lunes, 27 de abril de 2015

Perú pa'ti (Un poquito de todo para todos)

Este restaurante ya cerró sus puertas. Que pena por todos los locales involucrados.

Barra de Migas
Ya hace algún tiempo que se han puesto de moda las barras. En términos económicos es una apuesta menos arriesgada que abrir un restaurante porque se invierte menos en infraestructura, personal y al tener una carta reducida es más fácil ofrecer una propuesta especializada. Siguiendo esa misma tendencia llega Perú pa'tí, un local con distintos ambientes y propuestas para todos los gustos.

Apenas entro me recibe una anfitriona que me explica el sistema de pago. Cada cliente recibe una tarjeta con un código donde se registran los pedidos que se hacen en cada barra. Al retirarse pasan por caja y les facturan todo lo consumido. Sencillo ¿No? Pequeño detalle, es conveniente disponer de efectivo para dejar las propinas en cada barra.

Migas
Croissant de pollo
Regresa Renato Peralta, la figura más conocida en el rubro gastronómico por su experiencia en panadería artesanal. Si bien no tiene la amplia oferta de Eggo se mantiene el mismo concepto. Comienzo con las tostones de pan campesino untados generosamente con paté de la casa y pickles. No es frecuente encontrar ese paté casero de sabores intensos que se complementa tan bien con la frescura de los pickles. Sigo con el croissant de pollo, bocadillo que me generalmente me deja con un sentimiento de culpa. Sucede que en la cafetería con nombre de santo le ponen tal cantidad de mayonesa que lo convierten en un peligro para la salud. Aquí han sabido darle una vuelta de tuerca agregando palta y mayonesa de curry que cumple en términos de sabor aunque yo lo recomendaría para los que tienen un estómago fuerte. También probé una butifarra hecha al momento con un un pan muy crocante y un delicioso jamón de la casa que me deja buen sabor de boca. Sin embargo siento que el tamaño del sándwich no justifica el elevado precio de carta. En la sección de panadería me arriesgué con el famoso chancay de chocolate que presenta el mismo defecto de Eggo, nunca lo pude encontrar fresco. Por más que ahora lo vendan empacado igual la textura es reseca y no merece ningún comentario favorable.

Provisiones 
Tiradito con pesca del día
La sección de provisiones está a cargo de Jaime Pesaque y tienes dos estaciones: fríos y calientes. Con una sola visita todavía es prematuro dar una opinión final. No entiendo que hace un nigiri en un local que intenta representar la peruanidad pero olvidándome de ese detalle igual deberían ponerle más atención en la técnica para la preparación del arroz. El tiradito con pesca del día destaca por la frescura del pescado, la presentación es dedicada y la leche de tigre con sabores equilibrados. En la parte de calientes probé el chicharrón Melcochita, aros crocantes de calamar con una sorprendente chalaquita de piña Siempre me he sentido receloso de esas combinaciones pero que bien le quedó el sabor dulzón a este tradicional piqueo. Es relevante comentar que las porciones son pequeñas al punto que tranquilamente puedo comerme dos platos de cada estación. Si sólo van con ganas de picar y satisfacer un antojo estarán felices pero no me lo imagino como una alternativa a la hora de almorzar.

María Daplacer
En este ambiente se ofrece variedad de productos gourmet y he aquí el quid del asunto. Han tratado de poner un poco de todo como las tejas de la Sra. Buendía o los postres de Mariaté pero si tratan de vender una imagen de peruanidad no me queda clara la presencia de productos importados. Vamos, a mí me encanta el chocolate suizo y los wafers italianos pero eso es algo que puedo encontrar en cualquier supermercado. Y vale la pena otro comentario, no es un lugar para todos los bolsillos porque sólo un consumidor muy bien informado sabrá por qué vale la pena pagar S/.25.00 por una barra de Cacaosuyo. En fin, una mirada no está demás sobre todo para los que gustan del chocolate hecho con cacao peruano. (Melate, Maraná, Amazonía y Xocolatl)

