En busca de un restaurante que ofreciera comida peruana a precios razonables y guiándome de lo que leí recientemente en el periódico, decidí visitar Kamcha, una nueva presencia en el mercado que busca convertirse en un "templo culinario de la cocina peruana" (sic) Con una decoración fresca, un salón elegante y un ambiente que es un homenaje a los mercados, Kamcha ofrece una carta muy variada donde están presentes los platos peruanos más representativos de la cocina nacional.
Comencé con un dip Kamcha, compuesto de tres capas de guacamole, salchicha huachana y frijoles servidos con chips de yuca. Pareciera algo pesado pero resultó una entrada muy agradable. Con una reminiscencia a los clásicos nachos mexicanos sólo que aquí lo han adaptado a nuestra realidad incluyendo la salchicha huachana. Pidan hojuelas de yuca adicionales porque no alcanzan ni para la tercera parte del dip. Tal vez deberían servirlo con otro acompañamiento para disfrutarlo mejor pero incluso se deja comer solo.
Después ordené un pato de Trujillo: un guiso de pato deshuesado servido con yucas, frijoles y arroz. Punto a favor, no tienen que pelearse con la presa del pato porque viene deshuesada. El guiso tiene la textura y el sabor que sólo se consiguen después de una larga cocción. Me sorprendieron con los frijoles porque estuvieron demasiado buenos. Atención, que este plato tiene su gemelo en el cabrito a la norteña: el mismo aderezo, el mismo acompañamiento, lo único que cambia es el tipo de carne.
Me arriesgué pidiendo también su arroz con pato al estilo trujillano pero no cumplieron con mis expectativas. Me queda muy claro que sólo debe comerse en Chiclayo pero nunca pierdo la esperanza de encontrar uno que no me decepcione. El problema fue que me sirvieron un plato de arroz verde con una presa frita de pato encima que me recordó más a un pollo broaster. Ok, estaba bien cocinado pero ¿dónde quedó el aderezo en que debe cocinarse el pato y que es la esencia de este plato? Para culminar el almuerzo revisé la sección postres y decidí probar mi suerte con unos napoleones de arroz con leche acompañados de compota de membrillo. Las obleas estuvieron bastante crocantes y el membrillo venía con el toque ácido ideal para cortar el dulce. No me gustó que el arroz con leche estuviera frío porque me dio la impresión, quizá incorrecta, que era del día anterior. Llena y aunque no convence, hay que aplaudir el intento de salir de la clásica crema volteada o el aburrido combinado patrio.
Me quedé con algunas dudas respecto a Kamcha así que decidí darles una segunda visita. Esta vez pedí muy optimista una ocopa pero fallaron estrepitosamente. No tengo mucho que decir de esta entrada, salvo que sería conveniente darle la receta al cocinero. Era una salsa verde con demasiado sabor a huacatay y ningún vestigio de otros ingredientes. En cuanto a los quesitos fritos a la arequipeña no sean amarretes, mejor ni los mencionen en la carta porque dos trocitos no alcanzan ni para darse una idea de su sabor.
Algo debió advertirme que si la ocopa estuvo para el olvido la huancaína no sería mejor. Pero no podía hacer nada porque ya había ordenado los papardelle a la huancaína con pez espada en salsa de pimienta negra. Demasiado nombre para este plato porque la huancaína no tenía una buena textura y no se mezcló bien con la pasta. De sabor tampoco me pareció nada rescatable. Tuve que conformarme con el filete de pez espada que tenía buen sabor pero en algunas partes se había pasado del punto de cocción. Para no ser ser diplomático: estaba quemado.
Me fue mejor con el lomo saltado con tacu-tacu. Es innegable la maestría que tienen en este restaurante cocinando platos con frejoles. El lomo saltado tenía una sazón ligera y un punto de cocción ideal de la carne. Sin embargo quedaba ligeramente opacado por el buen sabor del tacu-tacu, al punto que tranquilamente lo hubiera podido comer solo. Pueden imaginarse que combinándolo con los jugos del lomo me supo a gloria. Ojalá se animen en el futuro a servir el tacu-tacu en otras variedades. Si lo sirven con mariscos, fácil no tiene competencia.
Para culminar el almuerzo nuevamente revisé los postres y pedí un encanelado de lúcuma. Mi referencia a este postre es el soberbio encanelado de Don Mamino o el de La Casa del Alfajor. Acá se limitaron a mezclar un bizcocho de canela con una porción demasiado generosa de crema de lúcuma. Pasable pero nada extraordinario. Tal vez deberían probar a servirlo con manjarblanco de lúcuma para recuperar un poco la esencia del postre original.
Si evaluara el sabor de los platos me hubiera retirado medianamente satisfecho de Kamcha pero (recuerden que siempre hay uno) noté un aspecto en el cual siento que deben mejorar mucho. En ambas visitas llegué temprano y a pesar que encontré un local poco concurrido el servicio distó mucho de ser óptimo. Los mozos no trabajan en equipo sino cada quien por su lado, por eso cometen errores en los pedidos y tampoco están muy pendientes de lo que sucede en las mesas. Además les recomiendo que vayan con harta paciencia porque en la cocina se toman demasiado tiempo en la preparación de los platos. Por mi parte es un restaurante cumplidor y por los precios módicos que ofrece tal vez no se puede exigir mucho. Para sacarse el clavo nada más.
Kamcha queda en Av. Aviación 4195, San Borja.
