domingo, 5 de abril de 2015

Días de blogger XIX (De los lugares comunes)

Casa Grande Davia (El sabor de Italia)

Pan de la casa
Cuando se habla de comida italiana los limeños no tenemos mucho para escoger. Abundan las franquicias que nos han malacostumbrado a comer pasta precocida y donde la expresión "al dente" es poco menos que una leyenda urbana. Peor si hablamos de las pizzerías donde lo que más destaca son los toppings y sus nefastas creaciones como ese infame borde relleno de "queso". Quizá no es culpa de ellos sino de nuestra dificultad para salir de lugares comunes en los que vivimos desde niños. Siendo sincero ¿Cuándo fue la última vez que en casa nos sirvieron una pasta con vongole en lugar de un tallarín verde? La tradición viene de cada hogar y eso se respeta. Pero siempre es bueno explorar lo tradicional y de ahí mi satisfacción al enterarme de una nueva propuesta de verdadera cocina italiana. Esta vez le toca a Casa Grande Daviá, nuevo restaurante enfocado en traer los platos más genuinos de la cocina del norte de Italia.

Fettuccini con ragú de pato
Siendo mi primera incursión sólo quería dar un vistazo para incluirlo en la programación futura de visitas. Siendo honesto debo confesar que había la intención secundaria de probar sus spaghetti alle vongole para compararlos con los que preparan en mi restaurante italiano favorito. Sin embargo el mozo -ave de las tormentas- me informó que ya no estaban más en la carta. En fin, gajes del oficio.

No quería correr riesgos así que inicio mi jornada los fettuccine al ragù d’anatra (pato). Es un lujo encontrar pasta artesanal hecha en casa con harina importada y yemas de huevos de corral y mejor aún cocida al dente, punto en el que mantiene su consistencia y no se "hunde" en el plato . El ragú es una vuelta de tuerca a nuestra queridísima bolognesa y lo que esperaba ver hace mucho, sabores intensos y textura resultado de una larga cocción. La cáscara de naranja y las hierbas aromáticas son el toque adecuado para redondear una experiencia sublime. Uno de los mejores platos que voy probando en lo que va del año.

Cachete de res al vino tinto
Sigo con el cachete de res al vino de tinto con puré de papas a la Paul Bocuse. Este corte no es uno de lo más buscados pero si se cocina con paciencia y a baja temperatura el resultado final es un lujo. La carne se desprende sin necesidad de usar cuchillo y la salsa de la cocción resulta muy sabrosa.  El puré no trae mayor novedad más que seguir la receta original: mitad papas prensadas, mitad mantequilla. Obvio no es un plato para los que buscan algo ligero. Combinación que nos puede recordar al clásico asado casero de mamá pero que funciona para todo efecto. Ojo que hay una versión parecida en Bachiche pero servida con pasta.

Con una visita a cuestas no puedo escribir una reseña completa sobre Casa Grande Daviá porque todavía me falta evaluar sus platos más tradicionales. Si van les recomiendo dejarse guiar por un conocedor de la comida italiana o por el obsequioso personal de servicio que les ayudará a elegir los platos que se adapten más a su gusto. Igual es conveniente advertirles que vayan preparados porque, al igual que Symposium, donde no perdonan es al momento de la cuenta. Entiendo que algunos platos son de elaboración artesanal y el precio está justificado por el uso de ingredientes importados pero hay precios que resultan exagerados. Aparte de eso, como cliente uno debe tener voluntad de acero para eludir la insistencia de los mozos en incluir adicionales en la orden. Si están dispuestos a pagar el precio Casa Grande Daviá puede ser la puerta de ingreso al mundo de la comida italiana. Si no, siempre tendrán su "trattoria" favorita para disfrutar los platos más conocidos.

Casa Grande Daviá queda en Alcanfores 680, Miraflores.
Teléfono: 242-5461
Ticket promedio: S/.150.00 por persona.
Volvería: Con una amiga italiana para que me guíe a través de la carta.