El café de Harry Neira
Cacaoccino
Donde me tocó vivir una epifanía fue cuando me senté en la barra de cafés. Harry Neira ha volcado en ella toda su experiencia de años trabajando con el café en el Perú y representando al país en el exterior. El café que utiliza viene de cooperativas de Cajamarca y Cuzco donde él ha encontrado productores que se adecúan a su estilo de trabajo y que buscan la mejora constante en el desarrollo de su producto. Vale la pena el comentario, en épocas de cosecha él mismo viaja a las fincas para supervisar el proceso. Respeto mucho el trabajo de las personas que trabajan el insumo desde el origen porque esa es la mejor manera de asegurarse que cuentan con la mejor materia prima. Si tienen suerte él estará presente y podrán recibir una clase intensiva de como degustar el mejor café peruano. Yo los dejo libres de elegir un favorito, aunque les recomiendo encarecidamente tomarlo tal cual llegue a la mesa sin echarle azúcar. Disfruten su aroma, su sabor natural y dénse cuenta que no tenemos nada que envidiarle a otros países cafeteros.


Me voy de Perú pa'tí intrigado por este nuevo concepto. Hay mucho que probar y se impone regresar para ver como evoluciona el concepto. Eso sí, decir que es el "Eataly peruano" es hacer gala de un optimismo de antología. Cuando fui a Chicago visité el local de marras (una mole de dos pisos con cerca de catorce estaciones distintas) y puedo decir que el nuestro todavía queda en buenas intenciones. Sin embargo como hay diversas propuestas (ojo que no he mencionado nada de la barra de cocteles, ideal para un after office) cada quien encontrará un favorito de acuerdo a su gusto personal. Por el momento tengo como objetivo principal probar todos los cafés de la barra de Harry Neira. Objetivo que cumpliré cuanto antes. Palabra de blogger.

lunes, 20 de abril de 2015

Maraná (El orgullo de ser peruano)

Durante mi última y cortísima estadía en Chicago hice un recorrido frenético para visitar varias tiendas de chocolates y adquirir todo lo que pudiera cargar en mi mochila y en mi tarjeta de crédito. Me dí el lujo de adquirir chocolates provenientes de todo el mundo,  incluso el codiciado Chuao de Venezuela, en diferentes presentaciones. Sin embargo había algo que me incomodaba. ¿Por que debí viajar a otro país para conseguir un chocolate peruano de origen? Basta un ejemplo: el espectacular Domori Apurímac 70%, hecho con puro cacao tipo Trinitario cuya existencia desconocía. Felizmente a mi correo llegó una invitación para conocer Maraná, una marca peruana de chocolates gourmet que puede ser el vector que me aleje definitivamente de los chocolates extranjeros.

Colección Piura (Porcelana blanco)
Zulema León y Giuseppe Cassinelli son administradores de profesión que luego de varios años trabajando en el mundo corporativo decidieron iniciar un proyecto propio. Con la gama de posibilidades que hay en la gastronomía peruana no es muy difícil encontrar un nicho para desarrollar emprendimientos. Sin embargo ellos querían lanzar un producto de fabricación artesanal que revalorice la marca Perú, haciendo hincapié en la calidad de un insumo peruano y que tenga un trasfondo social. Nada mejor que el cacao nativo peruano, un producto de alto valor cuya introducción representa todo un desafío en un mercado que todavía no es muy adepto al chocolate amargo. Con todo ese trasfondo nace Maraná chocolate artesanal. Antes que me lo pregunten el nombre proviene de la palabra quechua "Maran" que significa batán, un instrumento que se usaba para moler distintos insumos.

Colección Cuzco (Chuncho)
Maraná ofrece barras de chocolate hecho con cacao orgánico proveniente de las zonas de Piura (Porcelana blanco) y Cusco (Chuncho) Estas variedades son representativas del cacao peruano y sus características particulares (clima, zona de cultivo, terreno) los hace muy difentes entre sí. Zulema y Giuseppe viajaron a las zonas cacaoteras para conocer el proceso desde el inicio y establecer una relación cercana con los productores. Respetando el producto y la relación con sus proveedores se aseguraban de contar con la mejor materia prima para la elaboración de sus barras. Asimismo viajaron al exterior para conocer chocolaterías de alta gama y adquirir los conocimientos necesarios para el adecuado procesamiento del cacao.

