miércoles, 14 de mayo de 2014

La Eñe (¡Que viva España!)

Disfruto escribiendo sobre gastronomía pero más disfruto cuando conozco nuevos platos y sabores. Por eso me alegra decir que le llegó el turno a la comida española.

Hace algunos años trabajé en Miraflores y en mi camino de regreso siempre pasaba por La Eñe. Nunca me animé a entrar pensando que era un restaurante exclusivo, de precios elevados y por mi absoluto desconocimiento de la comida española. Sin embargo, el año pasado tuve la oportunidad de visitarlo por ocasión de un almuerzo de cinco tiempos con los vinos de la bodega Emilio Moro. Ese día no sólo me abrió los ojos al mundo del maridaje también probé algunos platos de la comida española, lo suficientemente buenos como para hacerme entender que me estaba perdiendo de algo muy bueno.

Felizmente la Providencia es generosa con el blogger y recibí un correo de La Eñe donde me invitaban a conocer las especialidades de su carta. Esta invitación no pudo llegar en mejor momento porque recien había comprado una botella de un estupendo Finca Resalso que pedía a gritos ser destapado en un almuerzo español. Ya se habrán dado cuenta que el tema del maridaje se va haciendo presente en el blog. A paso lento pero muy seguro.

Antes de empezar con el almuerzo hice un recorrido por el restaurante y me sorprendió descubrir una casa miraflorina llena de detalles y con cuatro espacios claramente diferenciados. La terraza, un ambiente con iluminación natural como para un almuerzo de diario; la barra, ideal para tomar un trago acompañado de un piqueo; el salón, con un ambiente formal adecuado para un almuerzo ejecutivo y por último, un ambiente muy amplio, casi un privado, donde celebrar una reunión de trabajo o ver un partido de fútbol en grupo (¿Alguién dijo la Champions?)

Pulpo a la gallega
Como era de esperar el almuerzo empezó con la tradicional tortilla española en su versión básica, hecha sólo con papas y cebolla caramelizada. Consultando a unos amigos españoles me explicaron que tranquilamente podría ser el equivalente español del cebiche, porque se come en todo el país y cada región tiene su propia versión incluyendo ingredientes adicionaes (por ejemplo verduras o chorizo). La que me sirvieron vino en término medio, con una textura ligeramente húmeda, muy agradable para mi gusto. Me indicaron que uno puede solicitar al mozo el punto de cocción de su preferencia. También probé el pulpo a la gallega, tradicional receta de la región de Galicia que suele consumirse en ferias populares. Son trozos de pulpo sancochados, espolvoreados con una mezcla de pimentón dulce y picante, regados con un chorrito de aceite de oliva y servidos sobre papas en tajadas. Es una entrada ligera pero muy sabrosa, el sabor del pulpo está presente y se integra con los condimentos. La textura del pulpo era suficientemente blanda, tampoco se debe esperar un terciopelo, eso es una leyenda urbana. El cierre de las entradas fue el jamón ibérico, plato sobre el cual no hay mucho que agregar porque si la marca es de buena calidad se defiende solo.

Callos a la madrileña
Para los platos de fondo empezamos con los callos a la madrileña, plato tradicional donde se utiliza la pancita (mondongo) de la vaca y la pata de cerdo. Este último es un ingrediente fundamental porque luego de cuatro horas de cocción se deshace y le da esa textura ligosa al caldo. El chorizo sólo se agrega al final para acompañar y darle un toque especial al plato. Si bien por los insumos resulta económico de preparar, por el largo tiempo de cocción no es un plato sencillo de encontrar. Consejo de blogger, soliciten a los mozos pan adicional y remójenlo en el caldo sobrante para no desperdiciar ni una sola gota. Luego de probarlo siento que he vivido engañado todos estos años pensando que el mondongo sólo se comía en cau-cau o a la italiana.

