domingo, 27 de febrero de 2011

Posts inéditos III

A lo largo de mis aventuras gastronómicas algunos posts se quedan en el camino. Esto no necesariamente tiene que ver con la calidad del restaurante visitado. A veces el factor tiempo no me permite volver para seguir probando otros platos de la carta. A veces  no me convence la propuesta del restaraunte y le doy prioridad a otros. Sin embargo no es motivo suficiente para dejar estos restaurantes en el olvido. Aprovechando la ocasión especial, los dejo con los posts inéditos. 

Costanera 700 
Tallarín saltado con mariscos
Calentó el ring con su porción familiar de tallarín saltado con mariscos. Siguió con un lomo saltado muy cumplidor. Me dio un jab de izquierda con su extraordinario pulpo saltado. Me dio un jab de derecha con su arroz con mariscos, meloso al mejor estilo de la comida nikkei. Me noqueó con su tocinillo del cielo, un postre que tranquilamente podría ganarse el título de postre del año. Y quedó como el ganador indiscutible. Este restaurante no se merece estar en un post recopilatorio pero me doy cuenta que harán falta muchas visitas para poder conocer su carta a fondo. Los precios de carta no son muy económicos y tendré que hacer un esfuerzo adicional. Ojalá que mantenga la calidad.

Costanera 700 queda en Av. Del Ejército 421, Miraflores. 

Lung Fung 
Porción de wantán frito
Otro restaurante enemigo de las fotos. Como está en medio de un casino, por motivos de seguridad las cámaras están absolutamente prohibidas. Aprovechando que era un almuerzo de camaradería pude convencer al vigilante de que me deje ingresar con la mía. Lamentablemente estábamos con tanta hambre que sólo pude fotografiar la porción de wantán frito. Dudo que vuelva en el corto plazo, más que nada por el tema de las fotos, pero les dejo una recomendación. Pidan el pollo a la cacerola, cocinado con hongos y hierbas, no es un plato que suele encontrarse en los demás chifas.  El nido de amor, un saltado de carnes y hongos es toda una revelación.

Lung Fung queda en Av. República de Panamá 3165, San Isidro. 

Caplina 
Chaufa de mariscos con pescado acaramelado
Una visita no es suficiente para evaluar la variedad de platos que ofrece este famoso restaurante de mariscos. Sin embargo una rápida mirada a la carta sí es suficiente para ver que sus precios están por encima del promedio. Su chaufa de mariscos con pescado acaramelado no me pareció nada extraordinario al menos hasta que llegó la hora de pagar la cuenta. El arroz chaufa era poco menos que un arroz teñido con sillao y ese wantan recalentado no le hace ningún favor al plato. Por el momento prefiero darle prioridad a otros restaurantes pero si ustedes están dispuestos a pagar el precio les recomiendo que se den una vuelta por este local. 

Caplina queda en calle Los Ruiseñores 245, San Isidro.

Océanika 
Variedad de makis
Ya hace algún tiempo que le he agarrado el gusto a los makis. No fue tarea sencilla pues es tanta la oferta y tan amplia la variedad que es difícil encontrar el mejor lugar. Si a eso le agrego que se han multiplicado las famosas barras libres como que la situación se complica un poco más. Oceánika es uno de esos sitios que por un precio fijo ofrece todas las tablas de 10 rolls que uno pueda comer. El truco, tienen que acabar toda la tabla y no se pueden combinar sabores. Si le dan más importancia a la cantidad que a la calidad este restaurante puede convertirse en uno de sus favoritos. Recomendable sólo para grupos muy grandes. 

Oceánika queda en Av. Paseo del Bosque 529, San Borja. 

Al Asador 
Parrillada para dos
Si bien me considero un carnívoro nato no hay muchos restaurantes de carne reseñados en el blog. La razón es muy simple: comer carne muy seguido no es conveniente para la salud y menos para la economía. Mi visita es este restaurante me dejo sin ganas de volver pero es mi entera responsabilidad por no leer bien la carta. La parrillada para dos resultó mitad vísceras (chinchulines, mollejas y riñoncitos) y mitad algunos regulares cortes de carne. Me quedé con hambre y se reconciliaron con sus papas fritas soufflé y sus postres. Vayan pero asegúrense de leer bien lo que dice la carta y si tienen dudas, pregunten al mozo. Una vez hecho el pedido no hay marcha atrás. 

