lunes, 30 de abril de 2018

Canta Ranita (De los huariques y otros aspavientos II)

Vista del local.
Acompañamientos. Chilcano de la casa.
Hace mucho calor y aún faltan tres turnos para que me asignen una mesa para almorzar mientras el olor a pescado frito inunda el ambiente. Mi amiga me observa con escepticismo y empieza a calcular en que minuto perderé la paciencia. ¿El blogger haciendo cola para conseguir una mesa a las 3 de la tarde? Esto es algo que no se ve todos los días. ¿Qué le vamos a hacer? De vez en cuando hace bien poner a prueba la tolerancia. ¡Bingo! Se desocupó una mesa.

Estoy ubicado en una esquina del local, felizmente lejos de la cocina. La carta es pequeña y refleja todo lo que uno espera encontrar en una cebichería. No faltan los arroces (chaufa y con mariscos) y tampoco los clásicos tríos, combinaciones que demuestran las ganas de los peruanos de comer a lo grande. El ambiente de este huarique invita a departir con amigos, a ordenar varios platos, picar un poco de todo y a olvidarse de comodidades  innecesarias.

Conchitas especiales. Conchas sopleteadas.
Cebiche mixto. Cebiche apaltado.
Empieza mi jornada con un chilcano de cortesía, ideal para estos días otoñales cuando el sol empieza ya a ocultarse. Le echo un poco de rocoto molido y se convierte en un chilcano infernal. Es un excelente abreboca y me motiva a jugar con los demás acompañamientos. A ver un poco de cancha para darle textura. ¿Y el limón para cortar el sabor? Impecable.  

La curiosidad me lleva a ordenar las conchitas especiales (S/.3.00), una mini causa con pulpo y langostinos. Le pregunto al mozo dónde está la conchita que menciona la carta y me dice que es un error de impresión. Por alguna razón es inevitable recordar al Director Skinner y sus "hamburguejas" al vapor. Las conchitas sopleteadas (S/.7.00) vienen sobre una camita de palta y papa a la rústica. No hay mucha ciencia pero si funciona para despertar el apetito, aunque una leve distracción con el soplete puede arruinar el sabor.

Arroz con mariscos
Sigo con el famoso ceviche apaltado (S/.30.00), plato que no justifica tanta alharaca que despierta en redes. Me pregunto si aparte de llevar media palta encima tiene alguna otra virtud. Asumo que la hora juega en contra porque el pescado está ya sobrecocido por el limón. Tres alcaparras extraviadas completan el árido panorama. Mi experiencia con el cebiche mixto (S/.25.00) es radicalmente distinta, los mariscos llegan frescos y al punto de picante preciso. No necesito nada más para ser feliz aunque nuevamente caigo en la tentación de coger un poco de cancha y remojarla en la leche de tigre. 


El arroz con mariscos (S/.25.00) me devuelve la fe en el mundo. No tengo claro por qué en los últimos años los restaurantes se han esforzado en convertir este plato tradicional en risotto o camuflando el sabor de los mariscos con crema o ají panca. El plato que llega a la mesa me recuerda al que mi papá cocinaba cada domingo. Un arroz con todo el sabor de los mariscos cocidos al punto correcto. El toque de parmesano es tan ligero que no tiene mayor influencia en el resultado final. Mejor así.

Me voy de Canta Ranita satisfecho por la experiencia. Obviamente hay aspectos de los que no se puede esperar mucho como la comodidad o la atención a la mesa. ¡Pero deben tomar en cuenta que estamos dentro de un mercado! Mi recomendación es que vayan sin remilgos y con mucho optimismo. Encontrará una cocina sin ambiciones a precios módicos donde lo principal es la frescura de los insumos y la rapidez con la que sacan los platos. Luego les recomiendo darse una vuelta por la plaza y buscar un helado de Crem del Crem para cerrar la jornada como se debe.

Canta Ranita queda en Jr. Unión 147, Barranco.
Horario: Lunes a domingo de 12.00 a 17.00
Precios: Entradas (S/.7.00 - S/.38.00) Ceviches (S/.20.00 - S/.40.00) 
Fondos (S/.25.00 - S/.50.00)
Volvería: Puede que sí y puede que no.
Estacionamiento: No se maleen, es un huarique.

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