jueves, 30 de junio de 2011

Kintaro (La leyenda hecha realidad)

Kintaro, "el niño de oro", es el nombre de un personaje del folclore japonés. (Gracias Wikipedia) Según pude leer este famoso niño tenía una fuerza descomunal que le permitía triturar piedras, arrancar árboles y pelear sumos con los osos. El hecho que un restaurante utilice el nombre de tal personaje se me antojó una buena señal. Si pensaban que la comida nikkei se limitaba a makis y sashimis pues aquí también podrán encontrar platos calientes muy bien servidos. Comencé el almuerzo con unos de sus platos más conocidos, el famoso Yume maki. ¿Cuántas veces habré visto la foto de estos makis en la revista Etiqueta Negra? Preparado con pescado enrrollado y empanizado, relleno con pulpa de cangrejo, salmón y nori, cubierto con salsa de champiñones salteados. Este maki es el ideal para los que deseen iniciarse en la comida nikkei y sienten reticencia de los sabores demasiado naturales. Como el pescado está cocido tal vez se acerca más a un cordon bleu que a un maki, pero es cuestión de gustos.

De segundo plato pedí un Kaisei Grill, filete de pescado a la plancha cubierto de mariscos salteados con salsa de soya y verduras grilladas. Punto fuerte del plato, el delicioso sabor "ahumadito" de los mariscos. Las verduras al grill también se merecen una mención pues a pesar de no tener alma de vegetariano no paré hasta acabarlas, además que también habían champiñones a discreción. Ojo que es un plato tamaño familiar, ideal para compartir entre varios. Tal vez estoy contradiciendo las normas de urbanidad pero no dejen de probar un poco del jugo del saltado mezclado con arroz frito.

Para acompañar pedí un arroz fusión, arroz ahumado al wok con pecanas, holantao y shiitake. Algo que me gusta mucho de este tipo de arroz es su textura melosa, que lo hace sencillo de comer con palitos. Ya lo he probado antes en Edo y siempre me ha dejado con muy buen sabor de boca, sobre todo por la sazón ligera y la combinación de ingredientes. Es ideal para acompañar cualquier pescado o carne a la brasa. Creo que aún no puedo escapar a mi peruanísima tendencia de comer todos mis platos con arroz.

Sólo de puro curioso ordené un postre para terminar el almuerzo: el tempura de helado, helado frito arrebozado sobre salsa de naranja y Grand Marnier. Estaba emocionado por comer mi primer tempura y no me percaté de un pequeño detalle ¿Dónde quedó la salsa de naranja y Grand Marnier? En la parte final del post se darán cuenta que su ausencia no fue mera casualidad. Igual degusté el postre que consta de una bola de helado vainilla envuelta en una masa frita muy crocante. Creo que si hubiera tenido ganache de chocolate o salsa inglesa encima, lo hubiera disfrutado más. Aceptable pero nada extraordinario.

Obvio que con una carta tan amplia tenía que regresar al Kintaro para seguir evaluando su oferta. Nuevamente comencé con una ronda de makis y esta vez le dí la oportunidad al acevichado, el maki más clásico de todos. Hecho con palta, queso crema y langostino empanizado, cubierto con pescado blanco, salsa acebichada y calamares crocantes resultó más que cumplidor. Será porque era un día tranquilo y tenía todo el tiempo del mundo para consumirlo que me pareció incluso mucho mejor al que sirven en Edo.

Después ordené un Kintaro Batayaki, pescado trozado y mariscos a la plancha en salsa de mantequilla y ajos. El nombre lo dice todo, porque si lo comparten será una verdadera batalla para ver quien come más antes que se termine. Con la experiencia pasada de lo bien que cocinan los saltados ahora me topé con un delicioso plato a la plancha. Sazón muy equilibrada, gran variedad de mariscos y una porción generosa lo convierten en una opción muy recomendable. El toque muy suave de ajo creo que es lo que da un sabor aún más especial al Batayaki.

Para acompañar quise pedir de nuevo un arroz frito pero me confundí con los nombres y terminé pidiendo un Yakimeshi Mix, un arroz saltado con una mixtura de mariscos. Es diferente al arroz fusión porque se asemeja más a un chaufa en versión nikkei. Obvio que el plato tiene sus méritos (sobre todo, no tiene ese sabor salado que se encuentra en la comida china) pero la idea es pedirlo siempre como acompañamiento antes que como un plato principal. Al final es cuestión de gustos y ustedes deciden.

