jueves, 18 de julio de 2019

Seitán Urban Bistro (De por qué me volvería vegetariano)

Seitán Urban Bistro está de vuelta y yo estoy más que feliz. Como dicen en las películas americanas: "Bigger, better and greener than ever"

Fachada de Seitán. Detalle del salón.
Le guardo mucho respeto al chef Santiago Santolalla. Iniciar un proyecto de restaurante no es tarea sencilla, pero cuando esto implica además un cambio en el estilo de vida hay que hablar en palabras mayores. Seitán Urban Bistro se ganó rápidamente mis preferencias al ofrecer una propuesta gastronómica plant-based (léase alimentos derivados de plantas, incluidos vegetales, granos, semillas sin usar ningún producto animal. Gracias Wikipedia). Para un carnívoro nato como yo, encontrar platos sabrosos y bien preparados fueron motivo suficientepara que me haga adepto a su propuesta. Sin embargo, el éxito que obtuvo el restaurante exigió un cambio de espacio. Tras una larga espera por fin está de vuelta estrenando flamante local en el centro de Miraflores. 

Pop corn seitán. Alitas de coliflor.
Estoy caminando por una tranquila calle miraflorina. El ambiente es invariable: serenazgos con expresión adusta, turistas despistados, usuarios de scooters aún más despistados, hasta que justo al lado de una cafetería muy conocida llego a mi oasis favorito de la comida vegetariana.

La carta transcurre por senderos ya conocidos. Unas entradas veggie, las clásicas burgers y varios fondos con alguna que otra novedad. Empieza mi jornada con las insuperables alitas de coliflor BBQ (S/14.00). Las extrañé desde el fondo de mi alma, y sigo sin entender como logra esa textura con una verdura tan odiada. La BBQ de panela redondea la experiencia, aunque hubiese preferido que sean más generosos en la cantidad. Pero aún no he visto todo, el chef guarda un demoledor as bajo la manga: el pop corn seitán (S/15.00). Crujientes trozos de seitán (gluten de trigo) con un toque de "panela mustard" que luego del primer bocado se convierten en mi nueva adicción. La idea es conocida, la he visto en versiones con pollo y langostinos, pero en una receta vegetariana el reto es mayor y he ahí mi sorpresa. Consejo, no la compartan y solo espero que el chef se anime a lanzar una versión picante que tranquilamente entraría en mi lista de platos favoritos del año.

Cebiche. Tartar.
Vuelvo a la realidad veggie con la receta de tartar (S/19.00). La res ha sido reemplazada adecuadamente por tomates marinados y deshidratados. El aliño es intenso por la presencia del miso, el dijon y los pickles, aunque yo estoy acostumbrado a los sabores fuertes y no me siento abrumado. Siguen unas croquetas (S/17.00) muy prolijas. Cumple el exterior crujiente y el interior cremoso en forma de un correctísimo ají de setas. Con esto sería suficiente, pero el emplatado se completa con mousse de palta, emulsión de aceituna y tierra de ají amarillo. El cebiche (S/18.00), léase ensalada de champiñones, no me impresiona. El plato es refrescante, me satisface en términos de sabor, pero no es cebiche. Así ofrezcan tres versiones más en la carta: apaltado, andino (reemplazando los chamopiñones por tarwi y cushuro) y carretillero (topping de chicharrón de berenjenas) seguiré extrañando la intensidad que solo pueden aportar los mariscos frescos.

Chi jau kay de berenjena
El chef no perdona mi desdén por su ceviche y se cobra la revancha en gran estilo con el chijaukay (S/21.00). Me dice "pruébalo y luego te diré que es". Me siento intrigado por estas tiras de crujiente verdura en una salsa de sabores orientales hasta que me entero que estoy comiendo berenjenas. La verdura que más detesto en este mundo y he sido burlado impunemente. Un punto más para la cocina plant-basedTengo mis reservas con el apanado (S/23.00). La textura del seitán no ayuda en este caso y debo combinarlo con la salsa de hongos para terminar el plato. El puré siempre me deja buen sabor de boca, pues manejan adecuadamente la ausencia de lácteos para lograr la consistencia precisa.

Prescindo de los postres en favor de una infusión de Quinta Esencia para finalizar mi visita. Seitán está de vuelta y me siento feliz por todo el equipo responsable. El servicio a la mesa cumple, pues el personal está capacitado para guiar a sus clientes, incluso aquellos novatos como yo. Punto aparte para el local, más visto y amplio, sobre todo por los dos ambientes claramente diferenciados y con una decoración que invita a la tranquilidad. Me retiro de Seitán con muy buen sabor de boca aunque vuelve a aparecer esa vocecita que me dice: "¿Blogger y si te pasas al lado oscuro, perdón, verde de lo vegetariano?" Si solo fuera por esas alitas y ese pop corn...

Seitán queda en Grimaldo del Solar 168, Miraflores
Horario: Lunes a sábado de 12:00 a 16:00 y de 18:30 a 22:30. Domingos de 12:00 a 16:00
Precios: Piqueos: S/8 - S/15.00. Entradas S/16.00 - S/21.00. Fondos S/19.00 - S/23.00
Teléfono: 747-1827
Volvería: De todas maneras. En cuestiones de comida vegetariana Seitán es la voz.

1 comentario:

Evelyn Casas dijo...

Tienes una manera de describirlo los platos que me hace pensar que probar esas alitas de coliflor ( mi verdura mas odiada) sea una excelente idea