jueves, 22 de octubre de 2009

Mapy’s Mapy’s (MBA en empanadas)

Abrir un local para dedicarse sólo a vender empanadas parece una idea descabellada. Pero sí el objetivo es preparar las mejores empanadas de Lima entonces no hay de qué preocuparse. Por una casualidad del destino encontré este sitio dónde podrán disfrutar de once variedades de empanadas fritas preparadas al momento. Con ustedes Mapy’s Mapy’s, un pequeño local con algunas banquitas y un ambiente informal pero con gran voluntad de hacer el cambio.

Si de variedad hablamos este lugar ya alcanzó una posición diferenciada. Junto a los clásicos sabores: Jamón y Queso, Pollo y Lomo encontrarán logradas creaciones como la Parrillera (chorizo, morcilla y otras carnes), Mexicana (chorizo y frijoles) y Cantonesa (Carne de cerdo y verduras sazonadas con ingredientes orientales). Acostumbrado a comer empanadas horneadas quedé sorprendido ante el generoso relleno, textura crocante y muy buen sabor. Aún no he probado todas las variedades pero como carnívoro nato me quedo con la parrillera en primer lugar.

Vale la pena darse una vuelta por este local. La atención es muy buena y lo mejor es que las empanadas se preparan al momento. También pueden comprarlas para llevar, por ejemplo para un desayuno, pero en este caso recomiendo calentarlas en horno eléctrico para que no pierdan su textura crocante.

Mapy’s Mapy’s queda en Av. Faustino Sánchez Carrión (Ex Pershing) 1057, Jesus María
Teléfono 766-6869

viernes, 16 de octubre de 2009

Estadio Fútbol Club (Como el fútbol peruano)

Que optimista soy. Siendode las personas que detestan ver fútbol por televisión para qué canastos habré visitado un restaurante decorado hasta en el último rincón con motivos de fútbol. Quizá me dejé llevar porque en algún lado habré leído la fama que tiene su lomo saltado. Ya me he llevado muchas decepciones con este plato, incluso en El Grifo, para cometer el mismo error dos veces. De todos modos si resultaba un mal almuerzo podría olvidarlo comprando el delicioso turrón de la famosa panadería.


Pedí de entrada unos burritos peruanos, tequeños rellenos de morcilla acompañados de crema de rocoto. La experiencia me ha enseñado que cuando uno pide entrada es mejor hacerlo por “separado” de los platos principales para que no haya confusiones. Aparentemente ese día yo estaba hablando en urdu o tailandés pues ocurrió lo contrario: el mozo se apareció feliz con todos los platos al mismo tiempo. Le devolví la entrada pues no estaba con ganas de hacer experimentos mezclando los sabores, ni dejar que se enfríen los segundos. El administrador vino y pidió disculpas pero para mí era asunto cerrado. Por algo se pide la entrada con anticipación, ¿no?

De segundo pedí un José Díaz, el famoso lomo saltado, y un Lolo Fernández, tacu-tacu con apanado. El lomo saltado tenía el típico sabor ahumado, carne cocida en el punto exacto y un balance entre arroz, papas fritas y saltado. No me pareció algo extraordinario para decir que es el mejor de todo Lima. En cuanto al otro plato me pregunto cuándo aprenderán algunos restaurantes que tacu tacu no es sinónimo de revuelto de arroz y frijol. Nada que justifique el precio y completamente prescindible. El apanado tampoco ayudo mucho a mejorar la situación. Ideal sólo para los que prefieren la cantidad antes que la calidad.

Ahora me doy cuenta porque se llama Fútbol Club. Al igual que el fútbol peruano cocinan como nunca pero pierden como siempre. Y sí, tranquilamente puedo decir que este post lo he escrito con el hígado en la mano porque echó a perder un almuerzo especial a pesar que llegué a las 12:30, hora prudente en la que no hay muchos comensales y sólo se puede esperar lo mejor.



Estadio Fútbol Club queda en Av. Nicolas de Piérola 926, Lima.

viernes, 9 de octubre de 2009

Mistura (La feria del vicio)

En algún post he mencionado que no me siento cómodo entre la multitudes. Esa es la principal razón por la que no almuerzo en lugares que están de moda. Cuando un restaurante es muy concurrido uno se arriesga a que la calidad del plato disminuya, la atención sea mediocre y terminas llevándote la peor impresión. Existe una expresión coloquial que lo resume muy bien: todo se cocina “al champazo”. El año pasado no acudí a la Feria Gastronómica en el cuartel Bolívar pero este año, al tener un día libre y con el nivel de pesimismo reducido a su mínima expresión, no pude resistirme las ganas de ir a Mistura y probar todo lo que pusieran en mi delante. 

Sopa seca de Mamainé
De entrada compré un contundente plato de sopa seca en Mamainé. Las palabras no me alcanzan para describir lo delicioso que estuvo. Era una carapulcra hecha con papa fresca acompañada de unos fideos sazonados con ingredientes que no pude identificar. El solo hecho de haber probado este plato era suficiente justificación para visitar esta feria. Incluso estoy pensando en hacer cuanto antes una ruta gastronómica por Chincha. Para ayudar a mi endeble digestión fui a la carretilla de Claudio's para tomar un emoliente como lo preparan los maestros: una mezcla de hierbas, sabores frutados y esa textura ligosa típica de la linaza. Un pequeño vaso fue bajativo suficiente para continuar con el recorrido.

