lunes, 23 de enero de 2012

Los panqueques de papá

Actualización 22.01.2012
Este es uno de los posts en la historia del blog que nunca me llegó a gustar mucho. Por eso lo reescribí en una versión más personal. Espero que sea del agrado de todos ustedes.

Cuando era niño recuerdo que mi papá era un experto preparando tres platos: tortilla casera de papas, caldo de choros y panqueques. La tortilla de papas era presencia constante en la mesa de los desayunos dominicales (¡con harto ketchup!). El caldo de choros siempre lo hacía cuando regresaba del mercado luego de hacer las compras semanales. Los panqueques estaban reservados para aquellas tardes de domingo en las cuales me enfrascaba con mi hermano en interminables batallas de naves construidas con nuestros "ladrillos" Playgo.


Hace un par de semanas salí a almorzar con mi papá y decidimos volver por el buffet de El Hawaiano. Es un buffet para salir del paso y que no justifica escribir un post adicional. Sin embargo en la estación de postres tenían panqueques listos para que uno mismo les ponga el acompañamiento. Increíble como un recuerdo de mi infancia vino de inmediato a mi mente. Aquella vez cuando mi papá cogió una sartén de teflón y se inspiró para cocinar panqueques con manjarblanco a discreción. Mi hermano se emocionó tanto que incluso apuntó la receta en un cuaderno de colegio, aunque no logro recordar que alguna vez los haya preparado. Lo más sorprendente, mi madre que es una cocinera experta y la que me enseñó todos sus secretos, tampoco se animó alguna vez a hacerlos.

Mi papá hace mucho que dejó de cocinar. Ahora se conforma con salir a almorzar a la calle con su hijo y renegar de aquellos sitios que se aprovechan de la publicidad gratuita para servir cualquier cosa. (¿Esa actitud les recuerda a alguien?) Por su salud tiene que limitarse a comidas ligeras y nada de postres. Me gustaría alguna vez contarle que después de todos estos años aún recuerdo ese momento que compartimos felices en familia. Y que algún día cuanto tenga hijos les cocinaré panqueques y diré: son como los que hacía tu abuelo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso mensaje, y gracias por compartir tus buenos momentos con tu familia, sobre todo con tu padre. La familia es lo mas importante en esta vida terrenal. Haz hecho que yo tambien recuerde mi niñez y aunque mi padre no cocine, pero siempre hacia la noche de hogar. Un abrazo Renzo. Ll

Renzo dijo...

Estimada Ll.

Es un relato muy breve, reflejo de lo que sentí en ese momento.

Alguna vez le tengo que preguntar de donde sacó al receta.

¡Saludos!

Marta dijo...

Tras haberte leído detenida y emocionadamente te felicito por varios motivos...El primero y más importante es que tu post nos recuerda la importancia de los pequeños placeres de la vida (en tu caso es un panqueque, en el mío son las croquetas de pollo que hacía mi abuela o las casadiellas que preparaba con gran esmero cada Navidad).
El segundo es que lo has plasmado de una forma muy bonita y cercana (todos nos podemos sentir identificados con la sensación de recordar un momento especial de nuestra vida a través de un plato concreto ). La cocina es una forma maravillosa de despertar nuestra memoria olfativa, gustativa...
Yo siempre digo que el mejor restaurante es mi cocina, quizás porque de ella salen platos que además de ingredientes cuidadosamente elegidos llevan una gran dosis de dedicación y cariño ... y eso,el paladar , ¡¡lo nota !!. ¿Será por eso que luego nos volvemos hipercríticos con ciertos restaurantes ?No te creas, a mi me da bastante que pensar ... :)

Katia dijo...

el harto ketchup se te perdona porque imagino que eras muy chico en ese entonces jajaja
El poder de los recuerdos que nadie te los puede sacar. Yo recuerdo que mi papi hacía unos blindados con huevo adentro y cada uno (5 hijos) pidiendo el punto distitno de la yema. Además de los famosos waffles con miel, helado, manjarblanco y todo lo que uno le pudiera poner por arriba.
Nada complicadas sus recetas pero en mis recuerdos, las mas ricas.

Renzo dijo...

Estimada Marta

La mejor comida es la cocina de mamá. Eso si no tiene de punto de competencia.

Hayan sido unas torrejitas, unos panqueques o unos huevos revueltos son recuerdos que siempre estarán en nuestro estómago (y nuestro corazón)

Saludos

Renzo dijo...

Estimada Katia

Muchas gracias por compartir tus recuerdos en el blog.

Mi padre también preparaba un mixto especial aquellas noches domingo cuando no quedaba algo del almuerzo...

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Cómo es? Lo que no se hereda no se hurta? Entonces así es, eres digno hijo de madre y de tu padre.
Sabes, mi papá jamás en su vida ha metido las manos en la cocina, salvo para comer, recuerdo que nunca sabía dónde estab las cucharitas, los vasos, en fin, típico hombre a la antigua. Hoy, a su vejez, me parece increíble verlo metido en la cocina ayudando en algunas cosas a mi mamá. Nunca es tarde.

Renzo dijo...

Estimada MVD

Fíjate que la otra vez almorzaba con mi viejo y comenzó a despotricar sobre "La Panka"

"Tanta cosa por un anticucho mal cocinado y ni siquiera pusieron ají. Bla bla bla"

¡Ese es mi viejo! Ja ja ja.

De tal palo tal astilla, no?