domingo, 27 de junio de 2010

Arequipa V (Intermedio)

Me parece increíble que la última vez que escribí sobre Arequipa haya sido hace más de dos años. Es una ciudad que he visitado incontables veces y nunca me he cansado de su clima, sus paisajes y sobre todo su comida. La vez anterior sólo escribí una breve reseña sobre algunos restaurantes y dejé de lado la parte turística. Esta vez mencionaré algunos tips para que no sólo disfruten del buen comer sino que también se lleven el mejor recuerdo de esta calurosa ciudad. Tan calurosa que no pueden olvidar su mejor bloqueador, gorra y lentes oscuros. Es lo primero que deben poner en la maleta. Lo digo en serio.

Para comenzar nada mejor que tomar el tour "oficial" de la ciudad. Se compra en la misma municipalidad (no se dejen engañar por los llamadores) y los llevaran en bus panorámico a los sitios turísticos más representativos de Arequipa. Para los ecologistas está el mirador de Carmen Alto y el Molino de Sabandía. Para los que gustan de la historia pueden conocer la Mansión del Fundador. Para los amantes de la moda está la visita a la fábrica de Incalpaca (sólo entren a la tienda si llevaron la tarjeta dorada de lo contrario se quedaran con las ganas.).Ojo, lleguen temprano para que puedan ubicarse en la parte superior del bus.

Hay un sitio que debo recomendar porque considero que es uno de los mejores puntos de la ciudad para tomar fotos de recuerdo. Ubicado a tres kilómetros del centro de la ciudad y diseñado por Gustavo Eiffel (el de la torre en París) se encuentra el Puente de Fierro. Tiene una vista espléndida de los volcanes y como transita muy poca gente pueden tomarse un rato disfrutando la tranquilidad del paisaje. Mi última recomendación es que eviten tomar paseos a caballo. Yo cometí el error de contratar uno de estos tours. El traslado fue bastante incómodo pero lo que más me decepcionó fue el deprimente estado en que se encontraban los animales. Creo que hasta la persona más indiferente se hubiera conmovido de ver al pobre animal bregando por llegar al destino. Ver un paisaje diferente no justifica de ninguna manera el maltrato animal. Al regreso presenté mi queja en la agencia pero ya el mal estaba hecho y la respuesta tan indolente que recibí me hizo entender que sólo les importa ganar dinero. Pésimo.

Este viaje fue bastante largo y tengo material suficiente para varios episodios. Serán por lo menos dos semanas dedicadas a la ruta gastronómica de Arequipa. Hay lugares buenos, extraordinarios y uno donde encontré a una persona que no sólo causó una revolución gastronómica sino que con su forma de pensar me hizo recordar que no sólo hay que alimentar nuestro cuerpo físico sino también el alma. Pero ese es un tema muy complejo para este humilde blog.

viernes, 18 de junio de 2010

El Grifo IV (El cliente manda ¿O no?)

Me acuerdo cuando hace varios años descubrí El Grifo. Era un oasis gastronómico donde servían la mejor comida en medio de una vorágine de clientes impacientes y hambrientos. Siempre reconocí el esfuerzo que ponían en dar la mejor atención y hacer del almuerzo una experiencia memorable. Pero los años pasaron y la última vez que los visité me fui bastante resentido. La respuesta inadecuada ante mi reclamo por un postre mal preparado me dejó sin ganas de volver nunca más. No me quedé tranquilo y le escribí a la misma Jana Escudero, quién de inmediato envió un mail de disculpa y una invitación para almorzar. Este post es la reseña del almuerzo de redencion.

De entrada ordené unos esquivos wantanes planos. Siempre me intrigó saber cómo eran y creo que la espera valió la pena. Son rectángulos de masa de wantan frito con un puré de alcachofa, crema de rocoto y langostinos cocidos. La presentación de por sí es toda una revelación pues nunca había comido un plato servido en ganchos de ropa. Me hicieron recordar más a unos tequeños que a los wantanes originales. Es una buena introducción pero me faltan probar las otras entradas para compararlas y dar una opinión final.

A diferencia del plato anterior los capelletis de ricota en salsa rosada y jamón serrano harán las delicias de los aficionados a las pastas. Los capelletis son fideos en forma de aros generosamente rellenos de queso ricotta y servidos con una salsa de tomate y crema de leche. No pude reconocer los otros ingredientes pero la combinación es perfecta. Sonará a herejía pero este plato es un digno competidor de los fetuchinis a la huancaína con lomo.

