domingo, 27 de julio de 2014

De la comida (no tan) rápida

Por más que me esfuerzo no logro recordar cuando fue la última vez que probé comida rápida. Atención, no estoy hablando de las malhadadas franquicias norteamericanas y su legión de consumidores optimistas (¿o inocentes?) que se dejan engatusar por los precios bajos y el marketing. Y en ningún caso me referiría a la actual (y muy penosa) versión de nuestra otrora marca símbolo de hamburguesas.

Felizmente todavía existen personas que buscan hacer algo diferente en este rubro, abriéndose a la creatividad desarrollando nuevas propuestas sin dejar de lado un aspecto tan importante como es la calidad de los insumos utilizados. Desde este pequeño blog mi agradecimiento a ellos por haberme invitado a conocer sus locales.

Perros y Papas (La verdadera salchipapería)

Vista del counter de Perros & Papas
Pamela Villareal, graduada de hotelería y turismo, quería desarrollar un negocio propio. Ganó experiencia trabajando en restaurantes y ganó capital a través un negocio alternativo hasta que decidió crear una propuesta que rescate los sabores de sus locales favoritos: Las salchipapas de La Casita y el Tip Top. Aunque yo no dejaría de lado las que preparaban en el autoservicio de Sears. ¡Que tiempos aquellos! Aún puedo evocar  las peleas constantes con mi hermano por ver quien se echaba más ketchup al plato. Pero esa historia corresponde a otro post.

En pleno centro de Miraflores se ubica Perros y Papas, un pequeño local con mesitas de madera y una alegre decoración en tonos morado y amarillo. Apenas uno entra es inevitable fijarse en el letrero luminoso que anuncia trece variedades de salchipapas. Un número ambicioso pero que fue resultado de muchas pruebas y evaluaciones para escoger las combinaciones y los productos que mejor se adaptaran a la cocción ¿Se puede pedir algo más? Claro, quince salsas a disposición y servidas al gusto del cliente. Algunas hechas en casa (rocoto, anticuchera, huancaína), otras hechas por terceros pero sin descuidar la calidad.

Salchibobo y Salchigaucha
La visita empezó con una variedad que despertó mi curiosidad desde que supe de este local: la salchibobo, preparada con corazones de pollo al wok y papas amarillas fritas. Es obvio que nada iguala a la textura arenosa de la papa amarilla y mejor cuandoes  procesada en el mismo local. Los corazones estaban cocidos en el punto adecuado y el aderezo se adhería las papas amarillas creando una combinación de sabores muy buena. Ahora tengo otra razón para consumirlos en otra forma que no sea sopa de pollo (Sí ya sé, que blogger tan cuadriculado). También me sirvieron la salchigaucha preparada con varios tipos de salchichas: clásica, blanca, morcilla y chorizo, todo acompañado con chimichurri de la casa. Es la opción ideal para aquellos que desean una salchipapas contundente pero que no llega a ser tan recargada. El chimichurri lo sirven aparte y su sabor ligero acompaña pero no hostiga.

No me podía ir sin probar una "exclusiva" de la casa: la salchipapas chilidog. Es la salchipapas clásica pero que viene bañada con una salsa tex-mex hecha con queso cheddar, frejoles, carne molida y otros ingredientes de la casa. Es una vuelta de tuerca al plato original y para mi gusto funciona. Claro, lo ideal es comerla sin ninguna otra salsa para apreciarla adecuadamente. No quiero pecar de mezquino pero me recordó vagamente al "Chilito" que servían en Taco Bell. ¿Que habrá sido de ellos?

Me voy de Perros y Papas feliz por haber encontrado una oferta bien trabajada en la cual han pensado en todos los aspectos. No negaré que siento desazón porque hace mucho dejé de ser niño y ya no puedo consumir todas las calorías que quisiera pero a los buenos lugares hay que extrañarlos. Y aunque mi nutricionista reniegue sí que los voy a extrañar.

