jueves, 26 de febrero de 2009

Domingo: Blue Moon (Blogger vs. Blogger)

¿Qué sucede cuando se encuentran dos bloggers, ambos de exquisito paladar y con el mismo ánimo de escribir sobre los mejores lugares para comer? ¿Cuál sería el restaurante-campo de batalla escogido? Estimados lectores, con ustedes el Blue Moon. En un lado de la cancha: El vicio de comer. En el otro: La secta del tenedor. La mesa está servida para la final del primer Grand Slam del año.
 

Estación de fiambres
El Blue Moon es un restaurante excepcional. El ambiente es elegante, clásico y lo han decorado con botellas de todos los tamaños, formas y colores. Ofrece un buffet de comida internacional con platos que no he visto en ningún otro restaurante. Para que se den una idea, en la entrada hay una vitrina donde se exhibe una pierna de jabalí entre otros manjares. La variedad de platos es tan grande que no bastará un post para describirlos. Además no todo es comida internacional porque también ofrecían un intrigante plato: picante de vizcacha.
 

En la estación de entradas frías hay salames, jamones y prosciuttos de ingredientes impensables (jabalí, venado, etc.) Todos esos delicatessen que uno siempre ve en Wong y nunca compra por sus precios prohibitivos. También hay gran variedad de quesos y de piqueos fríos cuyo ingrediente principal eran las aceitunas. Me serví de puro curioso el prosciutto de jabalí y no era desagradable pero su sabor era muy fuerte y hubiera sido ideal combinarlo con un buen vino. Igual me pasó con los quesos. El sabor es, para decirlo de algún modo, agresivo.
 

Estación de platos calientes
Pasé a la estación de guisos dónde me serví enrollado de jabalí, pato a la naranja, venado al champagne y lechón al horno. El lechoncito de leche es la mejor carne de cerdo que he probado nunca. Parte magra, parte de grasa y un pellejo crocante hacen de este plato tan simple el número uno en mi lista. El pato a la naranja y el venado estuvieron muy buenos, de sazón suave y un buen punto de cocción. El jabalí si que fue toda una novedad porque, así lo sentí, la carne tenía sabor a tierra. No era desagradable pero me imagino que eso es lo que comerá el pobre animal. En la estación de pastas me quedo con los clásicos ravioles con tajadas de asado que tenían ese toque especial que sólo pueden encontrar en los restaurantes italianos.
 

Estación de postres
En la mesa de postres me quedo con la leche asada cuyo sabor y aroma demostraban que había sido preparada con vaina de vainilla. No quiero ser injusto pero por su sabor y textura es lo mejor de la estación. La torta de Málaga, preparada con licor, también es recomendable. En cuánto a los cannoli no me agradó el sabor tan fuerte del queso. Lo siento pero los postres son dulces, no salados. Aún así y cómo verán en la foto hay para todos los gustos.
 

El punto más fuerte de este restaurante: la atención es correcta. Los mozos están pendientes de cualquier necesidad que uno tenga, hacen recomendaciones y resuelven cualquier duda que uno tenga sobre los platos. Su punto más débil: los platos son calentados en microondas. Asumo que por una cuestión de espacio no pueden instalar bandejas con baño maría pero es una falla que no puedo dejar de mencionar. Con el microondas se corre el riesgo de recocinar la comida y puede cambiar el sabor de algunos platos.

En conclusión volvería al Blue Moon por la oferta tan variada de platos, la curiosidad de probar nuevos sabores y la excelente atención que me dieron. El precio es elevado pero está compensado completamente. Ah! y me olvidaba, el resultado del partido fue 5-4 a mi favor. Gané en el tie-break por una rueda de postres.

Blue Moon queda en calle Pumacahua 2520, Lince.
Teléfono: 470-16311

lunes, 23 de febrero de 2009

¡El blog cumple un año!

Hoy se cumplen 360 días que empezó esta aventura. Con un comienzo tan simple: creando un usuario de Gmail e inscribiéndome en Blogger.com. Pero luego vino lo complicado: ¿Qué nombre le pongo? Me habrá tomado media mañana hacer una lista y descartar opciones como Santa Gula (ya existe un catering con ese nombre) o Vivir para comer (muy parecido a un blog existente). Escogí el título actual porque me siento identificado al 100%. Después sólo me quedó escribir los posts, leerlos, releerlos, volver a releerlos y corregirlos. Y es ahí cuándo me invadió el pánico escénico pues con más de diez posts escritos no me decidía a dar click en el botón de publicar. Pero era mi deber el dar a conocer mis lugares favoritos para comer y este es el resultado. 360 días después sigo aquí y con más ganas de escribir que nunca.

Este blog es también de todos los visitantes. Gracias por sus comentarios, críticas y sugerencias. Es genial conocer a personas que comparten esa afición por el buen comer y que también dejan sus recomendaciones de los mejores lugares para hacerlo. Aún faltan restaurantes por visitar, rutas gastrónomicas por recorrer y muchos lugares por descubrir. Pero tal como dice esa conocida frase: "El camino sigue y sigue", y yo vivo feliz recorriéndolo.

lunes, 16 de febrero de 2009

Sábado: El Hawaiano, el punto medio.