Chipirones en su tinta
El reto llegó cuando me trajeron los chipirones (calamares) en su tinta. Siempre he evitado ordenar este plato porque su aspecto no me inspiraba confianza. Pedir calamar en chicharrón es una opción facilista para los restaurantes porque el sabor del marisco se pierde en aderezos recargados o cremas de ají, acompañamientos que en realidad sirven para disimular la calidad dudosa del insumo. Por eso disfruté tanto probando estos calamares, rellenos de un sofrito hecho con ajo, cebolla, pimienta y las mismas cabecitas del calamar picadas. Vale la pena indicar que en España se comen con papas fritas pero aquí, como no podía ser de otra manera, los acompañan con arroz blanco. Probé también el rabo de toro, un estofado de res cocido durante horas en vino riojano acompañado de puré de papa. Lo mejor del plato, la carne que se desprende sola del hueso (no necesitan cuchillo para comerla) y la salsa de sabor y textura concentrados, resultado de la cocción tan larga. Punto a favor para el uso de la papa amarilla en el puré.

Paella tradicional
En último lugar llegó la especialidad de la casa, la paella con pollo y mariscos. Es la primera vez que la pruebo así que me falta la experiencia para evaluarlo adecuadamente. De sabor me convenció, y el punto de cocción del arroz y los mariscos fue correcto. Prometo visitar en el corto plazo otro restaurante español para ordenar el mismo plato y así tener un punto de referencia. Como dato curioso me contaron que en España, casi al final de la cocción, aumentan la llama para que aparezca el socarrat (la parte del fondo "quemadita") al mejor estilo del concolón peruano. ¿Alguna vez se preguntaron de donde viene la costumbre de comer el concolón del arroz con pollo?
 
Volcán de chocolate con helado de lúcuma
El blogger siempre dice que no hay almuerzo sin postre y aquí se esforzaron en superar mis expectativas. No pecaré de mezquino elegiendo un favorito pero es difícil no mencionar en primer lugar al volcán de chocolate. Es el típico fondant de chocolate con centro líquido que junto al helado de lúcuma forman un matrimonio para toda la vida. El volcán es un postre muy conocido que funciona siempre y cuando en la cocina estén atentos al tiempo de horneado para que tenga la textura correcta. Importante destacar el uso de helado de lúcuma artesanal, nada de mezclas industriales que abundan en la mayoría de restaurantes. ¿Ya ven que sí se puede? También probé un crepe relleno de crema pastelera saborizada con maracuyá. La gran diferencia el sabor de la fruta está presente más no su acidez. Punto a favor de La Eñe porque es la primera vez que encuentro un postre con maracuyá bien preparado.

Tocinillo del cielo con muselina de queso
Seguimos con el tocino del cielo, postre al que erróneamente siempre le atribuí un origen arequipeño pero cuya historia se remonta hasta el siglo XIV en España. Dos puntos que hacen la diferencia, se prepara sólo con yemas de huevo y azúcar (nada de leche condensada) y se acompaña además con una muselina de queso, variedad de flan de leche que contribuye a rebajar el dulzor. Por esa misma razón tampoco incluye el caramelo de la versión limeña. Para terminar me trajeron una crema catalana con caramelo quemado. Increíble que en este punto del almuerzo todavía quedaba algo del Finca Resalso para continuar el maridaje con el postre. Quedó perfecto.

Pisco sour
Pensé que ya lo había visto todo pero habían reservado una sorpresa para el final: la Barra de José Buendía, barman con décadas de experiencia que ahora ha establecido sus dominios en La Eñe.  Yo lo reté a mostrar su maestría a través del trago más conocido en el Perú, el pisco sour. Basta mencionar un detalle, José lo prepara con pisco quebranta y utilizando  coctelera (olvídense de esas raspadillas hechas apresuradamente en licuadora). Para disfrutarlo es suficiente con un vaso pequeño, ordenar pisco sour doble es uno de los errores más comunes que suelen cometerse. El pisco sour debe tomarse recien hecho, de lo contrario a medida que va pasando la frescura se pierden todas sus cualidades. La barra de José ofrece el ambiente adecuado para disfrutar un trago acompañado de un piqueo o unas tapas españolas, como para unos "previos" o un after-office con el cual desconectarse de la semana laboral.