Perros y Papas queda en Calle Berlín 555, Miraflores.
Ticket promedio: S/.20.00 por persona.
Teléfono: 255-9044
Volvería: Sí.Todavía quiero investigar otras variedades de salchipapas.


Don Bajadón (Sánguches a la peruana)

Vista del local
José Bustamante, Gustavo Bamonde y Cherman son tres amigos que desde niños disfrutaban comiendo sánguches en el vecindario y que ahora se han unido para crear un "point" en el que no sólo destaca la imaginería (la mano de Cherman) sino las ganas de preparar los sanguches como si fueran para ellos mismos. Inicialmente uno podría pensar que se lo toman a la broma cuando ve los nombres en la carta pero cuando se enteren de la pasión que han puesto en traer los mejores ingredientes entonces se darán cuenta que no podrán dejar pasar un día más sin visitarlos. En plena avenida República de Panamá se ubica un pequeño local decorado con los colores rojo y blanco, yo diría casi un símbolo patrio porque ¿Existe acaso algo más peruano que un sánguche con "todas las salsas"? 

Lomito ahumado
En la carta se pueden encontrar trece variedades de sánguches. Están los clásicos (lechón, pavo, chicharrón), las creaciones de la casa (cecina asesina, pollo hierbero, lechón nikkei) entre otros. Yo no quise correr riesgos y me decidí por el de lomito ahumado. Apenas lo probé la diferencia saltó al gusto porque utilizan bondiola, un corte que proviene del cuello del cerdo y que funciona a las mil maravillas para este sánguche. El sabor es tan logrado que no es necesario agregarle nada más. Suficiente con el toque de salsa criolla para que aporte frescura. Las papitas Tumbay fritas son otro punto a favor. Crocantes y arenosas por dentro, ideales para degustar con cualquiera de las nueve salsas propias de la casa. Recomendación del blogger: la Kasimuero Ulloa, con todos los picantes del Perú y balnearios. Recomendación de la casa: la Don Bajadón que lleva especies, ajos y "polvos mágicos".

Hamburguesa Don Bajadón
También probé la hamburguesa Don Bajadón, hecha con una molienda de salchicha de Huacho artesanal, carne y queso cajamarquino. Esta salchicha nunca ha sido de mis preferidas pero esto se debe a que siempre la he probado en versiones industriales donde más destaca la grasa que el sabor. La combinación con carne de res y queso funciona y mejora cuando la cocinan en el punto exacto. No han descuidado el tema del pan, muy crocante y que no se desarma al primer mordisco. Otro punto a favor, las papitas al hilo hechas en el mismo local, nada de esas papitas a granel que se compran en bolsas de a kilo.

Es complicado venir a Don Bajadón pensando que sólo pueden comerse un sánguche. Las porciones son contundentes y hay una adecuada relación precio/calidad. Me voy feliz y convencido de encontrar sitios que valen por lo que hacen y no por la publicidad (¿Se acuerdan de los "maestros sangucheros" y su oferta de marras?) Cuando me hablan de productos procesados en el mismo local, de insumos artesanales y del esfuerzo por hacer algo distinto al resto entonces no hay nada más que agregar. En lugares así da orgullo gritar "Soy peruano!"

Don Bajadón queda en Av. República de Panamá 6297, Miraflores.
Ticket promedio: S/.20.00 por persona.
Teléfono: 6049221
Volvería: Sí. Se merecen más de una visita.

domingo, 13 de julio de 2014

El Sótano (Todo queda en familia)

Este restaurante ya cerró sus puertas. Pueden conocer la nueva propuesta de la familia Santolalla en Seitan Urban Bistro.

