jueves, 18 de abril de 2013

La Traviata (Un di, felice, eterea)

Una cena de diez platos de por sí ya es una experiencia para recordar. Pero sí a eso le agregamos la sabrosa conversación de un chef que no cree en la diplomacia sino en decir las cosas tal como son entonces podemos hablar de una cena memorable.

La pizarra-carta de la Traviata
Pasta artesanal. A ver ¿Cuántos restaurantes italianos pueden levantar la mano y decir que ellos mismos preparan sus pastas? Carlos Bonilla Iversen, chef con años de experiencia en Perú y el extranjero me retó a conocer La Traviata, su restaurante-bastión de la pasta artesanal. Lo que comenzó como un reto a probar el mejor risotto se convirtió en un menú degustación con sus mejores platos y recetas. Existe una gran diferencia entre un chef que cocina por pasión y aquellos que sólo aparecen en la foto del grupo pero que en sus restaurantes no aparecen ni para saludar.

Berenjena gratinada en salsa pomodoro.
La cena empezó con una berenjena a la parrilla gratinada en salsa pomodoro. ¡Pero si el blogger no come berenjena! Nuevamente tengo que confesar que me la hicieron porque mi odio por este vegetal desapareció cuando feliz comí bocado trás bocado. Es la técnica del chef para darle a la berenjena un sabor y textura deliciosos. Luego me trajeron una ollita con champiñones al ajillo y verduras salteadas que no duraron más de un minuto en la mesa. Dos platos que comí por primera vez: carpaccio de lomo con aliño de balsámico, mostaza dijon y los ñoquis en pulpa de cangrejo cerraron el capítulo de las entradas. El carpaccio fue todo un reto que pasé con éxito, sobre porque el aliño tenía el punto exacto. Los ñoquis, insuperables por el sabor de la pulpa de cangrejo.

Dúo de risottos.
Para los platos de fondo comenzamos con un impresionante dúo de risottos. Primero un risotto de hongos con shiitake, hongos de Porcón y champiñones. No tengo que recordarles mi afición desmedida por los hongos en todas sus variedades y este risotto superó mis expectativas. Las palmas, sin embargo, se las lleva el risotto de langostinos y champiñones. Nada de langostinos congelados o recocidos. Al contrario, todo el sabor de los mariscos concentrado en un plato que ya quisieran tener muchos restaurantes en su carta. Ahora entiendo porque Carlos me dijo que su risotto no se hace de un momento a otro. Un plato tan bueno definitivamente no sale en quince minutos.

Asado de tira en vino tinto.
Con eso ya me sentía más que satisfecho pero llegó el turno de las carnes. ¡Y que carnes! Primero un asado de tira macerado y cocido en vino tinto. A su lado un osobucco milanés en un ragú de tomate y verduras. A cada cual mejor, es de esas carnes donde la coción se hace lentamente y de largo aliento para que el resultado sea una carne suave que no necesita cuchillo y una salsa concentrada. Sería mezquino elegir una de las dos, para el blogger es un em pate técnico. Atención que cuando se pide a la carta lo presentan separado de los fideos (papardelle al olio, más que suficiente) para que uno mismo lo junte en el plato al mejor estilo de un tuco. Obvio, no se les ocurra pedir una pasta con salsa de cuatro quesos porque desvirtuarían totalmente la idea original.

Fettucinis a la carbonara.
El broche de oro vino en forma de unos exquisitos fettucinis a la carbonara. Olvídense de esas insufribles carbonaras llenas de grasa que sirven en otros restaurantes. Pero no les voy a decir nada más. Que sea una tarea para ustedes para cuando lo visiten. En fin, La Traviata me dejó con muy buen sabor de boca porque es uno de esos restaurantes donde se encuentran platos genuinos, preparados con pasión por el cliente y no por negocio. En cuanto a sus locales el de San Isidro es más adecuado para un almuerzo de diario cuando uno no está corriendo contra el tiempo para volver rápido a la oficina. El local de Miraflores ofrece un ambiente íntimo a media luz ideal para una cena romántica. A Carlos Bonilla, las gracias por esta cena y por la conversación que tuvimos. No todos los días uno tiene la oportunidad de conocer a un chef que cree en la pasión de cocinar y en decir la verdad con todas sus letras. Así le haya caído al blogger también.

La Traviata queda en Av. Reducto 1236, Miraflores.
Horario: Lunes a jueves de 12:00 p.m. a 3.30 p.m. y 8:00 p.m. a 11:00 p.m.
Viernes a sábado de 12:00 p.m. a 5:00 p.m. y 8:00 p.m. a 12:00 a.m.
Domingo de 1:00 a 5:00
Ticket promedio: S/.70.00
Teléfono: 242-3514
Volvería: De todos modos. Esa carbonara, ese osobucco, ese risotto...

9 comentarios:

Gabriela dijo...

Con este restaurante, la distancia no es excusa. Además, solamente con leer las descripciones me hace desear inventar una ocasión especial para ir.

Unknown dijo...

La traviata es mi sitio de pastas favorito,poco a poco me he paseado por toda su carta (o mas bien pizarra) pero siempre vuelvo a sus ñoquis al pesto, uno de los mejores pestos que he probado.

El Broker Urbano dijo...

Con la edad -y tantas cosas- me estoy haciendo un poquito de La Traviata al medio día, de La Traviata un miércoles por la noche, de La Traviata porque sí. Unas pastas siempre con su copa de vino y la primera botella es corchó libre . Y es que no hay mejor refugio.

Renzo dijo...

Estimada Gabriela

Date una vuelta. Es uno de esos restaurantes en donde no sólo encuentras buena comida sino un ambiente acogedor y una atención muy correcta.

Saludos

Renzo dijo...

Estimada Dafna

Me has convencido. La próxima vez obligado pedir un plato con pesto.
=)


Saludos

Renzo dijo...

Estimado Broker

Que buena elección la tuya.

Prometo visitarlo a la brevedad posible para evaluar nuevos platos.

Saludos

Anónimo dijo...

Hola renzo, tengo una curiosidad y una inquietud on la que quisiera me ayudes para no terminar haciendo papelones a la hora de pagar la cuenta, el costo que colocas al final del post es en base a que? al plato principal? a la mitad de la cuenta?...quisiera ir volando a este restaurante

Renzo dijo...

Hola Anónimo

El ticket promedio es el precio por persona tomando en cuenta dos bebidas no alcohólicas, dos platos principales y un postre compartido.

Saludos

Cyrano dijo...

Verdi se quedo chiquito...