Nikko (Domingo nikkei)

Causa con pesca del día y calamares
Hace mucho que he dejado de visitar restaurantes de pescados y mariscos. Al igual que en la cocina italiana cuando se habla de cebicherías el mercado está dominados por las franquicias que en sus cartas afirman sentir  "pasión por el mar" pero que no salen del vaso tamaño familiar de leche de tigre, la jalea con mariscos y el tiradito tres colores. Hasta que un día manejando por la avenida La Fontana pasé por Nikko y me acordé de la recomendación que me hizo un amigo chef hace varios años. ¡Que despistado es el blogger!

Nikko, valga la redundancia, ofrece una propuesta de comida nikkei homanejando a los autores. Como quería salir de lo acostumbrado me arriesgo a pedir algo de la pizarra. Quise darle la contra a mi escepticismo de blogger que me hacía desconfiar de una entrada cuyoa descripción tiene más de dos líneas . Llega una causa tradicional con un filete de pesca del día y calamares en salsa anticuchera. La presencia de ocopa y huancaína hace que levante la ceja pero cuando veo que el plato está coronado por una zarza de cebolla me pregunto cual es la obsesión del cocinero en juntar tantos sabores. Vamos, dejen respirar a esa causa que la salsa anticuchera basta y sobra para que se luzca en la mesa. Me imagino que al estar en pizarra debe ser un experimento así que le dejo una nota al restaurador: revisen la presentación y decídanse por un sabor nada más.

Aeropuerto nikkei
Ya que estamos en un restaurante nikkei cedo a la tentación de pedir un arroz frito. Elijo el aeropuerto nikkei montado con chancho glaseado y ensalada de mango con berros. Primer detalle ¿Por qué no poner la ensalada de berros aparte? No discuto su necesaria presencia porque aporta frescura al plato pero si la ponen encima del arroz caliente se pierde este efecto. Segundo, la textura del arroz podría inclinarse a ser melosa como un yakimeshi o graneada como un chaufa pero yo encuentro un arroz mojado. El chancho glaseado destaca más por el exceso de sal que aúnado  a la salsa de soya me obliga a pedir algo que me quite la sed de inmediato. Le doy el beneficio de la duda.

Tacu yaki
Sigo arriesgándome y continuo con un plato nuevo de la carta: el tacu yaki. Tatu tacu de mariscos en salsa batayaki. Continúa la manía de coronar el plato con verduras frescas pero al final acepto que lo más sencillo es dejarlas a un lado. Los mariscos están ligeramente pasado de cocción, error común de todos los restaurantes con el que ya he aprendido a vivir, Me reconforta encontrar un tacu-tacu crocante por fuera y cremoso por dentro aunque el tamaño de la porción está un poquito lejos que el "de campeonato" que señala la carta. 

El calor me obliga a pedir algo refrescante y cierro mi visita con una chirimoya alegre, receta que sólo había visto en un libro de cocina.No es nada del otro mundo pero hay que ser obsesivos con la calidad de la fruta para que funcione. El granizado de naranja le cae perfecto a la chirimoya más dulce y sólo hubiera pedido, a riesgo de incrementar el costo pero de maximizar mi alegría, un toque de cointreau.

Me voy de Nikko con ganas de seguir investigando el resto de su carta. Me voy satisfecho con el servicio que no pasa de atento pero que en este tipo de restaurantes ya es mucho pedir. Ahora que se viene el cambio de temporada me vendrá muy bien la sección "saltados al wok" de su carta. Me agrada ver la intención de hacer algo diferente y por eso los tendré en la mira. Eso sí, la próxima pido que mis platos vengan sin verduras.

Nikko queda en Av. La Fontana 1137, La Molina.
Teléfono: 348-8095
Ticket promedio: S/.80.00 por persona.
Volvería: Si, quiero seguir investigando el resto de la carta.

2 comentarios:

Gabriela dijo...

Los precios que mencionas del restaurante desaniman un poco, pero lo que cuentas hace pensar que vale la pena.

Anónimo dijo...

Comparto tu idea las franquicias, pero hace poco he ido a un nuevo restaurante italiano, llamado Muraglia ubicado también en Miraflores.

Que juega con los sabores italianos y hace sentir que aún tenemos esperanza en la verdadera comida italiana en Lima!, recomiendo darte una vuelta, la carta me encantó y realmente las pastas la hacen tal y como tu deseas, incluso superan las expectativas.

Saludos