Vale la pena hacer un comentario sobre la presentación y la iconografia de la marca. En sus empaques Maraná busca traer lo más representativo del Perú a través de escenas relacionadas con el cultivo del cacao. En las tabletas de Piura con unas acuarelas al estilo de Pancho Fierro, Cuzco con un decorado inspirado en las tablas de Sarwa y San Martín (en proyecto) con escenas de la amazonía. No recuerdo haber visto tal dedicación en el desarrollo de la línea gráfica de una marca de chocolates.

Maraná, puro cacao nativo peruano
La presentación con la tableta dividida en pequeños rectángulos, ayuda a la experiencia básica de cata. Comienzo con el Cuzco 70% y basta un pequeño trozo en el paladar para sentir como se van haciendo presente los sabores secundarios, característica principal del cacao nativo. Pero como al blogger le gustan los retos acepto probar el Piura 80% con un tenue sabor a frutos secos que perdura largo tiempo en el paladar. A pesar del alto porcentaje el sabor del chocolate es intenso pero no agresivo. Y como siempre digo, lo más simple es lo más difícil de lograr y el as bajo la manga de Maraná es el chocolate de leche con 40% de cacao. Aparte del Ritter Sport hecho con cacao Arriba 35% ya había perdido la fe en este tipo de chocolates. La razón es simple, a veces contienen demasiada azúcar, vainilla o la presencia de leche que deja un gusto empalagoso. El Cuzco 40% es toda una revelación. Han sabido equilibrar adecuadamente la cantidad de los ingredientes para que la intensidad del cacao no se pierda. La reminiscencia al chocolate de taza La Continental es innegable, aunque en este caso es un sabor más refinado que permite disfrutarlo en toda su extensión.

Maraná me deja con un excelente sabor de boca. Como aficionado al chocolate siempre estoy atento al lanzamiento de nuevas marcas pero no es frecuente que me sorprendan con una apuesta tan audaz. Su gama de productos satisface a los conocedores exigentes así como a los que desean aprender a degustar un chocolate de calidad. De mi parte ya tienen un cliente más y esperaré con ansia el lanzamiento de la colección San Martín. Pura marca Perú.

Los chocolates de Maraná se pueden comprar en:
La Balanza (Emilio Cavenecia 162, San Isidro)
Peru Pa'ti (Armendáriz 546, Miraflores)
Loreta Café (Victor Andrés Belaunde 208, San Isidro)
La Sanahoria (Libertadores 143, San Isidro)
Ino (Burgos 310, San Isidro)
More Natural (Centro Comercial Caminos del Inca – Av. Caminos del Inca 257 / 269)
La Colorada (Jorge Polar 476, Miraflores)

lunes, 13 de abril de 2015

Días de blogger XXI (El blogger se divierte)

Hay algo que no puedo negar y es cuanto me divierto actualizando el blog. Desde el primer día que escribí la reseña de La Bistecca sigo con las mismas ganas de contar mis aventuras gastronómicas. No hay muchos blogs que se atrevan a narrar la experiencia tal cual sucedió porque escribir reseñas por conveniencia (llámese publirreportajes) es más sencillo y no requiere mayor esfuerzo intelectual o, lo más importante, económico. Al final cada quien elige su camino y yo nunca me apartaré del mío. Duela a quien le duela.

Kam Men (De vuelta al pasado)

Siu-mai
Alguna vez fui un practicante de magros ingresos que no llevaba lonchera al trabajo y que se conformaba almorzando en esos chifas donde el menú viene con sopa (o wantán) y siempre hay un televisor encendido con el programa más popular del mediodía. Créanlo o no, extraño esas épocas cuando sólo me preocupaba salir lleno del local de marras. Así que un día que amanecí nostálgico decidí visitar un local del que había recibido buenos comentarios. Es obvio que apartarme de mi chifa favorito es como caminar al borde del abismo pero no tiene nada de malo correr riesgos de vez en cuando. ¿O sí?