De postre elegí unos panqueques y no pude evitar que me embargue un sentimiento de nostalgia. El mozo me dijo que sólo tenían dos variedades: manjarblanco y sublime. Me acuerdo cuando servían los panqueques princesa en tamaño jumbo, con una bola de helado de vainilla, maní, salsa de toffee, trocitos de brownie, etc. El disminuido panqueque que me sirvieron estaba suave y tenía bastante manjarblanco pero es un tenue reflejo de lo que comía en este restaurante.

El almuerzo fue satisfactorio pero no sirvió para calmar mis dudas. A diferencia de mis experiencias con otros restaurantes tuve que hacer un reclamo a la misma dueña para obtener una respuesta satisfactoria. La comida es la misma y el ambiente es mejor pero el servicio no iguala al de los primeros años. Por el momento prefiero quedarme con aquellos memorables almuerzos en los inicios de El Grifo (sobre todo sus inigualables panqueques) . Ahora entiendo cuando dicen que todo tiempo pasado fue mejor.

El Grifo queda en Av. Colonial 2703, Lima. Teléfono 564-1025
Ahora tienen un nuevo local en Av. Faucett 2875, Callao. Teléfono 651-1388

viernes, 11 de junio de 2010

Donatello II (Pasta y más pasta)

Como lo había dicho en el post anterior no suelo pedir entradas cuando salgo a almorzar porque considero que me roba espacio para disfrutar de la comida o pedir un postre. Sin embargo esta vez participé de una cena grupal en el Donatello, uno de mis restaurantes favoritos de comida italina, y aproveché la oportunidad para ordenar platos que generalmente dejo de lado.

Para comenzar pedimos un pan al ajo especial. De niño recuerdo haber devorado buenas porciones de baguette remojándolas en la salsa del asado (perdón pero nunca leí el manual de Carreño) y si bien no pensaba repetir la misma experiencia, quería sacarme el clavo y ver que tenía de especial este pan. La entrada resultó una masa delgada y crocante con mozarella derretida y orégano. Me recordó a una pizza sin ingredientes. Para mí totalmente prescindible porque se van a llenar gratuitamente.

De los platos principales destacó el timbal de la casa: Fettucini a la crema con una combinación de jamón, pollo, champignones y queso parmesano, gratinados al horno. Es un plato con mis ingredientes favoritos y mejor cuando llega a la mesa recien salido del horno. Lo recomiendo como alternativa a los canelones o a la clásica lasaña. Luego probé el ossobuco Donatello (ossobuco en salsa de hongos con fettucini a la crema), plato que viene en una porción familiar y que, por favor hagánme caso, compártanlo. La carne tiene una textura muy suave, al punto que no necesitarán cuhcillo para cortarla, y por el sabor de la salsa deduzco que ha sido cocinado largo tiempo. Mezclado con los fetuccini a la crema es una combinación que vale la pena probar.

Para terminar la cena con broche de oro pedí un mousse de chocolate dark y blanco con coulis de fresa. Me falta feedback para evaluar este mousse pero sinceramente después de probarlo no creo que haya algo mejor en todo Lima. Es un mousse de cobertura de chocolate con un toque de licor, con la textura más suave que pueden imaginar y que al paladar dejará un regusto delicioso. Totalmente recomendable y mejor aún si son fanáticos del chocolate.

Donatello y Mavery se disputan el número uno de mi top personal en restaurantes de pastas. Pero en esta rencilla gastronómica el ganador siempre seré yo. Una visita al Donatello siempre tendrá resultados satisfactorios. Como siempre, les recomiendo llegar temprano para recibir la mejor atención. Los precios son elevados pero justifican completamente la excelente calidad de sus platos.

Donatello queda en Av. La Encalada 551, Santiago de Surco.
restaurantedonatello.com

lunes, 7 de junio de 2010

Don Rosalino (Pasta retro)

Me gustan los sitios que me hacen recordar. Me gustan los sitios que me devuelven a mi niñez. Me gustan volver a esos sitios y darme cuenta que nada ha cambiado. Don Rosalino es uno de esos restaurantes a los que me llevaban cuando era niño y por motivos inexplicables nunca más volví. Pero el destino a veces nos regala agradables coincidencias y resultó que Ll., acérrima lectora y comentarista de este blog, tuvo la cortesía de invitarme un almuerzo en este mismo restaurante. A Ll. le debo, entre otros favores, una excelente lista de restaurantes de Arequipa y que tuve la oportunidad de visitar con resultados muy satisfactorios. (Muy pronto en este mismo blog por su mismo autor: La ruta de Arequipa, el regreso) Ahora le dedico este post a manera de agradecimiento por un estupendo almuerzo.

