viernes, 25 de marzo de 2011

¡Vamos de compras! (Otra vez)

Cuando uno va de compras al supermercado siempre hay dos aspectos a tomar en cuenta: el presupuesto y la necesidad. Digamos que uno desea llevar lomo fino para cocinar pero si compráramos carne argentina todos los días nuestra economía se iría a la quiebra en un abrir y cerrar de ojos. De la misma manera por más tentador que se vea el estante de chocolates sabemos que no es algo necesario para la comida de la semana. Pero, ¿qué sucede si disponemos de un dinero extra? ¿Por qué no darnos un (buen) gusto de vez en cuando? Este post reseña tres productos con precios nada módicos pero de una calidad que no tiene competencia. Ahora sí ¡Vamos de compras otra vez!

Nutella
Aquellos que fuimos niños durantes los ochentas recordaremos una crema de chocolate llamada Muss de Cremino. ¿Cuantas paquetitos habré devorado de esta golosina? Al menos hasta que el pediatra me lo prohibió por motivos que ya olvidé. Pero si se dan una vuelta por la sección desayunos de cualquier supermercado encontrarán la Nutella, una crema de avellanas y chocolate, importada directamente de Italia, y que los regresará a aquellas épocas felices. Sola, con pan dulce, con pan francés, con galletas de soda, la Nutella es extraordinaria. Dos detalles a tomar en cuenta: no compren la imitación alemana pues no le llega ni a los talones. Y vigilen las calorías porque la Nutella es altamente adictiva y no pararán hasta comer la última cucharadita del tarro.

¿Dónde comprarla?: E.Wong, Plaza Vea y Vivanda.
Precio aproximado: S/.16.00 

St. Dalfour
Me acuerdo que de niño era toda una tradición ayudar a mi madre a preparar mermelada de fresas. "Mira el punto hijo", era su advertencia constante. Por eso me siento triste cuando veo en los anaqueles esas marcas nacionales industriales hechas con fruta triturada, olvídense de las empalagosas mermeladas a granel que venden los supermercados. Pero como la esperanza es lo último que se pierde está St. Dalfour, mermeladas hechas en Francia con pura fruta endulzada con fructosa, sin colorantes ni preservantes. Basta probar una cucharadita para que sientan los trozos de fruta de una mermelada llena de sabor y nada empalagosa. ¿Quieren celebrar un desayuno especial? Pongan en la mesa uno de estos frascos, compren un buen pan campesino y tendrán un desayuno y tendrán una experiencia como pocas.

¿Dónde comprarla?: E.Wong y Vivanda.
Precio aproximado: S/.18.00


Actualización 21.02.14
A la fecha ya no se pueden encontrar los chocolates Godiva en Lima. No es es ningún secreto que su elevado precio pudo jugarle en contra. Que pena. Pero, siempre nos queda Lindt, Callier, Riitersport y (¿Por qué no?) La Orquídea

Godiva Chocolatier
Ya hace algún tiempo que podemos encontrar famosas marcas de chocolates como Lindt y Guylian en Lima aunque en sus presentaciones más sencillas. Sin embargo ahora podemos hablar en palabras mayores porque Godiva Chocolatier apareció en los supermercados peruanos. Directamente de Bélgica llegan cuatro variedades: leche 31% con caramelo salado, leche 40% con avellanas, blanco con puntos de vaina de vainilla y dark 50% con frambuesas. Hablar de las virtudes de Godiva Chocolatier es una redundancia, suficiente con saber que viene de Bélgica. Su precio es bastante elevado pero vale la pena darse el gusto con un producto tan bueno. Con las variedades que han traído hasta el más exigente puede quedar satisfecho.

martes, 22 de marzo de 2011

Mangos (Toma fama y...)

Antes del boom gastronómico Mangos era uno de los pocos lugares que se había ganado un nombre y era de visita obligatoria si uno quería disfrutar de una buena comida frente al mar. Hace mucho que tenía ganas de visitarlo y disfrutar de sus buffet de desayuno o almuerzo. Llamé para hacer mi reserva y indicaron en un tono muiy agresivo que llegara a la hora indicada o sino la perdía. Con tales condiciones imaginé que encontraría un buffet cinco estrellas. Al final del post verán que no todo lo que brilla es oro.