Apenas entro al chifa Kam Men me siento de vuelta a mis épocas de estudiante. Me alegra ver el decorado sencillo, las mesas de madera y unos ambientes separados con cortinas para disfrutar un almuerzo en absoluto privado. No iba a tentar a la suerte pidiendo wantan frito así que muy optimista elijo media docena de siu mai. Basta una mirada al plato para arrepentirme de tal decisión. Obvio no esperaba que los bocaditos sean hechos al momento pero sí que en el relleno pueda identificar algún rastro de carne y no esa masa uniforme de textura sólida como un budín. Tuve que recurrir a toda mi buena onda para probar un bocado y resignarme a acompañarla con ingentes cantidades de salsa de ostión y ají. 

Tallarín con pollo y kión
Sigo con el arroz chaufa sam sem, especial con todas las carnes, cuyo sabor me convece que ahora sí he cometido un grave error. Hay una leyenda urbana referida a que en algunos chifas si uno va temprano le sirven el temido "langoy". Casi puedo afirmar que es cierta pues el sabor fuerte del arroz es señal inconfundible que está a punto de avinagrarse. Mejor me va con el tallarín de pollo con kión. La foto es cruel, es cierto que más parece un tallarín vegetariano pero sí contenía algunos trocitos perdidos de pollo que le daban cierta alegría al plato. Ojo, con el exceso de grasa, obligatorio pedir una tetera de té jazmín, por cierto el único que tenían a disposición.

Pollo Fun Kin Chong Long
No me iría sin dar un último manotazo de ahogado pidiendo la especialidad de la casa: el pollo fun king chong long, filete de pechuga de pollo relleno de cerdo y langostinos. Si fuera por la cantidad hubiera salido feliz, porque es una porción contundente y relleno generosamente de los ingredientes prometido en la carta. Pero más puede mi alma de blogger y tengo que anotar que el pollo estaba recocido al punto que para cortarlo es necesario un cuchillo de sierra. Igual al ver el cerdo del relleno, rojo de nitrito, como que no me da muchas ganas de volverlo a pedir.

Si tuviera ganas de comer chifa al paso volvería por el Kam Men, obvio alejándome de las opciones clásicas y de los bocaditos en beneficio de las especialidades de la casa. Estoy seguro que en esa sección debe haber algún plato rescatable que justifique una segunda visita. Claro, esta vez no volvería a ir tan temprano.

Kam Men queda en República de Panamá 6271, Miraflores.
Ticket promedio: S/.60.00 por persona.
Volvería: Sólo por las especialidades de la casa.
Estacionamiento: Amplio, sin vigilancia.


Papacho's (El blogger se contradice)

Ensalada Sobrada
Ok, no tengo que andarme con eufemismos. Tiene que haber una razón muy poderosa para que visite el Jockey Plaza. La multitud, el tráfico de los alrededores y la abundancia de franquicias son motivo suficiente para que piense dos ¿o tres? ¿o cuatro? veces para visitar el centro comercial de marras. Demás está decir que prefiero ir a la segura y visitar, nuevamente, un restaurante que siempre me deja buen sabor de boca.

Ya sabemos que en Papachos todo es hamburgueseable. Desde las clásicas, hasta las más saludables (las vegetarianas) e incluso algunas de las que no he recibido buenas referencias como la Crab Burguer, que ya no está en la carta. Esta vez me convencí de vez probar algo diferente y dirigí mi atención hacia la sección de ensaladas. Así es, el blogger también cree en la buena nutrición y consume feliz sus verduras. La ensalada Sobrada es todo lo que uno puede desear: tiras de pollo crocante, queso emmental, pasas, pecanas, mango, manzana verde y tomate sobre una generosa cama de lechuga. Una ensalada fresca con sabores y texturas variadas y con un ligero aliño de honey mustard que la convierte en una de mis favoritas en perjuicio de la Emiliana del San Antonio, cuya vinagreta cada vez me cae peor. 

