jueves, 27 de mayo de 2010

Tengo antojo de... (Actualizado)

¿Alguien sabe cómo nace un antojo? ¿Alguien sabe por qué aparece esa sensación de ausencia interior? Peor aún, alguien sabe cómo matarlo cuando se aparece a las doce de la noche y no hay ningún local abierto donde comprar lo que nos antoja. Debo confesar que vivo con un antojo permanente de comer King Kong en Chiclayo, queso helado en Arequipa y humitas dulces de Cuzco. La semana pasada fui presa de un antojo voraz. Estaba viendo el programa de Aventura Culinaria sobre el budín de pan y se me quedó grabada una variedad: budín hecho con pionono de la panadería El Buen Gusto. Es cierto que la cámara aguanta todo pero la idea me pareció genial. Así que sin pérdida de tiempo me dirigí a esa panadería para probar el famoso budín (y de yapa un alfajor de miel, mi favorito aunque haga tronar mis dientes).

El budín como postre resultó cumplidor. Su sabor es moderado, no resulta empalagoso y tiene muy buena textura. Quizá yo le hubiera agregado caramelo derretido o un toque de cáscara de naranja pero considero que es cuestión de gustos. El alfajor de miel no fue nada del otro mundo y no supera al de La Casa del Alfajor. Mi visita fue demasiado rápida para escribir una reseña completa acerca de esta panadería pero no aprecié gran variedad en sus postres o bocaditos salados, además que hay bastante desorden entre los dependientes. De todos modos considero que vale la pena darse una vuelta para probar el budín de pionono.

Mi antojo por el budín no fue tan sencillo de calmar. Así que fui por La Bonbonniere en busca de su budín de brioche. Considero que es un postre para disfrutar con los cinco sentidos. El aroma a naranja es indescriptible. El sabor es delicioso, no es empalagoso y tiene un toque de licor que lo hace aún más especial. La textura es muy suave y se nota que está hecho de pan brioche. Sólo observaría que la porción es pequeña para lo que cuesta. También probé un queque de zanahoria que lleva esta receta a otro nivel. La palabras sobran para contar lo bueno que estuvo. Nuevamente compruebo que todo lo que hay en este local es superlativo. Como diría cierto futbolista: "La Bonbonniere es La Bonbonniere". Paso obligado para los que quieran probar un budín cinco estrellas.

El Buen Gusto queda en Torre Tagle 245, Miraflores.
La Bonbonniere queda en Av. Primavera 617, San Borja.

jueves, 20 de mayo de 2010

Receta: Pastel de papa

Cuando yo era niño tuve una relación muy cercana con el sándwich mixto porque me encantaba ver el queso estirándose cada vez que le daba un mordisco al pan. Cuando fui creciendo cambié el sándwich mixto por la pizza y también disfrutaba al ver los hilos de queso derretido alargándose hasta el infinito. Ahora de adulto puedo disfrutar cocinando cualquier plato al cual le pueda poner una tajada de queso encima y dejar que se vaya derritiendo lentamente.

Por eso quiero compartir con ustedes este gusto por el queso derretido publicando una de las recetas más sencillas que tengo. Este plato puede servirse como entrada, con un toque de ají panca en polvo, o como segundo, acompañado de una ensalada de verduras frescas. Ustedes son los que mandan.


Ingredientes

8 papas medianas (variedad "negrita")
1 taza de crema de leche.
200 gramos queso paria.
200 gramos queso mantecoso.
3 huevos.

200 gramos jamón campesino.
Pimienta y sal al gusto.

Orégano.


Preparación

-Pelar y cortar las papas en rodajas a lo largo. Ponerlas en un bolsa plástica blanca con una cucharada de agua. Colocarlas sobre un pyrex y cocinarlas por 5 minutos en el microondas. Sacarlas de la bolsa y reservar. No es necesario que estén completamente cocidas porque pasarán por una segunda cocción.
-Batir la crema de leche hasta que coja punto. Echar los huevos, sal, pimienta y mezclar bien. Estos ingredientes deben estar a temperatura ambiente.
Enmantequillar un pyrex y colocar una capa de rodajas de papa. Cubrir con jamón ahumado picado y queso paria. Bañar con la mitad de la mezcla de crema de leche y terminar con otra capa de rodajas de papa. Cocinar en el microondas por 7 minutos.
-Sacar del horno el pyrex y cubrir las papas con una capa de jamón, otra de queso mantecoso y la crema restante. Echar orégano al gusto y cocinar por 6 minutos más.
-Dejar reposar un par de horas antes de servir.