Para terminar nuevamente cometí el error de pedir un postre. Esta vez le tocó al volcán de chocolate con helado de ciruela. Lo que llegó a la mesa fue un volcán apagado con una microscópica bola de helado D'Onofrio de lúcuma. Ante mi reclamo el mozo me salió con esa convenida respuesta de: "Es que se ha acabado el helado de ciruela". Del volcán tampoco hay mucho que agregar, un queque seco sin ninguna virtud. Me queda claro que los postres nunca serán el fuerte de Kintaro, al menos hasta que sus mozos aprendan a decir la verdad o se animen a cambiar las descripciones en la carta.

En general fueron dos buenas experiencias las que pasé en Kintaro. Sus saltados si me parecieron más que cumplidores y los recomendaría en primer lugar. Los makis me dejaron con ganas de seguir probándolos. Además el ambiente es muy agradable y los precios son muy cómodos. Vale la pena darse una vuelta para ver la leyenda hecha realidad.

Kintaro queda en Av. La Molina 1111, La Molina.
Teléfono 349-0116
Volvería: Sí. Kintaro es una buena opción para quitarse el antojo de comida nikkei.

domingo, 19 de junio de 2011

Wasabi (Makis 2.0)


Cuando estaba en la universidad recuerdo alguna vez haber estudiado el tema "nichos de mercado". De acuerdo a la teoría este concepto se refiere a la porción de un segmento de mercado donde los individuos poseen características y necesidades homogéneas y que no están del todo cubiertas por la oferta general del mercado. (Gracias por la explicación Wikipedia) Y este concepto me vino a la cabeza cuando visité Wasabi, un restaurante que ofrece una propuesta juvenil y divertida para comer makis en barra libre a un precio módico.

Apenas entren notarán que no es el clásico restaurante japonés. En la entrada los recibirá un pequeño tablón con las fotos de gente dizque "famosa" que ha visitado el local. El salón es bastante amplio y las paredes están decoradas de arriba a abajo con grafittis. Los mozos son jóvenes y atienden con una genuina y muy bien trabajada simpatía sin llegar al extremo forzado de, por ejemplo, Starbucks. El sistema de Wasabi es muy simple, por un precio fijo tienen derecho a pedir todas las tablas de seis makis que puedan comer así como un refill ilimitado de gaseosa, agua o té verde. ¿Suena bien, no? La única condición es que no puede sobrar ningún maki. Deben comerse la bandeja entera o tendrán que pagar una multa.

En cuanto a la oferta de makis lo primero que llama la atención son los nombres estrafalarios. Ok, es una propuesta juvenol pero no exageren; Naruto, Bob Esponja, Dragón Roll, Pika pika son algunos de los más llamativos. Sería muy largo reseñar todos los que probé así que me limitaré a reseñar los que más recuerdo. El Lima Roll, langostino empanizado y palta, con pescado blanco y crema de ají me pareció aburrido. De por sí le faltaba presencia, armonía en los sabores y lo empeoró esa crema amarilla sin nada de picante. Al menos no es su especialidad.

Luego está el clásico acevichado, langostino empanizado y palta rodeado de una lámina de atún con salsa acevichada. Cumplidor aunque hubiera sido difícil que se equivoquen en preparar el roll más conocido en la ciudad de Lima. Finalmente está el Fried Chicken Roll, relleno de pollo, queso crema y plata, empanizado por fuera y bañado en salsa tare. Para mí gusto los makis deben ser preparados con pescado y en este punto del post estoy seguro que mi amiga japonesa C. debe estar con los pelos de punta. Según me contó estas combinaciones de ingredientes que hacemos los peruanos son impensables en Japón. Tampoco se me ocurriría comer de nuevo algo parecido.

Al final recuperaron terreno (y esto sólo porque soy un fanático de los postres) con sus makis dulces. Probé el koko maki, por dentro coco tostado mezclado con manjarblanco y por fuera empanizado y acompañado de una bola de helado. Me recordó más a una cocada pero con el mérito que el helado le quitaba lo empalagoso. Luego pedí el choko maki, hecho con pecanas, manjarblanco y guindón cubierto con chocolate. Creo que la idea es replicar una chocoteja pero como que arroz y chocolate no hacen una combinación muy afortunada.