Al Asador queda en Av. Primavera 679, Surco.

miércoles, 23 de febrero de 2011

¡3 años!


Hoy es una fecha muy especial para el blog: se cumplen tres años desde que comenzó esta jornada por la blogósfera. Tres años de escribir sobre mis aventuras gastronómicas por Lima y provincias. Tres años de búsqueda de los mejores lugares para comer. ¡Tres años! Y pensar que la primera vez que posteé me sentía como la persona que sale a decir un discurso y se queda muda. Pero hubo una buena amiga que me dijo: "¡Sigue adelante, caramba!" Y ya son 222 reseñas las que he publicado. ¿Tanto he escrito? Hoy sólo quiero agradecer a los lectores, a los comentaristas, a los seguidores y a los fans de la página de Facebook. Este blog sólo existe por ustedes y para ustedes. Sin sus opiniones, sus comentarios y sus apreciaciones este proyecto no hubiera seguido adelante. Gracias a todos ustedes por acompañarme a lo largo de estos años y hacer de este blog un punto de referencia para iniciar sus propias aventuras gastronómicas. Todavía quedan muchos lugares por visitar, rutas que recorrer y nuevos platos que probar. Por el momento sólo me queda decir: ¡Vamos para adelante!

A sugerencia de otra comentarista incluyo un breve
resumen con lo mejor que dejó el año pasado y que por cuestiones de tiempo no pude publicar en su momento.

Tres restaurantesEs difícil elegir entre tantos restaurantes. Pero los que menciono se han ganado este lugar por su constancia en la buena comida y el servicio.
Donatello. Comida italiana de gran calidad en un ambiente ideal para cenas en pareja. Siempre recomendaré los canelones del chef.
La Bonbonniere. Uno de los pocos lugares donde siento que prestan atención a todos los detalles. Se podría escribir un post nada más hablando de sus postres.
Huancahuasi. Comida regional y atención excelente ac
ompañados de música folclórica. A pesar que siempre para lleno tienen la habilidad para mantener contenta a la clientela. Incluso cuando cometen un error saben como arreglarlo de inmediato.


Tres restaurantes de hotel

S
ería mezquino comparar a los restaurantes de hotel con el resto. Sólo aquí uno puede sentirse como si fuera el único cliente en un ambiente donde la perfección se nota hasta en el último detalle.

Mesa 18 del Miraflores Park Hotel. Una de las mejores experiencias gastronómicas en la historia del blog. Un ambiente exquisito, una carta gourmet y una atención inmejorable.

La Locanda del Swissôtel por su ambiente
elegante y una propuesta gastronómica que fusiona los insumos peruanos con lo mejor de la comida mediterránea. Pidan a los mozos que describan los platos porque se los saben hasta el último ingrediente.
La Vista del J.W. Marriot porque comer un buffet en un restaurante con vista al mar y con la mejor atención no tiene precio.


Los mejores postres
Increíble, los mejores postres también los he comido en restaurantes de hotel.Crema de yogur con frutos rojos de Lumière. El postre con la textura más suave que he probado hasta el momento. Ir mezclando de a pocos los frutos rojos con la crema blanca es una experiencia de otro mundo.
Sopa de chocolate blanco de Mesa 18. Si son fanáticos del chocolate blanco tienen que probar este postre hoy mismo, basta una cucharada y no pararán hasta dejar el plato vacío.
Fondue de Bailey's de La Fondue. Apenas llegue el invierno limeño vayan por este lugar decorado al mejor estilo de un chalet suizo para probar el chocolate de la mejor calidad acompañado de gran variedad de frutas frescas.


Mención honrosa: Crepes & Waffles. En este local he
aprendido que un postre no necesariamente tiene que ser empalagoso sino que puede representar un delicioso equilibrio de sabores y texturas.