Luego en busca de algo más ligero pasé por el puesto del Mavery y sus famosas empanadas. El mismo Henry Oldani estaba preparando las empanadas al momento así que escogí una de ají de gallina. Para mí gusto le faltaba un toque de picante pero esa textura crocante y nada grasosa confirmaron que en cuestión de empanadas la gente del Mavery está muy cerca de la perfección. Después probé las famosas yuquitas de Balconcillo. Tengo un post aún sin publicar referente al tema así que sólo adelantaré que son un bocadillo dulce frito parecido a un picarón sin miel. Para mí no tienen nada de especial. 

Como plato principal pedí unos fetuchinis a la huancaína de El Grifo. Debo resaltar que a pesar de pagar la mitad del precio, el plato estaba muy bien servido y el sabor era el mismo del restaurante. La carne cocida en el punto exacto y una salsa huancaína con la textura ideal para que se mezcle con la pasta. Muy diferente fue la minúscula porción de arroz con pato que me sirvieron en el Fiesta Gourmet. Además fue una decepción porque el arroz tenía gusto a quemado. Inicialmente pensé que era el ahumado de la leña pero luego mordí un trocito de carbón y me di cuenta que todo quedó en el nombre. Tengo la impresión que no estuvieron preparados para atender tamaña invasión de comensales hambrientos. Demás está decir que su actitud tipo “Tome su plato y desaparezca de nuestra vista” también dejo mucho que desear. 

Para quitarme el mal sabor de boca no tuve mejor idea que pedir una porción de queso helado. Dos mujeres vestidas con traje típico de Arequipa hacían gala de su fuerza sobrehumana batiendo una y otra vez el recipiente donde la leche y otros secretos ingredientes se congelaban para conseguir un postre preparado al momento. Quizá por eso no estaba muy compacto, pero sirvió para endulzar la tarde. En resumen, asistir a Mistura fue una acierto completo. Sugerencias: El próximo año vayan un día particular, muy temprano y en grupos pequeños. Olvídense de ir fin de semana. Olvídense de ir con niños. Y sobre todo olvídense de los clásicos. Las carretillas de Pochita y Doña Grimanesa tenían unas colas más largas que las que se forman para sacar el DNI en época de elecciones municipales. Cuando se trata de comida el tiempo es oro.

lunes, 5 de octubre de 2009

Cajamarca IV (Perdido en la plaza)

Crema volteada
El mayor problema cuando uno llega a provincias es indagar qué restaurantes son buenos para comer. El dueño del hotel siempre recomendará el sitio donde uno de sus amigos sea eldueño. El guía hablará maravillas de aquel restaurante que le garantice una buena comisión. Admito que estaba de paso y no esperaba encontrar un restaurante Summum pero tampoco es bueno abusar de mi optimismo. Peor aún es cuando uno se deja guiar por el criterio de "si está cerca al hotel debe ser bueno"

La primera recomendación fue el Salas. Es uno de esos restaurantes multiusos que sirven desayuno, almuerzo y comida todo el día. Es harto concurrido y a pesar que hay una gran cantidad de mozos la atención deja mucho que desear. En este lugar pedí, ilusamente, medio conejo a la parrilla. Parece que era un conejo que murió de desnutrición porque no pude encontrar una sola hilacha de carne. Al día siguiente y fiel al castigo pedí otros platos y llegué a la conclusión de que de toda la carta lo único que se salva es su crema volteada.

En el Don Octavio la situación no mejoró. Típico restaurante al paso con una sola persona (que abuso) atendiendo todas las mesas. La experiencia me ha enseñado que en estos lugares mejor es ordenar platos ya listos para evitar esperas interminables. Por eso se me ocurrió pedir un jugo surtido y un tamal de pollo. Después de veinte minutos de espera pregunté a la dependiente que pasaba con mi plato. Me contestó de mala manera y advirtió que si quería quejarme lo haga con la cajera porque ella no tenía tiempo para escucharme. ¿Alguien le habrá explicado que el restaurante donde trabaja vive de los clientes? Que pena.

En fin, para que gastar más palabras, están sobre aviso respecto a estos dos restaurantes.

Restaurant Don Octavio queda en Jr. Del Batán 190.
Restaurant Salas queda en Jr. Amalia Puga 637

viernes, 2 de octubre de 2009

Cajamarca III (Made in Holanda)

Es increíble la capacidad que tienen los extranjeros para emprender buenos negocios en este país. Heladería Holanda es una raya más al tigre. Un holandés enamorado de esta ciudad decidió que con algo de capital, voluntad y una idea novedosa podía cautivar al pueblo de Cajamarca con sus helados. En este local venden helados hechos con frutas frescas de la región (mora, saúco, pushgay) cuyo sabor los alejas de los helados industriales que con los años y la publicidad nos hemos malacostumbrado a consumir. En el caso de los helados clásicos (ron con pasas, chocolate, straciatella) les han dado un toque especial que lamentarán no poder llevarse un litro en la maleta. Les dejo una recomendación: Prueben el enigmático “cielo cajamarquino” que, no podía ser de otra manera, es de color celeste.

Heladería Holanda queda en Jirón Amalia Puga 657, Cajamarca.