sábado, 19 de mayo de 2012

Sao Paulo I: Business meal

Viajar por motivos laborales es toda una aventura porque uno depende de las coordinaciones que haya hecho la oficina del país que me va a recibir. Después de cinco horas de agotador vuelo fue tranquilizante ver al chofer contratado exhibiendo un cartelito con mi nombre. Al llegar al hotel me esperaba la reserva lista y sólo fue cuestión de minutos hasta que acomodara mi maleta y pudiera disfrutar de una comodísima cama de dos plazas. Esta vez el elegido fue Clarion Faria Lima, ubicado en la zona de Itaim Bibi, muy tranquila y parecidísima a San Isidro. El hotel es ideal para ejecutivos que luego de trabajar una larga jornada sólo desean una ducha caliente, una habitación cómoda y wi-fi para ver de que se han estado perdiendo mientras estuvieron de viaje.

En la mañana me levanté somnoliento por la diferencia horaria (dos horas en contra) y como me esperaba una jornada muy dura no podía excederme en mi primera comida. El desayuno consiste de varias estaciones con todo lo necesario para satisfacer al ejecutivo más cargoso. Frutas para los vegetarianos, yogur y cereales para los deportistas, panecillos dulces y salados para los que gustan de los carbohidratos, café y waffles para los apurados. La verdad se me hizo un mundo decidirme y al final sólo atiné a servirme un café con leche y un par de panes salados con fiambres. Ni modo, el trabajo es primero que el blog.

Pero en la noche volví con todas las ganas de desquitarme y pedí una picaña servida con puré de papas y arroz. ¿Qué puedo decir de esta carne, la mejor que uno puede comer en Sao Paulo? A la mesa llegó un corte de textura suave, rosado pero no crudo, y con todos sus sabores intactos. Me dejaron sin palabras pues si en el restaurante genérico del hotel se podía comer algo tan bueno, ¿cómo sería la experiencia en un restaurante de carnes? Para hacerlo más interesante incluso me trajeron un pocillo con un ají pequeñito pero de picor infernal que nada tenía que envidiarle a nuestro ají limo. Mi desconocimiento del idioma portugués no me permitió saber más de ese condimento.

La última noche de mi estadía ya me sentía satisfecho de tanta carne pero un error al mencionar el nombre del plato hizo que me trajeran a la habitación un filet mignon en salsa de hongos. (Yo quería pollo pero no ayudó mucho que la recepcionista me dijera: "no english") Soy un fanático de los champiñones y los portobellos pero en Lima cada vez están más esquivos porque según me comentó un chef el calor está afectando su producción. Igual acá me saqué el clavo con este deliciosa carne acompañada de una porción muy generosa de distintos tipos de hongos.

Pero todavía me reservaban una sorpresa. En el restaurante había una heladera con un slogan que decía "la felicidad es un helado". Inicialmente pensé que era una exageración pero cuando leí su carta me quedé sin palabras. ¿En cuantos heladerías peruanas se puede comer un helado de vainilla de Madagascar cubierto con chocolate de leche belga? ¿O un helado de chocolate italiano hecho con cacao proveniente de cinco países? Si viajan a Sao Paulo y encuentran el logo de "Diletto, gelato italiano" no dejen pasar la oportunidad de probarlos. Si no, lo lamentarán el resto de su vida.

Clarion Faria Lima queda en Rua Jeronimo da Veiga 248, Sao Paulo.

7 comentarios:

Gabriela dijo...

Coincido totalmente con el dicho de "la felicidad es un helado". Es verdad, no haya nada más rico que un helado. Bien hecho, hasta uno de simple vainilla es ambrosía.
Hasta se me hizo agua la boca pensando en uno de pistacho.

Renzo dijo...

Estimada Gabriela

Si te dijera que también tenían de pistacho. Estaba hecho con dos variedades de pistacho de Bronte, según dicen uno de los mejores del mundo.

De verdad que fue una suerte inmensa caer por ese hotel.

Saludos

Cyrano dijo...

No me cabe duda que caiste en un buen hotel,como dices.Con ese confort y esa carta, el trabajo te debe haber salido como para un 20.

Renzo dijo...

Estimado Cyrano

La vez pasada me tocó un hotel ejecutivo muy bueno pero su propuesta gastronómica sólo fue cumplidora.

En el Clarion me dieron en la yema del gusto.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Ahhhh...esos viaje de trabajo...solía andar más fuera que en Lima y como trabajo en una compañía grande pues lo shoteles siempre eran bueno y los restaurantes cada uno mejor que el otro. Pero claro, ahora soy esposa y mamá, así que no me quedó otra que pedir cambio de puesto y mis anclas en Lima...a veces extraño esos viajes...
Sao Paulo es impresionante, nunca me aconstumbré al tráfico, pero sin duda es una ciudad con arte, cultura y sobre todo, buena comida, aunque una ciudad un poco cara.
Esos helados me han dado un antojo, qué pena que aquí no los vendan, por lo que describiste suenan a mi sueño hecho realidad.

Renzo dijo...

Estimada MVD

Así es, cuando uno viaja por cuenta de la empresa puede disfrutar de todas las comodidades posibles.

En cuanto a la comida por un tema de profesionalismo escojo lugares cercanos al hotel y con precios asequibles. Tampoco iba comer en el D.O.M. no? Ja ja ja

Esos helados Diletto son la apoteosis del helado italiano. No creo que en Lima exista una marca parecida.

Saludos

cintia dijo...

Se há provado el chocolate belga de hagen daz, la basque ou parmalat? Son muy mejor q estos de orso! Perdom por espanol, yo soy brasilena