El buffet consta de cinco estaciones: cereales y frutas, sándwiches fríos, sándwiches calientes, bocadillos fritos y bocaditos dulces. Comencé saludablemente con la estación de frutas. Una recomendación que le dejo al Mangos, los jugos siempre tienden a espesarse por lo que debe haber una cuchara larga para removerlos o se servirán puro bagazo. En cuanto a las frutas me quedo con el sabor fresco del mango y los membrillos en almíbar. Luego pasé a la estación de bocadillos fríos donde encontré una selección muy limitada de embutidos y quesos y algunos sándwiches que no me parecieron nada extraordinario.

Mejor me fue en la estación de bocadillos calientes. Punto a favor para sus huevos revueltos porque tenían esa deliciosa textura jugosa tan difícil de lograr. Si los acompañan de champiñones salteados y salchichas traquilamente tendrán un desayuno de vikingo. Me sorprendieron con la tortilla a la española porque le habían puesto un toque de chorizo y como estaba recien hecha la disfruté en todo su esplendor. Punto en contra para el chicharrón y los tamales porque estaban fríos. Esos errores son de novato.

Terminé en la estación de bocadillos dulces. Los waffles y las tostadas francesas bañados con un generoso chorro de miel con sabor a maple me supieron a gloria. Probé también su queque de naranja y sus muffins, con esa textura porosa perfecta para acompañar el café o infusión. A propósito de eso tienen a disposición unos termos inmensos con chocolate, café y leche calientes. Pueden divertirse un poco jugando a ser baristas y crear sus propias combinaciones de café con leche o chocolate.

Estaba satisfecho con el desayuno pero (siempre hay uno) debo mencionar algunos detalles muy lamentables. Según su página web, y lo confirmó el administrador, el buffet comienza 7.30 a.m. Sin embargo llegué a las 7.45 a.m. y noté que recién estaban armando las estaciones. No sólo eso, también tuve que aguantar un desfile de empleados, vestidos con ropa de trabajo, que entraban cargando cajas de frutas y otros productos. ¿Qué les cuesta ser honestos e indicar la verdadera hora de inicio a sus clientes para no ser testigos de escenas desagradables? Pero lograron empeorar la situación. Cuando fui a servirme un café no pude encontrar una sola taza con aspecto decente. Todas estaban quiñadas o rayadas e incluso uno de los platos tenía una despostilladura tremenda. No esperaba ver vajilla de Villeroy y Boch pero al menos revisen el estado de su menaje. Esto ni siquiera puedo considerarlo como un error sino una falta de respeto.

Tengo la impresión de que Mangos se ha confiado de su fama y su ventajosa ubicación frente al mar y han entrado en una zona de comodidad tal, que no les importa mucho lo que hacen o dejan de hacer. Si lo comparo con los desayunos de La Vista, The Observatory o Le Café pues ni siquiera pensaría volver en el corto plazo. Uno más a la lista.

El desayuno buffet está disponible los sábados y domingos de 7.30 a.m a 11.30 a.m. El costo es de S/.38.50 por persona. Obvio que no los vale.

Mangos queda en el C.C. Larcomar. Malecón de la Reserva 610, Miraflores.
Volvería: ¿Para qué?

viernes, 18 de marzo de 2011

La Lucha (Ni pica ni gusta)

Me aprovecho del título del post anterior para resumir lo que fue mi desventura en esta promocionada sandwichería, un local que intenta ofrecer un producto diferenciado pero que sucumbe ante su incapacidad para atender la gran demanda de clientes. Aún recuerdo la primera visita que les hice. La cajera se equivocó al momento de digitar el pedido y quiso obligarme a llevar un sándwich que no había ordenado. Su nula capacidad de servicio al cliente sólo pudo ser compensada por la aparición de la administradora quien la conminó a anular el pedido de inmediato y devolverme el dinero. ¿Lo más lógico, no? Obvio que por el mal rato preferí ir a otro lugar.
Según leí La Lucha era una sandwichería al paso que decidió expandirse abriendo un local con todas las de la ley. A mi no me agradó mucho su sistema. Primero se paga el pedido en caja y entregan un letrerito con un número. De esa manera los dependientes pueden identificarte y traer la orden. No vi que fuera una idea muy afortunada porque al final vi que terminaban gritando los nombres de los clientes para atender la mesa. ¿En qué quedamos?

El sándwich de lechón a la leña cumplió con lo ofrecido, un gusto diferente a cualquiera que hayan probado antes porque usan leña de algarrobo. Ese sabor ahumado sólo lo he encontrado en un chifa de Lima y me pareció algo insuperable. Lastimosamente todo queda en el sabor porque la carne estaba muy seca. Le faltaba ese clásico "juguito" de lechón que tiene este tipo de sándwiches y tuve que echarle todas las salsas que encontré para que sea comestible.