H
Vista de uno de los ambientes
Hace algunos años la familia Santolalla abrió un restaurante en La Molina. La idea que el hijo mayor Santiago, estudiante de la Universidad San Ignacio de Loyola aplique todo lo aprendido en las aulas y en sus prácticas previas. Como estaban ubicados en un sótano se les ocurrió llamar al restaurante de la misma manera. Originalmente tenían una propuesta casera de menú ejecutivo y platos a la carta con la que se hicieron de un nombre en la zona y funcionó como "laboratorio" para desarrollar recetas propias. Ahora en Surco, estrenan flamante local y una carta en la cual se encuentran clásicos de la comida peruana a los cuales se les ha dado una vuelta de tuerca en busca de la originalidad. Un reto ambicioso y que busca diferenciarse del mercado insistiendo en el uso de insumos de calidad y la aplicación de los conocimientos adquiridos. Cortesía de El Sótano tuve oportunidad de disfrutar un tranquilo almuerzo sabatino en plena fiebra mundialista.

El local es una casa ambientada para restaurante con dos ambientes bien diferenciados. Uno elegante con iluminación y decorado con cuadros abstractos, ideal para un almuerzo ejecutivo o una cena romántica y el otro más informal como para un after-office entre semana. En cada detalle del restauante está grabada la impronta de la familia, desde la pintura escogida hasta el decorado de la barra. Conceptos como ecosotenibilidad y reciclaje (herencia de su paso por Nanka) están presentes. Basta un ejemplo, las puertas de la casa se usaron para hacer las mesas. La carta es muy correcta en términos de presentación y tamaño, cada plato tiene una breve descripción y no es muy difícil elegir uno de acuerdo al gusto.

Pulpo parrillero con chimichurri andino
El almuerzo se abrió con un abreboca que no suele verse muy seguido: hojuelas de papa nativa preparadas por el mismo chef y acompañadas de salsa ocopa muy ligera. Que diferencia con los aburridos pancitos franceses que abundan en todos los restaurantes. La primera entrada fue el pulpo parrillero grillado acompañado de chimichurri de hierbas andinas y papas doradas. La sazón es correcta y la textura podría convertirse en leyenda urbana porque es uno de los pulpos más suaves que he probado en la historia del blog. ¿Secreto de familia? No lo sé pero de verdad que les funcionó. Las papas huayro no pudieron estar más crocantes, tranquilamente hubiera pedido una porción para llevar. Sé que no era la idea pero las combiné con un poquito de la ocopa y me supieron a gloria. Va de todos modos.

Ensalada serrana, tartar de trucha, mousse de palta.
Continué con el causaki de salmón y langostinos en salsa acebichada. Pequeño detalle a favor, por fin una salsa acebichada que no parece mayonesa industrial sino una ligera emulsión que resume la idea del cebiche. Pequeño detalle en contra, la masa de papa estaba muy sazonada, tanto que hubiera podido comerla sola. La idea es que, al igual que la palta, sirva  para integrar los sabores y que no le quite protagonismo al salmón.

La ensalada serrana de quinua, hierbas y tartar de trucha funciona en la ejecución y destaca en el emplatado. Sin embargo, el aceite de eucalipto que usan como aliño resulta muy invasivo en boca y nariz y termina predominando sobre los otros sabores. Me queda la duda como quedaría la receta prescindiendo de ese ingrediente.

Quinuotto de ají amarillo
Para los platos de fondo empezaron con el quinuotto de ají amarillo con medallones de lomo en salsa de hongos de Porcón. Es un risotto muy cremoso con la quinua en el punto de cocción correcto. Aunque el ají dice presente la sazón es ligera y se deja combinar con los sabores de la carne al estilo de un plato de casa. Destaca las técnicas usadas en la cocción de la carne, para variar del uso tan común de la plancha. 

Arroz pachamanquero
El arroz pachamanquero es una de las creaciones de la casa, un arroz cremoso preparado con aderezo de pachamanca y variedad de mariscos. No hay que perder de vista el punto de cocción para que no termine convirtiéndose, aunque igual la idea funcionaría. La chalaquita es muy necesaria para aportar un toque de frescura al plato. Como pueden ver la porción es más que suficiente para compartir. La presentación se merece unas líneas aparte porque detalles como el mantel, la olla de barro y la piedra caliente son un reconocimiento a la tradición de este plato ancestral.

