domingo, 12 de mayo de 2013

¡Feliz día Mamá!

Para mi madre sólo lo mejor. Acabamos de desayunar y le encantaron los detalles que pude conseguir pero siento que todavía puedo hacer algo más. Con algunas ligeras actualizaciones vuelvo a publicar lo que considero mi obra maestra, un post dedicado a ella.

Mi madre en Arequipa
¿Quién fue la primera persona que nos enseñó a comer? La que nos daba una cucharadita de esas intragables papillas de verduras. La que cortaba la carne en trocitos porque estaba muy dura. La que enfriaba con dos tazas la leche caliente porque “quemaba”. La que nos repitió innumerables veces: “No botes la comida porque Dios te va a castigar”. Y la que hasta ahora sigue comiendo la parte del tamal que tiene aceituna porque no soportamos el sabor. 

Cuando era niño mi salud era bastante endeble, motivo suficiente para que los helados, el chocolate y la Coca-Cola estuvieran tan lejos de mí como el planeta Saturno. Me costó mucho trabajo soportarlo (Imaginen un niño que no coma chocolate) pero siempre hubo una persona que estaba allí para recordarme que era por mi bienestar y que alguna vez se lo agradecería. Esa persona es mi madre. Desde que tengo uso de razón recuerdo que cada plato que cocinaba tenía sabor exquisito, aunque según ella desde que se casó siempre detestó estar en la cocina. Para mí  nunca habrá un plato más delicioso que el asado de res que cocina en las ocasiones especiales y cuya receta guarda celosamente.

Siempre me negué a probar el ají verde licuado que ella preparaba hasta que un día con el peso de los años decidí que había llegado el momento de comer como “adulto”. Fue suficiente una cucharadita para volverme fanático de ese condimento y exigir que siempre hubiera un pocillo a la hora de almorzar. Un día demandé algo más picante porque se me ocurrió que el ají verde era muy infantil. Consentidora como nadie mi madre compró ese pequeño ají limo, ingrediente básico del cebiche, y preparó despreocupadamente una infernal crema de color amarillo que me dejó con la boca ardiendo. Santo remedio, nunca más volví a pedirle algo más picante. 

Mi madre en Tacna
Ahora los papeles se han invertido y soy yo el que debe recordarle que en su dieta están prohibidos el ají, el café y la Coca-Cola. Pero en días especiales como este suelo hacer una excepción y probablemente la lleve a desayunar en el San Antonio. Como siempre, se tomará su tiempo para decidir que se le antoja de la inmensa carta (“¡Madre, no se olvide de pedir pan espiga blando!”) Preguntará al mozo por enésima vez si el pastel de alcachofa tiene cebolla porque no la soporta (“¡Madre, eso fue en el Delicass!”) Finalmente discurrirá durante varios minutos cuál es la diferencia entre un café latté y un cappuccino. (“¡Madre, el cappuccino es más rico! ¡Házle caso a tu hijo blogger!”)

A la hora de almuerzo y a pesar de mi insistencia para que escoja un buen restaurante me dirá como todos los años: “Donde tú quieras, hijo”. No le gusta ir La Bistecca porque no puede comer más de tres rondas de comida y piensa que es derrochar dinero. Aunque ya tiene su chifa preferido (y que no lo cambiaría por nada) se tomará el trabajo de separar toda la cebollita china del arroz chaufa. Tampoco se sentirá cómoda en un restaurante caro (donde la harán sentir como una reina) porque no le gusta que sus hijos gasten mucho en ella. Al final se conformará con pedir platos saludables como un inimaginable lomo saltado sin cebolla de La Preferida. ¿Dónde iremos este año, mamá? 

Mi madre en Chiclayo
Querida madre, ahora que tienes una reducida lista de postres en la que sólo puedes escoger entre una trufa bitter de Melate, un eclair de caramelo del San Antonio o un pye de manzana del Gourmet Deli, te dedico este post. Nunca lograste que me coma todas las alverjitas del plato pero a cambio me enseñaste a cocinar un estofado excelente. Nunca me enseñaste a utilizar el tenedor de pescado pero me diste el secreto para hacer una extraordinaria salsa boloñesa. Nunca permitiste que de niño entre a la cocina pero luego me enseñaste todos tus secretos (excepto el del asado) Gracias a ti soy el típico cargoso que se niega a cocinar si falta algún ingrediente.

