Dicen que preguntando se llega a Roma. Yo no le pregunté a nadie y en mi búsqueda por un sitio para almorzar la Providencia me guió a la Alimentaria di Sergio Arno. Si me hubieran dicho que en Sao Paulo iba a encontrar un restaurante de comida italiana así no más a la vuelta de la esquina no lo hubiera creído. Es más, me atrevería a afirmar que no hasta ahora no he comido nada parecido en Lima (Lo siento por la afrenta Dánica, pero lo tuyo es más fusión) El local es bastante sencillo y acogedor, con una decoración sobria sin pretensiones, como si uno estuviera comiendo en casa de los amigos. La carta ofrece diversos platos de comida italiana con la garantía de usar solo pasta artesanal de fabricación propia.
El almuerzo empezó con un paillard de lomo con tagliatelle en mantequilla y salvia. El paillard, "escalopa" en español, es un corte de carne sin hueso que se estira con la ayuda de un mazo para que cocine más rápidamente (Gracias Wikipedia) ¿Cuántas veces han fallado en Lima sirviéndome un lomo reseco sin sabor ni textura? Este corte me pareció buenísimo, suave, bien cocido y con todo los sabores de la carne. Los tagliatelle, con una sazón ligerísima, sólo hicieron acto de presencia en el plato. Suficiente para acompañar la carne pero no para opacar su protagonismo.
También probé sus papardelle con pato deshuesado en aroma de naranja y pimienta verde. Debo confesar que pedí este plato con algo de miedo pero tenía muy claro que no había llegado tan lejos para conformarme con una lasaña boloñesa. El punto de cocción del pato, la presencia muy tenue de la naranja y el toque de los granos de pímienta verde convierten a este plato en un ganador absoluto. Punto aparte para la deliciosa la textura de la pasta artesanal. Como se nota la calidad de un prodcuto así.
Para el postre me debatí entre un clásico tiramisú, un brownie de nutella y la torta delicata de ricotta y frambuesa. Sólo porque deseaba terminar con algo ligero me incliné por la tercera opción. La verdad me hizo recordar a un cheesecake con la jalea servida aparte. Era una masa muy esponjosa con todo el sabor del queso ricotta. En cuanto a las frambuesas yo las prefiero frescas. Esta jalea no me convenció, quizá por la mala costumbre que tenemos los peruanos de comer postres empalagosos. Igual fue suficiente para cerrar un almuerzo espléndido.
Me fui con algo de nostalgia porque es difícil hallar este tipo de restaurantes. Aquellos donde se cocina con pasión por el cliente, ofreciendo un producto diferenciado en un ambiente sencillo. De mi parte sólo espero que la próxima vez mi hotel se ubique en la misma zona para volver a visitarlos. Nos volveremos a ver, Sergio Arno. Cueste lo que cueste.
Alimentaria di Sergio Arno queda en Rua Pedroso Alvarenga 545/500, Itaim Bibi.
4 comentarios:
Muy buenas tus opciones, pero en los postres me hubiera quedado con el brownie con Nutella.
Un ambiente sencillo es lo que me encanta en un restaurante. Sobre todo, sin bulla estridente que no te deja pensar y menos conversar con la persona con la que compartes la mesa.
La escalopa y el pato, buenisimo. Suerte la tuya, querido amigo...
Estimada Gabriela
No me lo recuerdes que hasta ahora me arrepiento. Quiero mi Nutella. =(
Me pongo a pensar si en Lima existe un restaurante parecido. Es como una mezcla de Mavery con La Bodega de la Trattoria.
Saludos
Estimado Cyrano
Al final de los posts de Sao Paulo estará los agradecimientos. Dálo por hecho.
Estas oportunidades no se presentan así no más.
¡Saludos!
Publicar un comentario