Al final (por orden de lista no de mérito) dejo a la panceta oriental en salsa estilo teriyaki. Correcta cocción y sazón del cerdo que se complementa adecuadamente con la salsa teriyaki. El acompañamiento es un cremoso puré de habas y una porción de verduras orientales en juliana que le da un crocante divertido al plato y reminiscencias de comida de chifa.

Brownie caliente y helado de vainilla artesanal
En la carta de postres el primer lugar se lo lleva el brownie caliente. A veces no es suficiente con la textura "amelcochada" o la presentación gourmet para que un postre funcione. Aquí se diferencian del resto sirviendo helado artesanal de vainilla hecho en casa y utilizando chocolate belga en la preparación del brownie. ¿Ya ven señores restauranteros que sí se puede? Es sorprendente ver como en otros locales siguen usando cobertura de chocolate de producción masiva, helado industrial y aún así tienen la ligereza de cobrar el precio que se les antoja. Ustedes ya saben a quienes me refiero pero mientras el público los acepte sin chistar ellos seguirán felices con su oferta de dudosa calidad. Probé además una crema volteada hecha con la receta clásica pero acompañada de granizado de tuna verde y coulis de tuna roja. Punto a destacar, la textura tan suave de la crema volteada y la presencia del granizado porque contribuye a bajar el dulce. Si bien es preparación casera se nota que se han preocupado en los detalles.

Creme brulee de ají amarillo
En el Sótano han dado un paso más y no sólo presentan recetas clásicas, también han creado postres de la casa. La creme brulee de ají amarillo es una travesura del chef Santiago y si bien tenía mis dudas antes de probarla, confieso que la idea funciona. El picante es muy sutil y en todo caso alegra el paladar. El ranfañote moderno podría ser la alternativa a los devaluados cheesecakes que abundan en el mercado. Es un suave mousse de queso crema y frutas secas bañado con miel de chancaca sobre una galleta muy suave de mantequilla con manzana. A tener en cuenta que la porción es suficiente para compartir y además el queso puede empalagar rápido. 

Me alegro de haber tenido la oportunidad de conocer un nuevo restaurante de comida peruana fusión. Pero más me alegra haber conocido a la familia Santolalla en pleno y haber compartido sus ideas y todo lo que implicó desarrollar este proyecto. Una historia llena de momentos complicados, felices pero sobre todo el apoyo constante a Santiago Santolalla, estudiante de cocina que con 21 años ya tiene clara la idea de como diferenciarse del resto y hacer bien lo que sabe: cocinar con el corazón. La pasión ya la tiene, ahora sólo queda seguir creciendo. Ya se ganó un sitio como una de las sorpresas en el blog para este año.

miércoles, 9 de julio de 2014

Buenos Aires XIV: Aciertos y patinadas

Algunas visitas funcionan, otras no. Sucede en el Perú y también en el extranjero.

La Parolaccia (Pasta de franquicia)
En mi estadía anterior en Buenos Aires por culpa de una gripe de marras me perdí una cena en La Parolaccia. Ojalá me hubiera pasado lo mismo en este viaje.

Fussili al fierrito
Cuando uno camina por Puerto Madero es inevitable sorprenderse ante la gran cantidad de restaurantes de todo tipo que hay. (Incluso hay uno de dizque comida peruana) Recien acababa de pisar Buenos Aires y luego de comprar mis boletos para el Buque Bús sólo quería cenar en el restaurante más cercano. Para mi desgracia escogí La Parolaccia.

Siendo Argentina tierra de inmigrantes italianos la lógica me dice que la pasta sería la especialidad de la casa. Sin embargo los sorretinos francese era unos fideos sumergidos en crema con algunos minúsculos trozos perdidos de jamón. Los fussili al fierrito con salsa del bosco (crema, hongos secos, champiñones) tampoco hicieron mérito para ser recordados en este blog. Un poco de crema, algunos champiñones perdidos y una pasta completamente pasada de cocción me hicieron recordar a mis peores momentos.