Así es mi madre, con todas sus virtudes y poquísimos defectos. La que es feliz durante los viajes practicando su inglés con los turistas. La que siempre apostará en contra de la selección peruana de fútbol. La que se emociona cuando termina de resolver los crucigramas de Perú21 que le traigo por decenas. La que conversa con sus plantas para que crezcan mejor. La que alimenta feliz a los chirigües que vienen a visitarla en su jardín. La que siempre me pide que no gaste mucho en sus regalos. Y por sobre todo la que me trajo a este mundo y me dio la oportunidad de escribir sobre el vicio de comer. ¡Feliz día Mamá! (con mayúsculas porque para mí ese es un título que te ganaste a pulso)

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Que emocionante este post Renzo!! Al borde de las lágrimas y seguro porque también me acuerdo de mi mami, que vive en Lima pero que hablamos por msn a diario, y también todas sus virtudes y sus pocos defectos, uno de ellos increíblemente que no sabe cocinar, apenas pocas cosas, pero que en tema repostería es una genia, tanto así que a veces me encuentro con amigos de la infancia y recuerdan las deliciosas tortas que hacía mi mami...
Feliz Día a todas las mamás!!

La secta del tenedor dijo...

QUE BONITAS PALABRAS !!!


no te comias todas las arverjitas?? lo mas rico del estofado! jejeje..

De verdad que bonito lo que has escrito de y a tu madre.

salud por eso!

Julio Cesar dijo...

¡Yo también dejaba (y dejo) las alverjitas! Pero las papillas que comía (me dicen) sí me gustaban, y es que eran de frutas... ¿a qué niño le gusta las verduras?

Felicitaciones por este bello artículo. Destilas tanto sentimiento que tu pareja se podría poner seriona... jajaja

Renzo dijo...

Katia
Gracias! El post fue un regalo para ella. La verdad hace tiempo que se la debo xq se que a ella le gustán más los regalos que uno hace a los que uno compra.

Igual le regalé su equipo con MP3 y control remoto para que la hora del lonchecito ja ja ja

SDT
Hasta ahora no tolero las arverjitas. No encuentro la razón pero siempre estarán en mi lista negra
ja ja ja

Gracias por tus comentarios.

jca
La frase "Madre sólo hay una" resume el sentimiento del post.

Anónimo dijo...

Que buenos sentimientos tienes Renzo!
Me conmovió tu blog y el gran amor que le tienes a tu madre.
Es una bendición de Nuestro Padre de tener a nuestro lado un gran Ángel que es nuestra madre.
Las que están ahí a nuestro lado tratando de que seamos mejores cada día, las que nos aconseja y cuida con amor. Las que nos desea lo mejor para que seamos excelentes personas en nuestras vidas. Me has hecho recordar mi infancia y los grandes sacrificios que hizo mi madre por mí para estar a mi lado cuando tenia que trabajar arduamente y que siempre me decía que nada es imposible en esta vida y que todo lo bueno se puede lograr.
Eres un hijo maravilloso y serás bendecido por esto!.
Que maravilla saber que tu madre te enseño lo mejor y permitió que su talento tu también lo hayas heredado.
Eres un buen regalo para ella.

Besitos

Ll

Renzo dijo...

LL
Que espiritual tu comentario. Gracias por tus palabras...

Creo que uno siempre se quedará corto en los sentimientos que le expresamos a nuestra madre.

En mi caso tengo demasiado que agradecerle.

Espero que también la hayas pasado bien con tu mamá.

Anónimo dijo...

Querido Hermano :

Este Post, me ha emocionado mucho, que palabras mas justas y calidas para nuestra madre.

Indudablemente ella es todo lo que escribes y mucho mas, no solo nos alimento muy bien,sino que varias veces ella comia menos, con tal de que nosotros comieramos mas.

y no solo en el tema de alimentacion gozamos de sus ricas comidas que nos preparaba,a pesar de que siempre decia que detestaba cocinar, siempre nos aconsejo a mejorar, a buscar nuevos retos, animarnos cuando estamos tristes, a celebrar con nosotros por nuestros triunfos.

El inmenso amor que siempre tuvo, tiene y tendra por siempre para nosotros dos, sus hijos, es amor tan infinito como el universo, un amor en el cual te has inspirado para escribrir este maravillos post en homenaje de la persona que nos dio la vida.

Te felicito de todo corazon, hermano mio.

Y demos gracias al señor de tenerla todavia con nosotros.

Tu hermano Jaime.

Renzo dijo...

Jaime

Tu comentario es tan bueno como mi post. Con eso lo resumo todo.


Saludos

Renzo

Sofia dijo...

Renzo

Que bonito lo que escribes de tu mami.

Tengo bonitos recuerdos de infancia con ustedes y tu mama.
Tu mami siempre jovial y regia.
Cuando se visitaban con mi mama conversaban un monton!! es q no solo eran familia, sino tambien amigas.

Saluda a tu mami de mi parte.

Renzo dijo...

Sofia

Gracias por los saludos. Se lo haré presente. Me acuerdo que con mi tía Carmen se llevaban tan bien como hermanas.

Saludos

Renzo

Cyrano dijo...

Qué bonito homenaje a tu señora madre en su día.

Gabriela dijo...

Imagino la emoción de tu mamá el leer este texto dedicado a ella.

Carla B dijo...

qué lindo post! Es uno de los que más me ha gustado, tu mami debe estar orgullosa :)