viernes, 20 de febrero de 2015

Chicago IX: El vicio de comer chocolate.

A veces en el momento menos pensado la inspiración toca la puerta y la dejo pasar para que ella y el teclado se entiendan entre sí. Este post es el mejor ejemplo pues sólo iba a escribir una breve referencia de los chocolates que compré en Chicago cuando, sin darme cuenta, ya tenía una reseña por cada tienda que visité. Y luego se me ocurrió hacer un post temático y nada mejor que los siete pecados (o tentaciones) para hacer referencia a cada uno de ellos. Antes que alguien me corrija, si falta la ira es porque no imagino a nadie molestándose mientras come chocolate.

Teuscher (Codicia)
Les reto a entrar a la chocolatería Teuscher y no codiciar algo de sus vitrinas. Les reto a escoger entre su gran variedad de productos y no codiciar más dinero para llevar más chocolates. ¿Qué les vamos a hacer? Cuando leo que sus bombones y barras se hacen en Zurich y luego son enviados a sus tiendas alrededor de todo el mundo la palabra sobriedad no entra en mi vocabulario.

Apenas uno entra a la tienda es difícil mantener la ecuanimidad. Por un lado están las cajas de chocolates en diversas presentaciones (había una colección Mozart incluso!). Por otro están los empaques especiales para Navidad adornados exquisitamente. Y en el counter había una vitrina con bombones en diversas formas y sabores para llevar al peso. Pedir más es imposible. Vale la pena indicar que los precios no son muy económicos que digamos pero cuando uno puede comprar trufas hechas con champagne Dom Perignon el dinero se convierte en algo accesorio. Les advierto que van a dejar la vida en esta tienda pero saldrán felices.

La tienda de Teuscher queda en Bloomingdales North Michigan 900, Piso 5.
Recomendación: Las trufas de champagne.

Godiva (Lujuria)
Cuando fui al Water Tower Mall en busca de algunos encargos vi un logo que me dejó paralizado. ¡Godiva! ¿Cómo es posible que me hubiera olvidado de buscar un local de esta reconocida marca? No me demoré ni un minuto en ingresar a la tienda y coger un producto tras otro, con tal emoción que la dependiente se ofreció a ayudarme. Recien cuando llegué al counter y me informaron el monto de mi compra acepté que no es bueno dejarse llevar por las pasiones. ¿O sí?
No hay mucho que agregar cuando se menciona el nombre Godiva. Originaria de Belgica y con casi 90 años de historia es una marca que se distingue por su gran variedad de productos: galletas, bombones, trufas, barras, cualquier producto imaginable hecho con chocolate estaba en sus góndolas. Y si hablara de los empaques, cada uno era más lujoso que el otro y son el regalo perfecto para esas personas especiales que esperan a nuestro regreso. Dicen que los chocolates Godiva son caros, pues échenle la culpa al margen que pone el importador porque acá en la tienda los precios eran más que razonables. Claro, mientras no lleven un cargamento de chocolates como el blogger.

La tienda de Godiva queda en el Water Tower Mall, 835 North Michigan Avenue.
Recomendación: Las cajas de bombones y trufas.

Fannie May (Gula)
Cada vez que entraba a la tienda de Fanny May nunca faltó la encargada que, muy sonriente, siempre me ofrecía una bandeja llena de bombones para que las pruebe sin ningún compromiso. Confieso que visité este local varias veces sin comprar nada, sólo por el afán de probar cada vez un producto distinto.

Fannie May es una marca que existe desde el año 1920. Inicialmente comenzó como una confitería pero con el tiempo incursionó en el negocio de los chocolates. Lamento no haber llevado su producto estrella: el pixie (pecanas bañadas en caramelo cubiertas de chocolate) pero no soy muy fan del caramelo. Me incliné por sus trufas de frambuesa, los bombones relleno de crema de maní y unas cajas especiales para Navidad. Pero la cereza del pastel fueron sus barras hechas con cacao de origen. Madagascar 63%, un cacao intensamente frutal y con un sabor prolongado a frutos del bosque y  Concha 70%, un blend de cacao amazónico, Arriba y Maracaibo criollo. Así que no se dejen distraer, si bien las estrellas son los productos de confitería en sus estantes pueden hallarse algunos tesoros.