¿Error mío por cenar en un restaurante domingo por la tarde? Incluso en Lima dudo que haya muchos restaurantes donde a esa hora se pueda encontrar algo que no parezca un recalentado de lo que sobró al mediodía. Sin embargo cuando revisé su web encontré  el quid del asunto: un pequeño letrerito que decía "franquicias". La palabra lo dice todo, está visto que hasta en Argenitna este insufrible sistema echa a perder los restaurantes. Que le vamos a hacer.

La Parolaccia queda en Alicia Moreau de Justo 276, Buenos Aires.

Mott (De como ser feliz a la hora de almuerzo)
Por una hora sentí que estaba en San Isidro y no en Buenos Aires.

Pollo crocante salsa BBQ
Cuando regresaba al hotel luego de hacer algunas compras (chocolates más que nada) pasé por un local con un nombre muy llamativo: Mott. Apenas entré y vi el ambiente tan amplio con sus mesitas individuales se me antojó uno de esos restaurantes de San Isidro donde se esfuerzan diariamente por aplacar el hambre de los ejecutivos al mediodía. Tal cual yo me decidí por el menú del día: Pollo crocante con dip de bbq y papas al horno con paprika. No hay ciencia, es una fritura de pollo con una salsa bbq quizá ligeramente pasada del punto de dulzura pero que contrastaba con las papitas con paprika. La ensalada, sí es que se le puede llamar así, sólo de estaba de adorno en el plato. 

Igual el menú incluía un postrecito, un tiramisú preparado al estilo de un mousse. No iba a exigir mascarpone pero lo que me sirvieron ayudó a cambiar el sabor de boca. Ojo que de noche se convierte en restobar y tiene los clásicos happy hours con tragos de la casa y picadas. Será para el próximo viaje. O para el de ustedes.

Mott queda en San Martín 776, Microcentro, Buenos Aires.

Green & Company (El blogger en la luna)
Cuando los bloggers gastronómicos nos equivocamos lo hacemos en gran estilo.

Saltado de pollo con champiñones
Una de los sucesos más graciosos del viaje ocurrió en el food court de Galerías Pacífico. Confundiendo la recomendación de Katia Documet (Blogger, ¿cómo olvidas tu libreta de apuntes?) terminé almorzando en Green & Company en lugar de ir a Green Eat. Como verán en la foto adjunta ese pollo salteado está muy lejos de lo que yo pensaba era una opción saludable. Ok, no esperaba un saltado a la peruana pero tampoco esos trozos de pollo nadando en crema. Es un error poner como acompañamiento verduras frescas cuando las sirven en el mismo plato porque el calor las marchita. Y para mayor inri lo acompañé con una gaseosa de cola. Definitivamente ese día habré estado pensando en el tipo de cambio.

En fin, no es culpa tanto del local sino mía por haberme confundido con el nombre. Aunque bien vale la pena la visita para advertirles de lo que les espera.

Green and Company queda en el food court de Galerías Pacífico.

Café Ditali (De las milanesas y otros placeres)
El último día antes de regresar a Lima ya no tenía muchas ganas de salir lejos del hotel. Hacer el equipaje pertenece a mi lista de actividades no gratas (agréguenle también manejar, bailar y lavar los platos) y requiere un nivel supremo de motivación para realizarla. Caminando por la calle Maipú vi una esquina con grandes ventanas, como si fuera uno de esos cafetines que ya no se ven en Lima y en donde uno puedo comer algo rico, bueno y barato.

Milanesa napolitana.
No tenía ganas de experimentos así que me fui a lo seguro, una milanesa napolitana de ternera. Increíble, hasta ahora no entiendo como tremendo plato puede ser para una sola persona. Harto queso, harto orégano y un par de tajadas de jamón inglés coronaron la milanesa más grande que he probado en mi vida. Crocante por fuera, jugosa por dentro, que hubiera dado por un poco de crema de ají para comerla a mi estilo. Pero como yo no suelo quedarme con la duda también pedí una suprema de pollo que vino con su rodajita de limón encima para cortar el sabor. Impecable, igual de grande y como no tenía ningún gratinado el crocante se podía disfrutar mejor.