Pollada & Company.
Alguna vez suspiré por el Pardo's Parrillero pensando que no había un plato similar en Lima. Pues siento que he vivido engañado apenas probé la Pollada & Company, un filete de pollo deshuesado, crujiente por fuera y jugoso por dentro y con un sabor donde confluyen la intensidad del ají panca y el ahumado de la brasa. Y basta con la foto para comprobar que el tamaño alcanza de sobra para dos personas. La ensalada de col aporta un toque de frescura muy necesario y las papas al chimichurri son una vuelta de tuerca a las papas precocidas y congeladas que han invadido las franquicias. Depende del gusto de cada uno, pero yo prescindiría del ají de la casa y elegiría ketchup tradicional para acompañar las papas. Vale la pena la recomendación, no es un plato para estómagos ligeros.

La experiencia en Papacho's nuevamente fue satisfactoria. De todas las marcas de la Corporación Acurio es la que siempre deja buen sabor de boca en todas las visitas. La atención fue bastante cordial con el atenuante que los visité fuera de hora punta. Tengo en la mira a las nuevas hamburguesas pero será para una próxima ocasión. Obvio que regresar por el Jockey Plaza me exige todo un trabajo de automotivación pero Papacho´s lo hace más sencillo.

Papchos queda en el Centro Comercial Jockey Plaza
Ticket promedio: S/.70.00 por persona
Volvería: A Papchosw sí, al Jockey no.
Estacionamiento: Toda la playa del mall.

miércoles, 8 de abril de 2015

Días de blogger XX (El retorno del blogger)

Gourmet Deli (Todos vuelven...)

Alex Tornay, chef pastelero del Swissôtel
Secreto del blog: cada fin de semana luego de visitar restaurantes busco un  sitio para desconectarme y ordenar mis ideas. Un lugar sin tanta concurrencia, donde pueda relajarme tomando un café y disfrutando un postre con la mejor atención. En resumen, donde pueda sentirme como en casa. ¿Qué lugar podría cumplir esas condiciones? Por favor no mencionen a la franquicia de cafeterías con el logo verde pues nunca me ha convencido la actitud impostada de sus baristas. Ya hace más de un año que dejé la zona de San Isidro pero siempre regreso a uno de mis lugares favoritos en Lima: el Gourmet Deli, la pastelería del Swissôtel.

No repetiré la historia completa pero los lectores antiguos saben que esta pastelería (y su desaparecido tres leches) fue el lugar donde viví el momento "eureka" que dio origen a este blog. A lo largo de los años he visto mantener su calidad y sus tortas han estado presentes en celebraciones y ocasiones especiales. Sin  embargo, todo lo bueno debe mejorar y es tiempo de contarles las novedades que encontré desde mi última visita. Mejor aún, pude dialogar con Alex Tornay quien está encargado ahora de toda la pastelería del hotel.


Detalle de la nueva vitrina de postres
Lo primero que salta a la vista es la nueva disposición de las vitrinas. Tres secciones bien diferenciadas: Sándwiches, postres, chocolatería y galletas. Pero como era de esperar de un hotel cinco estrellas se han preocupado en detalles pequeños pero importantes: letreritos de acero, bases doradas el nombre de la pastelería para cada postre y el logo del Swissôtel presente. 


Eclair de chocolate
Genial, todo entra por los ojos pero ¿qué novedades hay en los postres?. Por un lado está presente la pastelería europea con el eclair y el saint honoré, recetas donde destacan la calidad del chocolate amargo y la crema pastelera hecha en en el hotel (Ni se les ocurra pensar siquiera en la palabra "premezcla"). Pero la buena noticia es que ahora también ofrecen postres hechos con ingredientes peruanos. Pueden encontrar el souffle de chirimoya con chocolate blanco, donde la calidad de la fruta lo es todo y el mousse de lúcuma con base de brownie, combinación de ensueño. ¿Quieren otra buena noticia? Diariamente sacan un postre preparado exclusivamente para diabéticos. 

Sándwiches para llevar
Pero donde yo pierdo toda capacidad de resistencia es en la sección de chocolatería. Hay una exquisita selección de bombones y trufas preparados con chocolate belga. Entiendo si alguien exigiera la presencia del cacao peruano pero tengan en cuenta el tamaño de la producción diaria que realiza un hotel y que tal vez aún no haya un proveedor preparado para atenderla. En la sección de galletas ahora hay nuevas recetas entre las que destacan las sable y las bretonne. ¿Mencioné que también hay macarrones?

