Hace ya buen tiempo que le he cogido el gusto a la comida nikkei aunque no necesariamente limitada a los archifamosos rolls. Sé que hay otros platos poco conocidos que podrían deparar buenas sopresas. Por eso decidí almorzar en Hanzo, dos veces elegido por la guía Summum como mejor restaurante japonés del Perú y una marca consagrada con más 6 años de presencia en Lima. De acuerdo a su página web ya tienen incluso un local en Santiago de Chile.

Para comenzar la jornada elegí la Gyoza Soup, una sopa de pollo y verduras servido con champiñones, frijolito chino y empanaditas gyoza de cerdo y langostinos. Es un caldillo con una sazón muy ligera (Imperceptible diría yo) pero que se compensa con el sabor concentrado de las gyoza, un bocadillo muy parecido a los siu-kao chinos. Recomendable como entrada para abrir el apetito pero debo mencionar que su elevado precio (S/.22.00) lo convierte en un plato que no pediría muy seguido.

En cuanto a los rolls tienen una amplia variedad con todo tipo de sabores, texturas e ingredientes. Creo que a los peruanos hace rato ya se nos fue la mano creando makis. Yo elegí el Kani Crunchi, por encima tonkatsu, por dentro langostino empanizado, pulpa de cangrejo y palta. Para mí, cualidad esencial de los rolls es sentir el sabor muy fresco de los ingredientes. Segundo, ningún sabor debe sobreponerse al otro (Aunque esto se complica en los rolls bañados en salsas) Este Kani Crunchi satisfizo mis expectativas y me dejó con ganas de pedir otras variedades. Recomendable.

El Batayaki Hanzo, un saltado de camarones, calamar y langostinos en salsa de mantequilla y ajo picante, debió ser la estrella del almuerzo. Sin embargo fallaron de una manera estrepitosa porque los mariscos estaban cocidos desigualmente. Algunos estaban a término medio, otros completamente rostizados con un insoportable gusto amargo. Según la descripción se acompañan con una salsa de mantequilla pero qué marca estarán utilizando porque tenía más sabor a grasa que otra cosa. Si a eso le agrego que me vinieron con el pretexto de "el plato incluye camarones pero justo hoy día no tenemos" no lo recomendaría para nada.

De acompañamiento pedí el Oriental Rice, un arroz salteado con algas, shiitake, salchicha china y champiñones. A la mesa llegó un arroz meloso con una generosa porción de mariscos (¿Más mariscos? ¡Pero si no estaban en la descripción del plato!) Igual agradezco haber pedido este acompañamiento porque sirvió para que no me vaya de Hanzo con el estómago vacío. Eso sí, considero que no supera a los arroces fritos del Edo y Kintaro. Atención, si lo piden recuerden que la salchicha china tiene un sabor fuerte muy particular que tal vez no sea del agrado de todos.

Para terminar elegí las perlitas de tapioca, bolitas de tapioca cocida en una infusión de frambuesa y servidos con una bola de helado de vainilla D'onofrio. La tapioca es el almidón de yuca presentado en forma de bolitas y que sancochado se puede utilizar en variedad de recetas. Es uno de mis postres favoritos y cada vez que voy al Barrio Chino, aprovecho y compro un paquete para cocinarlo al estilo de arroz con leche (receta de mi casa). El que me sirvieron era tan empalagoso como un suspiro limeño. De la frambuesa sólo tenía el color y se perdió ese toque ácido que hubiera hecho un buen contraste. Ademés es lamentable que en un restaurante premiado utilicen helado D'onofrio porque esa mezcla de manteca y azúcar sólo contribuyó a hacer más empalagoso el postre. Prescindible.
Punto a favor de Hanzo, el servicio. El mozo que atendió mi mesa tenía muy buena actitud, hacía recomendaciones, estaba pendiente de mis necesidades y demostró un buen conocimiento de los ingredientes que contenían los platos y de su manera de cocción. Gran punto en contra de Hanzo, los servicios higiénicos. No voy a entrar en detalles de mal gusto pero se nota que nadie supervisó el correcto funcionamiento de los baños antes de abrir el el local. Los tachos llenos y otros indicios me dan a entender que no llevan un control de la limpieza cada cierto período de tiempo. Muy mal.
No pienso justificar a este restaurante con el pretexto del mal día pero tampoco voy a incluirlos en la lista negra. Es muy simple, antes ya había visitado el local de San Isidro y tuve una muy buena experiencia gastronómica con visita incluida del itamae a la mesa para consultar mi opinión. ¿Empate técnico, entonces? Para nada. El local de Encalada queda descartado. Al local de San Isidro le daré el beneficio de la duda.
Hanzo queda en Av. Primavera 1494, Surco.
Horario: Lunes a sábado de 12:30 a 4:00 p.m. y de 7:00 p.m. a 11:30 p.m. Domingos de 12:30 a 4:00 p.m
Ticket promedio: S/.65.00 por persona
Teléfono:344-4801
Volvería: Sólo al local de San Isidro.
Post Data: Gastón escribe
Los lectores que me siguen desde hace tiempo sabrán que siempre me he mostrado en desacuerdo con las recomendaciones de Gastón Acurio y su programa Aventura Culinaria. Me cansaría de contar los innumerables chascos que me he llevado con restaurantes que se aprovechan de la publicidad gratuita. Si a eso le agrego la famosa argolla de chefs "consagrados" que saben aprovechar muy bien estar al lado del ícono máximo de nuestra gastronomía no me incluiría en su lista de fans.

Sin embargo a raíz de la crítica que le hice a Panchita (el infame episodio del arroz con choclo y el problema con el rocoto picante, entre otros) el mismo Gastón Acurio escribió a mi correo personal lamentando mi insatisfacción y transmitiendo su preocupación al personal responsable del restaurante. Pero no todo quedó allí, también se refirió a mi malestar por la ausencia de críticas en su programa y que a veces me ha llevado a tomar decisiones erróneas. Sus comentarios fueron escritos en un tono muy asertivo y se entabló un diálogo fresco y productivo en el cual resaltaba la importancia de las críticas pero también la gran responsabilidad que existe detrás de ellas.
A Gastón le agradezco que se haya tomado el tiempo para escribirme y reconozco que en algún momento puedo haber escrito una opinión sesgada sobre él. Total él podría actuar de buena fe pero no podemos esperar que todo el mundo tenga esa actitud y menos ciertos restaurantes "exclusivos" que sólo piensan en sus bolsillos más que en la satisfacción del cliente o el bienestar de su personal. Además también me regaló una frase para reflexionar "Todos tenemos un mundo propio y subjetivo de sonidos y sabores" Pero como le dije al final en el correo, lo único que no le perdono es que haya lanzado un recetario junto al plomo de Gianmarco. He dicho.