En fin, increíble que haya tenido que viajar hasta Buenos Aires para disfrutar un plato tan simple pero que en Lima ya no se ve muy seguido. Dénse una vuelta por esta café y conozcan la felicidad en forma de milanesa.

Café Ditali queda en Maipu 902, esquina con Paraguay, Microcentro, Buenos Aires.

domingo, 6 de julio de 2014

Unas palabras del blogger.

A lo largo de estos años he conseguido repartir el tiempo entre mis responsabilidades profesionales y el manejo del blog. Aprovechando al máximo los fines de semana he mantenido un ritmo constante de visitas así como una frecuencia para la publicación de las reseñas. Pero, siempre hay uno, sé que no le dedicado más tiempo al aspecto visual. ¿Qué le vamos a hacer? Ya en el colegio sufría en la clase de arte y ese aspecto siempre será mi talón de Aquiles. De manera autodidacta he ido agregando uno que otro cambio pero considero que todavía hay espacio para mejorar.

Por eso ha llegado el momento de presentarles el logo oficial del blog: "El vicio de comer, experiencias gastronómicas" El logo es formal de acuerdo al estilo del blog, ya habrán notado que aquí el lenguaje coloquial no tiene cabida. El tenedor y el cuchillo representan mis herramientas de trabajo y el subtítulo resume la característica esencial que me distingue de otras páginas. Aquí se cuentan todas mis experiencias malas y buenas, todo lo que sucede cuando visito un restaurante. Y esto es algo que han destacado diferentes lectores, cuando leen mis reseñas sienten como si estuvieran comiendo en el restaurante.


Ha llegado el momento de mencionar los valores del blog. Hace mucho que están presentes pero quería aprovechar la oportunidad para describir cada uno de ellos.

1. Puntualidad
El mayor reto de un blog es mantener el contenido actualizado para que ustedes, estimados lectores, siempre tengan algo nuevo que leer. A lo largo de estos años considero que publicar un post a la semana ha sido lo más conveniente y por eso me he esforzado en mantener ese ritmo. Pienso que en un blog, al igual que los restaurantes que visito, más importante es la calidad que la cantidad. Está claro que publicar una foto sin ninguna descripción diciendo "está buenazo, vayan" no tiene sentido. Eso lo hacen ya miles de personas en Twitter o Instagram sin mayor esfuerzo.

No negaré que en el futuro podrían haber épocas difíciles en las cuales existirán obligaciones laborales y contingencias que me obliguen a hacer una pausa pero ustedes serán los primeros en enterarse. Palabra de blogger.

2. Integridad
Este blog es autofinanciado. No existen auspicios, alianzas con medios y ningún tipo de canje con alguna empresa. Si hablo de un producto en el blog es porque lo he comprado y porque confío en su calidad. Cada visita anónima se hace sin avisar previamente y de acuerdo a un cronograma elaborado con semanas de anticipación. Si los resultados de la visita son negativos ese presupuesto se pierde. Entenderán la razón de mi fastidio con esos restaurantes que aprovechan su presencia obligada en medios para cobrar lo que quieren aunque su calidad no lo justifique.

Cuando recibo invitaciones para evaluar restaurantes o productos siempre lo menciono en la primera línea de la reseña. Es política del blog aceptar invitaciones sólo de restaurantes cuya propuesta esté de acuerdo a los parámetros del blog. No podría aceptar invitaciones o hacer publicidad, por ejemplo, a una franquicia que no visito hace años. Tampoco esperen ver menciones a productos de fabricación masiva donde más destaca el uso de saborizantes o colorantes antes que la calidad de la materia prima. Asimismo suelo regresar sin avisar a los restaurantes que me invitaron para comprobar que mi experiencia no fue algo preparado para la ocasión.

Es relevante indicar que las invitaciones me sirven para reasignar el presupuesto a visitar restaurantes de un costo superior o salir de Lima para hacer rutas en provincias. Al final ustedes siempre serán los más beneficiados.

