domingo, 23 de diciembre de 2018

Osso (See you later alligator)

Fachada del local
El último fin de semana antes de Navidad solo augura caos, tensión y alboroto y y que salir de compras es lo más parecido que hay a una misión suicida. De alguna manera yo logré salir indemne del centro comercial rumbo a uno de mis restaurantes de carne favoritos. En el asiento de atrás tengo una botella de Zuccardi Q Malbec con  una funda para mantener la temperatura, aunque felizmente el sol no ha terminado de aparecer. 

Hace varias semanas que tenía planeado almorzar en Osso de San Isidro, no solo por el antojo de comer carne, sino porque necesitaba un restaurante muy especial para cerrar la temporada. Apenas entro al local recuerdo que no tengo reserva, pero como llegué temprano el mozo me conduce sin problemas a mi mesa favorita. 

Chorizos artesanales. Sliders.
Tengo planeado lo que debo ordenar, hasta que el mozo aparece como ave de las tormentas para informarme que hoy no tienen los panes de la casa. Estaba antojado de volver a probarlos y esta noticia no me hace gracia, aparte que los necesitaba para contarles una anécdota muy divertida sobre una "influencer". Resignación no más.

Empieza la jornada con las sliders (S/35.00), tres mini hamburguesas de carne madurada con salsa madre en pan de queso cheddar y chives. Tomarlas con las manos es un placer culposo, así se ensucien con los jugos de la carne, entenderán por qué se usa un secador en lugar de servilleta. Siguen un par de chorizos  (S/35.00), con el exterior perfectamente caramelizado y el interior jugoso. Lo divertido es que siempre cambian la variedad , esta vez me toco italiano con toques picantes y campesino con finas hierbas. Imagino lo que haría su tuviera una baguette de Delifrance o un pan francés de la Panadería Carmelitas, tranquilamente podría armar el mejor choripan del mundo. 

Entraña fina. Osso Mess.
De fondo ordeno una entraña fina Angus (S/92.00). Este corte no admite errores técnicos, o viene al punto o mejor ni la prueben. Felizmente en Osso no se andan por las ramas cuando se trata de cocinar un corte tan complejo, y este llega a la mesa jugoso y muy sabroso. Disfrútenlo tal cual con un toque de sal de Maras, prescindiendo del chimichurri o cualquier otra salsa. Para acompañar es suficiente una ensalada fresca (S/26.00) No hay mucha ciencia en presentar verduras frescas con un ligero aliño de limón, más siempre me iré con el sinsabor que por el costo podrían ofrecen una porción más grande. Sobre todo de esos encurtidos cuyo sabor dulce es realmente adictivo. 

¿Hay espacio para postre? Sí, el incomparable e insuperable Osso Mess, una ambiciosa combinación de helado artesanal, merengue, fresas y toffee de tocino. No es el postre que una nutricionista vería con buenos ojos, pero la vida se trata de disfrutar y nada más. La idea es clavar la cuchara una y otra vez para crear un desorden ("mess") Ojo, si están en grupo pidan la versión familiar y disfruten del pecado de la gula. Total, luego pueden confesarse.

Me voy de Osso con excelente sabor de boca. La experiencia estuvo de acuerdo a las expectativas y ahora entiendo por qué dicen que "a los lugares buenos hay que extrañarlos". La atención a la mesa fue sobresaliente, con los mozos atentos a hacer recomendaciones y listo para responder consultas. En la guerra de parrillas Osso tiene una ventaja claramente diferenciada. Vayan y compruébenlo.

Osso queda en Av. Central 172, San Isidro. 
Horario: Lunes a sábado de 12.30 a 16.00. Cena de 19.00 a 23.00
Teléfono: 469-7438
Ticket promedio: S/.140.00 por persona.
Estacionamiento: Valet parking
Volvería: Sólo para ocasiones especiales.


Adiós 2018 (¡No vuelvas!)

Cuando el blog cumplió una década de existencia pensé seriamente en tomar un año sabático. No lo hice y, contradiciendo todo principio básico de automotivación, debo confesar que me arrepiento. Con los meses noté que me faltaba tiempo para ordenar el extenso archivo de fotos, depurar reseñas pasadas (estamos muy cerca de la reseña 600) y, lo más importante, desconectarme de las redes. 

Sí, aquellas redes de marras que han tomado por asalto el tiempo que antes dedicaba a escribir. ¿Qué le vamos a hacer? Los tiempos cambian y el advenimiento de las redes me tomó por sorpresa, aunque luego noté que si bien estas páginas traían muchas novedades, las opiniones brillaban por su ausencia y todo se resumía a una retahíla de elogios desmedidos, por no hablar de los innumerable sorteos buscando más "likes".

Por eso sigo acá, más obstinado que nunca y con la misma misión que tuve desde el primer día que empecé a escribir: ser un referente para que ustedes elaboren sus propias rutas gastronómicas. Esto conlleva mantener una objetividad a prueba de balas, disminuir las invitaciones a su mínima expresión y ser muy selectivo cuando se trata de recibir cortesías. Ahora sí, me tomaré unas semanas para estar desconectado de las redes, aunque eso no necesariamente implique descansar. 

Nos volveremos a ver más pronto de lo que piensan. Hay todavía demasiado por contar.

2 comentarios:

Klau dijo...

Tus reseñas son como GPS del estómago. Lo uso para saber a dónde ir.

Felices fiestas y muchas gracias por compartir tus experiencias!

Ceniza dijo...

Espero que para el siguiente año puedas ir a más distritos. Pásalo bien, FELIZ 2019