a la esencia del piqueo criollo incluyendo olluco y sangrecita. Además, la última vez que fui el ají de gallina estuvo muy pobre. No sólo le faltaba sazón sino que también podía sentir algunos trozos de pan mal licuados lo que considero una falla garrafal. En todo caso ese plato no es su especialidad.
Les contaré un secreto: Su pionono es un postre delicioso. Un bizcocho de textura muy suave relleno generosamente de manjarblanco, preparado a la manera tradicional. Es tan bueno que siempre lo pido y hasta ahora no me he animado a probar los otros postres que ofrecen. Rincón Chami es definitivamente el rincón de la comida casera. No esperen encontrar platos de nombres rimbombantes ni decoraciones vistosas, aquí sólo se viene a disfrutar de una buena comida a precio módicos. Con una carta tan extensa estoy seguro que todavía tiene mucho por ofrecer.

Rincón Chami queda en calle Esperanza 154, Miraflores.

miércoles, 3 de febrero de 2010

El rincón que no conoces (El rincón malo)

Actualización 01.01.12
Este post es uno de los más leídos y controversiales en la historia del blog. Generó muchos comentarios en contra, acusaciones e incluso gente del mismo restaurant entró a escribir en tono de disculpa. Por ello creo que vale la pena hacer un comentario adicional para redondear la reseña.


Hace 10 años cuando todavía no pensaba en escribir un blog y nadie hablaba del boom gastronómico de la comida peruana almorcé en El Rincón que Conoces. Era un local vacío donde no había anfitriona y la persona que trajo los platos ni siquiera tenía uniforme. Pedí un piqueo criollo y la verdad no encontré nada rescatable. Era comida común y corriente que se podía encontrar en cualquier restaurante de menú. Hoy la calle está copada de camionetas 4x4, se piensa ampliar el segundo piso para atender más comensales y es un restaurante que se proclama "bastión de la comida criolla".

A mí no me preocupa mi mala experiencia, me preocupa más leer los comentarios que me dan la razón. Comensales que también se sintieron burlados por los precios tan altos y por comida que no vale la pena. ¿Y saben qué? No es el único restaurante ícono de la comida criolla donde me he llevado una mala experiencia. Ese es el riesgo de crear "consagrados" pues ciertos restaurantes entran en una zona de comodidad que les permite cobrar y servir lo que quieran. No creo que las críticas les importen porque ya están cubiertos por un aura de protección que se les ha impuesto gratuitamente. Pero yo no creo en auras ni en vacas sagradas sino en contar lo que realmente vi. Para bien o para mal.

Me parece haber mencionado antes que las expectativas pueden convertirse en el peor enemigo de un restaurante. Cuando uno escucha buenos comentarios y lee extensas reseñas es inevitable ilusionarse con degustar un platillo exquisito. Uno elige un día especial y se dirige con las mejores intenciones a disfrutar de una buena comida. Y lamentablemente pasa lo que menos hubiéramos deseado. Mala comida, mala atención y otro lugar más que debe ser tachado de la lista. Aunque suene increíble esto me pasó con el restaurante de Teresa Izquierdo. Supuestamente un baluarte de la comida criolla en este país. ¿A quién debería echarle la culpa? ¿Al restaurante o a las famosas guías que lo premian una y otra vez? 
Papa a la huancaína. Tamal de la casa

De entrada la cara de amargura que tenía la anfitriona no era buena señal. Si a uno no le gusta su trabajo es mejor renunciar en lugar de espantar a la gente con la mala vibra. Las mozas se la pasaban conversando alegremente entre ellas en vez de estar pendientes de las necesidades de los clientes. Luego, al ver la carta me sorprendió la pobre variedad de segundos. De los catorce platos principales, diez eran frijoles en diversas preparaciones. ¿Dónde quedó la carapulcra, el pepián, el pollo al horno y otros platos que, según menciona Teresa Izquierdo en su libro, son preparados al momento?

Lo peor es que el comienzo del almuerzo fue bastante auspicioso. La papa a la huancaína estaba deliciosa, en su punto de sazón correcto con una textura poco usual, no licuada sino molida por lo que uno podía sentir los trozos de queso. Pude identificar el sabor del ají asado lo que le daba un ligero toque ahumado. Tenía un toque muy bajo de picor con lo que resultaba muy agradable al gusto. El tamal de chancho estaba hecho de maíz y aunque lo sentí algo grasoso su sabor era muy bueno. Era un típico tamal de casa muy lejos del budín industrializado que normalmente le sirven a uno en cualquier restaurante.

Arroz con pato
La debacle vino con los segundos. El arroz con pato fue un desastre. Sé que estoy muy lejos del norte y no voy a pedir que repliquen la receta almás mínimo detalle (Que raro, porque Don Fernando si puede hacerlo) pero dudo que ese arroz desabrido de color verde sea lo que sirven a diario en este restaurante. No tenía nada de sazón y no mejoró ni siquiera con la crema de ají. El pato sólo hacía acto de presencia y salvo el hecho que estaba bien cocido no merece ningún otro comentario a su favor. Además ¿Con qué intención colocaron encima esas dos tiras de pimiento? ¿Decoración? ¿O era que les sobraba de otro plato?

Asado de tira
El famoso asado de tira fue otro bodrio. Carne cocida a tal punto que no era necesario usar el cuchillo pero ¿dónde quedó el sabor? Parecía carne sancochada sin ningún tipo de condimento o sazón. Además la salsa del guiso ni siquiera tenía textura, estaba completamente aguada ¿Eso se cocinó durante horas? Es lo que no termino de entender. ¿Quién cocinó estos platos? ¿Un tipo que pasaba por ahí? La verdad, nada rescatable y una completa decepción. Ojo, fui a las 12 y 30 en punto así que no vale el pretexto de que había mucha gente y tuvieron que cocinar rápido. 

Lo peor es que los precios no son nada económicos y no justifican lo que me sirvieron. Sugerencia: Coman la entrada y para el segundo vayan a cualquier otro restaurante criollo. Dicen que el buffet de este restaurante es mejor pero para mí el dinero no cae del cielo y no pienso pagar mucho por algo que vale tan poco. Hay muy buenos restaurantes criollos, de precios módicos y con mejor atención. Por el momento el famoso rincón seguirá siendo para mí terreno desconocido.

El rincón que no conoces queda Av. Bernardo Alcedo 363, Lince.
Horario: Martes a domingo de 12:30 a 5:00 p.m./7.30 p.m - 12:00 a.m
Ticket promedio: S/.60 por persona.
¿Volvería?: Ni pensarlo, sólo una vez me ven la cara.
Teléfono 471-2171