Como aventura me pareció divertido cenar en Wasabi. Ya antes había escuchado buenos comentarios y se nota a primera vista el respaldo de la marca Hanzo en la calidad y la buena atención. Si son clientes habituales de restaurantes japoneses tal vez puedan sentirse algo incómodos por la horda de preadolescentes pidiendo makis en absoluta pose de conocedores. Pero si desean probar una alternativa muy económica de barra libre tranquilamente pueden darse una vuelta, siempre y cuando hayan hecho una reserva con tiempo y no vayan con expectativas muy altas. Para mí la preparación de los makis involucra más arte que diversión y por eso pasará un buen tiempo hasta que regrese por Wasabi.

Wasabi queda en Av. La Mar 1292, Miraflores.
Horario: Lunes a Sábado de 12:30 a 11:00 p.m.
Ticket promedio: S/.50.00
Teléfono 421-8882
Volvería: No es mi tipo de restaurante pero cumple con lo que ofrece.

martes, 14 de junio de 2011

Edo Sushi Bar (Blogger nikkei)

Una de las grandes deudas de este blog era la ausencia de reseñas sobre comida nikkei. No por falta de ganas sino por mi desconocimiento absoluto del tema. La invitación de una comentarista al Matsuei Sushi Bar despertó en mí la curiosidad por este tipo de comida. Probar los ingredientes más frescos en una armonía de sabores y texturas no es algo que se pueda hacer todos los días. Sin embargo faltaba dar un paso adicional: aprender a comer los famosos makis. Felizmente el destino me permitió entrar a trabajar a una empresa en la cual no sólo encontré excelentes compañeros de trabajo sino también ávidos clientes del Edo Suhi Bar. Este restaurante tiene el monopolio absoluto de la comida nikkei en la zona financiera de San Isidro. No es raro encontrar el local repleto y es un mérito bien ganado porque no descuidan la calidad ni la preparación de sus platos. Menos raro sería que después de una visita ustedes se conviertan en su fan número uno.

Antes de seguir con el post me acojo a la definición de Wikipedia para explicar que es un maki. Es el "sushi en rollos" que se monta colocando el arroz sobre una lámina de algas nori secas, y rellenándola con verduras o pescado. Utilizando una esterilla de bambú se enrolla el conjunto y se cierra humedeciendo el borde de la lámina de algas para que se pegue. Finalmente, se corta el rollo en porciones. Vale la pena aclarar que en Japón son impensables las combinaciones que hemos creado los peruanos, pero esa es característica vital de nuestra gastronomía.

Es complicado escribir una reseña completa de Edo por la gran variedad de makis que ofrecen. Por eso me limitaré sólo a comentar mis favoritos. Comenzando por el seiji maki, rollo de tempura, relleno de salmón furai y palta, bañado con crema de trucha ahumada. Este maki es servido en forma horizontal y comerlo sin que se desarme es todo un reto. Su textura crocante y el sabor de la crema combinado con los otros ingredientes lo hacen mi favorito. Sólo tengan en cuenta, el maki viene bañado en crema, no es necesario remojarlo en salsa de anguila.

Luego está el pako maki, langostino empanizado, queso crema y fideos fritos de arroz envuelto en salmón y rodajas de limón, bañado en salsa dulce de anguila. Las delgadísimas rodajas de limón le dan un toque especial a este maki porque corta el sabor del pescado pero sin romper la armonía. Finalmente está el clásico acevichado, langostinos o conchas empanizadas y palta envuelto en finas lonjas de atún y cebollita china bañado en salsa de acevichado. Considero que es el maki más peruano que se puede encontrar y el más recomendable para introducirse en la gastronomía nikkei.

Si quieren disfrutar al máximo la experiencia de los makis les dejo algunas recomendaciones. Primero, no busquen la economía. Es mejor pagar un precio que garantice la calidad y frescura de los ingredientes. Segundo, hay que dominar el arte de comer con palillos, porque coger el maki, remojarlo en la salsa de anguila y llevarlo a la boca de una sola vez no es tarea sencilla. Tercero, es mejor comenzar por los que llevan ingredientes cocidos o empanizados, para que el paladar se vaya adaptando poco a poco a los nuevos sabores. La aventura de los makis recien empieza para mí.