Del pan con chicharrón no tengo mucho que decir. De la misma calidad que el del Farolito pienso que harían mejor sacándolo de su carta. Nada rescatable. Vayan por el Kio para que les den unas clases de cómo preparar el mejor sándwich de chicharrón. También probé sus famosas papas fritas huayro que aparte de que estaban fritas con cáscara no tenían otra característica que valga la pena mencionar. ¿Pensaban que por el hecho de ser huayro tenían que ser obligatoriamente buenas? Vamos no sean tan optimistas.

Mi visita no hubiera pasado de ser una experiencia meramente olvidable pero como siempre algunos lugares hacen unos méritos para complicarlo todo. Mientras estaba en la cola hubo un problema con la energía y las máquinas se colgaron. Las cajeras sólo podían emitir boletas manuales. ¿Se imaginan lo que se demoraban en atender a lo que estábamos en cola? Encima tenían que escuchar reclamos de clientes que aún no recibían su pedido en mesa. Peor aún, como había tal aglomeración de gente delante de las cajas, había que estar cuidando los bolsillos porque no faltó un rapaz que buscaba sacar provecho del desorden. Me parece que la Lucha no lucha por ganar nuevos clientes. Nunca fui uno y tampoco pienso serlo en el futuro porque no habrá una tercera visita.

La Lucha queda en Av. Diagonal 308, Miraflores.
Volvería: No. Demasiada gente.

lunes, 14 de marzo de 2011

El Rocoto (No pica pero gusta)


Luego de la decepción que tuve en el Rinconcito Arequipeño una gran interrogante se formó en mi cabeza ¿Y ahora que hago con mi antojo de adobo de cerdo? Felizmente llegó la recomendación de una amiga sobre El Rocoto, el restaurante de Blanca Chávez, quien además tiene en su haber un reconocido libro de comida tradicional de la Ciudad Blanca. Me decidí por la opción del buffet que, atención, no es exclusivamente de comida arequipeña porque incluye platos de pescados y mariscos. No es un demérito pero si considero que estarían mejor en una cebichería.

Soy aficionado a la comida arequipeña pero no a sus entradas. El solterito y las sarsas nunca han llamado mi atención y por eso me serví las otras opciones. Me quedo con la causa tradicional de atún y el carpaccio oriental (Yo les dije, no es exclusivamente comida arequipeña). Me gustó el sabor ahumado de la ocopa pero la hubiera disfrutado más si hubiese estado molida y no licuada. Tenía la textura de la mayonesa, lo que a mi parecer le restó calidad. Su rocoto relleno cumplió por el sabor pero no logró trasladarme hacia Arequipa. Será que pierde algo de fuerza al servirlo en una mini-versión. Pueden mejorarlo.

En la estación de platos calientes comencé con un adobo que estuvo para el olvido. La carne de cerdo estaba bien cocinada pero a la salsa le faltaba sazón, quizá un poco más de chicha de jora lo hubiera salvado. Craso error teniendo en cuenta que es el plato más tipico de todos. Se recuperaron con el chancho al horno, con una sazón contundente y el pellejo más crocante que he probado en mucho tiempo. Yo lo acompañé con de camotes glaseados y no creo que exista algo más sabroso. Punto a favor para la carapulcra de calamares y el locro de carne, porque el sabor y la textura de estos platos denotaban una larga cocción. Punto en contra para su débil arroz con mariscos pues tuve que combinarlo con otros platos para que sea algo rescatable.

Buffet que se respete, buffet que debe tener una estación de postres. El Rocoto ofrece una estación que cumple con lo necesario. A disposición tienen arroz con leche y mazamorra muy correctos y que harán las delicias de aquellos que gustan del famoso "combinado patrio". Pueden jugar un poco más enfrentando a la terrina de chocolate con las tres leches, amargo versus dulce en una batalla que terminará en el paladar. Al final yo me quedo con la tartaleta de mango pero es un gusto muy personal porque es mi fruta favorita.

Como todo restaurante arequipeño tradicional al terminar el almuerzo me ofrecieron de cortesía una porción de queso helado y una copita de anisado. El queso helado estuvo muy cumplidor, con su buen toque de canela y el sabor concentrado de las leches. La copita de anisado es obligatoria para asegurar una buena digestión. Me voy de El Rocoto con buen sabor de boca. El ambiente es agradable, la atención fue muy buena y la calidad de la comida en conjunto resultó aceptable. Volveré en algún momento para evaluar sus platos a la carta. Por ahora considero que es una buena opción para disfrutar un buffet de comida peruana diferente. Y no pica.

