Cuando era niño visitaba muy pocas veces a mi abuela materna por motivos que prefiero no mencionar en este blog. Uno de los últimos recuerdos que tengo de ella es haber aceptado una invitación para almorzar en su casa. Como todo adolescente despreocupado e indiferente lo tomé como un día más. Anciana y cansada mi abuela me invitó un plato de ají de gallina que ella misma había cocinado. No tenía mucho sabor pero lo comí sin dejar de mencionar una y otra vez lo bueno que estaba. Cuando acabé el plato mi abuela puso en la mesa una caja de cartón cubierta con plástico transparente. Sólo me dejó coger un cachito relleno de manjarblanco antes de guardar velozmente la caja en la refrigeradora. Pude leer en el cartón el nombre de la pastelería: Herbert Baruch. Tuvieron que pasar diez años para que volviera a escuchar ese nombre.
Ya olvíde el día en que leí un artículo del diario El Comercio donde resaltaban las virtudes de esta pastelería. Pero su sola mención (que me hizo evocar aquel almuerzo) y el hecho que estaba dirigida por un chef suizo fueron motivos suficientes para hacerles una visita. Lamentablemente Herbert Baruch ya estaba en su época de decadencia. La atención era deficiente, no había mucha variedad y no encontré nada rescatable en los postres que probé. Es más, la crema pastelera de los profiteroles tenía una textura y sabor que me recordaba al engrudo. A pesar de sus deficiencias relaciono esta pastelería con el último recuerdo alegre que tengo de mi abuela y por eso tiene su lugar en esta lista. Un minuto de silencio por Herbert Baruch.
Ya olvíde el día en que leí un artículo del diario El Comercio donde resaltaban las virtudes de esta pastelería. Pero su sola mención (que me hizo evocar aquel almuerzo) y el hecho que estaba dirigida por un chef suizo fueron motivos suficientes para hacerles una visita. Lamentablemente Herbert Baruch ya estaba en su época de decadencia. La atención era deficiente, no había mucha variedad y no encontré nada rescatable en los postres que probé. Es más, la crema pastelera de los profiteroles tenía una textura y sabor que me recordaba al engrudo. A pesar de sus deficiencias relaciono esta pastelería con el último recuerdo alegre que tengo de mi abuela y por eso tiene su lugar en esta lista. Un minuto de silencio por Herbert Baruch.
21 comentarios:
Renzo
Que bonito es recordar de niños a nuestras abuelas. Me imagino que la tuya fue bien tierna y amorosa!.
Sabes? no he ido a esta pastelería Herbert Baruch pues creo que en todo Lima habrá dos y eso, por eso no me llamo la atención.
Pero lo que sí recuerdo de niña es que mi padre compraba todos los lunes pastelitos de la desaparecida pastelería Belgravia para la noche de hogar, nos gustaba reunirnos todos los lunes como familia y aparte de aprender cosas buenas, disfrutábamos de esos pastelitos :), recuerdo como peleaba con mis hermanas para elegir el mas rico ja ja ja.
El pasado, nuestra niñez y los buenos momentos nadie te los quita.
Besitos
Ll
Renzo, que ricos recuerdos de es pastelería!! ya no existe más? Creo que hace un tiempo leí en algún lado que estaban promocionando almuerzos para la gente que trabaja por la zona. También me acuerdo de la época que mencionas donde se vino abajo..pero como todos estos emprendimientos que tuvieron momentos de gloria tienden a resurgir..a lo mejor.
Ojalá porque hacían cosas deliciosas...y los CHOCOLATES!!
Ll
Mi abuela fue lo máximo pero no pude compartir mucho tiempo con ella.
Belgravia aún existe pero lo único bueno que preparan es su baguette dulce.
Saludos!
Katia
¿Tú si te acuerdas de Herbert Baruch?
Que pena que no la conocí en sus mejores épocas. Cuando fui ya estaba en picada.
Un abrazo!
Renzo
Mi tio Edgar, el hermano de mi mama trabajaba en Baruch como pastelero. Todas mis tortas de cumpleaños y las de Ruth fueron de Baruch.
El milhojas era espectacular!! mil veces mas rico y crocante que el de San Antonio...solo en El Hornito, una pasteleria que habia en Miraflores, probe una milhojas parecida.
Los cachitos de Baruch, el pan, los pasteles, eran deliciosos...todavia recuerdo cuando ibamos con mi mama a Jesus Maria y antes de regresar a la casa pasabamos por Baruch (Av. Salaverry)a visitar a mi tio y comprar pan.