El almuerzo comenzó con unos portobellos gratinados acompañados de jamón serrano y una mixtura de lechugas. Aunque no lo crean nunca había comido antes los portobellos así aproveché la oportunidad de pedirlos como entrada. No sólo estuvieron muy buenos sino que el jamón serrano le daba un toque especial y el mix de lechugas aportaba frescura al plato. Vale la pena anotar que la aceituna es parte esencial del relleno en caso este no sea su ingrediente favorito.

El segundo plato fueron unos canelones rellenos de carne de lomo y pollo, gratinados con crema de espinaca y champiñones. Y este plato cumplió con lo que yo siempre afirmo, lo más simple es lo más difícil de lograr. Unos simples canelones rellenos pero que tenían el sabor suficiente como para anotarlos y justificar una futura visita a este restaurante. Primera vez que no extrañé la salsa bolognesa en un plato italiano, lo que para un carnívoro nato como yo, es todo un logro.

Luego vino un Lomo a la funghi porcini, medallón de lomo a la plancha con salsa funghi porcini, acompañado de linguini y legumbres. El ingrediente principal, el lomo, estaba cocido en punto tres cuartos, rosado pero no crudo, tal cual lo solicité y la carne jugosa combinaba perfecto con los linguini a la crema. No sentí que las legumbres estuvieran bien cocidas, quizá muy al dente para mi gusto, pero como sólo eran un acompañamiento no le dí mucha importancia a ese detalle. Recomendable para los carnívoros.

Para terminar el recorrido nostálgico pedí de postre un trufón. Es un bizcocho de chocolate relleno de mousse de chocolate y bañado con fudge y salsa inglesa. El bizcocho no tenía mucha presencia en el postre pero el mousse de chocolate tenía un ligero toque de licor que lo hacía interesante. Sólo criticaré, sin desmedro del buen sabor de este postre, que se pasaron de ahorrativos con la salsa inglesa. Parece que la sirvieron con gotero.

En resumen fue una grata experiencia regresar a Don Rosalino. La atención es muy buena y el ambiente es agradable. Los precios son módicos y la relación precio/calidad está completamente justificada. Bien vale la pena luchar contra el tráfico para probar la cocina de este restaurante. A Ll. le debo las gracias, no sólo por el almuerzo, sino por haberme hecho regresar a épocas más agradables.

Don Rosalino queda en Av. Aviación 2667, San Borja.
Ticket promedio: S/.40.00 por persona.
Teléfono: 476-7732
Volvería: Sí, es de esos lugares que hacen lo justo y necesario.

miércoles, 2 de junio de 2010

El Bambino (Pasta pronta)

Hace algún tiempo me recomendaron El Bambino como un muy buen lugar para comer pastas. Cerca de mi trabajo abrieron un local pero lo que probé no me pareció nada fuera de lo común. Hay que ser justos y reconocer que la opción de menú ejecutivo que probé nunca superará el hecho de pedir a la carta. Además seguro han escuchado que nada es igual si no se prueba en el local original. Así que aprovechando que estaba por Lince decidí darle un vistazo a la carta de este restaurante. Lo más destacable es la gran variedad de platos que ofrecen. Pastas clásicas, lasañas y pizzas en todos los sabores y colores de salsas. Había que comprobar si la calidad era tan buena como la variedad.

Para comenzar pedí unos canelones Rossini: canelones rellenos de carne, ricotta y espinaca bañados en salsa de jamón, mozarella, champiñones y crema de leche. Aparte de estar gratinados al punto exacto no le encontré mayor virtud a este plato. Es algo que pueden cocinar en casa sin mucho esfuerzo. El segundo plato fue ravioles de carne al ragú. Descarté los ravioles de inmediato porque el relleno no me dio la impresión de estar muy fresco pues la carne tenía una textura muy seca. El ragú de carne estaba muy dulce, parece que habían abusado del truco de echar azúcar para bajar la acidez del tomate. Si lo comparo con otros restaurantes el Bambino sale perdiendo por goleada. Si lo comparo con un local de comida rápida como los que abundan por los alrededores entonces es una opción aceptable para salir del momento. Vayan con las expectativas bajas.

El Bambino queda en jirón Tomás Guido 124, Lince.
Teléfono 471-7754

Volvería: No. Es sólo para sacarse el clavo.