3. Consistencia
No se sorprendan si algunas reseñas antiguas ya no están disponibles. He revisado exhaustivamente los 400 posts escritos para descartar aquellos que no contienen información relevante. He modificado lo escrito para eliminar apreciaciones subjetivas y el uso de superlativos. Escoger el "mejor lomo saltado" o "el mejor pye de limón" es una tarea poco menos que imposible (excepción, el Titi que tiene el mejor wantán frito del universo)

Asimismo aplico un exigente control de calidad a todas las reseñas en busca de errores de ortografía o redacción. En este punto no hago concesiones, he llegado a descartar párrafos enteros si me dejan la impresión de no aportar al contenido de la reseña. Escribir no se trata de poner lo que "fluye". Está bien ser auténtico pero sin sacrificar la corrección del idioma.

4. Responsabilidad 
Tener un blog no es un medio para ser famoso, aparecer en la foto o recibir invitaciones. Al contrario, es una responsabilidad muy seria porque la información publicada servirá como un referente para evaluar qué lugares visitar. Parte de esta responsabilidad implica escribir críticas objetivas. Sin embargo quiero hacer una salvedad. El recurso amistoso y "buena onda" de las críticas constructivas está muy devaluado. Nunca me ha interesado quedar bien con todos e incluso en mis restaurantes favoritos ya saben que no les voy a perdonar un error.

Si algunos chef se quejan de no ver críticas "constructivas" de la misma manera yo les exigiría que apliquen medidas correctivas. Me canso de enumerar los innumerables pretextos que esgrimen los restaurantes ("Tuvimos un mal día") así como su pobre capacidad de respuesta ("Tomaremos en cuenta sus sugerencias") cuando he presentado un reclamo. Aquí yo me limito a contar lo que sucedió para bien o para mal y ante cualquier duda siempre está la foto como prueba. 

jueves, 3 de julio de 2014

Vamos por Miraflores (III)

Tenía planeada una ruta vegetariana pero el tiempo jugó en mi contra y al final tuve que improvisar. Felizmente todo salió muy bien.

La Matilda (Veggie blogger)
De vez en cuando imagino que soy vegetariano y nunca me arrepiento de ello.

Me he enterado que La Matilda ahora atiende en horario corrido; no a la manera de un restaurante sino como un rinconcito acogedor para consumir algo saludable acompañado de una infusión de hierbas naturales. Ofrecen dos opciones como plato del día con refresco y si uno quiere tambien puede incluir entrada. El día que fui me ofrecieron sopa de lentejas a la que diplomáticamente me negué. Lo siento pero un trauma infantil hace que le tenga pavor a las lentejas en cualquier otra versión que no sea el clásico guiso de lunes.

Hamburguesa de quinua con ensalada fresca
De plato de fondo tenían ensalada de quinua con falafel (croqueta de garbanzos). No me subiré al coche de los veganos, la verdad el falafel se me quedó en el diente por el tamaño de la porción. Pero la ensalada valió la pena porque estaba hecha con dos tipos de quinua, apio, tomatitos cherry y rabanitos, muy fresca y con un aliño muy ligero. Sólo de puro novelero he regresado por su hamburguesa de quinua y frijoles negros con ensalada fresca al balsámico. La hamburguesa viene a ser una croqueta propiamente dicha, crocante por fuera, arenosa por dentro por la textura que le dan los frijoles. La ensalada es de verduras frescas, tal cual pueden observar en la foto adjunta. Consejo para los ejecutivos: tengan cuidado, mucho cuidado, por el riesgo que salpique en la camisa una de esas malhadadas gotitas de aliño. En resumen, ambas ocasiones me dejaron con buen sabor de boca, aunque tranquilamente hubiera podido comerme dos platos de lo mismo para quedar satisfecho

La Matilda queda en Dos de Mayo 535, Miraflores.
Ticket promedio: S/.25.00 por persona.
Volvería: De vez en cuando. Todo sea por la salud.

Homemade (Healthy blogger)
Siempre pongo a Homemade como segunda opción cuando debería estar en primera fila.