Sin embargo aún no lo he probado todo. Me queda de tarea para una próxima visita ordenar algo de su sección de salados donde, al mejor estilo de una cafetería europea, también hay sándwiches listos para llevar. Alex me comentó que esperara más novedades en la sección panadería pero no quiso darme ningún adelanto. En fin, así mantienen el suspenso y se aseguran que vuelva.

El Gourmet Deli siempre ha estado en mi lista de lugares favoritos y por eso me encanta ver como se han preocupado en realizar cambios pequeños pero que en conjunto marcan una gran diferencia respecto a otras cafeterías. Como siempre destaca la calidad de los insumos que utilizan y la preocupación por la elaboracion tradicional de sus productos. Sólo me queda decir: Bienaventurados los que trabajan en San Isidro. 

Gourmet Deli queda en Vía Central 150, Centro Empresarial Real, San Isidro. 

Horario: Lunes a domingo de 6.30 a.m. a 9:00 p.m.
Ticket promedio: S/.25.00 por persona.
Teléfono: 421-4400
Volvería: Siempre. Es de esos lugares donde la vida puede ser muy dulce.

Panchita (En busca del eslabón perdido)


Yuquitas fritas
Lomo saltado
Si alguien me pidiera recomendar un sitio para degustar comida peruana me encontraría en un serio problema. ¿Menciono uno de lujo donde se venden platos sobrevaluados que nada tienen que ver con nuestras recetas tradicionales?  ¿O me quedo con los famosos buffet turísticos donde los guisos son recalentados hasta no dejar ni rastro del sabor original? ¿O me lanzo al vacío recomendado el último que he visitado? En este caso no tendría más remedio que hablar de Panchita, una de las marcas propieda del chef más querido de todos los peruanos. Confieso que no recuerdo la última vez que los visité más sí que no me dejó muy convencido. 

Tacu-tacu con seco de cabrito
Empieza mi aventura con las yuquitas fritas. No hay ciencia en pedir algo tan simple pero si en preparar unas yuquitas crocantes por fuera y suaves como un algodón por dentro. Sí a eso le agregamos el peruanísimo carrusel de salsitas que las acompañaban entonces tranquilamente hubiera pasado el resto del día sin comer nada más. Excelente para abrir el apetito.

La terquedad me hace ordenar el lomo saltado para comprobar si lo preparan tan bien como en Tanta de Chicago. Tengo la leve impresión de que le han agregado fondo de carne para hacerlo más jugoso. No tiene nada de malo pero se me antoja un facilismo que lo aparta de la receta original en pro de darle más sabor al plato y que se está haciendo cada vez más común. Créanme aún no se me borra lo que me sirvieron en Carnal que según el mozo era la salsa especial del chef pero más parecía una carne al sillao. Salvo ese pequeño detalle el plato cumple en punto de cocción de la carne, tamaño de la porción y como siempre las papitas crocantes.


Sigo con un tacu tacu relleno de seco de cabrito. Aquí no se andan por las ramas porque este plato viene en porción familiar y no creo que sobrevivan sin compartirlo. El tacu-tacu está bien logrado. Por fin encuentro la clásica costra "quemadita", señal característica de la que presciden muchos restaurantes peruanos que se conforman con servir un revuelto de frijoles y arroz. La presencia de sarsa criolla es obligatoria porque aporta frescura al plato y se acopla muy bien al seco de cordero, guiso bastante recargado de sazón. No se lo recomendaría a un turista.

Pedir postre hubiera sido una exageración después de tremendos platos de fondo, aparte que no guardo un recuerdo muy grato de su degustación de cheesecakes. Tal vez un anís del Mono me hubiera caído de perillas pero mejor fue ir en busca de un café americano. Panchita se aleja de la vorágine de tantos falsos restaurantes típicos donde un arroz con pato se convierte en risoltto o un lomo saltado en estofado de carne al sillao. Esta visita al menos me deja buen sabor de boca y será motivo de regresar en busca de sus famosos anticuchos. 