Ruta sánguchera
1.Kyo. No hay mucho que agregar cuando se habla del mejor pan con chicharrón.
2.Sándwiches Palermo. Lo digo nuevamente, lo más simple es lo más difícil de lograr. Esta sandwichería es el mejor ejemplo.
3.Desierto. Quizá me volví demasiado exigente pero no conozco otra sandwichería que se merezca un lugar en este resumen.

El vicio de viajar

Tres lugares que deben conocer si salen de Lima o del país.
Buenos Aires: El Cuartito, una pizza que no tiene igual. Sólo la providencia hizo que descubra este sencillo restaurante que resultó una revolución de sabores.

Arequipa: Sonccollay, comida ancestral sin aderezos ni frituras. Imagínense unos minutos, ¿qué es lo que comían nuestros antepasado
s? Sonccollay tiene la respuesta.
Cuzco: Rinconcito Norteño en el pueblo de Lucre. Increíble que al otro lado del país haya podido encontrar un arroz con pato que nada tiene que envidiarle a los de Chiclayo.


Mención honrosa: Vasalissa Chocolatier. Una tienda en la que, como dijo una amiga blogger, dejarán la vida por la variedad y exquisitez de sus chocolates gourmet. ¡Como te extraño Vasalissa!

Tres decepcionesQue fácil es para algunos restaurantes entrar en la lista negra.


El Rincón que no conoces. Caro, mala atención y los platos más desabridos del año.
El Señorío de Sulco. 92 soles para ver una servilleta deshilachada y servicios higiénicos en estado calamitoso. La comida tampoco se merece un comentario positivo.

El Grifo. Nunca pensé que me servirían un postre quemado y todo empeoró cuando ante mi reclamo la administradora dijo: ¿Y? ¿Qué quiere que haga? Años de buenas experiencias borradas con una frase infame. Vade retro.


La última

Mención honrosa para la comida nikkei. El año pasado empezó mi cruzada gastronómica nikkei, cortesía de una amable comentarista. Gracias a ella se me despertó la curiosidad por entrar en el mundo de los rolls, los makis y los sashimis. Todavía no tengo la experiencia suficiente para elaborar un ranking pero tengo muy claro que para no sacrificar la calidad los rolls se deben pedir a la carta y no al estilo "barra libre". Pronto aparecerán en el blog.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Aïoli (This is Sparta!)

Luego de varios meses trabajando en la zona financiera de San Isidro ya tengo un panorama bastante claro sobre los restaurantes de los alrededores. Después de haber evaluado distintas propuestas y de haber sufrido algunas decepciones puedo tranquilamente escribir sobre mi restaurante favorito. Lo reseñé exactamente hace 30 días y me prometí que volvería para evaluar el resto de su carta. Fueron tres visitas, tres platos distintos, tres postres. ¡Esto es Aïoli!

El lomo Strogonoff se merece, hasta la fecha, el número uno en mis platos favoritos de la carta. Nada iguala al momento cuando lo traen a la mesa y pueden sentir el aroma del lomo cocido con cebollas y champiñones. El punto perfecto de cocción de la carne y el equilibrio de sabores lo convierten en un plato contundente, ideal para los días viernes en que uno está más relajado y puede disfrutar tranquilamente de su almuerzo. Pero allí no queda todo. Las papas fritas de acompañamiento se merecerían un párrafo aparte. No sólo porque estaban muy crocantes sino porque estaban sazonadas con sal especial y perejil lo que le daba un toque especial.

También he probado su pescado a la parmesana. Es un filete de pescado en salsa de champiñones (¡me encantan los champiñones) con parmesano gratinado, acompañado de arroz con choclo y brócolis a la mantequilla. Este plato es obligatorio si están buscando algo ligero. Considero que no hay nada más rico que un pescado gratinado, y si a eso le suman el arroz con choclo (clásico de cebichería) y el toque de los brócolis a la mantequilla, esta una opción que dejará satisfecho hasta al más exigente.