Que tal recuerdo!!!!
Sofia
Sofía
¡Te pasaste! ¡Que gran aporte!
Mi madre me dijo que Baruch antes era LA pastelería. Que pena que no pudo mantenerse como tal.
¡Un abrazo!
Renzo
lástima que no tuve opción de probar los postres...
yo vivi mi infancia ahi... que pena
Estimado pollo especialista
Siento lo mismo pues sólo conocí esta pastelería en su momento de agonía.
Estimado anónimo
Suerte la tuya que pudiste conocer a Herbert Baruch en sus mejores momentos.
Baruch de Salaverry era espectacular... yo también lo relaciono con mis abuelos porque cuando íbamos a su casa comprábamos panes y pastelitos de ahí o del San Antonio de Magdalena... lo relaciono con el primer baguette que tuve la suerte de probar.
Estimada Ratita Cuqui
Podrán existir nuevos y mejores lugares pero aquellos que identificamos con nuestros primeros recuerdos jamás serán igualados...
Saludos!
Rick
Inolvidable, aquel suave y delicioso sabor a anis que tenía el pan baruch cuando mi papa volvia del trabajo a casa con una bolsa pan baruch, yo volaba del tercer piso como mario bros solo por un cachito.
Una gran pena que cerrara
Me ha dado cierto toque de orgullo y vinieron a mi mente muchos lindos recuerdos, Herbet Baruch tuvo su època como bien dicen, la pastelerìa (ya sin èl)conservò su nombre, pero el sabor y la calidad no eran iguales.
Èl lamentablemente falleciò el año pasado, pero sè que hasta ahora muchos pasteleros conocen y siguen haciendo muchas de sus recetas como la masa hojaldre.
Yo en contadas ocaciones he podido probar sus postres y pasteles y efectivamente, excelentes
El pan negro de Baruch era el mejor de la galaxia
LOS MEJORES RECUERDOS LA MEJOR PASTELERIA DE LIMA
EL AMOR Y CARIÑO DE NUESTROS PADRES
leer esta pagina me hincha el corazon al recordar las delicias que hacia en el taller de salaverry bajo las ordenes del maestro HB en su homenaje continuare con su legado para darle gusto a esos paladares que lo extrañan su alumno EUSEBIO
La torta del matrimonio de mis padres la hizo Baruch.
Tengo la foto pero aquí no veo la opción para colgarla.
Nada que ver con las tortas actuales.
Estaba llena de encajes y de varios pisos.
Un abrazo,
Vicky
A dos cuadras de casa en Av. Petit Thouars, estaba el HERBERT BARUCH que conoci y recuerdo con cariño. Mi preferido: lenguitas de gato que estaban a mi altura de niña de 4 años, apiladas en esa suerte de cajones con tapa de vidrio deslizable. Qué maravilla!!! Y si mal no recuerdo vendían crema chantilly prepreparada al kilo que era un sueño y la baguette era directamente suprema!!! Eso sí: no era barato en comparación con la panadería de barrio, por eso solíamos acudir en ocasiones especiales. Lindos recuerdos!!!
Tamy
Cuando yo era un nino, mi tia-madrina Zoila siempre en mi cumpleanos me regalaba una torta de Herbert Baruch. Riquisimas!
y cuando yo iba a cumplir aproximadamente 12 anos, una persona me quizo regalar una torta, y yo le dije que no gracias porque mi tia me regalaria "seguro" una torta de Herbert Baruch, entonces me regalo otra cosa. Pero justamente ese ano no me gegalo la torta y me quedo como anecdota para mi vida ese hecho. Haha!
Gracias por tu post amigo!
Tuve el placer de probar en mis cumples de niñez, la torta de chantilly con fresas de Herbert Baruch de Salaverry. Deliciosa e inolvidable !!
Yo si tuve la dicha de comer sus torta mi papá joyero de profesión sus clientes de la av la paz le recomendaron esa pasteleria muy buena pensé que lo que cojieron la patente era gusto y gustito ya que dice que es desde 1948 pero las torta el pan baguette y los platanitos eran de otro mundo gracias baruch x esos momentos dulces
Mis mejores momentos de juventud los viví deleitandome con los postres y las mejores mini empanadas mixtas del Herbert Baruch (90's), hasta el día de hoy inigualables al igual que su característico ají!! Delicioso. Se me hace agua la boca de solo imaginarlo y recordarlo. Es una lástima que ya no exista. Como me gustaría la receta de esas empanadas crocantes de jamón y queso... Una delicia que recordaré por siempre.
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