Sugerencias

-En lugar de jamón campesino pueden utilizar cualquier otro embutido. Por ejemplo lomito ahumado, jamón de barbacoa, bondiola, tocino, etc.
-Pueden hacer este pastel al estilo vegetariano descartando el jamón por cebolla en aros, champiñones, aceitunas verdes o una mezcla de todo esto.
-La cantidad y variedad de queso depende del gusto de quien lo prepara. Pueden utilizar queso provolone, mozarella, gouda o una ambiciosa combinación de todos, siempre y cuando no excedan los 400 gramos.

sábado, 15 de mayo de 2010

Matsuei Sushi Bar (El imperio de los sabores)

Cuando cocino me gusta combinar hierbas y condimentos para lograr un sabor que vaya más allá de la comida casera. Confieso que a veces exagero con la sazón, por ejemplo cuando cocino adobo y agrego pimienta de chapa, orégano, etc. Por eso, cuando del otro lado del mundo, llego C., lectora y comentarista de este blog, y me invitó a una aventura gastronómica en el Matsuei Sushi Bar lo consideré una prueba de fuego y me dije: ¡Sí se puede! Por fin conocería el intrigante mundo de la comida japonesa con sus sabores naturales e ingredientes fresquísimos.

El almuerzo comenzó con un usuzukuri de lenguado (Cortes finos de lenguado crudo servidos con salsa ponzu) El secreto de este plato es que por el tipo de corte sólo puede prepararse con lenguado fresco. Primera vez en mi vida que iba a probar el verdadero sabor del pescado crudo y debo confesar que estuvo muy bueno. La sensación que me dejó no la he visto ni en las mejores cebicherías. Pueden remojarlo en salsa de soya si quieren darle un toque de sabor pero la idea es probarlo tal cual lo sirven.

El siguiente plato fue un tempura mixto especial (pescado, langostinos y verduras) Desde que estaba en la universidad y tenía una amiga que sabía prepararlos (pero nunca me invitó) el tempura estaba en mi lista de platos pendientes de probar. Lo entretenido de comerlo era descubrir de que estaban rellenos pues salvo el de langostinos no había manera de identificarlos. Se comen remojándolos en salsa de soya pero solo también podía pasar. 

El tercer plato fue tonkatsu (Filete de cerdo empanizado al estilo japonés) Imagínense una milanesa de cerdo con sazón bastante moderada. El acompañamiento era un pocillo con arroz sin nada de sal o ajo y una ensalada de verduras frescas que tampoco tenía ningún aderezo. Yo hubiera pedido feliz un poco de ketchup para echarle al tonkatsu, bajo pena de verme expulsado por irrespetuoso, pero al final me conformé con echarle un poco de mayonesa. Es un plato cumplidor pero muy parecido a la comida que uno consume a diario.

Para completar la velada nos sirvieron cortes de atún sellados a la parrilla y servidos en salsa ponzu. El gusto del ahumado combinado con un punto perfecto de cocción del atún llevaron mi paladar a otro nivel. No quiero sonar mezquino pero de todo el almuerzo este plato fue el más rico. No necesitan agregar ni combinar nada, han logrado un equilibrio de sabores perfecto y que asegura mi regreso por este restaurante.

En resumen mi primera aventura en un restaurante japonés fue un éxito absoluto. Probar el verdadero sabor de los ingredientes fue toda una epifanía para mi paladar acostumbrado a la comida muy sazonada. Nuevamente le agradezco a C., mi estimada lectora y comentarista, pues ella me invitó a esta aventura y se encargó de escoger los mejores platos. Este post está dedicado a tí, C.

Matsuei queda en calle Manuel Bañón 260, San Isidro.
Teléfono 422-4323.
Volvería: Sí, tengo una tarea pendiente.