Para terminar de evaluar la carta de Aïoli me decidí por el chaufa de pollo. Muy alejado de aquellos arroces marrones (el sillao importado da sabor no color a la comida) que estamos mal acostumbrados a comer, aquí han logrado un plato que puede cambiarles la perspectiva de lo que es un verdadero chaufa. Verduras orientales cocinadas al punto adecuado para mantener el crocante, trocitos de pollo frito y para rematar un toque de ajonjolí. Al final, y sólo es cuestión de gustos, si desean algo más sazonado pueden solicitar al mozo que traiga un pocillo de sillao. Ojo que viene en una porción generosa. Tranquilamente para compartir.

Actualización 14.04.14
Quizá alguno de los postres reseñadis ya no se encuentren en la carta. Como toda empresa que busca rentabilidad, los restaurantes siempre evalúan aquellos productos que tengan mayor acogida. En todo caso ahora pueden encontrar los postres de La Bodeguita Belga que siempre serán un hit.

Luego de haber escrito acerca de los platos principales llega el momento estelar de la reseña: los postres. Y creo que este ha sido el factor decisivo para dejar relegados a los demás restaurantes. Para mí no hay nada mejor que terminar el almuerzo con algo dulce para cambiar el sabor. En primer lugar me sorprendieron con el brownie marmoleado con queso filadelfia y acompañado de helado de vainilla. Atención porque la estupenda textura amelcochada que tenía el brownie superó todas mi expectativas. El marmoleado de filadelfia esta muy blando

Para cambiar de tono en mi siguiente visita probé los waffles, postre que no es muy común encontrar en los restaurantes. Preparados al momento (que aprendan esos restaurantes que sirven postres guardados), deliciosamente crocantes, y acompañados de una jarrita con miel de maple importada se darán cuenta que no tiene nada que envidiarle a los que sirven en Crepes & Waffles. Las comparaciones no son buenas pero ese local es mi punto de referencia para evaluarlos. Me pregunto ¿Y si lo acompañaran con una bola de helado de chocolate amargo?

El último párrafo lo debería escribir con letras doradas porque está dedicado al mejor pye de limón que he comido hasta la fecha. La presentación exquisita y la combinación de sabores lo convierten en un postre top-five. La corteza tenía una textura muy suave y un tenue sabor a mantequilla (ojo, no a margarina como en la mayoría de pyes). La crema de limón representaba el equilibrio perfecto entre el ácido del limón y el dulce de la leche condensada. Y lo que me sacó de cuadro, incluir fresas para combinar con el merengue o con la misma crema de limón es una de las ideas más afortunadas con las que me he topado en mucho tiempo.

Me voy de Aïoli con la satisfacción de haber disfrutado tres estupendos almuerzos. La variedad de su carta, la calidad de los insumos utilizados, las porciones generosas y sus postres de antología lo convierten en mi favorito. Vale la pena mencionar que como todo restaurante de San Isidro en horas punta puede convertirse en una jungla de ejecutivos así que les recomiendo llegar antes de la una y en grupos pequeños. De todos modos sigo pensando que con restaurantes así, es un gusto ser blogger gastronómico.

Aïoli queda en calle Germán Arias Schreiber 253, San Isidro.
Teléfono 222-5114.
Volvería: Sí, es un restaurante donde me siento como en casa. 

sábado, 12 de febrero de 2011

La Mar (¿La avenida o el restaurante?)


Después de mucho tiempo y sólo por una mera casualidad caí por La Mar, la cebichería de Gastón Acurio. Había escuchado infinidad de comentarios pero el común denominador era la imposibilidad de conseguir mesa, razón suficiente para mantenerme al margen por algunos meses porque no me gusta visitarlos lugares muy concurridos. Sin embargo como había llegado temprano no encontré mayor dificultad para ubicar una mesa a mi gusto. El salón principal es bastante amplio y cómodo y además tiene una barra para los amantes de la comida nikkei.