Panchita queda en Av. Dos de Mayo 298, Miraflores.
Horario: Lunes a sábado de 12:00 a 12:00 a.m. Domingos de 12:00 a 5:00 p.m.
Ticket promedio: S/.90 por persona.
Teléfono 242-5957.
¿Volvería?:Probablemente.

domingo, 5 de abril de 2015

Días de blogger XIX (De los lugares comunes)

Casa Grande Davia (El sabor de Italia)

Pan de la casa
Cuando se habla de comida italiana los limeños no tenemos mucho para escoger. Abundan las franquicias que nos han malacostumbrado a comer pasta precocida y donde la expresión "al dente" es poco menos que una leyenda urbana. Peor si hablamos de las pizzerías donde lo que más destaca son los toppings y sus nefastas creaciones como ese infame borde relleno de "queso". Quizá no es culpa de ellos sino de nuestra dificultad para salir de lugares comunes en los que vivimos desde niños. Siendo sincero ¿Cuándo fue la última vez que en casa nos sirvieron una pasta con vongole en lugar de un tallarín verde? La tradición viene de cada hogar y eso se respeta. Pero siempre es bueno explorar lo tradicional y de ahí mi satisfacción al enterarme de una nueva propuesta de verdadera cocina italiana. Esta vez le toca a Casa Grande Daviá, nuevo restaurante enfocado en traer los platos más genuinos de la cocina del norte de Italia.

Fettuccini con ragú de pato
Siendo mi primera incursión sólo quería dar un vistazo para incluirlo en la programación futura de visitas. Siendo honesto debo confesar que había la intención secundaria de probar sus spaghetti alle vongole para compararlos con los que preparan en mi restaurante italiano favorito. Sin embargo el mozo -ave de las tormentas- me informó que ya no estaban más en la carta. En fin, gajes del oficio.

No quería correr riesgos así que inicio mi jornada los fettuccine al ragù d’anatra (pato). Es un lujo encontrar pasta artesanal hecha en casa con harina importada y yemas de huevos de corral y mejor aún cocida al dente, punto en el que mantiene su consistencia y no se "hunde" en el plato . El ragú es una vuelta de tuerca a nuestra queridísima bolognesa y lo que esperaba ver hace mucho, sabores intensos y textura resultado de una larga cocción. La cáscara de naranja y las hierbas aromáticas son el toque adecuado para redondear una experiencia sublime. Uno de los mejores platos que voy probando en lo que va del año.

Cachete de res al vino tinto
Sigo con el cachete de res al vino de tinto con puré de papas a la Paul Bocuse. Este corte no es uno de lo más buscados pero si se cocina con paciencia y a baja temperatura el resultado final es un lujo. La carne se desprende sin necesidad de usar cuchillo y la salsa de la cocción resulta muy sabrosa.  El puré no trae mayor novedad más que seguir la receta original: mitad papas prensadas, mitad mantequilla. Obvio no es un plato para los que buscan algo ligero. Combinación que nos puede recordar al clásico asado casero de mamá pero que funciona para todo efecto. Ojo que hay una versión parecida en Bachiche pero servida con pasta.

Con una visita a cuestas no puedo escribir una reseña completa sobre Casa Grande Daviá porque todavía me falta evaluar sus platos más tradicionales. Si van les recomiendo dejarse guiar por un conocedor de la comida italiana o por el obsequioso personal de servicio que les ayudará a elegir los platos que se adapten más a su gusto. Igual es conveniente advertirles que vayan preparados porque, al igual que Symposium, donde no perdonan es al momento de la cuenta. Entiendo que algunos platos son de elaboración artesanal y el precio está justificado por el uso de ingredientes importados pero hay precios que resultan exagerados. Aparte de eso, como cliente uno debe tener voluntad de acero para eludir la insistencia de los mozos en incluir adicionales en la orden. Si están dispuestos a pagar el precio Casa Grande Daviá puede ser la puerta de ingreso al mundo de la comida italiana. Si no, siempre tendrán su "trattoria" favorita para disfrutar los platos más conocidos.