Edo Sushi Bar queda en Av. Canaval y Moreyra 575, San Isidro.
Ticket promedio: S/.45.00 por persona.
Teléfono 221-6391.
Volvería: Sí. Cuando tengo antojo de makis armo un grupo en mi trabajo .

martes, 7 de junio de 2011

La Bistecca V (El paraíso en la otra esquina)

Hace algunas semanas me pasaron un dato al que no le presté la debida atención: ¡La Bistecca abriría un nuevo local en Chacarilla! Lo que en un momento me sonó a leyenda urbana se hizo verdad cuando pasé por la avenida Angamos y vi la gigantografía anunciando la pronta inauguración. Que mi restaurante favorito se encuentre ahora a diez minutos de mi casa no tiene precio. Que el administrador, Miguel Angel Paredes, me haya invitado para conocer el nuevo local era algo completamente inesperado. Y que haya podido tomar fotos para ilustrar este post es un sueño hecho realidad. A continuación intentaré hacerle justicia a una verdadera experiencia gastronómica sin límites. Desde ya le diré que las palabras no me alcanzaron.

En la primera estación encontraran una variedad muy selecta de embutidos y quesos. Pueden encontrar jamón serrano, pastrami, mortadela italiana y sobre todo un jamón glaseado que no tiene punto de comparación. Pruébenlo y sabrán por qué. Después están los quesos que van desde el gouda, pasando por el maasdam hasta el refinado queso azul. Yo creo que la primera estación haría las delicias de aquellos comensales que disfrutan el maridaje de quesos y embutidos con vino. En esos temas soy un mero aficionado así que lo dejo en manos de los conocedores.

Con el tiempo La Bistecca ha traído nuevas opciones para comenzar el buffet. Ahora también hay montaditos (rodajas de pan baguette generosamente acompañadas de algún ingrediente) y pasteles salados como quiches o una correcta tortilla española. Felizmente han puesto un microondas si prefieren comer calientes esas entradas. Ahora que estamos en invierno también pueden servirse tres variedades de sopas. Yo escogí la clásica sopa criolla que venía con un punto de ají sólo para valientes pero que me supo a gloria. Tranquilamente me hubiera conformado con seguir tomando un plato tras otro pero debia continuar evaluando las demás estaciones.

La segunda parada es la estación de ensaladas y entradas frías. Confieso que siempre la he pasado de largo porque soy un carnívoro nato y en consecuencia amigo lejano de los vegetales. Pero esta vez me dí el lujo de probar sus cebiches y tiraditos. Para no ser una cebichería se defendieron muy bien en este rubro. Probé también una papa a la huancaína con muy buena sazón y otras ensaladas que me dejaron buen sabor de boca. Para los que buscan una opción ligera pueden comenzar tranquilamente por acá.

La tercera estación que visité fue la del saltados. Pocas veces uno tiene la oportunidad de ordenar un saltado con los ingredientes al gusto pero La Bistecca va más allá. El comensal tiene literalmente la sartén por el mango. ¿Quieren un lomo saltado o un tallarín saltado o un saltado mar y tierra? Sus deseos son órdenes y el cocinero está dispuesto a prepararlos al momento y con una calidad garantizada. Eso sí, les recomiendo tengan mucha paciencia porque siempre hay gente esperando y no de muy buen humor. En todo caso, si ven la estación muy concurrida es mejor que sigan de largo para evitar caras largas.

La cuarta estación es la de pastas. Al igual que los saltados tienen a disposición una gran variedad de pastas y salsas para combinar y ordenar su favorita. Bolognesa, champiñones, maremonti, carbonara, incluso una peruanísima huancaína, ¿Se puede pedir más? Pues tiene, spaghetti, fettucinis, ravioles, tortellonis y otras variedades de pastas para cocinar al momento. Tantas veces que he ido a La Bistecca y creo que no he probado ni la décima parte de todas las combinaciones posibles. Pero sí me queda claro que la competencia (sí es que la hay) está muy relegada. La quinta estación es la de carnes a la parrilla. Atención, la generosidad de los dependientes es legendaria y por eso no les recomiendo pedir más de dos cortes, salvo que hayan ido en grupo. Mis favoritos son la picaña y la mondiola, sin ningún acompañamiento ni salsa adicional. Para los cortes más buscados como el lomo fino y el bife de chorizo es mejor pedirlos a la mesa. De ese modo se aseguran que estén en el punto exacto de cocción. Sólo tienen que dejar su orden y les darán una paleta para que el mozo pueda identificarlos.