De picar les pondrán un tarrito de metal con chifles, camotitos y cancha. Punto a favor de La Mar porque cada porción viene sellada y es abierta recien cuando la llevan a la mesa. Que diferencia con otras cebicherías que tienen un recipiente inmenso de cancha fría. Para comenzar el almuerzo pedí mi entrada favorita: los clásicos tequeños. Acá los sirven en porción de seis, tres rellenos de saltados de mariscos, tres de picante de langostinos. Estuvieron buenísimos, muy crocantes y con un relleno muy generoso. Me decepcionó la crema de ají porque no tenía mucho picante. ¿Será por el tema de los turistas?

Motivado pedí el cebiche clásico pero me quedé atónito cuando el mozo indicó que utilizaban lenguado sino camotito. Vale la pena indicar que esto va de acuerdo al enfoque de pesca sostenible del restaurante. Por lógica, si el cebiche de lenguado se hace tan imprescindible, no está garantizado su existencia. Pedí la versión "lujosa" que sí incluía el lenguado y tranquilamente puedo decir que no me pareció nada fuera de lo común. Difícil dar una opinión definitiva sobre el más peruano de los platos pero sí les recomiendo que le digan al mozo que tan picante quieren el plato porque el mío estuvo muy bajo.

Luego me decidí por los tallarines saltados, lingüinis gruesos saltados al wok con trozos de pescado y mariscos a la criolla. Al igual que el lomo saltado este plato es un riesgo constante porque depende de muchos factores para que sea preparado adecuadamente. En este caso los fideos estaban ligeramente debajo del punto al dente. Lo que si cumplió y con creces fue el sabor ahumado del saltado y la sazón, con el sillao y el vinagre. Los mariscos estuvieron en el punto de cocción adecuado, no tengo ninguna observación al respecto. Como verán en la foto, la porción es bastante generosa y lo pueden compartir sin problemas.

Después de un almuerzo tan opíparo estaba satisfecho pero no me iría de La Mar sin pedir algo dulce. La carta de postres es cumplidora porque tiene varios clásicos peruanos (arroz con leche, crema volteada, suspiro, etc.) pero al final me decidí por un queso helado versión Astrid Gutsche, el mismo postre pero servido con espuma de coco y canela y una tuile (galleta crocante) de arroz con leche. Para alguien como yo que ha estado infinidad de veces en Arequipa es bastante difícil que me impresionen con esta versión apitucada. Pero siendo objetivo si no han probado antes el queso helado les va a encantar porque le han bajado un punto al dulce y lo han reinventado con esa deliciosa espuma. Me parece genial que no hayan descuidado el aspecto de los postres porque nunca falta un tragaldabas como yo que pedirá algo adicional para cambiar el gusto.

Me voy de La Mar satisfecho pero no impresionado. Seguro que en su carta debe tener sus platos estrella (como lamento no haber pedido nada de la sección de planchas) pero no planeo volver en el mediano plazo simplemente por una cuestión de tiempo. Vale la pena darse una vuelta para sacarse el clavo si es que están dispuestos a pagar el precio. La última frase se la dedico al mozo atorrante que sólo brindó una atención mediocre pero muy fresco sugirió que la propina era el 10% de la cuenta. Lo siento pero la propina se gana, no se exige, y este no se ganó ni el 1%.

La Mar queda en avenida La Mar 770, Miraflores.
Teléfono 421-3365.
Volvería: En el mediano plazo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

El Rinconcito Arequipeño (Gotta go home)

Me encanta la ciudad de Arequipa. Ya debo sonar a disco rayado diciéndolo siempre en el blog pero después de tantas idas y vueltas me declaro ciudadano arequipeño por adopción. No sólo por su gastronomía sino porque he sido testigo del esfuerzo que hacen los arequipeños por salir adelante y lograr el éxito en la vida. Eso fue lo único que me motivó a visitar El Rinconcito Arequipeño que, según leí en algún lado, recibió un diploma al mejor restaurante en Mistura 2010. 

El local es muy sencillo, tanto que una parte tiene techo de calamina. La decoración es muy simple y tranquilamente podría caer en la definición de huarique. A veces el ambiente no me preocupa mucho si está compensado con la calidad de la comida. Sin embargo lo primero que les va a llamar la atención son los precios. No es algo que mencione normalmente en el blog, pero ¿65 soles por un triple: rocoto relleno, chicharrón y zarza de patitas)? De repente me estoy confundiendo y no vi las tres estrellas de Michelin en la puerta. ¿Y con esos precios no pueden mandar imprimir una carta que no esté dentro de una mica de plástico? 