Casa Grande Daviá queda en Alcanfores 680, Miraflores.
Teléfono: 242-5461
Ticket promedio: S/.150.00 por persona.
Volvería: Con una amiga italiana para que me guíe a través de la carta.

Nikko (Domingo nikkei)

Causa con pesca del día y calamares
Hace mucho que he dejado de visitar restaurantes de pescados y mariscos. Al igual que en la cocina italiana cuando se habla de cebicherías el mercado está dominados por las franquicias que en sus cartas afirman sentir  "pasión por el mar" pero que no salen del vaso tamaño familiar de leche de tigre, la jalea con mariscos y el tiradito tres colores. Hasta que un día manejando por la avenida La Fontana pasé por Nikko y me acordé de la recomendación que me hizo un amigo chef hace varios años. ¡Que despistado es el blogger!

Nikko, valga la redundancia, ofrece una propuesta de comida nikkei homanejando a los autores. Como quería salir de lo acostumbrado me arriesgo a pedir algo de la pizarra. Quise darle la contra a mi escepticismo de blogger que me hacía desconfiar de una entrada cuyoa descripción tiene más de dos líneas . Llega una causa tradicional con un filete de pesca del día y calamares en salsa anticuchera. La presencia de ocopa y huancaína hace que levante la ceja pero cuando veo que el plato está coronado por una zarza de cebolla me pregunto cual es la obsesión del cocinero en juntar tantos sabores. Vamos, dejen respirar a esa causa que la salsa anticuchera basta y sobra para que se luzca en la mesa. Me imagino que al estar en pizarra debe ser un experimento así que le dejo una nota al restaurador: revisen la presentación y decídanse por un sabor nada más.

Aeropuerto nikkei
Ya que estamos en un restaurante nikkei cedo a la tentación de pedir un arroz frito. Elijo el aeropuerto nikkei montado con chancho glaseado y ensalada de mango con berros. Primer detalle ¿Por qué no poner la ensalada de berros aparte? No discuto su necesaria presencia porque aporta frescura al plato pero si la ponen encima del arroz caliente se pierde este efecto. Segundo, la textura del arroz podría inclinarse a ser melosa como un yakimeshi o graneada como un chaufa pero yo encuentro un arroz mojado. El chancho glaseado destaca más por el exceso de sal que aúnado  a la salsa de soya me obliga a pedir algo que me quite la sed de inmediato. Le doy el beneficio de la duda.

Tacu yaki
Sigo arriesgándome y continuo con un plato nuevo de la carta: el tacu yaki. Tatu tacu de mariscos en salsa batayaki. Continúa la manía de coronar el plato con verduras frescas pero al final acepto que lo más sencillo es dejarlas a un lado. Los mariscos están ligeramente pasado de cocción, error común de todos los restaurantes con el que ya he aprendido a vivir, Me reconforta encontrar un tacu-tacu crocante por fuera y cremoso por dentro aunque el tamaño de la porción está un poquito lejos que el "de campeonato" que señala la carta. 

El calor me obliga a pedir algo refrescante y cierro mi visita con una chirimoya alegre, receta que sólo había visto en un libro de cocina.No es nada del otro mundo pero hay que ser obsesivos con la calidad de la fruta para que funcione. El granizado de naranja le cae perfecto a la chirimoya más dulce y sólo hubiera pedido, a riesgo de incrementar el costo pero de maximizar mi alegría, un toque de cointreau.

Me voy de Nikko con ganas de seguir investigando el resto de su carta. Me voy satisfecho con el servicio que no pasa de atento pero que en este tipo de restaurantes ya es mucho pedir. Ahora que se viene el cambio de temporada me vendrá muy bien la sección "saltados al wok" de su carta. Me agrada ver la intención de hacer algo diferente y por eso los tendré en la mira. Eso sí, la próxima pido que mis platos vengan sin verduras.

Nikko queda en Av. La Fontana 1137, La Molina.
Teléfono: 348-8095
Ticket promedio: S/.80.00 por persona.
Volvería: Si, quiero seguir investigando el resto de la carta.