domingo, 9 de noviembre de 2014

New York III: El poder de la barbacoa

Seamos sinceros ¿Cuántos de nosotros hemos comido una verdadera barbeque en Lima?  Me acuerdo que en la prehistoria del blog iba al Tony Roma's a comer su filete de cerdo a la BBQ, un kassler bañado generosamente en salsa BBQ de la casa, tal vez algo empalagosa aunque ideal para el gusto peruano. Siendo joven e impresionable pensaba que era uno de los mejores platos de Lima pero cuando desapareció de su carta lo fui olvidando gradualmente.
Vista del counter
El último día de mi estancia en New York la meta era visitar Mighty Quinn's. Queda claro que no es nada sencillo salir a comer en Estados Unidos. A diferencia de nosotros que salimos a Javier Prado y tomamos cualquier desvío a San Isidro o Miraflores en las carreteras americanas el más ligero desliz terminará alejándolos varios kilómetros del objetivo. Peor aún cuando uno llama al restaurante y se encuentra con la versión americana del "aquicito no más" Felizmente la paciencia de mis amigos fue lo suficientemente grande, encontramos el bendito restaurante para, al fin, satisfacer mi curiosidad de probar la verdadera barbeque americana.
El enfoque del lugar es bastante sencillo. Llama la atención ver un counter al estilo autoservicio donde uno menciona lo que desea y el dependiente se encarga de cortar y servir la carne en unos envases descartables de cartón. Se eligen los acompañamientos y se cancela el pedido. Cualquier distraído (inclúyanme en ese grupo) pensaría en un fast food pero es cuando uno llega a la mesa que descubre como la realidad puede superar tremendamente las expectativas.

Spare Ribs
Según he leído en su web el secreto del éxito de Mighty Quinns es utilizar insumos de calidad y una cocción tradicional durante varias horas. Muchas veces en Lima se habla de carne que no necesita cuchillo para comerla pero al final siempre descuidan el sabor. Incluso en restaurantes de marca donde presumen de los famosos cortes cocidos durante 40 horas el resultado final deja mucho que desear. 

Comienzo con el Brisket, un corte de la parte baja del tórax de la res, y que por la cantidad de músculo requiere de una cocción muy cuidadosa. La carne se defiende sola, un toque de sal de Maldon es más que suficiente para sazonarla y no hay que ser un erudito para reconocer sus virtudes. Continúo con el Pulled Pork, la carne de cerdo deshilachada con salsa BBQ que no me impresiona aunque me alegra verla porque ahora tengo un punto de referencia. Resulta que varios sitios en Lima (dicen que) lo preparan. Siguen las clásicas Spare Ribs, y no desperdicio una sola brizna de carne, negándome tercamente a agregarle la salsa BBQ de la casa. Quiero probar el verdadero sabor de la carne y no me arrepiento. Pero al final termino capitulando con el Burnt Ends, el corte de brisket trozado y mezclado con su salsa BBQ casera. Y esa es la gran diferencia que existe con las salsas industriales que estamos mal acostumbrados a probar. Aquí se integra con la carne, no es invasiva al paladar y ayuda a que la experiencia sea redonda.
La famosa salsa BBQ
No quise darle tanta prioridad a los acompañamientos porque no quería nada que me distrajera del sabor de la carne. Suficiente con decir que me volví fanático de la ensalada de col, cuya frescura era innegable en su versión clásica o cremosa. Pequeño detalle, los chiles no pican, se asemejan más a un encurtido pero hay que olvidarse del gusto peruano por los sabores intensos.
Este post marca el final de mi aventura por Nueva York. Sería muy ligero de mi parte afirmar que conocí la ciudad habiendo estado tan pocos días pero a la oportunidad la pintan calva y no tenía más alternativa que luchar contra el tiempo. Tuve que sacrificar visitas a restaurantes pero me di el gusto de cumplir varios sueños. ¿Se imaginan al blogger posando con su corona de plástico delante de la estatua de la Libertad? ¿Se imaginan lo que sentí cuando entré al Lego Store en el Rockefeller Center? En fin, alguien me dijo que para conocer esta ciudad habría que permanecer allí mínimo un año y considero que no exagera. Pero no se desilusionen que todavía hay mucho (mucho más) por contar en el blog. Sí, lo de Nueva York fue una mera introducción. Prepárense.

Para saber más de los locales de Mighty Quinn's Barbeque pueden visitar su web
mightyquinnsbbq.com

1 comentario:

Gabriela dijo...

Felizmente no me cuento entre los peruanos que gustan del ají. Es más, cuando más lejos de mi plato, mejor. Conozco ese "no pica nada", ya sé que significa que pica. Así que esos encurtidos me sabrían deliciosos seguramente.