Ocopa
Para comenzar pedí una ocopa, entrada que suelo esquivar porque el huacatay es una hierba que varias veces me ha jugado malas pasadas. Lo que me sirvieron tenía tanto sabor como una ocopa de sobre y una textura de ají de pollería. Pero eso no es lo peor, al probar una de las papas le sentí el gusto avinagrado. Ante mi reclamo, la extraordinaria respuesta del mozo fue: "Bueno pues, es que hace calor." Que la ocopa este mal preparada puede ser una anécdota pero que no se hayan preocupado en hacer aglo para enmendarlo. Bravo, con actitudes así la gastronomía peruana seguirá avanzando.

Rocoto relleno
Después ordené un rocoto relleno que me hizo olvidar la debacle anterior. Punto a favor, por fin encuentro un rocoto que viene relleno de carne y no de verduras. Nunca me hizo gracia, y esto me ha pasado en la misma Arequipa, ver un relleno que es pura cebolla y aceitunas. Me hubiera gustado sentir un poco más de picante pero eso es cuestión de gustos. En cuanto al pastel de papa fue diferente a todos los que he probado hasta el momento, buena textura y sabor. Citando textualmente a una amiga de Arequipa ("Así es el pastel que prepara mi abuela") puedo afirmar que era un excelente acompañamiento.

Malaya frita
Recordando mi incursión carnívora en el Sulu pedí una malaya frita, plato que me devuelve a mi niñez pues mi madre siempre lo servía afirmando que sólo en Arequipa se preparaba como era debido. Ok, cualquier corte de carne frita hubiera estado mucho mejor a lo que me sirvieron. ¿No han oído hablar del ají, la sal o la pimienta al menos? Me devolvieron a la dura realidad con un plato tan desabrido. Se supone que la carne de Arequipa es buena pero esta será de cualquier otro lado porque estuvo para llorar.

Chicharrón arequipeño
El último plato fue un chicharrón arequipeño. Mi última esperanza se convirtió en una afrenta personal. Durante mis viajes a la ciudad blanca he comido chicharrón innumerables veces, disfrutando hasta la última brizna de carne por su sabor tan delicioso. Sin embargo lo que me sirvieron no tenía nada de arequipeño. En todo caso pongan en la carta "chicharrón de cerdo" y así quedan mejor. La carne no tenía nada de sabor ni siquiera la que estaba pegada la hueso. No quise empeorar la situación pidiendo queso helado, ya suficiente me habían desilusionado, sólo ordené la cuenta que salió bastante alta. Por lo que cobran mínimo hubieran servido una copita de anís Najar de cortesía.

Me fui con una ceja levantada de este restaurante. Si lo evalúo por lo que cobraron pensaría que me estafaron impunemente. Si lo evalúo como un restaurante de comida arequipeña lo incluiría en una lista negra sin pensarlo dos veces. Si lo evaluó por las credenciales que tiene sería peor aún. ¿Será coincidencia que está en la misma calle que El Rincón que no conoces? Le daré un pobre beneficio de la duda por su rocoto relleno. Por el momento seguiré extrañando Arequipa con toda mi alma.

El Rinconcito Arequipeño queda en Bernado Alcedo 514, Lince.
Teléfono 472-5088
Volvería: No. La comida arequipeña sólo en Arequipa.

sábado, 5 de febrero de 2011

Guayaquil IV (¡Vamos de compras otra vez! )


Una de las actividades que más disfruto cuando viajo al exterior es ir de compras a los supermercados. Me divierto paseando por las diferentes secciones y observar lo que consumen en otros países. Además me interesa averiguar como denominan a los productos que también encontramos en el Perú y desde un punto de vista netamente económico también comparar los precios. Estando en Ecuador, país productor de cacao (ojo, no es lo mismo que fabricante de chocolates), tenía mucho interés en visitar un supermercado. Lamento decirles que no habrán fotos por razones descritas en el post anterior. La imagen del costado pertenece a una tienda del aeropuerto al estilo de La Ibérica con la diferencia que sólo ofrece chocolates en barra. Por el ángulo notarán que la tomé a hurtadillas.