El broche de oro para este buffet extraordinario es la fuente de cobertura de chocolate de La Ibérica. Creo que muy pocos logran llegar incólumes a la última estación. Es que luego de comer tanto es difícil creer todo lo que ofrecen. Por un lado variedad de frutas frescas, cortadas en tajadas. Por otro, brownies, blondies, mini-churros, barquillos, marshmellows. Todo listo para bañar en la deliciosa cobertura de chocolate. ¿Mencioné que además le pueden pedir al mozo helado adicional? No he visto en otros buffets una fuente de chocolate parecida y por eso le doy el título de la mejor de Lima.

Muy aparte de las otras opciones (que las dejo de tarea para que hagan sus propias aventuras gastronómicas) La Bistecca ofrece un ambiente exquisito y una atención excelente. Los mozos siempre estarán pendientes de todos los detalles y el ambiente es propicio para celebrar cualquier ocasión especial. Sencillamente La Bistecca es la apoteosis del buffet. Tal como dije la primera vez que escribí en este blog, un post no es suficiente para contar todo lo que se puede encontrar. Ya voy cinco y sigo creyendo que un blog entero sería más apropiado. Mi sincero agradecimiento a su administrador por la invitación.

La Bistecca de Chacarilla queda en Av. Primavera 543, San Borja.
Ticket promedio: S/.75.00 por persona.
Teléfono 372-2250
¿Volvería? : En cuestión de buffets La Bistecca no tiene competencia.

miércoles, 1 de junio de 2011

Todo por un chocolate

Hace algunos meses cuando mi hermano viajó al extranjero le encargué que comprara algunas barras de chocolate Lindt y una caja de bombones Petits Desserts. Lamentablemente ninguno de los dos tomó en cuenta un factor muy importante: el calor infernal que hacía en el destino del viaje. Al regreso descubrí con mucho pesar que el estado de las barras era lamentable y los bombones se habían convertido en una masa uniforme y nada comestible. Esto generó una situación algo tensa pero que no pasó de algunos gruñidos de mi parte.

Sin embargo yo seguía fastidiado porque ya le había anticipado a una amiga la llegada de los famosos bombones Petits Desserts y ahora me había quedado sin nada que ofrecerle. Esta amiga, que definitivamente es mucho más comprensiva que yo, decidió darme una lección. Fue donde sus alumnos de la escuela dominical y les planteó el problema tal cual había sucedido sin obviar ningún detalle. Los niños, sabios como ellos solos, llegaron a la misma conclusión: "Que ore a Dios para perdonar a su hermano porque seguro recibirá muchos más chocolates". No me pareció urgente orar a Dios por una situación tan simple (ya lo cargoseo diariamente con mis penas) pero tampoco era razonable que siguiera fastidiado por unos cuantos chocolates de marras.

Pasaron algunas semanas y, cuando ya me había olvidado del tema, una comentarista desde el otro lado del mundo me envió un cargamento de chocolates de todas las marcas y sabores. Poco tiempo después mi amiga R. haciendo algo de magia (porque hasta ahora no sé como lo logró) consiguió los famosos bombones Petits Desserts y algo que jamás hubiera esperado: galletas y bombones de la afamada marca francesa Fauchon. Los niños no se habían equivocado y no me costó nada trabajo enviarles a manera de agradecimiento una parte de mis chocolates. De verdad fue una lección muy valiosa para mí y que me demuestra que molestarse por cualquier cosa nunca valdrá la pena.

Hoy que es cumpleaños de mi hermano le dedico esta historia. Para que sepa lo terco que puedo ser pero también lo mucho que lo aprecio y como me alegro por sus éxitos profesionales y personales. Espero que siempre le vaya bien en todo lo que haga y no olvide la importancia que tiene en la vida el significado de la palabra perdón. Irónicamente le voy a comprar una torta de chocolate pero de la mejor pastelería que he encontrado. ¡Feliz cumpleaños para tí, Jaime! Ya nos veremos más tarde.

PS: El post también está dedicado a mi amiga, quien tiene un corazón más grande que el mío, y que asiduamente me recuerda nunca descuidar el lado espiritual de nuestra vida. Tal vez un tema muy profundo para el blog pero que intenté abordar de esta manera. Ya era tiempo.