martes, 26 de septiembre de 2017

El vicio de viajar: Piura

Acabo de llegar al terminal de buses luego de un largo viaje de cuatro horas. Cuando consulto el Google Maps descubro que estoy a menos de diez minutos del Caracol Azul, restaurante que un amigo chef me recomendó. ¡Bingo! ¡Que buena manera de empezar mi ruta en Piura!

Caracol Azul (Resignación)

Vista del local. Chifles de cortesía
Detalle de la carta. Ruleta marina.
Camino al Caracol Azul no se me ocurre mejor idea que interrogar al taxista sobre el local de marras. El chofer se emociona y no para de lanzarle flores, denominándolo incluso como "el restaurante donde almuerzan los presidentes" Vaya, parece que he tenido suerte.

Es media tarde cuando entro al local y noto que sólo quedan algunos clientes y un grupo de mozos aburridos. Cuando abro la carta mi sien comienza a latir. No es el cansancio sino la huachafada de ver como un restaurante típico ofrece tres variedades de makis en su carta, innecesaria y vana muestra de creatividad. Es muy tarde para arrepentirme. 

El hambre y el cansancio nublan mi capacidad para tomar decisiones y no atino más que a pedir una ruleta marina (S/.75.00). El cebiche de conchas negras lo es todo, aunque estando en el norte sería una burrada que no sepan trabajarlas. El tiradito es árido y el cebiche es como cualquiera que pueda encontrarse en Lima. No hay ciencia en el chicharrón ni en el cóctel de langostinos pero con los chifles de acompañamiento todo pasa. En fin, dudo que con solo un plato pueda dar una opinión certera de El Caracol Azul aunque asumo parte de culpa por insistir en visitar el restaurante apenas bajado del bus. Terquedad que le dicen.

Caracol Azul queda en Urbanización Chira Mz. 15, Piura.
Volvería: No creo. Aunque por los makis... ¿Quién sabe?


El Chalán (Complacencia)

Vitrina de helados.
Sándwich de pavo. Vitrina de tortas.
Estoy relajado en el cuarto del hotel luego de haber comido dos helados de El Chalán. Chocolate y lúcuma son un remedio infalible para cambiar el mal sabor de boca pero el de ron con pasas me hace evocar aquellas tardes de domingo cuando mis padres me llevaban a "Helados Alpha". Estoy más que relajado viendo Esto es Guerra (Ok, no) cuando mi voz interior arremete: "Renzo, no probaste la cremolada de ponche" El diablo me lleve, que débil soy ante las tentaciones. Para mayor condena debo agregar que también probé una combinada de mango ciruelo con sandía que me supo a gloria.

La fama que le hacían a El Chalán está completamente justificada. Es una propuesta de cafetería sencilla cuyo éxito es indiscutible por los cinco locales que maneja en la ciudad y yo lo compruebo en vivo y en directo por al dificultad que halle para encontrar una mesa libre. Sucede que al día siguiente quise satisfacer otro antojo. Es irónico que, teniendo hartas opciones en Lima, se me ocurra buscar un sándwich de pavo en provincias. Que le vamos a hacer, valió la pena porque la carne estuvo jugosa y el pan crocante, lo justo para comerlo tal cual, sin cebolla ni cremas. Quedará como una tarea inconclusa el no haber probado sus tortas, tarea harto compleja por el tamaño de las porciones aparte que ya saben que últimamente ando vigilando mi dieta por temas de salud. Eso sí, las cremoladas de frutas no están incluidas en mis prohibiciones.

El Chalán queda en Miguel Grau 173, Piura.
Volvería: Sí, buena alternativa para luchar contra el calor.

Eduardo el Brujo (Pereza)
Mi siguiente parada en la ruta de Piura hubiera sido El Ajicito pero cuando estuve en la tienda de Magia Piura me recomendaron un restaurante tan cercano que el lado más flojo de mi personalidad me dijo: "Acá nos quedamos"

Vista del local. Cebiche tumbesino
Arroz con mariscos, Langosta a la brsa,.
Cuando entro al local intuyo que la experiencia será muy diferente al Caracol Azul. El local se ve limpio y bien iluminado y la moza, tan gentil ella, me ofrece un ambiente con aire acondicionado. 

Mi jornada se inicia con un ambicioso cebiche mixto tumbesino (S/.35.00): pescado, langostinos y conchas negras. Este cebiche pica hasta el alma pero me alegra la vida. Si los insumos están frescos la mitad del trabajo ya está hecha pero se nota la mano del cocinero en el punto de sazón. Cuando aparecen los fondos se me viene a la mente la recomendación que me hizo un maitre. Cojo una cucharada de esa leche de tigre y la echo sobre el arroz con mariscos (S/.35.00) convirtiéndolo en un plato que tranquilamente sería mi última voluntad. (Don Fernando, acá tiene un reto). No me iría del norte sin probar uno de sus seis platos con langosta aunque yo elijo la versión a la parrilla (S/.45.00). Al punto y con un acompañamiento sencillo de papas doradas y una prescindible ensalada es lo único que necesito para abandonar la ciudad feliz de la vida. 

Eduardo el Brujo queda en Av Country C5, Mz.10 Lote 1, Piura.
Volvería: Sí, me quedé con las ganas de probar otros platos.

1 comentario:

Gabriela dijo...

Buenos datos para cuando vuelva por Piura.