El almuerzo fue una experiencia satisfactoria y muy didáctica. La variedad de platos que me sirvieron fue una clase intensiva de gastronomía española, suficiente para cubrir la responsabilidad que tengo como blogger de aprender nuevos estilos de comida. Considero que todavía hay mucho por descubrir en su carta y con los precios tan asequibles no será difícil planear una visita en el corto plazo. Después de comer en La Eñe sólo puedo decir: ¡Que viva España!

Bonus track (¡Y olé!)
Si piensan que mi único vicio es comer se quedaron cortos. Sabrán que inicialmente pensaba escribir un blog de música pero con la variedad de estilos que escucho (rock de los 80s, clásica, antigua, celta, instrumental, gospel, etc.) hubiera sido una labor de nunca acabar. Igual para mí no hay nada mejor que los sábados, después de salir a recorrer restaurantes, echar una siesta escuchando alguno de mis discos favoritos.

Por eso cuando en La Eñe también me hablaron de sus miércoles de flamenco dije: ¡Presente!  Disfrutar de un espectáculo de música española con Augusto Gil "El Galleta" en la voz, Ernesto Hermoza en la guitarra y Estefanía Vásquez en el baile es un lujo que merece disfrutarse una vez a la semana. Tomar una copa de sangría con unas croquetas españolas mientras escuchaba al cantante entonar "A mi manera" es ya uno de los momentos épicos del año. Punto aparte para el ambiente de fiesta que se genera entre los clientes (no faltan los espontáneos que se unen al baile) Ya saben todos los miércoles a partir de las 9:00 p.m. y no se paga cover, sólo el consumo de la mesa.

La Eñe queda en Dos de Mayo 220, Miraflores.
Horario: Lunes a domingo de 12:00 a 12:00
Ticket promedio: S/.70.00
Estacionamiento: Valet parking
Volvería: Sí. Hay otros platos de su carta que debo probar.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me encanta la comida española tradicional (tienes que probar el cochinillo a la segoviana que es buenísimo) y la Eñe le hace mucha justicia. Algunos platos no necesitan mucho condimento ni ciencia sino solamente buenos ingredientes frescos.

Una opción de comida española para que puedas comparar es La Posada, que queda en Jesús María. Es algo así como La Eñe pero un poco más modesta, pero no por ello menos atractiva. Comida española, ambiente español y un anfitrión que fue muchos años el encargado de la comida en Centro Español.

Los precios son más bajos que en La Eñe (no tienen tanta variedad), pero la comida es muy recomendable.

Saludos,



Pepe

Gabriela dijo...

También he visto ese local de La Eñe, y también he pensado siempre que era lugar muy caro y de esos que me corro porque los considero llenos de noveleros.
Empezaré a mirar La Eñe con otros ojos a partir de ahora.

Renzo dijo...

Estimado Pepe

Gracias por la recomendación. Ya anoté el cochinillo a la segoviana para una siguiente visita.

La Posada ya está en la mira. No quiero contar nada más para no revelar ningún spoiler. =)

Saludos

Renzo dijo...

Estimada Gabriela

Dále. Tú sabes muy bien que no creo en novelerías ni en caras bonitas.

La Eñe es uno de esos restaurantes que debes visitar en el corto plazo.

Saludos

Anónimo dijo...

Es decir, recomendable...qué bueno, siempre pensé que era más fama que otra cosa, la comida española es rica bien preparada y sobre todo con ingredientes buenos.
Muchos de nuestros postres que pensamos muy peruanos son de origen español, y es que los trajeron las monjitas durante la colonia y se enraizaron en los conventos.

Lydia dijo...

Gracias Renzo , buenisimo dato

IFIS NEREP dijo...

Renzo : te agradezco por todos y cada uno de los datos que nos das. Sabrás que ya hice costumbre no ir a ningún sitio sin antes ver si tú ya estuviste y si lo recomiendas. Sigue yendo a todos los sitios y siempre "pásanos el dato". mil millones de gracias.
Patricia