Teléfono 271-3900
Atención, los clientes del BBVA tienen 50% de descuento en este restaurante hasta el 31 de mayo. Sólo deben presentar su tarjeta Mundo Sueldo al momento de pagar la cuenta.
Comencé con un dip Kamcha, compuesto de tres capas de guacamole, salchicha huachana y frijoles servidos con chips de yuca. Pareciera algo pesado pero resultó una entrada muy agradable. Con una reminiscencia a los clásicos nachos mexicanos sólo que aquí lo han adaptado a nuestra realidad incluyendo la salchicha huachana. Pidan hojuelas de yuca adicionales porque no alcanzan ni para la tercera parte del dip. Tal vez deberían servirlo con otro acompañamiento para disfrutarlo mejor pero incluso se deja comer solo.
Después ordené un pato de Trujillo: un guiso de pato deshuesado servido con yucas, frijoles y arroz. Punto a favor, no tienen que pelearse con la presa del pato porque viene deshuesada. El guiso tiene la textura y el sabor que sólo se consiguen después de una larga cocción. Me sorprendieron con los frijoles porque estuvieron demasiado buenos. Atención, que este plato tiene su gemelo en el cabrito a la norteña: el mismo aderezo, el mismo acompañamiento, lo único que cambia es el tipo de carne.
Me quedé con algunas dudas respecto a Kamcha así que decidí darles una segunda visita. Esta vez pedí muy optimista una ocopa pero fallaron estrepitosamente. No tengo mucho que decir de esta entrada, salvo que sería conveniente darle la receta al cocinero. Era una salsa verde con demasiado sabor a huacatay y ningún vestigio de otros ingredientes. En cuanto a los quesitos fritos a la arequipeña no sean amarretes, mejor ni los mencionen en la carta porque dos trocitos no alcanzan ni para darse una idea de su sabor.
Algo debió advertirme que si la ocopa estuvo para el olvido la huancaína no sería mejor. Pero no podía hacer nada porque ya había ordenado los papardelle a la huancaína con pez espada en salsa de pimienta negra. Demasiado nombre para este plato porque la huancaína no tenía una buena textura y no se mezcló bien con la pasta. De sabor tampoco me pareció nada rescatable. Tuve que conformarme con el filete de pez espada que tenía buen sabor pero en algunas partes se había pasado del punto de cocción. Para no ser ser diplomático: estaba quemado.
Me fue mejor con el lomo saltado con tacu-tacu. Es innegable la maestría que tienen en este restaurante cocinando platos con frejoles. El lomo saltado tenía una sazón ligera y un punto de cocción ideal de la carne. Sin embargo quedaba ligeramente opacado por el buen sabor del tacu-tacu, al punto que tranquilamente lo hubiera podido comer solo. Pueden imaginarse que combinándolo con los jugos del lomo me supo a gloria. Ojalá se animen en el futuro a servir el tacu-tacu en otras variedades. Si lo sirven con mariscos, fácil no tiene competencia.
Para culminar el almuerzo nuevamente revisé los postres y pedí un encanelado de lúcuma. Mi referencia a este postre es el soberbio encanelado de Don Mamino o el de La Casa del Alfajor. Acá se limitaron a mezclar un bizcocho de canela con una porción demasiado generosa de crema de lúcuma. Pasable pero nada extraordinario. Tal vez deberían probar a servirlo con manjarblanco de lúcuma para recuperar un poco la esencia del postre original.
Si evaluara el sabor de los platos me hubiera retirado medianamente satisfecho de Kamcha pero (recuerden que siempre hay uno) noté un aspecto en el cual siento que deben mejorar mucho. En ambas visitas llegué temprano y a pesar que encontré un local poco concurrido el servicio distó mucho de ser óptimo. Los mozos no trabajan en equipo sino cada quien por su lado, por eso cometen errores en los pedidos y tampoco están muy pendientes de lo que sucede en las mesas. Además les recomiendo que vayan con harta paciencia porque en la cocina se toman demasiado tiempo en la preparación de los platos. Por mi parte es un restaurante cumplidor y por los precios módicos que ofrece tal vez no se puede exigir mucho. Para sacarse el clavo nada más.
Kamcha queda en Av. Aviación 4195, San Borja.
Teléfono 271-3900
Atención, los clientes del BBVA tienen 50% de descuento en este restaurante hasta el 31 de mayo. Sólo deben presentar su tarjeta Mundo Sueldo al momento de pagar la cuenta.
2 comentarios:
Hola Renzo
Buscaba una receta y llegue a tu blog, me gusta lo que lei, la vision de alguien que no esa influenciado por el MKT o los medios sino que va y simplemente prueba y opina(como Kevineats.com, leelo) creo que un restaurante nuevo siempre tiene cosas que afinar y solucionar, solo el tiempo logra corregir todos esos detalles (la formacion del equipo de sala y cocina, sobretodo que aprendan el sabor constante y un servicio de calidad)... el problema es aguantar el tiempo suficiente para formar una imagen y clientela y que esta sea... fiel. En fin leere tu blog para medir lo que piensan los comensales de la competencia y de alli medir si lo que estoy haciendo lo correcto en el. Un abrazo
Estimado Anónimo
Creo que el blog nació el día en que noté como muchos restaurantes se aprovechan del respaldo de una marca o personaje para servir cualquier cosa y a precios exorbitantes.
Gracias por tu visita y espero que encuentres algún restaurante de tu agrado.
¡Saludos!
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