Siendo la primera vez que visitaba este restaurante y teniendo en cuenta que ya había visitado a su “hermano gemelo”, Puro Perú, mis expectativas eran bastante altas. Alguna vez leí un aviso en el que aseguraban tener el buffet más largo del Perú y era el momento propicio de comprobar si la calidad estaba de acuerdo a la variedad. Me esperaban ocho estaciones. Entradas frías, entradas calientes, sushi, parrilla, saltados, comida criolla, guisos calientes y postres.
Estación de entradas
En las entradas frías el comienzo fue bastante modesto. El tiradito y el cebiche resultaron muy pobres de sabor. Siendo los platos estrella de cualquier restaurante de mariscos me parece un punto muy débil que no se hayan preocupado en la preparación. En las entradas calientes vale la pena mencionar los tequeños y el siu kao relleno con mariscos. Pase de largo la estación de sushi porque es una de esos platos que me gusta ver preparado al momento. En la estación de comida criolla estaban los platos típicos: arroz con pollo, seco de carne, frijoles, cau-cau. Me serví un poco de cada uno y quedé satisfecho con su sazón moderada y el punto de cocción ideal de la carne y el pollo.
Estación de platos calientes
En la estación de saltados, en mi opinión lo más recomendable de este buffet porque todo lohacen al momento. (Un lomo saltado en baño maría siempre terminará como un estofado) Además el cocinero es muy atento, hace sugerencias y prepara el plato de acuerdo a las indicaciones que uno le haga. Hay infinidad de ingredientes y salsas para preparar el plato que uno desee. Yo pedí unos tallarines con mariscos que estuvieron impecables en su preparación, sabor y presentación. Tampoco se emocionen y pidan un plato lleno porque se llenarán rápido y no podrá degustar las otras opciones del buffet.
Estación de postres
No puedo opinar acerca de la estación de guisos calientes porque estaba más concentrado en probar de una vez los postres. De la gran variedad que había me quedo con la tres leches, el arroz con leche y el suspiro limeño. Había también helados de varios sabores a disposición. La estación de crepes se merece un post aparte. También preparaban picarones al momento pero ya me pareció muy pesado como remate del buffet.

En fin, me quedo con el Hawaiano como una opción promedio para almorzar. Me decepcionó la estación de entradas por su pobre sabor. En la estación de platos calientes algunos estaban sólo por cumplir pero creo que está compensado con el resto de opciones que ofrecen y que vale la pena probar.

El Hawaiano queda en Av. Paseo de la República 6500, Barranco.

jueves, 12 de febrero de 2009

Viernes: Kuo Wha. (Al buffet dile no)

Ir a un buffet de comida china siempre me pone a la defensiva. Por experiencia anticipo que el arroz chaufa no tendrá un trozo de carne, que el sabor de los saltados estará opacado por la prisa con que son cocinados y que los platos inevitablemente perderán sus cualidades por el constante recalentado. Para mayor desilusión en la estación de postres siempre incluirán numerosas fuentes con “frutas de la estación”. Como si no existieran postres chinos. Excepciones existen pero eso será motivo de otro post.

Estación de comida criolla
El Kuo Wha es uno de esos chifas que yo considero para mi lista de visitas muy eventuales. No es de mis favoritos y lo visito una vez al año con la esperanza que hayan cambiado de cocinero o administrador y así haber mejorado en algo la oferta y calidad de sus platos. Por el precio sabía que no estaba en condiciones de exigir mucho pero esta vez parece que se lo tomaron en serio. Este buffet para optimistas tiene cuatro estaciones: Entradas frías y calientes, comida china, comida criolla y postres. De por sí les adelanto que no tomé en cuenta los platos criollos porque sería mezclar sabores innecesariamente y además no ví nada rescatable.
Estación de bocaditos chinos

Comencé por las entradas calientes sirviéndome los típicos siu kao, siu mai, enrollado primavera y unas tajaditas de chancho asado para acompañar. De los bocaditos no hay mucho que decir. Seamos sinceros, un siu-mai recalentado pierde todas sus virtudes pues la masa de fideo se pone ligosa, lo mismo con un siu-kao o un wantan frito que deben servirse al momento. Había un esperanzador saltado de hongos que fue una decepción completa pues no tenía nada de sabor. Ni con sillao ni con salsa de ostión pude mejorarlo. Vamos, como desperdician la oportunidad de ofrecer algo que no hay en otros chifas.
Estación de platos calientes

Pasé a la estación de comida china tratando de probar un poco de cada plato. El arroz chaufa sólo era una mezcla de arroz, huevo frito, sillao y cebolla china. El tallarín saltado tenía el mismo sabor como una sopa de sobre. Pero cometí un grave error cuando me serví una porción de chancho con piña. Cuando lo probé, esperando encontrarme con el sabor refrescante de la fruta, me di cuenta que estaba avinagrada. Le avisé al mozo, quien afirmó que “iba a ver qué pasaba” pero nunca volvió a la mesa ni siquiera para pedir disculpas. Demás está decir que ya no pude seguir comiendo. Cuando me sucede algo así el gusto se me echa a perder. Además, dónde está la capacidad del mozo para avisar al encargado. ¿O es que no le importa?

En fin, creo que no podía exigir mucho por el precio pero ser tan descuidados con el manejo de sus insumos me parece grave. Considero que el buffet del Kuo Wha es sólo recomendable si quieren salir del paso y tienen un presupuesto limitado. De mi parte lo único memorable fue que pusieron un CD de bossa nova como música ambiental. Que grave.

Kuo Wha queda en Av. Paseo de la Republica Nº 5046, Miraflores.
Horario: Almuerzo, lunes a domingo 12.30 a 4:00 p.m.
Ticket promedio: S/.35 por persona.
Teléfono: 445-9482
¿Volvería?: Para comida china por el momento prefiero visitar restaurantes a la carta.