Para seguir con la ruta saludable tenía en la mira a un restaurante vegano pero mi puntualidad obsesiva hizo que llegue antes del horario de atención. La encargada de la puerta me indicó con una expresión muy arisca que todavía abrirían 15 minutos después de su horario habitual y que podía esperar afuera del local. La paciencia nunca será una de mis virtudes y preferí ir a otro restaurante.

Fusilli Primavera
Unas cuadras más allá se ubica Homemade, típica casa miraflorina habilitada para restaurante con ambientes ideales para almorzar, tomar un café o relajarse con los juegos de mesa que hay a disposición. Me alegra ver que han cambiado la presentación de su carta, ahora más vistosa incluyendo foto y descripción de los platos. No quería caer en el facilismo de pedir una ensalada y ordené los fusilli primavera. Es una pasta salteada en balsámico al ajo, con un mix de vegetales de estación, tocino, pollo y arúgula. Funciona la pasta y los vegetales al dente, el balsámico está presente pero no llega a ser invasivo al paladar. En cuanto a la presentación yo colocaría la arúgula aparte para que no se vea afectada por el calor de la pasta. Les recomiendo también prescindir del parmesano. Sé que es costumbre agregarlo a discreción pero eso sería opacar los sabores. Ojo con el punto de sal que aporta el tocino, está un poco subido pero ya depende del gusto de cada uno.

60 minutos nunca serán suficientes para disfrutar el almuerzo y por eso no hubo postre. Le debo una disculpa a mi amiga Vanessa por no haber ordenado los smoothies que siempre me recomienda pero con este frío de marras no provoca mucho tomar algo frío. Será para la próxima. Palabra de blogger.

Homemade queda en Henry Revett 259, Miraflores.
Ticket promedio: S/.35.00 por persona.
Volvería: Sí. En el verano por sus smoothies.

Delifrance (Frenchie blogger)
Confieso que mis conocimientos de gastronomía francesa son limitados pero siendo blogger gastronómico estoy obligado a experimentar nuevos sabores.

Salad aux foies de volaille
Delifrance ya tiene una reseña escrita en este blog así que no me explayaré en describir su ambiente al estilo de un bistro francés ni su propuesta de alta calidad con insumos que ellos mismos producen. En esta visita quería algo ligero así que empecé con la salad aux foies de volaille, ensalada de lechugas mixtas con hígados de pollo salteados, tocino casero y crutones al ajo. Esta ensalada funciona por donde uno la mire. Hígados salteados en mantequilla (a ver si los de La Panka se dan una vuelta por acá), un mix de lechugas en porción suficiente (ya ves Eggo, no es necesario rellenar la ensaladera de lechuga), tocino casero con más parte de carne que de grasa y un correcto aliño hecho con mostaza al grano, aceite de oliva y vinagre. Es un reto para todos aquellos que de niños no comían menudencia de pollo.
 
Luego probé un cordon bleu de poulet. Sé que alguien dirá "Pero blogger ¿qué de especial tiene un cordon bleu?" Muy sencillo, si utilizan pollo criado en Oxapampa, jamón de de la casa (olvídense del jamón industrial que hay en todos los restaurantes) y queso Gruyere entenderán cuán difícil es encontrar competencia para este plato. Una pechuga jugosa y crocantísima acompañada de una generosa porción de papas fritas. ¿Se puede pedir algo más? Un toque de mostaza Dijon y verán lo que es bueno.

Esta es mi tercera visita a Delifrance y a pesar que había un elemento distractor (Una TV con los partidos del mundial) la experiencia fue muy satisfactoria. La atención de los mozos fue soberbia, muy atentos a las necesidades de la mesa e incluso ofreciendo una cortesía adicional. Cabe indicar que también les hice preguntas sobre los platos y pasaron airosamente de la prueba. Después de esto sólo me queda gritar: Vive la France!

Delifrance queda en Santa Cruz 982, Miraflores.
Ticket promedio: S/.80.00 por persona.
Volvería: Sí.Tiene una carta muy amplia que vale la pena investigar.