Primera dato a tomar en cuenta si van a llevar chocolates ecuatorianos: sólo cómprenlos si le gusta el chocolate dark. Los chocolates ecuatorianos tienen un sabor bastante fuerte, incluso el chocolate con leche Caoni tenía esta característica. Pueden comenazar con el más caro, República del Cacao en la presentación 67% de cacao. Es un dark bastante fuerte mezclado con otros sabores que los verdaderos conocedores sabrán identificar. En segundo lugar está el Caoni 55% Esmeraldas. De todas las variedades que ofrece, y que dependen del terreno donde ha sido cultivado el cacao, es la menos agresiva al paladar. En tercer lugar está el Nestlé Dark con un sabor mucho más ligero e incluso recomendable para todos los que quieran iniciarse en el mundo de los chocolates dark.

El otro producto que les recomiendo son los chifles. Vienen en varios sabores (natural, picante, limón) y una de las mayores cualidades es que, a diferencia de los famosos chifles piuranos, no dejan la mano grasosa cuando se comen. Sugerencia: prueben a comerlos acompañando las clásicas lentejas del lunes. También me llevé dos bolsas de Hanuta, unos waffles rellenos de una crema parecida a la Nutella, pero que ya se pueden encontrar en cualquier supermercado peruano, así que no son ninguna novedad. En cuanto a la barra XL de Lindt, hice trampa porque la compré en el Duty Free del aeropuerto de Guayaquil. No iba a dejar pasar la oportunidad de comprar mi chocolate favorito.

Fue una estancia muy agradable en la ciudad de Guayaquil. Descansé, comí, paseé, vagué y todo gracias a la hospitalidad de mi compañero de colegio Richard. No solo le debo las gracias sino también las disculpas por haber saqueado su refrigerador impunemente. ¡Adios Guayaquil!

miércoles, 2 de febrero de 2011

Guayaquil III (Misión imposible)


A lo largo de todo este tiempo como blogger sólo dos veces me hicieron problemas por tomar fotos de la comida. Una vez fue en La Bistecca, donde poco más y me declaran persona non grata por fotografiar la fuente de chocolate y la otra en Chicha de Gastón Acurio en Cuzco, donde me obligaron a borrar las fotos que había tomado de la carta. Total para lo que sirven y al final de cuentas igual la cambian cada cierto tiempo. Sin embargo acá en Guayaquil cuando quise recopilar material para reseñar las cafeterías me topé con una dura realidad. 

Todo empezó una tarde en la que se me ocurrió ir a la franquicia colombiana Juan Váldez Cuando estuve frente a la cafetería emocionado saqué la cámara para inmortalizar el momento. Apenas se notó la luz del flash se acercó personal de seguridad a recriminarme porque había tomado fotos del letrero. La concreta y simple explicación "porque soy turista" no le hizo nada de gracia y me conminó a desaparecer si es que no quería tener problemas. Vaya con la franquicia, ni que el local hubiera sido diseñado por Norman Foster.

Resignado me dirigí hacia otra franquicia de Ecuador, Sweet & Coffee una cafetería muy parecida al San Antonio. Me habían comentado acerca de su especialidad: la torta mojada de chocolate. Nuevamente saqué la cámara pero no quería ver caras largas así que le pregunté al mozo si había algún problema en tomar una foto del postre. De inmediato puso cara larga y gruñendo me dijo que ni lo intente. ¿Que manía de las cafeterías con las fotos? Lo que yo había tomado como un hecho aislado resultó siendo una prohibición general. Al final de puro picón terminé en un mall y aprovechando que estaba sentado de espaldas al counter tomé esta foto, la única que puede acompañar esta reseña sobre las cafeterías de Ecuador. Tanta alharaca por un vaso descartable.