lunes, 19 de septiembre de 2016

Osso (Carnívoros a la orden)

Carnívoros del mundo uníos. Obvio, siempre y cuando estén dispuestos a pagar el precio.

Uno de los desafíos más grandes para visitar restaurantes es elaborar cuidadosamente el presupuesto mensual. El riesgo que la experiencia no resulte como uno espere implica no disponer de ese monto para visitar otros restaurantes. Así que, y lo digo sin ningún remilgo, aproveché que mi tarjeta BBVA me concedió un generoso descuento para agendar sin pérdida de tiempo una visita a Osso. 

Cortesía de la casa.
Trás un largo periplo por las congestionadas vías de La Molina (alguien tuvo la "ideota" de hacer reparaciones durante el fin de semana) llego a La Planicie. Genial todavía no abre el local pero no es un problema, tengo a mi disposición harto sitio para estacionarme con paciencia. Veo que no soy el único, hay otro cliente ansioso interrogando al encargado sobre el horario de atención. Para hacer tiempo entro a la tienda de Osso para ver qué hay de nuevo. Tal vez debiera hacer un post doble pero quién diría que al final los hados terminarían poniéndose en mi contra. Listo, el restaurante ya abrió sus puertas.

El encargado me ubica sin problemas cerca de la entrada y me trea la carta. Vaya, no ha cambiado mucho en un año así que me limitaré a probar las opciones que dejé de lado en mi anterior visita. Mientras decido que pedir el mozo trae la cortesía: dos tipos de panes artesanales con rilettes y mantequilla de carne. Coger un trozo humeante de pan y untarlo con los acompañamientos tranquilamente podría representar el fin de la experiencia de lo buenos que estaban. Hubiera repetido de no ser porque me llenaría gratuitamente.

Sliders, BBQ Ribs. Chuleta de hombrio
De entrada elijo las Sliders (S/.30.00), tres mini hamburguesas de carne de res madurada. Tres bocados de carne jugosa que no necesitaría ningún aderezo aunque la presentación lleva una salsa de la casa llamada "animal" que potencia más su sabor. El pan está hecho con chives y queso cheddar y mantiene la consistencia ante lo jugoso de la carne. Mi segunda opción fueron unas BBQ Ribs (S/.43.00). que debieron ser devueltas a la cocina por que era imposible cortar una porción de lo resecas que estaban. Salvo que vuelvan a hacer el plato desde cero difícil que puedan arreglar la situación así que me conformé ordenando salsa BBQ adicional. Algo así como una variante de "con ají todo pasa". 

Seguimos con una chuleta de hombro (S/.49.00), un corte muy especial del cerdo donde se juntan cinco músculos y una suculenta capa de grasa. Si a eso le agregamos que la carne es procesada con aceite de oliva y una mezcla de hierbas antes de llevarla a la parrilla, entonces el resultado es un corte muy sabroso y que provoca comer un bocado tras otro. Como para variar de la clásica chuleta de pierna que se encuentra por doquier.

T-Bone
El plato fuerte de la hornada es el T-Bone (S/.190.00), corte americano que lleva un hueso en forma de "T" separando dos tipos distintos de carne. Acá puedo sentir con más intensidad ese sabor a tierra que tienen los cortes madurados y que ha sobrevivido a la intensidad de la brasa. Aunque no me deja satisfecho que la cocción no haya sido pareja, tal cual pueden ver en la foto. El mozo ofrece chimichurri de la casa y ají ahumado de Arde Charapa, más yo siento que "disfrazar" la carne con salsas es casi una herejía. 

Adicionalmente les recomiendo pedir como acompañamiento una ensalada fresca (S/.24.00) con lechuga, palta y encurtidos. Es suficiente para limpiar el paladar y alcanza de sobra para compartir. Otros adicionales como las papas amarillas fritas o el puré de papa "trufado" sólo contribuirán a elevar injustificadamente el precio de la cuenta. Habiendo consumido tal cantidad de carne, excepcionalmente, no hubo espacio para postre. 

El servicio fue mucho mejor que en la anterior visita, atento a la mesa y a recoger los servicios usados. Incluso se tomaron el trabajo de presentar los platos y hacer recomendaciones. Una crítica común es el menaje. Entiendo que se quiera dar una imagen rústica utilizando papel craft, secadores y tablas de maderas en lugar de manteles, servilletas y vajilla pero eso implica una revisión constante porque el deterioro es más rápido. Las tablas de madera, por ejemplo, se avejentan con cada corte y no dan una buena imagen.

Me retiro medianamente satisfecho de Osso. Salvo por las costillas de cerdo, me quedo con buen sabor de boca pero sé que me tomará un tiempo regresar. La experiencia es muy costosa, y aunque quiero seguir entrenándome en el gusto por la carne madurada, es obligatorio disponer de un presupuesto aparte. Y también de tiempo para cruzar el cerro Centinela.

Osso queda en Tahití 175, La Molina.
Horario de 13.00 a 15.30 19.00 a 23.00
Teléfono: 368-1046
Ticket promedio: S/.150.00 por persona.
Estacionamiento: Si no llegan temprano no van a encontrar.
Volvería: Cuando abran su local en San Isidro. A la Molina no voy más. Tengo mis razones.

1 comentario:

Gabriela dijo...

Leí sobre los sliders y se me hizo agua la boca.