Fanny May queda en 343 North Michigan Avenue
Recomendación: Las barras y las trufas hechas con cacao de origen.

Ghirardelli (Pereza)
Sólo de entrar a la tienda de Ghirardelli y ver los clásicos "squares" por decenas para que uno arme su canasta al gusto ya me daba una flojera de antología. Con tantas variedades para escoger es increíble que no me haya animado a armar un paquetito. 

No quiero sonar mezquino pero con tanta barra de chocolate de origen que había encontrado estaba bien difícil que me sorprendieran. Mejor dicho, ya tenía la mochila llena de chocolates y era imposible que pudiera cargar algo más. Pero como no había llegado tan lejos para regresar al hotel con la manos vacías me conformé con llevar una mezcla especial para preparar chocolate en taza y una barra de repostería 65% de la cual daré buena cuenta intentando hacer brownies.

No me juzguen por no probar sus postres y bebidas con chocolate, tecnicamente bajé del avión y con las mismas salí en busca de las tiendas antes que me ganara el feriado de Acción de Gracias. Hice gala de mis fuerzas de flaqueza pero después de 8 horas volando no habían muchas reservas.

La tienda de Ghirardelli queda en 830 North Michigan Avenue.
Recomendación: Escojan la opción Pick n' Mix y armen un paquete a su gusto.

Vosges Haut (Soberbia)
Comprar chocolates sin preguntar el precio es algo que no se lo recomiendo a nadie. Cuando estén en el counter se darán cuenta que la soberbia tiene un precio muy alto. 

Katrina Markoff, graduada de Le Cordon Bleu y con experiencia en El Bulli, decidió recorrer el mundo para descubrir nuevos insumos y sabores. Es así que nace Vosges Haut, una marca de chocolates cuyo lema es "Travel the world through chocolate" Que no les sorprenda encontrar especias, hierbas, flores y demás ingredientes en sus trufas y barras de chocolate. Sólo para que se den una idea pregúntense cuándo fue la última vez que comieron un bombón de queso Taleggio o de algas, chía y sal de Himalaya. Increíble, ¿no?

No me haré el conocedor ya que no suelo correr riesgos con sabores extravagantes y me conformé con investigar las barras. La de hibiscus rellena de caramelo de blood orange es la prueba que cítricos y chocolate amargo son el matrimonio perfecto. Pequeña y demasiado simple muestra de todo lo que se puede encontrar en sus estantes.

Vosges Haut queda en The Shops at North Bridge, 520 North Michigan Avenue.
Recomendación: Déjense guiar por su espíritu aventurero. Es una chocolatería única.

Eataly (Envidia)
Tal como prometí Eataly se merece un párrafo aparte por su espectacular sección de chocolates. Luego de visitarlos es imposible no sentir envidia de la gente que vive en Chicago y tiene a disposición tamaña variedad de chocolates italianos. Lo más escandaloso fue encontrar un chocolate hecho con cacao de Apurímac cuya existencia desconocía. ¡Que vergüenza blogger!

La sección de chocolates de Eataly es el sueño de todo fan del chocolate. No sólo tienen un counter donde se venden bombones artesanales al peso. También están las clásica marcas italianas con todos sus productos. Sin embargo donde casi perdí la razón fue cuando descubrí la marca Domori y sus tabletas hechas con cacao de origen. Y creánme, no es lo mejor que tienen. Basta con nombrar la palabra Chuao para que se hagan una idea. Incluso para los más puristas descubrí el "ciocolatto di modica", un método italiano tradicional por medio del cual el chocolate queda con una textura granulosa y más rústica. Dudo que en el mediano plazo pueda encontrar un lugar parecido.

Eataly queda The Shops at North Bridge 43 E, 520 North Michigan Avenue.
Recomendación: Compren todo lo que puedan. Para lo demás existe la tarjeta de crédito.

1 comentario:

Gabriela dijo...

Con pecados capitales y todo. Comer chocolate debe ser uno de los placeres más grandes que la vida nos ha dado. No hay razón para negarse a un buen chocolate en cualquier momento.