El Rocoto queda en Av. Aviación 4907
Teléfono 448-3040
Volvería: Sí, para sacarme el antojo de comida arequipeña.

lunes, 7 de marzo de 2011

El Farolito (Se fue la luz)

Hace algunas semanas me levanté muy temprano porque tenía planeadas algunas diligencias por el centro de Lima. Quise empezar el día desayunando en mi querido Palermo pero una descoordinación en el horario hizo que me encuentre con el local cerrado. Me urgía encontrar un sitio para desayunar así que aprovechando la cercanía me dirigí hacia El Farolito incluido en varias listas por su maestría para preparar sándwiches de chicharrón. Mi primera impresión no fue muy agradable cuando vi como preparaban los sánwiches en la entrada. No quiero adelantar el resultado de mi visita pero he notado que exhibir una foto de los propietarios junto al cocinero más famoso del Perú no es una buena cábala paraelegir un restaurante.

Pedí el famoso sándwich de chicharrón y bastó una mordida para darme cuenta que el Kio mantiene su posición de supremacía absoluta. La carne de cerdo no tenía nada de sabor, parecía que la hubieran sancochado en agua y nada más. Tuve que echar sal una y otra vez para que fuera siquiera algo comestible. La porción también es más pequeña aunque el precio es el mismo. Quise mejorar la situación pidiendo un tamal pero su sabor fue tan mediocre que no vale la pena mencionarlo en esta reseña.

Hasta allí no hubiera pasado de una ser una experiencia medianamente olvidable pero algunos lugares sí que se esmeran en complicarlo todo. Pude notar que la persona que prepara los sándwiches en la entrada lo hace con la mano descubierta sin tomar en cuenta ninguna medida de salubridad. Había otra persona, sin uniforme, que atendía las mesas y aprovechaba el menor descuido para coger un poco de chicharrón del sándwich y llevárselo a la boca. Si hablamos de los baños, no esperaba grifería italiana pero tampoco que pusieran detergente para lavarse las manos. Y esto sin comentar el deplorable estado en que los encontré. Alguien me puede refutar diciendo que por comer en un huarique se puede obviar algunos detalles pero ese nunca será mi estilo. Si voy a recomendar un sitio quiero asegurarme que los lectores van a pasar una buena experiencia en todo sentido. Comer bien nunca se limitará a que te sirvan un plato de comida y nada más. Por mi parte fue debut y despedida con este lugar.

El Farolito queda en Prolongación Iquitos 1500, Lince.
Volvería: Para nada.
Estacionamiento:No.

jueves, 3 de marzo de 2011

¡Primer lugar!

A veces buscando algo de inspiración reviso el archivo de posts anteriores. A veces cuando me siento melancólico leo estos posts antiguos y recuerdo lo que sucedió en esos tiempos. Y me doy cuenta que sin querer este blog también cumple la función de un diario personal. Están registrados mis viajes, celebraciones de cumpleaños, ocasiones especiales y fechas que es necesario recordar. Por eso hoy quiero compartir con ustedes, estimados lectores, una excelente noticia que recibí.

El año pasado me embarqué en un proyecto académico muy ambicioso: un programa de post-grado en Normas Internacionales de Información Financiera en la Universidad de Lima. Es un tema netamente contable pero de vital importancia para el desarrollo de mi carrrera. Fueron ocho meses de arduo trabajo, controles de lectura, trabajos grupales y exámenes. Hoy por fin recibí la respuesta que estuve esperando desde que finalicé el curso: obtuve el primer lugar en orden de mérito. ¡Primer lugar entre 44 participantes!

Alcanzar esta meta no fue tarea sencilla y este post servirá para dar gracias a quienes lo hicieron posible. A mi padre quién me apoyó para seguir estos estudios y que me motivaba con su alegría genuina cuando le contaba las buenas notas que obtenía. A mi madre quien siempre mostraba su preocupación cuando me veía subrayando y leyendo en voz alta los kilos de separatas que se acumulaban sobre mi escritorio. A mi amiga y compañera de estudios R., quién siempre estaba más despierta que yo buscando los más complicados casos prácticos que nos hicieran razonar sobre lo difícil de la contabilidad. Y finalmente, aunque debería estar en primer lugar, a Dios, quién todo lo hace posible y que nos pone por delante el verdadero camino para nuestra realización personal.

Ahora sí me tomaré unos días más de descanso para descargar la tensión acumulada y prometo volver la siguiente semana para seguir contándoles mis aventuras gastronómicas. ¡Vamos para adelante que ya hay nuevos retos que cumplir!